Capítulo 27

Maratón: 4/ Hasta final

Apenas se maquilló cuando se miró en el espejo.
Sólo había tres participantes en aquel concurso, por lo que quisieron acelerarlo aún más.
Kasumi optó por ponerse su traje negro, simbolizando la muerte. Cosa que les llegaría a ellos en cuanto pudiese salir de aquella mierda. No pensaba tener piedad.
Lo único que quería ella era salvar a su aldea y volver junto a Shiero, siendo amigas para siempre. Eso sí, si la actitud descarada de la chica aún no la descalificada del concurso, pues juró que si algún juez se atrevería a juzgarla por su apariencia, lo mataría.
Irónico, ¿verdad? Los jueces juzgan.

Mientras tanto, Shiero se encontraba con un precioso traje blanco que simbolizaba pureza. No iba a permitir que esas personas la cambiaran, y eso quería demostrárselo a todo el mundo.

—Kakashi...—susurró Shiero. Kakashi le colocó el mechón detrás de la oreja mientras sonreía—... gracias por entender esto.

—Sabes que no he entendido nada. Tú y yo tenemos cosas que aclarar.

—P-Pero...

Puso sus manos sobre los hombros de la chica, la cual las usó para atraerla a sus labios. Una vez ahí, comenzó a besarla como si la humanidad estuviese a punto de ser extinguida.
De eso trataba el amor, ¿no? De sólo pensar en el presente y no en el futuro.

—Kakashi... te quie-

—Dímelo cuando regreses.

—S-Sí...

Cuando la abrazó, se marchó para sentarse al lado de Sasuke y Naruto, los cuales eran invitados de honor en aquel concurso. Se sentaron en las butacas más próximas.

Echaron el telón y un presentador bastante característico por su cabello blanco y largo apareció. Comenzó a hablar.

***

—Estáis preciosas, chicas—halagó la Haruno, futuramente Uchiha.

—Gracias, tú también.

Se posicionaron detrás de las cortinas, agarrando sus manos.

—Me gustaría invitaros a mi boda. No debéis faltar, así que hagamos esto bien, ¿vale?

Las cortinas se abrieron y las chicas dejaron de sujetar sus manos. Todos aplaudieron al verlas. Sus trajes eran únicamente para hacerlos cómodos, y no bellas. Querían dar a entender que ellas no participarían en sus juegos.

Ni siquiera sonrieron. Solo miraron a los jueces como si estuviesen a punto de ser masticados por colmillos.

—Damas y caballeros—comenzó a hablar el muchacho de cabellos largos—. Permítanme presentaros a Kasumi, la chica con carácter—señaló a Kasumi, quien solo movió su cara intentando ser aquello un saludo—, a Shiero, la chica amable—sólo sonrío hacia el público. En cuanto volvió a observar a los jueces, su rostro cambió completamente—y a Haruno Sakura, la chica poco femenina.

Todos aplaudieron, excepto Sakura, quién miró al presentador con una mala cara.

—No te preocupes, Sakura-san—habló Shiero, sonriendo mientras tapaba su micrófono—... yo pienso que eres muy femenina.

—Ya podrás demostrarle lo femenina que eres cuando todo terminé. Ya verá. Después te suplicará—añadió Kasumi.

—Sí, gracias, chicas.

Apenas había comenzado cuando ya odiaba todo de ese evento.

—¡Y ahora! ¡Las tres nos mostrarán sus habilidades! Por favor, usted primero señorita Kasumi.

—Por supuesto. Apártate, imbécil.

Kasumi dio un paso hacia adelante. Cerró sus ojos cara al público, y en cuanto los volvió a abrir, únicamente se veía todo de color negro. Era como un demonio, por lo que todos ahogaron un grito de sorpresa.
Ella era atractiva y guapa, excepto por su carácter, todos pensarían que era una princesa.
Pero ver aquello les chocaba. Jamás habían sentido tal escalofrío.

—Va...Vamos, muéstranos.

Se clonó hasta rodear la sala. El frío invadió todo el espacio, ¡incluso Naruto tembló un poco al verla!

—Solo mostraré esto. Terrorífico, ¿verdad?—sonrió en cuanto volvió a la normalidad—. No quisieras saber qué sigue. ¿O sí?

—¡Para continuar, Shiero! ¡Adelante!—esquivó el presentador.

—Graciaaaas—canturreó—. Y ahora... os mostraré algo.

Shiero cambió sus ojos de color como si fuese un camaleón. Fueron de verdes a transparentes, perla. Era como...

—¡¿Shiero es una Hyuga?!—le preguntó sorprendida Sakura a Kasumi, tapando su micrófono.

—Por supuesto. Aunque no se quedó en Konoha. ¿Es que nunca le preguntaste de dónde era?

—Jamás caí en eso.

