Capítulo 17
Con cuidado, la Haruno sujetó bien a la Uzumaki quien entraba poco a poco al nuevo apartamento de las chicas. La pelirroja gimió, pues el dolor del embarazo ya se hacía presente en ella.
—¿Estás bien?—preguntó la Haruno, aunque no le gustaba mucho la idea de cuidarla. Aun así, ella tenía principios. No sabía si era idiota o no, pero al menos era buena persona.
—S-Sí. Gracias, Sa-kura-chan.
—Sakura-sama para ti—sonó bastante fría.
Con ayuda de la Haruno, Karin pudo sentarse en el sofá cómodo, el cual sería su cama a partir de aquel instante, sólo por algunos días.
—Avisaré a Sarada de que estás aquí, quizás no le guste la idea.
—L-Lo sé. Créeme que no estaría aquí, si me dejaras... me iría.
—No puedes irte, y más cuando tu cuerpo es débil—negó—. Estás embarazada de una Uchiha, ¿sabes lo que vale lo que hay dentro de ti para muchos bandidos? Así, en cuanto pises Konoha, morirás.
—Sé cuidarme, no soy tan débil como t-
Calló en cuanto de su boca iba a salir una gran grosería. Creyó que esas palabras le dolerían a la Haruno, y que eso sería suficiente para derrotarla al menos por aquella vez. Pero no fue así, calló, pero por temor a que ella dijera algo peor, pues tenía motivos para insultarla, para hacer que su autoestima cayera en picado. Calló por respeto a aquella pelirosa que le estaba ayudando aun sin motivos. Calló porque era la madre de su ahijada. Calló porque... bueno, no quería discutir de forma innecesaria.
—L-Lo siento.
—Konoha está pasando por una situación muy difícil—contestó, sin apenas ánimo se sentó a su lado—. Hay... bueno, un peligro del que no te informaré. Tú no puedes protegerte, por lo que te protegeré yo. No creas que me hace ilusión, pero he de hacerl-
—¿Por qué?—quiso saber. Y era cierto; le interesaba saberlo. ¿Por qué ella era tan buena? ¿Por qué ella iba a cuidarla cuando se supone que le destrozó la vida? ¿Por qué, cuando ella hizo el amor con su marido?
—Porque no quiero abandonarte, Karin—o más bien, sus principios no le dejaban.
—¿Sabes, Sakura-cha-—ehem—Sakura-sama? S-Sasuke-kun aún te quie-
Antes de pronunciar aquellas palabras tal peligrosas, la puerta sonó dando a paso a una Sarada algo intranquila. Pronto haría una semana con Bolt, y eso le ponía muy nerviosa. Sí, sólo era una semana, pero a ella le gustaba esa celebración tan absurda.
—Mamá, ya estoy en ca-
Su bienvenida paró al ver a la pelirroja ahí. Un pequeño chidori apareció en su mano, pero antes de que lo pusiera en marcha, su madre se colocó delante de la Uzumaki.
—No, Sarada—ordenó—. Debemos cuidarla.
—¡¿Por qué?! ¡Esta zorra se llevó a papá!
Y esas palabras le dolieron muchísimo a la pelirroja. Su ahijada la odiaba, y razones no le faltaban.
—S-Sarada-ch-
—No hay ningún motivo—comenzó a hablar Sakura, segura de sí misma—. O no algún motivo que tú debas de conocer, no aún. Confía en mí, hija.
—¿Y qué pretendes que hagamos con ella?
—Cuidarla. Protegerla. Y después, se irá y no volverá jamás a nuestra vida. Pero ahora hay que soportarlo.
Karin bajó su cabeza, anonadada de la simpatía de la Haruno, porque, por muy irónico que sonase, era más de lo que esperaba.
***
Con cuidado la ayudó para tumbarse en aquella cama de matrimonio que ella tenía, y en la que cada noche se sentía muy sola.
—S-Sakura-sama—comentó con debilidad la pelirroja—. Nuestra intención jamás fue malvada. No hubo ninguna traición.
Y sabía que lo que decía podría poner en peligro a toda Konoha, pero ya lo estaba, por los mismos hombres de aquella misión X. ¿Qué más daba que Sakura lo supiese todo? Ya sabéis, decirle a la Haruno que aquel Uchiha idiota le seguía amando, o que aunque él admitía que no, lo hacía. Ella impactó en su vida, ella fue muy importante para él, y eso jamás se iría de su vida; el sentimiento de querer a alguien sin cesar.
