13. Quererte sin querer
Como pensé en Japón, Boun no ha tocado el tema de nuestro suceso desde que regresamos ayer. Solo se ha encerrado en el trabajo desde que llegamos. Sintiéndome estúpidamente a sus pies, no me resta más que dejar mis pensamientos amorosos a un lado y ser la persona que él necesita, su asistente, así que aquí nos encontramos en la empresa, a media noche. Salí al baño para lavarme la cara y quitar el sueño de mis pesados párpados. No noté cuándo o cómo, pero terminé en el suelo, con la visión tornándose oscura.
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Boun entra a toda prisa en el hospital. Después de preguntar por el número de habitación, se echó a correr hasta entrar de golpe al lugar. La chica que siempre lo llevaba a almorzar estaba sentada junto a su cama, lo miró con sorpresa. Y él con evidentes celos pero su mente en seguida le recordó: es tu hermana, Melanie, deja de ver peligro en todos. No te corresponde. Después del hermoso viaje a Japón, no tocó el tema, no sabía cómo hacerlo, así que Boun se sentía ansioso mientras veía la cara expectante y llena de interrogantes de su asistente cada vez que cruzaban miradas. Solo quería lanzarse a sus brazos y hacerle recordar todo de la forma más lujuriosa posible.
-Al fin llegas.- Dijo la chica dejando salir un suspiro de alivio.
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Prem abre los ojos y se da cuenta que está en la mansión, específicamente, en la habitación de su jefe. Se aguanta la doliente cabeza cuando se sienta de golpe. Sus ojos se abren lo más que pueden al ver a su dueño sentado frente a él en el gigantesco sofá.
-Se... señor Boun ¿Qué hace aquí?- Dijo acomodándose lentamente.
-Es mi frase.- Boun se acerca y toca la frente de Prem notando que aún la fiebre persistía en su cuerpo. Además del esparcido rosado en su cara.
-¡Tienes fiebre! No es complicado decir que te sientes mal ¿sabías?
-Estoy bien. No se preocupe, puedo seguir trabajando.- Dice tratando de salir de las ajenas sábanas. Boun lo toma de los hombros y lo vuelve a sentar con rudeza. Se sienta delante de él tan cerca que siente la repentina aceleración de la respiración de Prem.
-Pórtate bien y sin peros, o te castigaré chupando esos carnosos labios que tienes.- Sabe que Prem es a diferencia de antes, un chico tímido que teme decir lo que siente porque piensa que es solo un esclavo de su amo. Sonríe pícaramente cuando ve el elevado sonrojo del chico frente a él.
-¿Por qué duermes en el sofá?- Pregunta mirando las sábanas estiradas sobre el sofá que le provoca escalofríos solo de verlo.
Aunque no respondía. Boun pensó: La cama tiene tu olor aún. Tiene recuerdos tuyos. Unas horas más tarde la medicina comenzó a hacer efecto y se durmió, cuando en la madrugada despertó, vio a Prem sentado en el suelo con la cabeza recostada en el sofá. Lo cargó en sus brazos y lo puso con cuidado en la cama, un deja vú. Me gustaría volver a verte dormir todas las noches otra vez, a mi lado. Te extraño tanto gatito. Quiero abrazarte, besarte y hacerte mío como la primera vez. Lo miró dormir desde su lugar en el mueble hasta que escuchó a Prem revolverse en la cama debido a alguna pesadilla. Tomó un lugar junto al chico y lo abrazó hasta que se detuvo, para entonces él también terminó dormido.
Boun POV
En la mañana, escuché a Prem moverse y llamarme (Gritarme. Ya lo castigaré.). -Señor Noppanut, despierte. Boun. ¡Boun!
-Mmm...- Dije con voz perezosa y sin abrir mis ojos, instintivamente atraje su cuerpo aún en mis brazos, lo pegué lo más que podía a mí.
-Su madre está aquí.- Dijo en un susurro que no pude entender bien.
-¿Qué hora es?- Dije cuando no entendí lo que recién me había dicho.
-La hora de ir a la empresa pero creo que hoy te tomarás el día libre.- Eso sí lo escuché, claramente era la voz de mi madre. De un tirón me senté en la cama con los ojos como plato.
-Prem, dúchate y baja a desayunar. Toma las medicinas y descansa. Puedes usar cualquier ropa de mi armario.- Dije levantándome de la cama como si todo eso fuese lo habitual. Mi madre me vio en la cama con Prem y no gritó de felicidad, que raro. Luego de una ducha rápida y antes de salir de la habitación para ir a trabajar me giré hacia Prem. -Si te veo a diez metros de la empresa te encerraré y haré cosas fuera del alcance de tu imaginación.
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Nada más poner sus pies en la oficina irrumpe su inquieto y curioso amigo, que esta vez estaba enojado.
-Ai'Boun, el grupo de chat de amigos se creó para que contestaras los puñeteros mensajes. ¿Cómo te pierdes así sin más? Estábamos preocupados y tu maldito guardaespaldas nunca dice dónde estás.
Boun aún no se llegó a sentar, se arrecuesta en su escritorio con los brazos cruzados en su pecho. -¿Y? La conclusión del tren de cosas que has dicho ¿es?
-Ai'Boun, no estoy jugando. Pensé que no vendrías. Hoy tenemos una reunión con los socios de los nuevos hoteles.
-Lo sé Ai'Max. Pero me pasé la tarde cuidando a un perrito.
-¿Perrito? En serio, desde tu viaje a Japón estás cada vez peor. Pareces olvidar algo... ¡Tú no tienes perros!
-Ahora sí, uno de esos que te muerden la mano esté enojado o feliz.
-Amigo, no es momento para hablar de tus locuras de cama.- Max estaba cada vez más alterado, sin dudas, su amigo estaba volviéndose loco desde hacía unos meses. Nunca se tomaba a la ligera el trabajo, no descansaba ni llegaba tarde, y en menos de 24 horas, había hecho todas esas cosas. Solo una persona podía hacerlo sentir así de feliz, Prem.
-Estoy de dieta sexual. Eso hasta que logre conquistar a Prem.
《Notas de la autora》
Por favor, díganme si les gusta el capítulo. Si tienen alguna sugerencia para otro capítulo a futuro, me lo hacen saber.
Gracias por leer brocolines 🖤🥦❤
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