Capítulo siete: El primer día de clases.
— Bien chicos, como ya saben quien soy, o bueno mas bien lo acentué —Dijo haciendo una mueca— Me gustaría saber ante quien estoy. Se pondrán de pie con rapidez, uno a uno, solo dirán su nombre completo, y apodo, o como les suelen decir, por ejemplo, Hola soy Louis, y me dicen frijolín. —Dijo y se sentó en el escritorio, viéndonos a todos, después mira a un chico que esta en frente, en la primer fila de la derecha— Bien rojito, empezamos contigo —Dijo señalándolo. El chico un poco gordo a mi parecer, y de rostro algo tierno se puso de pie, ondeando su pelirrojo cabello.
—Hola, soy Noah Green —Dijo con una voz fina, muy bella— Y me suelen decir Green — El profesor asintió sonriente.
— Bien Green, puedes sentarte —Invitó, indicándole con la cabeza que se sentara. El chico sonrió y tomo asiento— Bien, el que sigue — Dijo observando detenidamente.
Por mi parte, deje de prestar atención. Me encontraba muy nerviosa, es decir había cerca de veinte o treinta alumnos. Varios de ellos experimentados, ¿Qué iba a hacer yo allí? Una novata, que apenas si veía la tele. No sabía de directores o actores. Al parecer, era la única nerviosa. Observaba el rostro de los demás, serio, tranquilo. Volví a la realidad, cuando sentí un fuerte golpe en mi espalda. Estuve a punto de soltar un gemido, pero me contuve. Al parecer nadie lo había notado. Mire hacía atrás.
— ¿Auch? — Susurré. Al voltear mire a una chica, como de mi edad. Delgada, morena y ojos negros. Destellante me miraba sonriente.
— Hay perdón. ¿Te dolió? — Dijo con fingida inocencia. Me di cuenta de que se burlaba de mí. Torcí los ojos y me di la vuelta de nuevo al frente. Justamente, era el turno de ella presentarse. Mirándola de reojo, me dispuse a escuchar su presentación.
— Hola — Saludo con una cantarina voz — Mi nombre es Megan, y — Miro con descarado coqueteo al profesor — Mis amigos me suelen decir, Meg — Pronunció su nombre con susurro.
— Bien, Megan, toma asiento — Ordeno sonriendo. ¡Era una víbora! ¿Y lo peor del caso? ¡Nadie se lo impedía! Era claro, quien iba a quedar elegida para mejor actriz, después de tremendo coqueteo.
— ¿Y tú linda, no piensas presentarte? — Me dijo el profesor. Me sonrojé, pues todo el mundo me miraba, al parecer ya hacía tiempo. Asentí con la cabeza y me puse en pie.
— Hola — Salude, intentando calmarme — Soy Scarlet BlackWood — Pronuncie casi temblando — Y me suelen decir, Scar — Terminé. Mi vista, me obligaba mirar directamente a los ojos a mi nuevo profesor. Jamás había visto unos ojos así. Bellos, pero destellando una expresión irónica.
— Bien, Scar... Puedes tomar asiento — Dijo con una bondadosa sonrisa. Asentí de nuevo, y me senté, casi tumbándome, pues las piernas me temblaban. El amable profesor se puso en pie. Y nos miró a todos.
— Bien, ahora que ya se con quien trabajo. Iniciemos —Se puso frente el escritorio, y metió sus manos en los bolsillos de sus pantalones— Se me pide, trabaje con teoría, y aunque es fundamental — Dijo Alzando una ceja — Es muy aburrida, además se que todos tienen un poco de teoría — Añadió haciendo una mueca, varios sonrieron, por desgracia, yo no. Sonrió y nos pidió nos pusiéramos todos de pie.
— Para mí, la práctica es un poco más fundamental. Pero no subestimen, por ejemplo ¿Alguien me puede decir, las partes de un teatro? —Preguntó estirando el cuello. Varios levantaron la mano, y sentí pena, por ser de los pocos que no saben.
