Capítulo 19
N/A
Bien. A partir de este capítulo vosotros tomaréis la historia.
Todo se hará por votaciones. ¡De verdad que me hace mucha ilusión hacerlo así!
Os daré instrucciones. Pongamos un ejemplo.
Sasuke apareció de la nada, sin previo aviso. Sus ojos de nuevo estaban clavándose en mí. Pero algo había mal. ¿Era un mal sueño, una ilusión, un deseo, o era real?
Y vosotros escogeréis. Como mucho daré tres opciones, pero SÓLO PODRÉIS VOTAR LO QUE HAY. NO DAR MÁS IDEAS.
a) Ir y tocarlo si es real.
b) Cerrar mis ojos.
Los votaciones serán sencillas; deberéis de seleccionar la letra o la línea completa, y votar cualquier tontería: "esta opción". Y ya está.
Obviamente este ejemplo fue una tontería, pondré opciones mucho más importantes.
¡Vamos a escribir la historia todos juntos!
¡COMENCEMOS, DISFRUTEN!
Era por la mañana. Las tres chicas estaban ahí, agotadas del día de ayer y dispuestas a hacer lo que sea para que aquel incómodo silencio se vaya de una maldita vez. Karin se sentía muy mal, una entrometida, pero como bien ya dijo muchas veces; ella no decidió estar ahí.
—C-Cocinas muy bien, Sakura-sama—dijo la pelirroja, intentando agotar el silencio.
—Sí. Ella es y será una muy buena madre. ¿Y tú? ¿Estás lista?
—¡Sarada!—gritó la Haruno como advertencia—. Lo siento Karin, ella es...
Apenas terminó la frase; no tenía ganas de defender a aquella zorra, no tenía ganas de perder a su hija cuando ella también creía en lo que había dicho.
—Por cierto cariño, te he preparado una fiesta—informó la pelirrosada ante la mirada de ambas, recordando que aquella misma noche sería el cumpleaños de su hija. Y una semana después el concurso que tanto debían de ganar las kunoichis—. Sólo estarán las personas importantes.
—S-Sí, gracias, mamá.
—Incluso Bolt—volvió a decir la Haruno, creyendo que eso molestaría algo a su hija—. Y su familia, ya sabe-
—Mamá, eso de poner nerviosa a la novia en mí no funciona, ya conozco muy bien a Hima-chan, Hinata-sama y al séptimo. No creo ponerme nerviosa.
—Nunca se sabe—rio. Paró en seco, y suspiró mirando a la pelirroja, quien algo avergonzada no dejaba de comer su gran porción—. ¿Vendrás?
Se sorprendió por la pregunta de la Haruno. Sarada no se resistió en lo absoluto, la noche anterior Bolt le había hecho entrar en razón, aunque sólo algo; lo suficiente para soportarla. Karin, en cambio, estaba feliz. Si había alguien a quien quería con locura era a su ahijada, era la única que nunca odiaría si intentara matarla ni siquiera.
—¡S-Sasuke-kun! ¡S-SASUKE-KUN!—gritó la chica pálida por el embarazo de aquella pequeña niña. La amaba. Y esa circunstancia de vida le enseñó a que no hacía falta ver a alguien para quererla—. ¿Qué hacemos?
Sasuke estaba asustado, al fin nacería su hija, al fin, con la mujer que tanto amaba. Ser padre es lo mejor del mundo, ¡incluso el Dobe se le adelantó en eso! Debía hacerlo bien, por ese motivo, tenía la mochila llena de libros sobre partos e información necesaria para poder dirigir uno.
Sacó un libro de su mochila, la cual acción, molestó algo a la Uchiha.
—¿Estás loco, Sasuke-kun? ¡No quiero que me lo saques tú!
—¡Tú me seguiste a esta misión!
—¡No quería separarme de ti! ¡No quería que te perdieras el nacimiento de nuestra hija!
Esas palabras se las guardó dentro de su cabeza. Cualquier chica se hubiese quedando en Konoha, y cuando se hubiese puesto en marcha, llamaría al padre para que viniera. Sakura no. Ella era diferente y él lo sabía. Sakura iba con él, sin separarse, sólo para que pudiese ver el parto.
Él era consciente de que aquella acción peligrosa le dolía. ¡No es posible caminar tanto y protegerse a ella y a sus compañeros con una gran barriga!
—Llévame a un lugar seguro, por favor...—siseó.
Sasuke tomó aquellas palabras como órdenes, y así lo hizo. Pero no le permitió que caminara más, si no, que la cargó a pesar de su peso extremo. Saltó hacia un árbol y se marchó hacia la guarida de Orochimaru, donde esperaba que estuviese su antigua compañera Uzumaki Karin.
—S-Sarada-chan—se atrevió a decir la pelirroja de una vez, con temor a que esta la rechazara—. ¿T-Te han contado cómo naciste?
—No...
Sakura rio ante su pregunta. Lo cierto, es que jamás se lo contó, siempre estaba en su lista de "pendientes que decirle a mi hija". Entre ellos estaba "sexo", "drogas" y "alcohol".
—Por favor.
Karin se sorprendió bastante al escuchar esas palabras provenir del Uchiha. ¿Desde cuándo él decía por favor?
Suspiró.
—¿De qué trata ahora, Sasuke-kun?
—Es... Bueno, ¡pasa!
