Extra: Dulces sensaciones

A la mierda las demás personas, a la mierda su preciada Nutella, es mi especial y si no te gusta que utilice "los dulces sagrados" ve a la flechita de tu teléfono o el circulito de iPhone y a la mierda, nadie te está obligando a leer éste capítulo.
Por sus críticas, gracias, las leí y las pasé de largo :) .l.



















































Una silla.

Sus ojos miraban la silla como si fuera su peor enemigo, y en esos precisos momentos lo era. Lo desafiaba con la mirada y su vista fija en la banco incomodaba a Juleka que se encontraba detrás de él.

"¿Sucede algo Nathanaël?"

Nathanaël negó levemente y tiró sus cosas en el banco, no podía ni verse por la vergüenza. Durante días, dándose cuenta que al parecer sus acciones habían sido precipitadas. Le había contado a uno de sus amigos de Inglaterra y la palabra "arrastrado" no salía de su mente.

Adrien era guapo, pero venderse por una noche sexo había sido lo máximo que su conciencia hizo, sin límites, no pensó que una noche así lo haría denominarse "arrastrado".

Suspiró ruidosamente mientras le hacía un gesto de desprecio a su banco, bajó las escaleras con cuidado y salió del salón con la cabeza gacha para ir al baño y tirarse agua en la cara.

"Arrastrado"

Se dio la vuelta molesto, encontró a Nino con una sonrisa.

"¿Cómo me llamaste?"

"Nathanaël, es tu nombre"

La sonrisa de Nino se distorsionó levemente y Nath suspiró.

"Perdón, estoy un poco estresado"

Nino no comprendió la indirecta, pero tampoco le importaba mucho, Nathanaël y él, no era ni conocidos.

Salió del baño y miró su lugar una vez más. *¡¿Cómo demonios me siento?!* Se imaginó, siendo un idiota intentando sentarse y se sonrojó levemente ante la idea.

*Maldito Adrien y su estúpida repostería* lo primero que hizo fue visualizar el dolor, sería algo parecido a cuando jugaba con Adrien. Se imaginó sentándose y llorando, no, reprimió la escena donde lloraba. ¡Demonio! ¡¡Sólo era una jodida silla!! ¿Qué tan difícil debería ser sentarse?

Se acomodó en su lugar, vista al frente, cuaderno en mano, justo el lugar adecuado donde pudiera ver el pizarrón y la profesora no lo regañara por dormir, tardó alrededor de unos dos minutos. Sólo debía dejarse caer lentamente y todo pasaría, aguantaría su llanto y después lo haría.

"¡Tomate!"

Vaya susto que se llevó con aquella voz, en especial si estaba detrás de él y prácticamente había gritado su apodo. Se sentó del susto y se tiró en el resto de la banca llorando de dolor. Giró a encararlo y terminó en el piso. Aquel dolor del que se había mentalizado era cien veces más fuerte y no soportaba tanto.

Maldiciendo a Adrien por lo bajo y prácticamente agarrándose el culo, se quedó en el piso retorciéndose de dolor.

"¿Estás bien?"

"¡NO! ¡Maldita sea no estoy bien!"

Y si, se había pasado con los gritos porque el salón entero tenía vista sobre los dos jóvenes.

"Nath..."

"¡Nada de 'Nath'! ¡Joder, me duele!"

Adrien podría sonreír en ese momento si no tuviera aquellas miradas curiosas sobre de él. Odiaba ser el centro de atención. En especial si se trataba de las personas con las que más convivía, siendo modelo podía tener las que quisiese, pero esta no era la ocasión.

"Nathanaël, no sé qué te pasa pero deja de gritarme, así no solucionará nada"

Bien, las miradas habían pasado al pelirrojo, Adrien se había quitado un peso de encima, ahora faltaba desviar las miradas de Nath para cargarlo y llevarlo a otro lado. Pero era prácticamente imposible si seguía sobándose el culo y llorando.

¿Qué diría? *Le gusta sobarse el culo mientras llora* ¡a nadie le gusta eso!

