12
Naruto ni Highschool DXD me pertenecen son de sus respectivos dueños así como los animes que salgan aquí.
Sin más que decir se despide su amigo y que comience este jodido capítulo.
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Naruto gimio incómodo mientras tocaba la corbata en su cuello, este traje era incomodo y daba picazón, mucha picazón.
"Debes estar presentable, no te quites la corbata, se bueno"
Naruto detuvo su intento cuando escuchó la voz de Reaven en su espalda.
Naruto dio media vuelta y no demostrándolo por afuera sintió miedo, Lady Reaven en ocasiones daba más miedo que su mamá.
Reaven había chillado de emoción y corrido al sastre familiar con Naruto, por fin su pequeño terrón de azúcar saldría no solo para comprar comida o medicamentos.
Naruto llevaba una camisa manga larga blanca, encima de ella un saco de color negro y una corbata roja carmesí, unos pantalones holgados y zapatillas negras.
-Es incómoda-Hablo Naruto a que le producía malestar andar algo que básicamente te podía ahocar.
Reaven sonrió con cariño, lentamente se puso al frente de Naruto, volvió a ajustar la corbata y la arregló.
-Lo sé pero tienes que verte presentable, por cierto tienes que cortarte el cabello-Hablo Reaven al ver el cabello de Naruto caer hasta el final de su nuca.
Naruto se dio cuenta de ello, él no le prestaba atención a cosas tan sencillas como cortarse el cabello, cuando lo tuviera del largo para producirle problemas él lo cortaba.
[Nota: Si maldito como no tienes cabello de esponjilla no te quejas]
-No eh prestado atención, le diré a Kuro que lo corte-Hablo Naruto mientras se peinaba para atrás.
Reaven sonrió ante aquello, lentamente vio que nadie estaba a los alrededores y vio confundida a Naruto.
La mujer usando sus habilidades agarro el cabello de Naruto y haciendo aparecer una liga lo amarro para que quedara presentable.
Reaven le dio un diez sobre diez a la apariencia de su pequeño terrón de azúcar, en el futuro sería todo un lady killer.
-Y las niñas-Hablo Reaven viendo que Koneko, Kuroka y Tifa no se encontraban.
-Se están cambiando, le eh pedido a Kuro que trajera algo del ático así que tardarán en venir-Hablo Naruto con sus típicos ojos desinteresados.
Reaven asintió, su esposo y sus hijos esperaban en la mansión Phenex para conocer al prometido de Ravel.
La mujer soltó una risita al acordarse de Ravel comandando las criadas y mayordomos para que todo fuera perfecto.
"¡Ya llegamos!"
Un chillido hizo a ambo ver para la puerta donde la tres niñas caminaban a ellos con enormes sonrisas.
Tifa llevaba un vestido maga larga y tapado en la espalda, le llegaba hasta la mitad de sus pantorrillas, su pelo caía como una cascada por su espalda.
Shirone llevaba un vestido infantil blanco con adornos de gatito, un sujetador de cabello sostenía su flequillo mientras su cabello llegaba hasta su nuca.
Kuroka llevaba un vestido negro manga corta y un poco más alto que el de Tifa, zapatillas del mismo color y su cabello caía lacio y brillante en su espalda.
Reaven silbó, su pequeña tendría competencia seria dentro de unos años, aunque en este momento sus apariencias eran infantiles, se notaba que en un futuro próximo serían completas bellezas.
Naruto acarició la cabeza de Shirone quien se acercó bajo la mirada desaprobatoria de Kuroka.
Kuroka no sabía porque, ella amaba a su hermana pero la sola idea de compartir a SU Naru con ella le provocaba un vacío, los gatos eran muy posesivos contra otro gatos.
-Mi señor tengo hambre-Gimio Shirone ya que su estomago gruñia, apenas había comido veinte galletas de chispas de chocolate hace cuarenta minutos.
-No te preocupes mi vida, donde vamos hay comida ilimitada y gratis-Hablo Reaven tapandose su boca soltando risitas, conocía el apetito voraz de Shirone.
