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Naruto ni Highschool DXD me pertenecen son de sus respectivos dueños así como los animes que salgan aquí.
Sin mas que decir se despide su amigo y que comience este jodido capítulo.
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El gato negro estaba dentro de un cobija completamente seca, a su par estaba su hermanita quien dormía.
La gata observó como el niño que les rescató caminaba a ellas con un cuenco lleno de comida tibia.
-Se que a los gatos les daña comer comida caliente y comida fría, así que les calente un poco de comida-Habló Naruto mientras ponía el cuenco con sopa sobrante de ayer sin huesos o algo que las pudiera dañar.
El gato negro movió a su hermana que no hizo ningún sonido y sólo ronroneaba de la fiebre.
-~Nya~-Habló la gata negra mientras acicalaba al gatito blanco.
-Ella estará bien, puedo ver que nada ha sido dañado, le eh dado la medicina necesaria, fue una gripe por haberse mojado, los gatos no están echos para mojarse con agua fría-Habló Naruto con tranquilidad mientras acercaba el cuenco de comida.
La nariz de la gata negra se movió al oler tan deliciosa comida, con cuidado de no despertar a su hermanita se levantó.
Naruto observó como la gata comenzaba a comer desesperadamente del cuenco comida.
-Con cuidado o te puedes atragantar-Habló Naruto con tranquilidad mientras se sentaba.
La gata no prestó atención mientras seguía comiendo, hace trece días no había comido algo bueno solamente comida de basurero y que tenía partes podrida, eso sí le iba bien ya que su hermanita era primero y ella prefería comer podrido para que su Shiro comiera saludablemente.
Naruto alcanzó un vaso con una jeringa sin la aguja, lentamente la uso la jeringa para almacenar agua del vaso.
Naruto metió la punta de la jeringa mientras comenzaba a suministrarle agua al gatito blanco.
Sin hacerse esperar el pequeño gato comenzó a sorber el agua que salía de la jeringa.
Mientras que la gata negra comía Naruto hidrató al gatito blanco, el sabía que unas horas más y ese gatito habría muerto por la gripe.
Tiempo después.
La gata negra estaba acostada a la par del gatito blanco, estaba durmiendo mientras su barbilla estaba apoyada en el cuello del gatito blanco brindandole calor.
La gata negra alzó su cabeza al oír el sonido de los pasos de ese rubio, observó con atención a su salvador.
Naruto vestía un yukata negro mientras que en su espalda llevaba una enorme canasta echa de hojas secas de palmera.
La gata observó la canasta, seguramente llevaba algo liviano ya que si no no la podría llevar.
-Te deje agua y pídele a Uta comida cuando ella venga, vendré tarde cuida de Shiro, Kuro-Habló Naruto mientras que la gata movía sus orejas ante aquello.
-¿~Nya~?-El maullidos de aquel animal sonó confundido mientras que Naruto asentía.
-No te puedo seguir llamando gato o gata, Uta me enseño varias palabras en un idioma humano llamado Japonés, como eres negra entonces serás Kuro y como tu hermanita es blanca será Shiro, se que son nombres triviales pero no se me ocurrió otros-Habló Naruto en modo chibi mientras sus manos estaban en las correas de la enorme canasta.
Naruto vio como Kuro movía su cola en aceptación por su nuevo nombre así que asintió.
-No le causes problemas a madre Kuro, si quieres investigar la casa adelante solo trata de no molestar a madre, cuando Uta llegué comerá junto a ella así que tranquila-Habló Naruto mientras pasaba sus dedos por debajo de la barbilla del gatito.
El gato apoyo su cabeza en la mano de Naruto mientras cerraba sus ojos al sentir tales dedos bendecidos.
-*Es un prodigio*-Se pensó Kuro com satisfacción al sentir las caricias de Naruto.
Naruto dejo de acariciar a la gatita negra mientras se ajustaba a su carga bajo la mirada suplicante de Kuro para que siguiera.
-Tengo que irme, volveré en la tarde-Habló Naruto con sus ojos desinteresados mientras que Kuro maullia en aprobación.