Se vio a si mismo mintiendo acerca del sexo con Nath ¿por qué no mentir de Nath?

"Ah... Es que... Le... Pues... ¡le pusieron una vacuna y por eso ahora no puede sentarse! ¡¡Si, eso!!"

Sonrió con satisfacción, ahora faltaba el insignificante detalle.

"¿De qué era la vacuna? Se ve muy sano"

Hasta que recordó una buena excusa.

"A medidas tomadas, vacunas inyectadas"

Sonrió de sí mismo y miró abajo para encontrar la penetrante y atemorizante mirada de Nathanaël.

*Vales verga, pero tú metes la verga* sonrió y cargó a Nath con cuidado para no lastimarlo más. Se excusó con la profesora de la salud de Nath y su "vacuna infernal" para quedarse en su mansión haciendo repostería.

¡SI! Esta vez SI estaba haciendo repostería. Adrien tomó las cosas, y con ayuda de Nath, hicieron un pequeño pay de limón para ver Monsters Inc en el sofá. Acomodó a Nath y lo cuidó de todo a todo para que no se sintiera mal cuando estaba sentado.

Lo acostó en sus piernas, acarició su delgada figura, peinó sus cabellos, le dio de comer en la boca y en algunas ocasiones besaba en toda su carita a su tomatito.

Que por cierto, estaba que lo llevaba la chingada cuando Adrien lo sacó del salón, lo perdonó por su cuidados y sus cositas tiernas. Pero había algo que todavía no podía negar.

Seguía siendo un arrastrado.

Dejarse llevar por el chico que lo había follado, dejarse cuidar por el chico que lo había follado y dejarse mimar por ¿adivinen quién? El chico que lo había follado.

Se levantó del sofá rápido, llorando de dolor y siendo detenido por Adrien que lo hizo caer sentado en el sofá, volviendo a levantarse para caminar sin importarle si Adrien lo seguía o no, pero aunque intentó huir, Adrien lo detuvo.

"Nathanaël"

"Déjame de una vez"

Adrien, no comprendía la bipolaridad del chico. Estaba feliz hacia unos... ¿Tres segundos?

"¿Qué sucede?"

"¡¿Cómo que 'que sucede'?! ¡Es obvio que pasa!"

Siguiendo intentando caminar tropezando pequeñas veces, siendo detenido por Adrien y liberándose de su contacto, así se repetía el ciclo una y otra vez.

"Nathanaël, basta, te haces más daño"

"¡Y que te importa!"

Pero su conciencia sólo repetía 'arrastrado' tantas veces que empezó a dolerle la cabeza.

Se dejó rodear por Adrien pero mientras más tiempo pasaba más se intensificaba la acusación.

"¿Qué tienes? Hace un momento sonreías"

Pero la contestación nunca llegó.

"Nathanaël..."

"Basta, lo que hicimos estuvo mal, debí no acceder, no debí darte derecho a tocarme"

Y aunque no lo pareciera eran palabras hirientes para Adrien. Apegándolo a sí, como si fuera agua que escapara entre sus dedos.

"¿Por qué lo dices?"

"Adrien soy un arrastrado, creí que sería lindo pero tú y yo no somos nada, apenas nos conocemos"

Tenía razón, en una mínima parte, realmente eso era mentira.

"Pensé que las palabras no serían necesarias"

"¿N-necesarias?"

"Nath, no fue sólo sexo, yo realmente te amo"

El tiempo se detuvo por unos cuantos segundos, parecieron eternos para Nathanaël y escasos para Adrien.

"¡¿Por qué no lo dijiste antes idiota?!"

Nathanaël de separó de Adrien y con la poca fuerza que tenía empezó a "golpearlo".

"Creí que lo habías deducido, nadie le pide sexo a un desconocido"

"Nadie está de puta con un desconocido"

"Pero tú no eres una puta, eres un tomate"

Sonrió ante la expresión confusa de Nath y lo besó para que terminará llorando en el piso por la patada que le dio Nathanaël.

