2.-Milo, arrepentido.
Después de su encuentro con Camus, Milo no quiso salir de su templo, ni siquiera para la cena en el templo de Athena.
Al día siguiente, bajó al coliseo para el entrenamiento habitual, en el camino se topó con Aioria quién le preguntó el por qué no acudió a la cena, se excusó diciendo que tenía un fuerte dolor de cabeza.
— ¡no mientas! Resientes de la ausencia de Saga —dijo juguetón.
—bueno sí—admitió—estos tres días sin Saga a mi lado.... no es lo mismo— comentó cabizbajo.
—ya llegará— palmeó su hombro dándole ánimo.
Llegaron a Aries, Milo se moría por contarle a su amigo lo que había pasado el día anterior, que había traicionado a Saga con Camus, pero mejor se lo guardó, temía que lo juzgara., bueno aparte de que Camus no era feo, pero Saga no merecía su traición.
En el coliseo ya estaban algunos de los caballeros, vio a Shura, Aioros, Shaka, Mu, Dohko y Camus quién esbozó una indescifrable sonrisa que lo molestó, Aioria se unió a su hermano que hacía el calentamiento junto al décimo guardián. Al quedarse solo, Milo buscó unirse a los cuatro restantes, ignorando a Camus que no disimulaba su interés en él.
—¡buenos días Milo! ¿Cómo amaneciste hoy? —Preguntó Mu con su amabilidad usual.
—¡hola borrego, rubia, maestro y..... Camus!
—es extraño que no me llames " cubo "—comentó el galo.
— ¿por qué? no te gusta que te llame así —comentó con tono ácido.
Hubo un silencio pesado que cayó entre los presentes, era insólito que Milo hablara en ese tono a quién consideraba su mejor amigo aparte de Aioria.
—este.... muchachos—Dohko rompió el tenso ambiente —que les parece si nos unimos a
los demás, ¡ah! también viene Shion.
Se unieron a Deaht, Afrodita, Aldebarán y Kanon en el centro de la arena del coliseo, Milo se paró a lado de Kanon mientras que Camus fruncía el ceño ante la acción. Shion retomó su sitio en las gradas del coliseo mientras procedía a formar las parejas de entrenamiento.
-Mu con Kanon.
-Aioria con Shura.
-Aldebarán con Afrodita.
-Death con Aioros.
-Shaka con Dohko
Y......
-Milo con Camus.
—patriarca, yo quería entrenar con Aioria—refutó Milo inconforme con su pareja.
—no cuestiones, mis decisiones Milo—reprendió Shion.
—disculpe, Su Excelencia— volvió a su sitio.
El entrenamiento comenzó, algunas amazonas, aprendices y caballeros de plata se arremolinaban para ver las mejores técnicas de los caballeros dorados. Cuando les tocó el turno a Milo y Camus, nadie se imaginaría que verían un espectáculo casi erótico, en vez de un entrenamiento cuerpo a cuerpo como guerreros.
—barreré este suelo contigo, Camus— amenazó Milo dispuesto a hacerle pagar su osadía.
—no puedes —replicó Camus— todos sabrán lo que pasó, yo quiero ir paso a paso.
—no dañaré el amor que siente Saga por mi— apretó los puños.
—eso lo veremos —dijo el galo lanzando un golpe que Milo esquivó con facilidad.
—te arrepentirás.....
Antes de que lanzara su golpe, Camus lo había tumbado al suelo mientras pegaba su cuerpo al suyo, inmovilizó los brazos del heleno para evitar que se le escape, los presentes prestaron atención a los movimientos inusuales en especial Kanon que se movió de su sitio incómodo por lo que veía. Milo se removía como lombriz tratando de zafarse, algo insólito ya que de los dos Milo tenía más musculatura, sin embargo el fuerte sol que pegaba en esos momentos nublaba su vista e impedía visualizar sus movimientos, pero lo que consiguió fue rozar su intimidad con la de Camus quien gimió al sentir como su miembro ya despertaba (pervertido el chico); cínicamente acercó sus labios al rostro de Milo que aterrado los esquivaba, aquello se estaba pasando de la raya.
—¡DETÉNGANSEN!—ordenó Shion levantándose de su sitio.