Naruto dio media vuelta mientras comenzaba a caminar a la salida, se atrasaria una hora ya que había dormido poco debido a que tuvo que quedarse despierto para medicar al gatito blanco.
-*Esta fuera de peligro*-Se pensó Naruto al ver y oír que los pulmones y corazón del gatito blanco funcionaban perfectamente, solo tenía calentura.
Naruto camino a la salida de su casa verificando que todo estuviera cerrado comenzó a correr por el sendero de tierra.
Naruto llevaba una buena velocidad mientras corría, debía ser precavido ya que incluso si llevaban heno las botellas se podrían romper.
Con Kuro.
El gatito asegurándose que su hermanita estuviera bien se levantó de donde estaba dio dos pasos mientras comenzaba a estirarse.
-Hace cuanto no duermo caliente, diez o quizás once meses-Habló el pequeño animal aunque fuera imposible.
Kuro sacudió su cabeza despejando sus ideas, aunque fuera genial ser gato ellas iban de paso, cuando Shiro estuviera bien partiría de ahí.
Kuro podía sentir una presencia débil proveniente de un cuarto, su chakra estaba manchado y era débil por lo que esa persona debía tener una enfermedad en fase terminal.
Kuro camino a su hermana mientras la acicalaba, el aseo era lo primero después de todo, luego iría a investigar un poco donde provenía aquella presencia.
-He-Hermana-Habló el gatito blanco mientras abría su ojos débilmente.
-Shhh Shiro, duerme mi pequeña bolita de amor blanca que tu nee-chan está aquí para cuidarte ~Nya~-Habló Kuro mientras que Shiro volvía a cerrar sus ojos.
Kuro podía sentir que Shiro estaba fuera de peligro, su chakra estaba estable y se hacía cada vez más fuerte, en unos días estaría en perfectas condiciones y le agradecía a ese demonio por ello ya que si no hubiera aparecido hubieran muerto.
Kuro había decidido ir al bosque ya que así tendrían algo de suerte y podrían vivir de la naturaleza y pescar o comer carne de animales salvajes, el problema fue que no midio la temperatura y su hermanita cayó enferma, la suerte no les sonrió ya que había caído la peor tormenta que ella había visto en meses.
Con cuidado Kuro siguió acicalando a su hermanita.
Una limpieza gatuna después.
Kuro caminaba por los pasillos de la casa dándose cuenta que era grande y solitaria con pequeños muebles en una que otra esquina.
La gata se dirigía donde sentía la presencia marchita ya que su curiosidad era mucha.
La gata llegó a una habitación que tenía la puerta entre abierta por lo que se deslizó por la pequeña apertura.
Kuro observó a una mujer que tejia con tranquilidad lo que parecía ser una bufanda azul, Kuro pudo notar el estado demacrado estado de la mujer a simple vista.
Kushina dejó de tejer mientras observaba los ojos curiosos de un gato negro.
-¿En que te puedo ayudar?-Preguntó Kushina con tranquilidad mientras observaba al gato.
Kuro comenzó a caminar a la mujer ya que no sintió malicia de ella.
-~Nya~-Maullo Kuro mientras que Kushina sonreía ante aquello.
-Deja el maullido y dime con palabras no hablo gato-Habló Kushina con tranquilidad mientras observaba a la gata abrir sus ojos.
-A-Asi que sabes que soy yo ~Nya~-Habló Kuro mientras que Kushina asentía tranquilamente.
-Puedo oler el Sennjutsu en ti, ningún animal corriente puede manejarlo-Habló Kushina mientras que Kuro se mordia la lengua al ser descubierta por eso.
-Bu-Bueno, me presentó ~Nya~, soy Kuroka Hellcat ~Nya~-Habló Kuro mientras que Kushina sonreía.
-Kushina Uzumaki, un placer conocerte Kuroka, mi hijo me habló de ti y de tu hermana-Habló Kushina con tranquilidad mientras que Kuroka jadeo.