Los ojos de Shirone se iluminaron llenos de esperanza al oír aquellas sagradas palabras, con suerte había salmón.
Kuroka se acercó a Naruto con una pequeña caja de madera, era rectangular de veinte centímetros de largo por diez de ancho.
Reaven observó como Naruto la guardaba dentro de su saco, supo que ese sería el regalo pero estaba curiosa ya que quería saber que guardaba aquella pequeña caja.
-Muy bien-Asintio Naruto viendo a Reaven quien entendió el mensaje.
Reaven sonrió enormemente, por fin sus tontos hijos y su amado esposo conocerían la magnificencia de su terreno de azúcar.
Un circulo mágico apareció abajo de todos ellos con el símbolo Phenex grabado, el círculo subió y ellos fueron tragados desapareciendo.
Mansión Phenex.
Ravel se movía de un lado a otro mientras se mordía su dedo pulgar con nerviosismo.
Lord Phenex tenía un aura oscura y una de sed homicida esperando al bastardo roba hijas perro sarnoso y maloliente....
Ruval y Ruven sonreían nervioso al ver a su padre soltar tal aura, no debían hablar o su furia seria descargada en ellos.
-Ya se tardaron dos segundos más-Hablo Ravel nerviosa, ¿Tal vez Naruto se arrepintió?.
Ruval y Ruven sudaron al oír aquello, ¿Que tan encariñada estaba Ravel con ese niño?.
Raiser ya se había ido ya que así podría ligar más tiempo con alguna diablesa, había dejado a su nobleza puesto que serían un estorbo en su tiempo de conquista, ¿Que mujer quiere ve a su novio ligar con otra ella estando presente? Raiser era arrogante pero no era tonto.
Flush.
Un circulo mágico apareció, a Raven le brillaron los ojos y Lord Phenex ya estaba desenfundando su espada.
Pero los ojos de Reaven hizo a Lord Phenex volverla a enfundar silbando inocentemente.
-Pense que sería más especial, pero es un rubio igual que nosotros y parece de la rama secundaria quizas-Hablo Ruval viendo al niño con una sonrisa, se veía tan mono.
Ruval hizo una nota mental de no presentarselo a su pareja ya que sabría que la envolvería en su dedo meñique como su madre.
Naruto admiro el castillo al frente suyo con tranquilidad pero sus amigas lo veían con la boca ligeramente abierta.
Kuroka había escuchado que los pilares tenían casas enormes, pero esto era una broma, esta casa no se podía llamar casa, esto era un castillo, eran como diez pisos de pura edificación, incluso la casa de Naruto que a ella le parecía grande era una hormiga
Tifa tenía su boca abierta, según Ravel sus padres tenían dinero, pero nunca esperó que su amiga fuera ultramegaarchisuperhiper millonaria, esto era como una casa de sus más locos sueños.
Shirone en cambió iba pensando en que tal vez habría no solo salmón sino pargo rojo, oh como amaba esas palabras en su cabeza.
Naruto había querido tener un pez dentro de su casa, pero luego recordó que tenía dos gatos y decidió ahorrarle el sufrimiento al pez.
Naruto fue levantado mientras fue expuesto a la familia Phenex por Reaven quien sonreía.
-¡Les presento a mi terrón de azúcar! ¡Naru!-Chillo emocionada Reaven mientras rayos de sol misteriosamente los bañaban.
Ruven y Ruval sonrieron nerviosos al ver a su madre enseñar al niño como en la película que a Ravel le encantaba de nombre Rey León.
-Y perro sarnoso roba hijas-Murmuro Lord Phenex viendo al niño con ojos penetrantes.
-Creí haber escuchado algo de tu labios esposo-Hablo Reaven viendo a su esposo quien se enderezó.
-Que sería un magnífico yerno, si eso dije, puedes creer que soy un idiota-Hablo Lord Phenex viendo a su amada esposa.
Reaven sonrió ante aquello mientras restregaba la mejilla de Naruto con la suya.
Ravel hizo un puchero a su padre, Naruto no era un perro sarnoso aunque no entendió lo de 'roba hijas', ¿Porque Naruto iba a robar la hija de alguien?.