"Dejas inválido a tu padre ¡no me puedo sentar!"

Adrien se levantó y lo acomodó en el sofá para terminar la película, acarició su cabello y lo arropó con cariño. Nathanaël se quedó dormido en sus piernas, vaya día más loco.

~~~~~

¿Que había hecho mal?

Fueron novios esa tarde, cuando Nathanaël despertó al cuidado de Adrien, lo llevó a su casa y lo excusó los días siguientes en la escuela por su incapacidad de sentarse, pero hacía no mucho, Nathanaël había dejado de dirigirle la palabra o alejarse cuando él se acercaba, empezaba a desesperarse y sentirse inútil, como si ya no lo quisiera, algo alertaba a Adrien.

Su último contacto fue cuando el menor lo manoteó para que se alejase aquella tarde. Quería llorar, la persona que más amaba lo estaba dejando de largo, y no soportaría que siguiera pasando, quizá no le había gustado el pay de la última vez o regalarle los colores fue una equivocación, tal vez Nathanaël pensó que le llamaba pobre indirectamente por regalarle la caja de colores y estaba enojado.

Jaló sus cabellos frustrado y decidió ir esa misma tarde a su casa, tomó un ramo de hermosas rosas, no sabía de qué color, rojas como su cabello, pero podía reclamarle por un color tan feo, ya que podían ser el color de la sangre o el infierno, podían ser azules, parecidas a sus ojos, pero le diría que odia el color azul, o que lo hizo por Marinette o Chloé. Podía llevarle unas blancas por si no sabía el color, así el podía pintarlas, pero si era tributo lo empeoraría mas con su símbolo "Snow".

Decidió las rosas rojas a último momento, la limusina lo dejó en la casa y por órdenes de Adrien se marchó, miró la puerta un buen rato antes de tocar el timbre, lo recibió una señora medio joven, ojos verdosos y un hermoso cabello negro, su piel un tanto morena. Se colocaba unos pendientes dorados.

"¿Que deseas?"

Adrien tragó.

"Y-yo, quiero ver a N-Nathanaël"

"Ah, tu eres Adrien, está en su habitación"

Lo dejó pasar, Adrien tomó las rosas con más fuerza y vio al señor bajar, él tenía una piel muy pálida y el cabello rojo, tenía barba y bigote, vestía un traje negro muy elegante, besó a su esposa y le dijo algo que Adrien no entendió, era una lengua diferente.

"Nosotros saldremos, puedes quedarte con Nathanaël"

Dijo la señora, Adrien asintió un tanto nervioso y los padres salieron de la casa, miró las escaleras con pánico y subió, la habitación de Nathanaël tenía un letrero gigante con su nombre, era una puerta pintada con miles de flores y dibujos hermosos, seguramente cortesía de él mismo. Tocó la puerta, pero al no recibir ni un suspiro entró. La habitación estaba oscura, la alumbraba una pequeña lámpara en uno de los estantes de Nath.

Tenía una tenue luz de color naranja, lo suficientemente brillante para darle un toque tétrico y alumbrar la estancia.

Caminó adentro y escuchó la puerta cerrarse unos segundos después. Volteó asustado ¡Madre mía, había fantasmas!

Lo único que miró fue una pose sensual de su tomate, vestía lencería de mujer, un pequeño calzón en color rosa, un tipo corpiño del mismo tono y unas medias de encaje en color negro, estaba descalzo, mantenía una de sus rodillas dobladas en la puerta y miraba de una forma peculiar a Adrien.

El rubio sólo se quedó en shock, Nathanaël se acercó con paso lento y tomó las rosas para ponerlas en un jarrón un tanto lejano, sabía el efecto que había producido en Adrien y lo estaba aprovechando, se sentó en la cama y estiró una pierna en su dirección, con la mirada preguntó *¿Quieres tocarme?*.

Adrien se dirigió hacia él intentando un beso, Nathanaël puso un dedo en sus labios, impidiendo que llegara a completarlo y lo alejó.

"Tengo un pequeño problema Adrien, no puedo quitarme las medias"

Usó una expresión angelical, mal juego para Adrien, le ardían las manos por tocarlo, recorrió desde su mentón a su muslo y deslizó con delicadeza la media por su pierna, disfrutando el contacto tantas veces quiso. Cerró los ojos levemente y la voz de Nathanaël lo sacó de sus pensamientos.