-¿E-El lo sabía?-Preguntó Kuroka al oír aquello mientras que Kushina asentía con orgullo.
-Así es, pero prefirió guardarselo ya que tu hermana estaba enferma y debía ser atendida, me dijo que prefirió guardar silencio para que tu le dejaras curar a Shiro-Habló Kushina mientras que Kuroka le observaba.
Kuroka supo que Kushina tenía razón, si ella hubiera sabido que ese niño sabía que eran ellas hubiera preferido irse, los Nekoshou eran raros y según tenía entendido valían una fortuna en el mercado negro.
-~Nya~ Pe-Pero porque ayudarme-Habló Kuroka mientras que Kushina sonreía.
-No hay razón para desperdiciar una vida como la de tu hermana, no hacían daño a nadie y tu pasarías por un dolor inimaginable si la perdías a ella, Naruto nunca se perdonaría si dejaba que tu hermanita muriera, así es mi hijo, terco como una mula-Habló Kushina soltando una risita ya que eso lo había sacado de ella.
Kuroka retuvo sus lágrimas al ver que su salvador pensaba así, toda su vida fueron golpes y maltratos por robar aunque fuera una migaja de pan del basurero, siempre tuvo que suplicar por comida a esos agresores quienes siempre le daban poca comida y había veces que estaba podrida.
Kushina sonrió mientras extendía su mano para acariciar la cabeza de la niña.
-Te puedes quedar hasta que quieras, no te vamos a detener para irte ya que es tu decisión, pero cuida que tu hermanita este bien, estoy seguro que a mi Naru no le importará que te quedes, solo te pido si te quedas que colabores con los trabajos-Habló Kushina mientras que Kuroka alzaba su mirada llena de esperanza ya que pensó que tendría que irse.
-¡De verdad! ¡¿No les molesta?!-Habló/Preguntó Kuroka al oír aquello, nunca había recibido una invitación a quedarse y siempre incluso en su forma gatuna la sacaban con una escoba, hubo una vez que le quebraron una pata cuando la lograron alcanzar.
Kushina soltó una risita al oír el tono esperanzado de Kuroka, al menos era lo que podía hacer con su cuerpo demacrado era brindarle compañía al desinteresado de su hijo.
-Créeme que a Naruto no le importa ya que pudo haber dejado a tu hermana y a ti donde las encontramos si no le hubieras interesado, cuando no le interesa algo simplemente pasa de ello y se enfoca en otra cosa-Habló Kushina recordando la manera tranquila de Naruto.
Kushina pensó que su hijo había nacido sordo o autista debido a que no hablaba y casi nunca prestaba atención, pero cuando comenzó a hablar suspiró de alivio al ver que Naruto podía mezclarse en la sociedad aunque tuviera problemas por su manera de ser.
Kushina incluso si su pequeño tesoro hubiera nacido con algún problema ella lo amaría el doble, pero ella no era ilusa para pensar que lo podría cuidar, estaba agonizando lenta pero continuamente, su enfermedad era incurable eh intratable por lo que había perdido esperanzas en la medicina y se resignó a morir pero antes tenía el papel de madre que cumplir y no moriría hasta que supiera que su hijo pudiera cuidarse por si mismo y tuviera a alguien a quién recurrir si ella llegaba a morir.
Su esposo y ella habían decidido vivir en este bosque cuando la fracción de los antiguos Maou fue derrotada en la batalla de la luna carmesí, ambos pertenecían al viejo régimen siendo demonios clase baja, con el paso del tiempo se enamoraron y cuando fueron liberados de sus obligaciones como soldados decidieron comenzar de cero lejos de todo y todos.
El esposo de Kushina había muerto cuando fueron al mundo humano y se encontraron con un exorcista de rango superior, ambos habían alcanzado la clase suprema pero frente exorcista más poderoso de la Iglesia su esposo se sacrificó para que ella pudiera huir.
-¡GRACIAS!-Gritó Kuroka mientras saltaba a la mujer y comenzaba a restregar su cabeza en el plexo solar de la mujer ronroneando.