—¡Byakugan!—dejó caer una pausa mirando al presentador. Sonrió—. Bonitos calzones.

Shiero volvió a echarse hacia atrás, mirando a la Haruno. Había percibido su asombro.

—No soy exactamente una Hyuga, Sakura-san—sonrió—. Pero podría decirse que sí.

—T-Tus ojos cambiaron de color...

—Tadáá.

—¡Y para seguir, damas y caballeros... Haruno Sakura!

Sakura se mostró decidida a seguir con aquello. Con su traje negro y su capa—parecido a lo que llevaba su futuro esposo, pero en versión chica—caminó segura hasta quedar en frente del público. Una vez ahí buscó la mirada del Uchiha. Ahí estaba, mostrándose totalmente serio.
Su cabello algo largo estaba atado en una cola, haciendo que se tambaleara en cuanto movía su cuerpo. A Sasuke le encantaba verla así. Se mostraba fuerte e independiente, algo que la chica siempre fue.

—Puedes seguir, Sakura.

La Haruno sonrió. Elevó su brazo. Todos observaron su mano, la cual estaba tapada con unos guantes que le hacían ver sexy. Ino le había enseñado muchos meses antes a hacer movimientos de cadera como los que estaba haciendo ella. Eran sensuales a la vez que cuidadosos. No pedía a gritos que era una zorra que estaba de acuerdo con el concurso, solo pedía a gritos que era superior a las personas que estaban ahí, observándola y a punto de darle una nota sobre diez.

Su Byakugou brilló. Algo que nunca hizo. Todos se sorprendieron, incluso sus antiguos compañeros.

—¿Qué es eso?—le preguntó el séptimo al sexto, el cual estaba a su lado.

—No lo sé. Nunca lo había visto. ¿Sasuke?

—Yo tampoco lo sé—declaró, sin saber si debería preocuparse o no.

De repente, todo el salón comenzó a temblar. Todos se asustaron, hasta que finalmente la chica habló.

—Gracias por vuestra paciencia—hizo una reverencia y dejó que el suelo dejara de temblar—. No se asusten.

El telón se cerró.

Las participantes se miraron.

—¿Y ahora?—preguntó Kasumi.

—Ahora los trajes de baño.

—¿Qué?

—Chicas, sé que no es ético. Pero tendremos que hacerlo. Tenemos que llegar al final de esta mierda.

—Sí—dijeron al unísono.

***

Se pusieron los trajes de baños. Todos eran bastante ajustados, pues no habían comprado ninguno. Todos los que había eran de esos tipos. Shiero mostraba su palidez y su lunar en la pierna, la cual para Kakashi siempre fue una diana que besar.
Mientras, Kasumi mostraba sus grandes senos perfectamente redondos.
Sakura lo único que mostraba era su gran trasero y sus pechos... bien, de un tamaño normal. Pequeño si lo comparaban con aquellas dos.

El telón se abrió. Todos se sorprendieron, pues no pensaba que habría una sección tan despiadada de obligar a aquellas muchachas a exhibir partes de su cuerpo que no mostraban a cualquiera.

Naruto tragó fuerte desviando su mirada. ¡No podía ver a Sakura así! Aunque... observando el pasado ya la había visto debido a la foto. Bueno, media Konoha había visto a la Haruno.

Kakashi sólo observó a Shiero, sonriendo de una forma pervertida porque él era el único en aquella sala que había visto completamente aquel cuerpo. Sin ninguna tela que le cubría.

Sasuke se enfureció. Apretó sus puños y miró el suelo. Todo era mejor que mirar como la chica que quería pedía a gritos socorro sin que él pudiese hacer nada. Pensaba guardársela.

—¡Posen, chicas, posen!

Se miraron mutuamente.

—Vale, imitad lo que hago—susurró Kasumi—... será algo... intermedio a sensual.

—S-Sí.

***

Al finalizar, dejaron a las chicas cambiarse con el traje principal. Aquel que era bastante cómodo.

—Y ahora, damas y caballeros... Entregaremos el primer puesto. Peeeeeeero antes... por favor, ¡aplaudan a quién organizó todo esto!

Todos aplaudieron. Los chicos comenzaron a prestar atención a todos los detalles, mientras que el susodicho saltó hacia el escenario.

Los ojos jades de la Haruno se abrieron como platos al ver aquel rostro de nuevo. Su boca se formó en una "o". No, no trataba de Orochimaru. Ni tampoco de Sasori, por si algún momento pudisteis pensar en aquella locura.
Trataba de él. Aquella persona que en un pasado fue insignificante pero que se convirtió en algo más que un hombre. Apenas podía reconocer su rostro. Sus ojos, su cuerpo, su cabello...

—Dios... mío—susurró la Haruno ante la sorpresa.

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