"Aún te falta una"

Deslizó la otra media un tanto más rápido y nuevamente se lanzó a sus labios, siendo detenido por Nathanaël una segunda vez, aprovechando la posición del rubio, pasó su pierna por su entrepierna. Adrien gruñó por lo bajo, estaba muy caliente para que Nath jugara con él en situaciones así.

"No Adrien, todavía no"

Acercó sus labios, a milímetros de tocarse y susurró.

"Aún no comienza el juego"

Lamió sus labios y lo alejó de él, antes de que Adrien pudiera volver a tocarlo o sumisarlo con su fuerza, Nathanaël le puso una venda en los ojos.

"Aquel día... me quedé con antojo de chocolate ¿sabes?"

Adrien estaba confuso. Nathanaël lo alejó más con su pierna. Sonrió con satisfacción al mirar a Adrien quieto, analizando la situación. Se levantó y abrió un cajón, sacó dos botes de chocolate liquido Hershey, blanco y oscuro, Nutella, crema batida, dulce líquido, fresas y cerezas.

Las acercó a la cama y las arregló.

"¿No seré el pasivo verdad?"

Fue el primer comentario de Adrien al quitarse el trance anterior.

"Si lo fueras no sería divertido... Acércate"

Adrien, con paso lento se acercó, Nathanaël tomó sus manos y lo hizo tocar un par de cosas, hablaba sensualmente a su odio, indicando que tipo de objetos tenía a su alrededor.

"No puedes comerlos directamente del envase, necesitas un plato pero por aquí no hay"

Jaló sus cabellos y jadeó en su cuello.

"No puedes quitarte la venda para buscarlo y no puedes hablar, tendrás que ser muy perceptivo Adrien"

El rubio estaba estupefacto, en donde demonios encontraría un plato, tendría que bajar a la cocina y matarse en el intento, y fue entones que comprendió la indirecta.

Nathanaël era ese plato.

Tomó el bote de chocolate oscuro y tocando su pierna, fue dejando cantidades desiguales por ella, algunas tenían mucho chocolate y se escurría, otras zonas era muy poco, llegó a los dedos. Lamiendo lentamente, un sabor medio salado, una piel bastante suave, lamió parte del empeine, sintiendo el sabor dulce, besó esa zona, sus labios se mancharon levemente, subió con delicadeza hasta la rodilla, masajeando su piel, saboreando aquel exquisito dulce.

Escuchó el gemido ahogado de Nathanaël, su pie se tensó leves momentos antes de volverse blanda una segunda vez, mordió un poco fuerte, otro movimiento involuntario de Nathanaël, amaba ese juego. Haciendo deliciosos círculos cuando llegó a su muslo, pasando sus labios una y otra vez en besos cortos, el chocolate machaba su rostro pero mientras pudiera saborear la suave piel no importaba.

Echó un poco en su abdomen, podía lamer su miembro de una vez, pero así como él lo torturó, haría lo mismo, mordiendo, babeando, lamiendo, hacía lo que podía para que sus labios tocaran y profanaran su bella piel. Levantó el corpiño, lo situó en la parte de arriba de su pecho y guiándose entre las curvas de su pelirrojo encontró su pezón, mordió con un poco de fuerza, estiro el brazo para tomar el bote de crema batida y dejó un poco en esa zona.

Volvió a morder provocando un gemido de Nathanaël, sintiendo la crema derretirse levemente por el calor, mordió mas fuerte y succionó, encontró ese pedazo de piel que quería probar, jalando, incluso lastimando a Nathanaël quién era presa el placer.

Sin reglas, sin límites, solamente necesitaba un poco de chocolate e imaginación para crear una buena noche de sexo. Tomó el otro pezón en sus manos y jaló de la misma manera.

Separó sus manos y echó el chocolate en cualquier parte, lamió sus hombros, brazos, pecho, también le puso crema batida a su miembro para probarlo, Nathanaël arqueaba la espalda de placer, tomaba sus cabellos y jalaba mientras gemía. Adrien se acercó a su rostro y Nathanaël se deshizo de la venda.