-Pensé que iríamos a la fiesta de Uta-Comentó Naruto viendo a Reaven quien asintió.
-Iremos pero dejame presentarte a varias personas...-Hablo Reaven sonriendo mientras señalaba.
-Ese de allí es mi hijo mayor Ruven-Hablo Reaven mientras el nombrado saludaba.
Naruto lo analizó, entre todos los de la sala era el más fuerte por un margen muy grande.
Ruven sonrió ante los ojos analíticos de Naruto, ese niño sin dudas era algo extraño.
-El es mi segundo hijo Ruval-Hablo Reaven señalando al otro rubio.
-*No es tan poderoso como Ruven pero tampoco tiene nada que envidiarle*-Los ojos desinteresados de Naruto cayeron sobre el otro rubio.
Ruval sonrió amablemente mientras le saludaba
-Y el es mi amado esposo-Hablo Reaven señalando al hombre con una sonrisa.
El hombre iba a soltar un comentario pero la mirada de Raeven lo detuvo, trago y le sonrió forzadamente a su esposa.
Ruven y Ruval sonrieron nerviosos ante aquello, su madre cuando se lo proponía daba más miedo que cualquier otra cosa.
Shirone se acercó a su amado maestro mientras dejaba salir su cola y orejas.
Los dos hijos mayores vieron aquello con maravilla, así que era un Yokai, pensaron que era una diablesa.
Kuroka observó a su hermana hacer eso mientras gruñia enojada.
RRRRRRRR.
Shirone ronroneo mientras acariciaba el pecho de Naruto.
-Maestro tengo hambre ~Nya~-Hablo Shirone viendo a Naruto a los ojos y poniendo grandes ojos tristes.
TAS.
Shirone gimió cuando su hermana mayor le golpeó la frente mientras le veía.
Los mayores observaron aquello con diversión mientras ambas hermanas lanzaban comentarios, una con el argumento de no molestar y la otra con el argumento de tener hambre
Reaven sonreía mientras veía a ambas niñas pelear, ella sabía los celosos que eran los gatos incluso con sus hermanos relacionado con el cariño de su dueño.
Ella no era tonta, si intentaba alejar a ellas de Naruto morirían de tristeza, lo reconocieron como sus dueños desde el momento que él las rescato, su pequeña de verdad tendría competencia.
Ruval en cambio no pudo evitar lanzar una maldición sobre rubios suertudos.
Los nekomatas convertidos en diablos no eran raros, eran peones o obispos formidables en cualquier nobleza.
Ruval no era un lolicon pero el podía verlo con facilidad, esas niñas cuando crecieran serían bellezas atronadoras.
La edad en la raza demoníaca o cualquier ser sobrenatural era irrelevante, después de los doscientos años se convertía en un número.
Ver que todo cambiaba y seguías igual te cambiaba la mente, un solo respiro de ellos y diez años habían pasado.
Tifa en cambio intentaba ser mediador entre ambas niñas fallando estrepitosamente.
Naruto las dejó ser, por más que el intentará evitar que pelearán siempre lo hacían, su madre le había dicho que sería normal así que no le prestará atención ya que los gatos era gruñones de naturaleza igual que las ovejas come carne.
Ravel en cambio sintió que una mano le acariciaba la cabeza, viendo para arriba observó a su hermano mayor.
-Ánimo, será una dura competencia-Habló Ruven dándole un pulgar arriba.
Ravel se sonrojo mientras comenzaba a negar rápidamente sobre aquello, no sabía porque estaba avergonzada pero lo estaba .
-¿Y Raiser?-Preguntó Reaven viendo su tercer hijo faltante en la reunión.
-Se ha ido a "socializar" en la fiesta-Habló Lord Phenex mientras negaba ante sus palabras.
Reaven suspiro mientras se tocaba el puente de su nariz con desagrado.
Que habían echo mal, le dieron todo y lo mejor, la mejor ropa, la mejor casa, las más hermosas mujeres de su harem, pero sin embargo su hijo se descarrio, escupió en sus caras y se volvió arrogante.