—¿qué conchas acabamos de ver?— Preguntó Death restregándose los ojos.
—no sé, pero esto no me gusta— murmuró enfadado Kanon retirándose del coliseo.
Camus se levantó de encima, le extendió la mano a Milo quien la evitó y se puso de pie solo.
—vete al carajo Camus— escupió encolerizado— esta vez te pasaste.
Le dio la espalda mientras emprendía el camino hacia las doce casas, Camus pensó que había sido muy precipitado, ahora Milo ni siquiera iba de ceder a sus deseos ni dándole de beber el mejor de sus vinos. Los murmullos y cuchicheos de las amazonas comentando lo acontecido, corrieron como manantial, al final del día, sería la noticia del santuario.
Afrodita que había visto cada uno de los gestos, se acercó una vez que todos los demás se habían retirado.
—no sabía que uno de tus poderes, era tratar de abusar de Milo a vista y paciencia del patriarca y los demás.
—no seas exagerado, yo no quería abusar de Milo.
—sí claro, los burros vuelan —comentó con sarcasmo.
Las peculiares cejas de Camus se distorsionaron ante el burlesco comentario, odiaba que lo trataran como idiota, estaba cansado que todos ganaran y él nada, así que se propondría a conquistar cueste lo que cueste al heleno menor.
—no me importa— alzó los hombros restándole importancia.
—allá tú— dijo alborotando su melena y mirándolo de refilón en tanto emprendía la retirada— igual no me simpatizas.
—tú peor por metiche......
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Estaba molesto con lo que había presenciado durante el entrenamiento, no quería imaginar lo peor, pero el comportamiento de Milo le daba a entender que algo más pasó.
Decidió que averiguaría apenas el octavo custodio cruce Géminis, no se quedaría con la espinita de la duda aunque presentía que se llevaría una desagradable sorpresa......
Aguardó su llegada ocultó en una columna eso sí desapareciendo su cosmos, al poco rato lo percibió acercarse y entrar al templo.
—Milo.
—Kanon, ¿eres tú?— Preguntó el escorpión mirando a todos lados.
—y si fuera Saga ¿así también responderías?— Cuestionó saliendo de su escondite.
—no es lo que imaginas.....
— ¿cómo supiste que precisamente iba a hablar sobre lo que vi hace poco? —Dijo tomando una silla y sentándose frente a su cuñado.
Milo se dio cuenta de su error, se había delatado solito y ahora debía explicarlo. Los ojos verdes de Kanon lo sondeaban de pies a cabeza, buscando cualquier falla para sacarle la información, no por algo era una mente brillante y logró manipular al emperador de los mares.
—cuéntame Milo ¿por qué Camus se restregaba en tu cuerpo?
—Kanon yo.....
—sin rodeos, balbuceos ni tartamudeos—lo cortó aparte que no te queda.
Milo temblaba como cachorrillo atemorizado, Kanon ya se estaba aburriendo de esperar y ya se le hacía tarde para hacer sus cosas. Optó por usar una de sus ilusiones para sonsacarle lo que necesitaba saber.
Ilusión de Kanon.
Se veía la misma escena del coliseo pero sin público, en eso Saga llegaba de su misión con un pergamino envuelto en su mano derecha y la caja de su armadura en su espalda, en la otra mano traía un regalo de pequeño tamaño para Milo. Al parecer quería pasar por el coliseo antes de ir a las doce casas y sorprender a su novio.
Estaba feliz, al fin podría estar después de tantos días con él, sin embargo su mandíbula se cayó al suelo (literalmente) al ver a su amado semidesnudo con Camus encima y besándolo con desesperación. Una terrible explosión retumbó en el santuario, la furia de Saga era titánica tanto que ni la misma diosa Athena pudo detenerlo.
— ¡ MILOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO! ¿CÓMO PUDISTE?
Fin de la ilusión.
—ESTÁ BIEN, ESTÁ BIEN comenzó a llorar desesperado—me acosté con Camus, engañe a Saga con él.......
—¡maldito infeliz! Lo echó de Géminis antes de cometer una tontería— ¡eres un.... !
—Kanon escú.....
— ¡SAGA SABRÁ DE ESTO! Y PREPÁRATE PARA SU IRA......
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