Capítulo 28
Maratón: 5/Hasta final
—"Si es alguien que usted ama... estoy seguro que es una buena persona"—citó el muchacho—. Oh... por favor, dime que te acuerdas de mí, ¿verdad?
Sakura reaccionó. Dio un paso hacia el frente simbolizando que todo había terminado. Ya podía atacar. Ya podía ser libre, ¡al fin! Dio con el culpable de todo. Concentró chakra en su puño pero rápidamente este esquivó su ataque.
—¿Te crees que soy débil?—sonrió el muchacho.
De seguida creó un campo invisible que los rodeaba a ambos. Podría ser fácilmente un escudo... si no fuera porque Sakura y aquel susodicho estaban encerrados dentro.
—¡Sakura!—gritó Sasuke. Miro al antiguo equipo siete—. ¡Vamos!
—¡Sí!
—¡Maldita sea déjala ir!—gritó Shiero golpeando el campo de fuerza.
Mientras tanto, la Haruno se encontraba completamente sola. Observando de nuevo a aquel muchacho.
—¿Te acuerdas?
—Lo siento, no me acuerdo de usted—mintió.
—Confesé mis sentimientos en la guerra. Tú me curaste. Desde entonces, no pude sacarte de mis pensamientos. Me fui citando esas palabras. Pero la verdad, después estuve a punto de morir—explicó—. Y seguí sin sacarte de mis pensamientos. Te quería de alguna forma. Pero, después te vi. Tu Byakugou. Tú. Junto a tus compañeros. Te vi, sentí cómo te marchabas hacia diferentes dimensiones mientras yo estaba atrapado. Y finalmente... te seguí viendo. Haruno Sakura. La chica más poderosa. La chica de la que me enamoré muchísimo.
Sasuke corrió, envainando su espada. Pero los jueces se interpusieron entre él y el campo de fuerza.
—¡Nosotras nos ocuparemos de poner a la gente a salvo!—gritó Shiero—. ¡Vamos, destruid esto!
—¡Sí!—asintió.
—Busqué y busqué algo que me pudiese hacer fuerte—comenzó a explicar de nuevo bajo la respiración agitada de la Haruno—. ¿Te das cuenta de los años que han pasado hasta que al fin soy digno de ti?
—Nunca serás digno de mí. Estás loco.
—¡Loco por ti!—gritó desesperado, acercándose a ella—. Necesitaba atraer tu atención mientras no pensabas en lo que estuviese ocurriendo, pues conocía tu inteligencia.
—Bien, lo conseguiste.
—Pero metieron las narices.
—Tú no eres aquel chico...—susurró.
Volvió a concentrar chakra en su puño y corrió hacia él, más decidida que nunca a darle.
Pero fácilmente lo esquivó, sorprendiendo a Sasuke quién estaba observando. Sakura fue rápida. Fue ágil. Fue cautelosa. ¿Por qué diablos había fallado? ¿Acaso había explicación?
El ninja que se declaró la abrazó por detrás con una fuerza sobrehumana a la que ella tenía. Era imposible. Incluso sentía que sus órganos iban a salir por su boca.
—Siempre te he amado, siempre...—apretó con mucha más fuerza. No podía deshacerse de su agarré. Diablos, ¿qué tenía aquel chico? ¿Qué diablos estaba ocurriendo?—siempre...—Apretó, aún más fuerte. Sakura gritó de dolor provocando que Sasuke cayera ante el sello maldito.
A medida que pasaba el tiempo él siempre consiguió calmar el sello. Pero aquella escena... No podía ni verla. Activó el sello transformándose completamente. En él solo existía un deseo: el de venganza. En cuanto golpeó aquel campo bajo los gritos de la Haruno, este se rompió convirtiéndose en cristal.
El Ninja que sostenía a su futura mujer entre sus brazos sonrió de una forma maléfica acariciando cada milímetro de la piel de la Haruno.
—Oye, tú—le llamó Sasuke—. Suéltala.
El Ninja la soltó.
—Espera ahí, querida Sakura...
—Cometiste un gran error—sonrió el Uchiha—. ¿Quién en su sano juicio atacaría a alguien delante de mucha gente?
—Una persona que no puede ser vencida—volvió a sonreír el ninja, posicionándose en modo ataque.