Ella podía ver los ojos heridos de la nobleza de su hijo cuando se acostaba con otra mujer, ellas le entregaron el corazón y él lo pisoteo como si fuera un trapo sucio.
-Ese niño...-Suspiro Reaven mientras que se frotaba el puente de la nariz.
Pero Reaven sonrió al ver los ojos desinteresados de Naruto verle con tranquilidad.
-~Kya~ ¡Eres muy lindo Naru cuando me ves así! ¡No te vuelvas como mi hijo! ¡Eres tan lindo!-Chillo Reaven mientras abrazaba a Naruto.
Naruto jadeo al ser aplastado como un muñeco de peluche mientras lanzaba gemidos intentando liberarse.
Ambos hermanos se vieron mientras asentían ante lo que tenían que hacer.
"Silbido de sinsajo"
Ambos silbaron levantando sus manos o más bien en un saludo, ellos habían pasado por eso cuando eran niños.
Ellos no querían volver a ser niños.
Su madre era muy cariñosa, Ruven recordaba como su madre le había gritado a una diablesa de noble cuna de ser una "asalta cunas viola hijos", la pobre diablesa había sufrido una de las vergüenzas más grandes ese día cuando el solamente le pidió saber donde estaba el servicio, ahora era una de sus amigas más cercanas.
Tiempo después.
Naruto se preguntaba por todo era tan grande.
El pensó que la maestra de Uta tenía una casa igual a la suya pero estuvo en un error.
Era más grande que incluso la mansión Phenex.
Tenían un gran patio con muchas fuentes y mucha agua en sus alrededores, flores de todo tipo y de todo color.
La mansión era gigantesca.
Todos había llegado mediante un círculo mágico, según Reaven aparecerían en el jardín de los Sitri.
-Es hermoso-Hablo Tifa viendo aquel hermoso jardín, no era el natural de donde ellos vivían, o el fresco donde acaban de estar, este tenía una hermosura abrumadora.
-Hmmm tal vez me regalen unas semillas o una planta -Comentó Naruto viendo aquellas hermosas flores.
Rubén y Ruval le vieron extrañado, pensaron que se iba a maravillar pero solamente quería una planta.
Reaven sonrió al oír aquellas palabras de Naruto, era tan Naru que le hacia sonreír.
-Bueno antes de entrar debemos aclarar algo-Hablo Lors Phenex viendo a los niños.
Ellos no sabían lo que les esperaba, esto era una reunión demoníaca, todo tipo de demonios pero con algo en común.
Tenían un palo metido en el trasero.
Ruval y Ruven asintieron ya que era verdad, se les había olvidado por completo.
Las fiestas eran comunes en el inframundo, unas más salvajes que otras pero todas concordaban en lo mismo.
Siempre habían peleas.
No importa nada, en un momento podían estar tranquilo y feliz y al otro practicandole un suplex a alguien.
La vida si que era buena.
-Si van a pelear háganlo afuera, los demonios no toman bien que destruyan su hogar-Hablo Reaven a los niños.
Le preocupaba más lo que Naruto pudiera hacerle a alguien que molestara a las niñas.
Shirone gimio, ella quería comidaaaaaaa.
Los tres niños asintieron ante aquellas palabras.
Ahora los Phenex y los niños caminaron a la entrada con tranquilidad.
Flush.
La puerta fue abierta por Sona quien llevaba un vestido azul infantil mientras veía a los invitados.
Debido a que fue la idea de ella hacerle una fiesta a Tsubaki sus padres la enviaron a recibir a los invitados
-Buenos di...-La niña no pudo terminar de hablar.
Reaven sonrió al ver la escena frente a ella mientras que sus hijos abría sus ojos impresionados.
Tsubaki agarro la mano de Naruto cuando pasó al lado de su señor mientras tenía una hermosa sonrisa brillante.
-¡Si viniste! ¡Te presentaré!-Habló Tsubaki mientras tiraba a Naruto para adentro.