—Siempre lo supe—y esa respuesta le sorprendió—. Sasuke jamás volvería a traicionar Konoha, por lo que nunca me preocupé por eso. Me preocupé por ti. Porque a pesar de que sabía que me quería, él siempre podría caer ante una chica como tú—no sabía si sentirse halagada o mal, pero se sintió mal más que otra cosa—. Nunca... superé mi autoestima; sigo considerándome algo fea para él—suspiró—. Él es tan... guapo, tan cordial, tan... perfecto—a medida que iba hablando, unas lágrimas se iban cayendo de sus bonitos ojos esmeralda. Sakura concentró chakra para ir cuidando a Karin, la cual a ella le recordó aquella vez en la que Sakura tuvo que curarla y comenzó a llorar delante de ella sin importarle que era su enemiga. Eso le conmovió—. Y yo era tan... niña para él. Mírame, toda una adulta, toda una ninja médico perfecta, y... sigo llorando por cosas que no he de llorar. Sigo llorando, demostrando sentimientos que no deberían de estar ahí. Incluso soy madre de una hija que es más madura que yo. En el fondo sabía que Sasuke se iría de mi lado, y créeme, tenía esperanzas en que de verdad estuviese enamorado de mí, tanto como yo lo estoy de él. Pero no fue así—limpió su cara repleta de lágrimas pegajosas, pero a medida que las iba quitando, iban cayendo más a muchísima velocidad. Parecían interminables—. Se marchó. Me dejó; nos dejó. Nos abandonó, sin pensar en nuestros sentimientos. ¿Qué más da que sea para salvar a la aldea, para salvarnos a nosotras? Son tantas cosas. Él debería de haber creído más en nosotras. Juntos, nuestra familia, es más poderosa que él. Nos daba igual un enemigo que dos, que cientos, que miles, que millones, que billones... Nos daba igual morir en una lucha, porque si la batalla la batallábamos juntos, yo siempre me daría por satisfecha. Hubiera muerto con una sonrisa siempre y cuando hubiese muerto a su lado. Pero eso era antes, pero no tanto tiempo como parece. Hasta hace nada seguía creyendo que Sasuke era para mí. Hasta hace nada seguía creyendo que a él le seguíamos importando. Pero si así es, ¿por qué no envió ni una nota? ¿Por qué no se preocupó por nosotras? ¿Por qué... no vuelve cuando estamos en peligro?
Karin, con un movimiento suave, acarició la mejilla pegajosa de la Haruno, quien no dejaba ver sus ojos debido a que tenía los párpados cerrados, mientras derramaba incontrolables gotas saladas. Karin se conmovió, ella tenía un gran dolor en su corazón al ver aquella escena, justo como aquella última vez.
Sakura tomó la mano de la pelirroja con fuerza, ignorando que eran enemigas, ignorando el dolor que ambas se causaron mutuamente, la agarró con fuerza, como si fuese su única amiga, como si la necesitara.
—Y-Yo...—comenzó a hablar Sakura—...Estoy perdida, siempre lo digo. Siempre digo que me rendiré, que lo olvidaré, pero jamás sé hacerlo. No sé dejar de quererlo. Lo he hecho toda mi vida.
—Te sigue amando, Sakura...-sama.
—Esas palabras jamás las volveré a creer—dijo, hundida pero sincera—. Jamás, Karin. Jamás.
N/A
¡Este capítulo me rompió el alma! No sé si lo habéis sentido así, pero no sé. Las palabras de Sakura, a pesar de haberlas escrito yo, me parecieron reales. Me hizo pensar muchísimo, y no tuve ningún bloqueo al escribirlas. Fueron sinceras, seguidas, y algo hirientes.
Ah, se me olvidaba comentar algo, aunque no sé si os hacéis a una idea.
Más o menos, aún falta mucho, pero va quedando menos que en el siguiente capítulo. Poco a poco nos acercamos al final, y en esta historia, vosotros escogeréis entre dos opciones:
a) Perdonar a Sasuke.
b) No perdonarlo.
¡ALTO AHÍ! No escojáis ahora, porque aún hay cosas que no sabéis. Sólo pretendo que prestéis atención a los detalles que han ocurrido y a los que ocurrirán. Quien tenga más votos, será el final que le daré a esta historia.
Recordad que pretendo escribir algo diferente, algo que escribamos entre todos, por eso también acepto sugerencias.
Me despido. ¡Un beso!
Atte: Una de las esposas de Kakashi.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top