La Haruno se quedó observando la escena: ambos estaban peleando. También escuchaba los gritos de las personas. Tenían miedo. Mucho miedo. ¿Y quién no? No sabían qué estaba ocurriendo.
—Ahora verás.
En cuanto volvió cien por cien en sí, Sakura se levantó.
Sasuke lo estaba dando todo, pero incluso con la marca maldita podía ver dificultad en él.
Suspiró, corriendo hacia el Uchiha.
—¡Cálmate, Sasuke!—lo abrazó por detrás bajo la mirada del ninja.
Este se enfureció mientras Sasuke se calmaba poco a poco.
—No me lo puedo creer. ¿Es él? ¿Él es del cual estabas enamorada?
—¡Y lo sigo estando!—gritó la Haruno colocándose delante de él. Aquella vez, ella sería quien lo salvara—. Tenemos una hija estupenda. Y aunque ambos hayamos cometido errores, lo quiero. Lo amo con locura. Tanto, que me dolería si logras herirle por lo que pienso protegerle de un monstruo como tú.
—¿Monstruo?—sonrió.
—¡Tú no eres aquel ninja que declaró sus sentimientos! ¡Tú eras feliz con mi sonrisa! Yo solo hice mi trabajo: te curé. Hice que pudieses sobrevivir. Dime, ¿acaso te hice pensar algo que no era?
—¡Por supuesto que sí!
El muchacho se sorprendió bastante al ver cómo la Haruno se agachaba simbolizando una reverencia. Una disculpa. No sabía a qué venía, pero sólo calló.
—Por favor, entonces, ¡discúlpame!
—¿Qué? ¡Sakura, levanta! ¡Te intentó matar!—le dijo Sasuke.
Sakura no se levantó. Apretó sus dientes y sus puños y siguió hablando bajo la mirada de todos.
—Por favor, discúlpame por no poder haberte parado. Si lo hubiese sabido te habría dicho que tú ya eras perfecto tal y como eras. No necesitabas hacerte fuerte, porque ya lo eras. Tampoco quise hacerte creer que te amaba, mi corazón siempre perteneció a una persona. Aunque lo nuestro hubiese funcionado, habría vuelto con él. Mi destino siempre fue estar a su lado. Por eso, me disculpo—gritó aún más fuerte—. Para mí sólo fuiste algo... que pasó. Ni siquiera le di importancia a tu declaración. Y fue curioso ver que tuvieron que arrebatarme a la persona que amaba para darme cuenta del dolor que te provoqué sin querer. Tuve que quitar la venda de mis ojos para sentir lo que tú sentiste.
No articuló ninguna palabra más. Solo, relajó sus músculos.
—Chicos, retiraos—susurró.
Sasuke no estaba satisfecho. Aún quería matarlo. Aún quería hacerle de todo a aquel idiota. ¡Se le declaró a Sakura! ¿Cómo osó a hacer algo así?
—Siempre supiste cómo hacer las cosas, Sakura—dijo el ninja, acercándose hacia la pelirrosa. Sasuke gruñó en cuanto observó que casi la tocaba, pero este retiró su mano—. Es por estas cosas que siempre me superaste.
De la nada comenzó a derramar lágrimas de sus ojos.
—Joder, yo siempre odiándote por haberme roto el corazón... Haciéndome fuerte por ti... Incluso me convertí en algo inhumano.
—¡Yo... Yo creo que sigues siendo bello!—gritó Kasumi, algo sonrojada.
—¡Kasumi!
—¡Shiero! ¡A ti te van los pervertidos, déjame tener mi propio gusto!
Todos rieron, excepto Kakashi, que hizo como si nada.
—Siento haber provocado este caos—se disculpó el Ninja.
Sakura al fin alzó todo su cuerpo, sujetando la mano de Sasuke.
—Gracias por haberme dado la oportunidad de explicarte.
—No me odie.
—No me odies tú a mí.
El Ninja suspiró profundamente, sacando de su bolsillo una pequeña placa de oro. Se la entregó. Sakura sonrió al leerla. Ponía: "Flor de Konoha".
—No quiero un pre-
—Este premio, para mí, siempre fue tuyo.
—Si es tuyo lo aceptaré.
Sasuke arqueó sus cejas.
—Gracias.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top