La puerta ardía en fuego y Gulf transpiraba por la temperatura que aumentaba.

—¡Ya basta de su fuego!

Grita Gulf enojado causando que una ráfaga de viento saliera de su cuerpo y apagará el lugar y pronto cayera al piso expulsando sangre.

Mew quedó estático sin poder moverse al ver lo ocurrido.

—¿Qué hiciste Gulf?

—Yo… N-No lo sé.

Responde Gulf cayendo desmayado. Mew se acerca y limpia su boca, lo levanto y lo cargo.

—Eres un caso misterioso, mi pequeño ángel, podría ser que seas tú el Dios Dragón del viento que aparecía en la premonición que Kana me había dicho.  Ya tienes 18 años y claramente se va a manifestar ahora, entonces no se equivocó y realmente la premonición se está haciendo realidad.

Mew cargo a Gulf a la habitación que se le había otorgado y suavemente lo recostó en la cama y acaricia su rostro.

—¿Qué paso con él, señor? —pregunta Zafiro.

—Gulf ya sabe la verdad de Kana, se enojó creyendo que yo podría amarlo porque se parece a él.

—¿Y no es así, señor?

—No, no es así. Hace años me obligué a dormir porque mi corazón se enamoró de un pequeño de 12 años, Gulf aún no tenía la forma o rostro de Kana. Me enamoré por ser él, no por el parecido de Kana.

—Era un crimen enamorarse de un pequeño con 12 años.

—Exacto, aun siendo un Dios podía tenerlo, pero sabía que no estaba bien, pero su beso y sentir sus latidos me despertó y me llevo a él. Cuando lo vi era idéntico a Kana. Pero sé que él ya no está en ese mundo hace años o décadas, ya perdí la cuenta.

—Han sido años, señor, ¿qué hará con el joven Gulf?

—Respetar su decisión, y aunque tenga que mirarlo de lejos lo dejaré ir, no quiero que esté todo el tiempo dudando si lo amo a él o a Kana.

—¿Solo se va a rendir? No debería hacerlo, si lo ama luche por él y demuéstrele que usted no lo ve como a Kana. Dígale que usted lo ha amado desde que lo vio siendo un niño.

—Zafiro, solo lo dejaré ir, ya es mi decisión.

—Está bien mi señor, entonces cancelaré los preparativos de la boda.

—Hazlo, cancela todo. Voy a salir unos días, encárgate de él hasta que mejore y que cuando esté listo para irse que lo haga.

—Sí, mi señor.

Zafiro hace una corta reverencia y se va de la habitación.

—Es curioso, en eso se parece a Kana. Otra boda fallida —manifiesta Mew con una sonrisa—. Pero si lo pienso bien, no puedo irme de viaje. Gulf puede empezar a manifestar su nueva forma si es el Dios Dragón del viento y se puede asustar. Necesitará que lo ayude. Humm… Kana hablo de otro Dios Dragón, el de la tierra. Dudo que tenga que morir ahora Gulf para encontrar a ese Dragón.

Mew empezó a moverse de un lugar a otro pensando en aquel otro dragón que debería aparecer.

—¿Y si ese Dragón aparece y es el destinado de Gulf? Humm… Fuego con agua y viento con tierra. ¡Maldición! ¡Kana! ¿¡No pudiste ser más claro?!

—¿Por qué grita así? —pregunta Gulf moviéndose un poco.

—¡Gulf!

Llama Mew y se acerca rápidamente a su lado para ayudarlo a sentarse.

—¿Te sientes mal?

—Un poco, me duele la cabeza y…

Gulf sujeto su cabeza recordando lo ocurrido en aquella habitación y miro su ropa con sangre.

—¿Qué hice señor?

—Veo que estás más tranquilo, eso es bueno.

—Pero mi decisión es la misma.

—Gulf, quiero contarte algo que ocurrió hace unos años, pero antes me gustaría que te bañaras y comieras, no es bueno para tu cuerpo tan frágil dejar de comer.

Gulf miro fijamente a Mew y sus ojos reflejan un azul intenso y una parte del rostro de Gulf dejaba ver un dragón blanco.

—Veo que estás inquieto, ¿deseas salir? Puedes hacerlo, pero antes tu dueño debe saberlo. Debe saber que existes en su interior.

—¡No te atrevas a dañarlo! ¡Por qué no me va a importar que seas un Dragón de fuego, porque yo soy más fuerte que Tú!

Mew cerro los ojos y al igual que Gulf una parte de su rostro dejo ver a su Dragón rojo con una mirada intimidante.

—No me desafíes Dragón del viento, porque aún eres joven. Te falta mucho por aprender.

—Lo sé, solo es una advertencia, no lo olvides.

Dicho así, Gulf volvió a ser el mismo y expulsó un poco de sangre y Mew volvió a ser el mismo.

—¿Qué ocurre conmigo? —pregunta Gulf preocupado.

—Escúchame atentamente Gulf —pide Mew yendo por agua y servirla para Gulf—. Hace años, décadas, no lo sé, ya perdí la cuenta. Existían los cambia formas que eran considerados Dioses, en este caso Kana y yo. Kana era el Dios del Agua y ya sabes que yo soy el Dragón del fuego, pero los elementos de la vida son cuatro. Fuego, Agua, Viento y Tierra.

—Fuego, Agua, Viento y Tierra, pero el señor Kana está muerto, ¿dónde está el del viento y la tierra? ¿También están muertos? ¿Es usted el último?

—No Gulf, Kana me había dicho antes de morir que en su premonición vio a los otros dos Dragones faltantes —responde Mew—. También me hizo prometer que no me cerraría al amor, por qué él sabía perfectamente que él no era mi destinado.

—Todo se me es tan confuso —manifiesta Gulf sujetando su cabeza.

—Lo sé, pero debes saber que Kana no se equivocó en todo lo que me dijo. Gulf, cuando tenías 12 años yo me enamore de ti, pero eras un niño, pero tus ojos cautivaron mi corazón —le dice Mew sonriendo.

—¿De verdad señor?

—Sí, después de eso me obligué a dormir para no verte, ¿no crees que es algo estúpido amar a un niño?

—Podríamos quizás decir que sí —responde Gulf.

—Te amaba sin saber cómo serías de más adulto Gulf, no te niego que siempre caminaba por la aldea para recordar a Kana por qué fue una promesa. Y cuando te vi nuevamente quede asombrado por el gran parecido a él, que me hizo pensar que eras su reencarnación.

—Yo no soy su reencarnación, no puedo serlo —responde Gulf bajando la cabeza.

—No lo eres Gulf, ya te dije que ambos simplemente son muy diferentes y Kana no se equivocó en otra cosa.

—¿En qué no se equivocó? —pregunta Gulf.

—En que a esa persona que llegaría a mi vida lo amaría más que a él —responde Mew acercándose a Gulf y besarlo dulcemente—. Gulf, no eras Kana, tú eres Gulf y te he confesado que te ame cuando tenías 12 años, cuando no tenías nada de Kana. Te amé por ser tú, dame la oportunidad de demostrarte que puedo seguir amándote por ser solamente Gulf.

—Tengo miedo, no quiero ser la sombra de Kana, y aunque quiera dejar de amarlo, sé que será imposible, años lo he amado y es el sentimiento más bonito que tengo.

—No pierdas ese sentimiento Gulf, sigue amándome y yo te seguiré amando a ti.

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