Kushina solo sonrió mientras acariciaba al pequeño gatito negro.
Afuera.
Tsubaki apreció en un círculo mágico con una gran canasta, llevaba una gran sonrisa de felicidad.
Tsubaki estaba decidida a que su amigo le diera consejos para mejorar, él era más guay que su maestro y sobre todo era sólo para ella.
El maestro se Tsuabki eran uno de los entrenadores de los soldados Sitri por lo que cuando Tsubaki entrenaba con el siempre tenía a mínimo veinte soldados todos burlándose de ella por ser según ellos "chibi", ella había jurado que algún día les haría morder el polvo por molestarle.
-*No está*-Se pensó Tsuabki al no ver a su amigo, su preocupación bajo al acordarse de las palabras de Naruto el día anterior.
Tsubaki se desinflo al saber que hoy el no estaría en su casa, pero su tristeza se acabó al acordarse que podía pasar el día junto a Lady Kushina.
Tsubaki llegó a pensar como su propio madre a Kushina ya que era cariñosa con ella.
La sonrisa volvió al rostro de Tsubaki mientras comenzaba a caminar dentro de la casa para dirigirse donde estaba Kushina para que probará su comida y ls diera consejos culinarios.
Tsubaki dio una pequeña caminata por los pasillos de aquella mansión, siempre se impresionaba por lo grande que era hasta que llegó a la puerta indicada.
Tsubaki abrió la puerta mientras observaba a su madre estar sentada en el futon y sonriente al verle.
Los Tsubaki sintió un vacío en su estómago al ver a una niña pelinegra con cola y orejas de gato negro estar acostada en los pies de Kushina.
-Qu-Quien es ella Lady Kushina-Habló tartamudeando Tsubaki al ver a esa intrusa.
Kushina sonrió divertida al ver el ceño fruncido de Uta.
-Ella es Kuroka, desde hoy vivirá aquí y es amiga cercana de Naruto, tratala bien-Habló Kushina mientras aguantaba las ganas de reír al ver el rostro pálido se Tsubaki.
Aquella noticia hizo que las piernas de Tsubaki temblaran, apretó sus puños en ira ya que ella era amiga de Naruto no tenía que haber nadie más.
Kuroka afilo su mirada no sabiendo el porque, sus instintos felinos pedían que le declarara la guerra a esa pelinegra.
Tsubaki sonrió forzosamente mientras se inclinaba levemente.
-Soy Uta, un placer conocerte-Mascullo entre dientes Tsuabki mientras que Kuroka sonreía al igual que ella forzosamente.
-Igualmente ~Nya~-Mascullo Kuroka mientras que observaba a la otra niña.
Chiiii.
Kushina juro ver rayos volar y chocar con brutalidad en medio de ambas.
-*Incluso sin quererlo tienes a dos niñas a tus pies, Naru mujeriego*-Se pensó Kushina con una mueca al ver que su hijo había heredado el talento de su padre con las mujeres.
En mas de una ocasión Kushina tuvo sus correr a "Perras que se querían robar a su Mina" cuando intentaban seducirlo, a más de una le tuvo que quebrar un brazo para que supieran que Minato tenía dueña.
-Lady Kushina le he preparado comida-Habló Tsubaki mientras veía a la mujer quien sonrió.
-Sabes Naruto me comentó que eres una peleadora-Habló Kushina mientras que Tsubaki asentía sonriente.
-¡Si! ¡Algún día seré tan guay como Naru! ¡Se lo aseguro!-Habló extasiada Tsubaki mientras que se acordaba de los movimientos de Naruto.
Kushina estaba impresionada ya que Naruto nunca había tocado una arma verdadera, solo armas echas de madera ya que para él algo que servía para quitarle la vida a alguien era algo que no le interesaba en absoluto.
Kushina quería que eso siguiera así, él no tenía porque tocar un arma aún, los niños debían seguir siendo niños y no tocar algo que su historia estaba tan manchada como lo eran las armas.
Kushina sonrió tristemente ante aquellas palabras bajo la mirada de interés ambas.