Lord Phenex quedó perplejo pero se estremeció de miedo no sabiendo porque.
Lentamente giro su cabeza mientras veía a su terrón de azúcar con un aura oscura rodeandola
-Madre iré con Naruto-Hablo Ravel mientras perseguía a ambos.
Reaven soltó un par de risitas mientras asentía.
Tifa y Kuroka siguieron a Ravel quien ya entraba a la mansión pasando al lado de Sona.
Shirone les siguió ya que por fin tendría comida, tal vez tendrían pescado, o como quería un salmón como el que su señor iba a pescar todos los sábados.
Tiempo después.
Soma gruñia cerca de una pared mientras se cruzaba de brazos, soltaba maldiciones infantiles en contra del roba reinas.
Ella lo odiaba, cada fibra de su ser despreciaba a aquel que robo a Tsubaki de ella.
La fiesta era tranquila, adultos y niños reían y jugaban, en lugar del clásico vino los sirvientes traían jugo de uva o de naranja.
Tsubaki era muy popular incluso siendo una reina, se había echa amiga de muchos demonios ya sean clase alta o clase baja.
Eso se vio reflejado en la cantidad de niños que vinieron a su fiesta y la pila de regalos que habían.
En estos momentos Tsubaki no prestaba atención a nadie, simplemente no se despegaba de aquel rubio.
Ella estaba celosa, que tenía ese clase baja que ella no, cuando le dijo que venía Naruto, Tsubaki no se hizo esperar y salió del cuarto.
"~Ara~¡Mi So-tan esta celosa! ¡Que linda!"
Una voz infantil sonó mientras que Sona jadeaba cuando fue levantaba del suelo.
-¡Hermana basta!-Chillo Sona mientras intentaba separarse de su hermana mayor.
Era una muchacha que rondaba los 15 años, sus ojos violeta llenos de vida y su piel blanca y sin imperfecciones la hacían resaltar.
Pero eso no era lo que llamaba la atención sino sus voluptuosas proporciones en tan pequeño cuerpo.
Pero incluso así nadie se atrevía a verle de manera lujuriosa, nadie quería terminar con las pelota congeladas por la más letal Maou.
Ella no era la Eternal Winter Satan por nada.
Ella era Serafall Levithan.
Hasta la fecha no se tenían registros de que hubiera tenido una pareja, los ancianos intentaron casarla a la fuerza con alguno de sus descendientes o demonio clase alta pero fue en vano.
La muchacha dejó muy en claro su disponibilidad cuando congelo y procedió a destruir a un demonio de la Casa Malphas que intento pasarse con ella.
-¡Entre mas me dices que me detenga más lo haré!-Chillo la muchacha emocionada al ver a su hermanita tan mona.
Serafall no podía esperar para que su hermanita creciera, podría tener mucho Yuri Yuri con ella, la sola idea de tenerla gimiendo con ojos humedecido por la lujuria la hacían querer babear.
Giiiii.
Serafall entonces se congelo al ver a su pequeña hermanita soltar un aura oscura mientras veía la razón de su enojo.
Era un niño Phenex según veía, podía oler claramente la sangre Gremory por lo que seguramente era de la rama secundaria.
Entonces observó los ojos azules de ese niño verle, intento sostenerlo la mirada.
Pero no pudo.
Serafall se sintió desnuda ante tal mirada, como si todos sus pecados hubieran sido vistos por esos ojos.
Sintió miedo.
La domino con una sola mirada.
Eso la excito sin fin.
Pero un sentimiento se apoderó de ella, un afán que sentía como si su pecho estuviera a punto de estallar.
Sintio su cara enrojecerse y calentarse a niveles que ella no creía posibles, su corazón muerto volvió a latir con mucha más fuerza o seguramente era sola ilusión creada por su estado.
Entonces ella de vio.
Gimiendo abajo de él recibiendo sus estocadas bañados en sangre, encima de una enorme pila de cadáveres humanos.
Solo esa visión la hizo mojarse y lamerse los labios que estaban secos por algún motivo.
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Sin mas que decir se despide su amigo y pana del alma Escritor-san.
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