Sus mejillas sonrojadas del placer, su boca entreabierta, jadeando, suspirando, babeando. Tomó un poco de Nutella con sus dedos y lo esparció en sus labios cual labial, tomó una pequeña cereza del boul y la sostuvo entre sus labios, una vez más, esa mirada que decía *Bésame*.

Adrien se lanzó a sus labios una tercera vez, partiendo la cereza entre su dientes, embarrando el chocolate, lamiendo y retirándolo, sus labios llenos de dulce y salado, un beso fogoso que más que extinguir aquel fuego, lo encendía, separaron sus labios para tomar una bocanada de aire y retomar el beso. El rubio, se deshizo del corpiño y el calzón, tirándolo en alguna parte, dejando a su pelirrojo para él solo, como debió ser.

Se dedicó a mirar en silencio, sus pezones también estaban tan rojos he hinchados como sus labios, aquel café que se extendía en su piel, su miembro activo esperando placer. Y ahí fue que se recordó a sí mismo, sus pantalones apretaban y retiró su ropa con rapidez para sentarse en la cama y jalar al pelirrojo consigo.

"Quiero que chupes mi polla, ahora"

Nathanaël bajó entre sus piernas y a penas sus labios pusieron un beso sobre aquella sensible piel, se vio manchado por el semen del contrario, cerró su ojo derecho evitando que el líquido semi transparente tocara zonas sensibles, Adrien gruñó gravemente.

El menor sonrió, relamió sus labios para retirar la esencia de su novio de aquella zona y tragó, se acercó y besó el glande, engullendo todo de una vez, moviendo su cabeza en un movimiento constante, masajeando sus testículos en el acto y haciendo ruido obscenos con su lengua.

Adrien se vino una segunda vez, en boca de su novio, Nathanaël volvió a tragarlo, se levantó para ir hacia él, pero antes de que pudiera hacerlo si quiera, fue tirado en la cama, a cuatro, Adrien tomó la botella de chocolate oscuro y derramó un poco en su ano para lamer, el menor se tiró a las almohadas, separó las piernas y mantuvo elevando su trasero para su novio.

El interior de Nath, su lengua entraba en algunas ocasiones, caliente, blando, singular, vertió más chocolate conforme buscaba adentrarse más, provocando sensaciones desconocidas a Nathanaël, terminó por venirse una primera vez.

"A-Adrien..."

Y aquel gemido necesitado decía más de lo que realmente aparentaba, Adrien se colocó detrás y empujó su miembro en el interior de Nathanaël, bruscamente, rápidamente. El pelirrojo gritó, siendo sacudido por la excitación, golpes fuertes en su parte baja, una sensación exquisita, una tortura que lo consumía por dentro. Gritó su nombre, cada segundo que pasaba era mejor que el anterior.

Adrien tomó sus cabellos y lo jaló a su altura para embestir con más rapidez, más adentro, haciéndolo terminar por segunda vez, y tercera vez, Adrien dentro y Nath manchando su cama.

Pensando que todo terminaría ahí, Adrien sacó su miembro y lo dejó caer en la cama, Nathanaël se volteó a mirarlo y Adrien tomó sus piernas para abrirlas y volver a penetrarlo, el pelirrojo abrió los ojos de par en par.

Adrien rió, tomó sus manos y las entrelazó para mantener sus brazos por encima de su cabeza.

"¿Ya estás casado?"

Y la respuesta seria 'si', pero deseaba que Adrien lo marcara, que despertara adolorido por una gran noche en vez de rendirse en un gran momento.

"Yo no, pero tu si"

Callado por una embestida, dos, tres, incrementaban a cada segundo, juntaron sus labios en un largo beso, lleno de lujuria, un beso apasionado donde buscaban el control de algo imposible, otras tres embestidas faltaron para ambos terminar. Nathanaël se aferró a Adrien, una vez el rubio deshizo el contacto, se separó de Nath para salir de él, podía ver su semen que escurría de la entrada del pelirrojo, manchaba la cama y  parte del piso.

"Que vistas más eróticas puedes darme"

Nathanaël se levantó con cuidado y se acercó a él para pasar sus brazos por su cuello. Susurró sobre sus labios.

"Las que quieras".

Terminaron la charla con un largo beso, un beso que nunca podría extinguirse.