-Hermosa no debes de decir eso, eso no es ser guay es saber cómo matar, nunca debes creer que saber como matar es ser guay-Habló Kushina mientras tocaba la mejilla de Tsubaki con cariño.
Tsubaki sintió un escalofrío ante aquello, sabía que su madre tenía razón y ella nunca lo había visto así, siempre su maestro repetía que debía pulir más sus técnicas.
-Perdón-Se disculpó la niña mientras que Kushina sonreía.
-No hay nada que perdonar, comamos y luego iremos a la sala de entrenamiento, las tres-Habló Kushina con una sonrisa bajo la mirada interrogativa de las dos.
Kushina quería prepararlas por si sucedía algo que ellas se pudieran defender así que ella las entrenaria.
Tsubaki asintió mientras abría la canasta y sacaba la comida y tres cuencos para servirla, oír lo general el tercero era para Naruto.
Tiempo después.
Tsubaki hacia de soporte de Kushina quién caminaba despacio debido a su debilidad, Kuroka iba al otro costado al igual que Tsubaki brindando apoyo.
Kuroka sentía su hermanita dormir, sentía que su chakra seguía en recuperación por lo que estaba bien y dormida ya que no sentía otra cosa más que felicidad al seguramente estar calentita en la cobija.
Tsubaki abrió la puerta de donde Kushina le indicó y las tres pasaron con cuidado.
-Déjenme ahí-Señaló Kushina con su dedo una parte en específico que parecía estar ligeramente elevada del suelo.
Ambas hicieron caso mientras sentaban a Kushina cuidadosamente para evitar que se golpeara.
-¿Porque estamos aquí? ~Nya~-Habló Kuroka al ver la sala completamente vacío.
-Naru me pidió que te diera consejos Uta, así que decidí hacerlo después de todo es lo único que puedo hacer-Habló Kushina mientras un círculo mágico aparecía en medio de la sala.
PAM.
Tsubaki dio un quejido de dolor cuando su trasero chocó contra el suelo mientras se resbalaba por la sala.
Kuroka no cayó pero se movía tratando de estabilizarse mientras sus pies se deslizaban por el suelo.
-¡Auch!-Habló Tsubaki mientras ponía su mano en el suelo eh intentaban levantarse.
PAM.
Tsubaki cayó de cara cuando su palma se resbaló del suelo.
-¡NYAJAJAJAJAJAJA!-Se río Kuroka al ver aquello pero no vio la sonrisa maliciosa de Kushina.
Kushina a brazo tembloroso extendió su palma al frente de ella donde un círculo verde apreció.
Flush.
-¿Eh?-Preguntó Kuroka al ver que estaba viendo para el techo.
PAM.
Kuroka dio un quejido cuando su trasero golpeo el suelo duramente, puso su mano para intentar levantarse pero tuvo el mismo resultado que Tsubaki.
Tsubaki levantó su vista para ver la cara de Kuroka golpear el suelo, sonrió en venganza ante aquello.
-El reto para este mes es que consigan levantarse…-Habló Kushina sonriendo al verles desplazarse por toda la sala lentamente.
-¡Pero yo estaba de pie!-Habló Kuroka en queja mientras observaba a Kushina quién negó.
-Eso lo sé llama estar de pie si ese simple viento te hace caer, caiste pero no te has vuelto a levantar, estas igual que Uta-Habló Kushina seriamente mientras que Kuroka cerraba sus ojos.
-*Esto no es un entrenamiento cualquiera, eh leído que el centro de gravedad sirve para poder mantenerse de pie incluso peleando en hielo, pero esto es más difícil que los entrenamientos de mi maestro, tan fácil y difícil a la vez*-Se pensó Tsubaki emocionada al saber la verdadera naturaleza del entrenamiento.
Kushina solo se sentó viendo a ambas tratar de parase en donde cuando se activaba ese sello se convertía en una de las superficies más resbaladizas del mundo demoníaco.
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Fin del capítulo.
Sin mas que decir se despide su amigo y pana del alma Escritor-san.
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