En cuanto dio la orden, una Sakura algo avergonzada, sudorosa, y temblorosa se asomó por la puerta, dejando a ver su gran barriga. La Uzumaki se sorprendió, pero también demostró felicidad al ver que aquel chico había cambiado mucho; queriendo ser padre. Es más, ¡iba a ser padre! Uchiha Sasuke, el mismísimo al que nunca lo imaginarías haciendo el amor con otra persona que no sea su preciada venganza.
—Y-Yo...
—¿Necesitas ayuda, verdad, Sakura-chan? Te ayudaré.
Le ofreció su mano, la cual aceptó.
—Gracias, Karin—agradeció el Uchiha.
—S-Sí, muchísimas gracias Karin-san, de verdad que...
—¿Te duele? ¿Contracciones? ¿Sangrados inexplicables? Necesito información.
Ambas chicas sonrieron, y de repente, comenzaron a hablar de cosas médicas que ni Sasuke entendió.
—Parece increíble que ya haya pasado dieciséis años—informó la Uzumaki—. ¿Sabes? Fui yo quien llevé tu parto.
—Es cierto—apoyó Sakura—. Y por mucho que te odie he de decirte que fue el parto menos doloroso que hice en mi vida.
—¡Sólo me has tenido a mí, mamá!—regañó.
—Sí, es cierto; pero he asistido a muchos y jamás he podido hacerlo tan bien como Karin.
—No le lances rosas, mamá, no pienso perdonarla.
—Ni yo—por un momento se olvidaron de que ella estaba delante—. Pero cariño, debemos pasar página. En todo. No quiero que te lleves mal con tu hermanastro, ¿lo entiendes? La familia es lo mejor que tenemos.
—Es... preciosa.
Y nadie dijo lo contrario. Todos pensaban igual que la madre, que aquella niña era demasiado preciosa. Con sus párpados cerrados, sus pocos cabellos negros, su piel pálida... Era toda una Uchiha.
Sakura colocó sus dedos entre las manos de Sarada, la cual la agarró. Su mano era tan pequeñita, tan débil, tan tierna...No pudo evitar sonreír. Cuando la vio por primera vez se juró a sí misma que jamás permitiría que nadie le hiciera daño.
—Me dan ganas de protegerla. ¿Has visto, Sasuke-kun? Esta es nuestra hija.
—Has hecho un buen trabajo, Sakura-chan—le habló Karin, muriéndose de ganas por coger a la niña pero sin saber cómo preguntarle.
—Sí, es hermosa—y lo decía en serio.
Sakura frunció su ceño.
—Tardaste años en decirme eso, y viene nuestra hija, ¿y se lo dices de seguida?
—¡Cállate molestia!—ambos rieron, desde luego, había veces en las que se llevaban algo mal pero igualmente se amaban.
Como nunca,
Se amaban sin cesar, sabiendo que ninguno de esos sentimientos se iría nunca.
—Ahora quiero saberlo. ¿Cómo nací, mamá?
—¿En serio? Es una larga historia. Todo comenzó aquel una noche helada. Sasuke vino, de repente, y me dijo que se tenía que ir a una misión muy importante. Yo fui con él, ¡no quería que se perdiera tu nacimiento! Y entonces, partimos...
***
El Uchiha estaba bastante alborotado por lo que había escuchado en aquella reunión. Debía ir rápido, debía ir confiado, debía de decirles a todos—antes a Sakura que a cualquiera—lo que pretenden hacerle a las kunoichis de Konoha. Más a su esposa. Se alborotó enseguida al escuchar que el único nombre que salió fue el de ella. ¡Por Kami-sama! Él jamás permitiría que le tocaran, ni aunque fuera un maldito cabello rosa, aquel cabello que a él tanto le gustaba.
Decidió usar sus poderes oculares para transportarse hacia Konoha.
Una vez ahí, dudó unos instantes si debería pasar por su hogar, ver a su exesposa, ver a su hija... Y quién sabe. Sólo necesitaba verlas, nada más que eso. Saber que estaban bie-
Lo golpearon. Fue demasiado rápido y él estaba sumergido en sus pensamientos que no se vio venir a aquella rubia de ojos azulados. Miró a Ino en cuanto tocó la pequeña herida que esta causó. No le importó; no le dolió bastante, o al menos, no lo suficiente como para causar un alboroto.
Algo le sorprendió bastante, y fue que aquella Yamanaka estaba llorando.
—¡Esa por Sakura, idiota!
Al saber de qué iba se dejó. Se lo merecía. Lo sabía.
Ino lo golpeó de nuevo, aquella vez, en el abdomen.
—¡Esa por Sarada!
Otro golpe, más fuerte que el anterior, con más lágrimas.
—¡Esa por la aldea, baka!
Y, el golpe final, concentró chakra en sus pies. Cerró sus ojos, respiró profundamente, y le pegó una patada allá donde duele.
—Y esa es por dejar embarazada a Karin.
Eso le sorprendió.
Pero le dolió.
No quería un hijo de Karin, no de la mujer que amaba. Entonces, algo había mal.
¡Momento votaciones!
a) Correr hacia la oficina del Hokage para advertirle de los propósitos.
b) Correr hacia donde esté Sakura y disculparse, contándole todo.
c) Correr hacia Sakura y advertirle del propósito que tienen contra ella, diciéndole que cuando todo pase, ya hablarán de las cosas que tengan que hablar (Karin, el bebé, su traición...)
PD: Sé que es corto, pero lo prometo, que el siguiente será más largo. Este lo hice porque me moría de ganas, y además, quería practicar lo de las votaciones. Espero que funcione, me encantó cuando se me ocurrió y espero que a vosotros también.
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