~~~~~~

Tomaron una ducha lenta, tocándose uno al otro, Adrien pasaba el jabón delicadamente por la piel de Nathanaël. Una noche un tanto estorbosa, tendrían que cambiar las sábanas, guardar las cosas en el refrigerador y limpiar un poco el piso, olvidaron todo aquellos minutos. Toques tan eróticos sólo terminaron por dar una tercera ronda de sexo en la ducha, Nathanaël recargado en los azulejos, arañándolos mientras Adrien apretaba sus nalgas y embestía con rapidez, movimientos ágiles y precisos que sabían tocar los puntos más sensibles del pelirrojo en segundos.

Salieron, Adrien dejó todo en la cocina y Nathanaël cambio la sábana.

"Todavía hay tiempo"

Maldito tomate sensual que lo provocaba, era como una droga que empezaba a matarlo, pronto no podría vivir sin él. Se acercó a él y Nathanaël lo dejó acostado en la cama beso su pecho y metió el miembro de Adrien en su entrada, jadeó cerrando los ojos y empezó a montarlo. De nada había servido el baño, empezaban una cuarta ronda de sexo en lo que restaba de la noche, eso le hacía recordar aquella tarde de su cumpleaños preparando pasteles, ésta vez simplemente sería por diversión.

Tomó sus muslos lo ayudó a subir y bajar más rápido, acarició su abdomen, masturbó su miembro, besó sus hombros y Nathanaël se acostó sobre él jadeando.

"M-mañana deberás l-lavar más sabanas"

"Valió la pena"

Lo apresó en un abrazo y salió de él para dejarlo dormir tranquilo.

"Te amo Nathanaël"

"No más que yo"

Y nuevamente, comenzaría una batalla que terminaría ganando el menor.

~~~~~~~

Cuidarlo todo el fin de semana había sido la mejor cosa que pudo haber hecho, Nathanaël hacía tiernos pucheros cuando no le daba las cosas que quería, lo manoseaba de vez en cuando sin que alguien lo detuviera y se daban besos en los labios de vez en cuando. Nathanaël se paseaba en su casa usando la camisa blanca de Adrien y unas bragas de encaje color negro, podía ver sus piernas y tocarlas cuantas veces quisiera, y es que aquella playera se la había quedado como propiedad el día que se hicieron novios.

"Tengo sed Adrien, dame leche"

Adrien se estaba levantando para ir a la cocina y Nathanaël lo detuvo.

"No ese tipo de leche Adrien"

Vaya que amaba esa nueva faceta de Nathanaël.




































Agradezcan a Yasuhika-Yoshida por incitarme a hacer una tercera parte.

Este escrito lo tengo desde que publiqué el primer capítulo pero no me animé a publicarlo porque no quise :v, me enojé con aquellas personas que llamaron "arrastrada" a nuestra bella pelirroja y lo dejé incompleto, realmente después de la casa de Adrien se acababa, pero me dio la idea del chocolate y dije "A huevo, a nadie se le ha ocurrido" empezaba como algo romántico y terminó en hard que por cierto amé. Aunque faltó más :v.

Y ya, aquí se acaba todo, bai.

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