— Dime, Megan — Dijo señalándola.
— Batería, laterales y fondo — Respondió.
— Perfecto —Contesto el profesor dando una palmada. Ella sonrío y me miro con desdén. Hice como que no me importó, pero claro que me importó.
— Bien, veo que la mayoría están trabajados, lo cual es genial, menos trabajo —Alzó una ceja, y me miro por encima de sus gafas oscuras. Yo bajé la vista, apenada— Sin embargo. Quiero ver que tan bien saben aplicar la teoría. Harán parejas, e improvisaran una escena ¿Esta bien? — El grupo asintió, se mostraba interesado en eso — Tienen 15 minutos —Dicho esto, se sentó detrás del escritorio, y dejo que nos acomodáramos.
Me mostraba apenada, miraba a todos lados. Vi como un pequeño grupito de hombres rodeaban a Megan. Vi como me veía sonriente y complacida. ¿Algo le había hecho? Me preguntaba yo, sonreí también. No iba a dejar que me ganase pero ¿Ganarme en qué? Me alejé de allí, buscando otro sitio mejor, observaba que la mayoría tenia pareja, e incluso se preparaban ya. Observe al otro lado; Noah Green, se mostraba apenado, toda chica se retiraba de él. Sonreí y me acerqué, total, sólo era para ensayar una escena.
— Hola —Salude afable. El pobre chico se exalto— Lo siento — Me disculpé.
— No, es que no te vi. No te preocupes — Me respondió acomodándose el alborotado cabello rojizo. Le sonreí.
— ¿Estás ocupado? — Pregunte. Me miro incrédulo.
— No. Claro que no — Contesto atónito.
— ¡Que bien! Entonces ¿No te será un inconveniente, hacer pareja conmigo? — El chico me miro, y sonrió ampliamente.
— ¡Si! Es decir, no, no. No hay ningún problema eh...
— Scarlet — Complete riendo. Y le tendí mi mano.
— Noah — Contesto el saludo amable. Asentí.
— ¿Qué haremos? — Le pregunte, un tanto apenada. El sonrió
— ¿Qué te gusta mas? Amor, drama, terror, misterio, musical — Dijo Alzando una ceja. Yo no sabia bien, pero elegí lo que siempre escuchaba hablar a Rose.
— A mi me gusta el drama — Le conteste sonriendo. Asintió complacido, al parecer estaba preparado para todo.
— Bien, será algo fácil, te explico —Dijo sentándose, e invitándome a mi, le puse atención— Somos amigos, inseparables de toda la vida. Ocurrió algún accidente, y me estoy muriendo — Se sonrojo ligeramente — Y confiesas tú amor por mi, en mi lecho de muerte... ¿Te gusta? — Me pregunta. A mí en realidad, me daba igual. Así que sonreí y asentí. El chico parecía aliviado.
— Si, me gusta. Me parece perfecto — Contesté.
— Está bien, me agrada —Respondió. Le sonreí y observe después hacia donde Megan. Al parecer ya se había decidido, por alguno de sus pretendientes. Sonreía ufana.
— ¿Y de donde vienes? — Me interrumpió la voz de Noah. Yo lo mire, sonriente.
— ¿Cómo? — Pregunte distraída.
— Si, vienes de alguna escuela, me supongo — Me dijo. Yo iba a abrir la boca, y el profesor me interrumpe.
— ¡Alto! Paren su imaginación, las personas afuera se quejan de un fuerte olor a humo... —Nos dice con comicidad. Lo miramos, con temor. Temor a lo que vaya pasar al frente, mientras que otros rieron— Bien, las parejas de éste lado — Dijo señalando el lado opuesto a donde estábamos— Van primero —Un suspiro me recorrió — Pasen — Dijo señalando a Megan y su acompañante. Yo mire, al chico. Alto, rubio, ojos claros. Era encantador, en pocas palabras. Tomaron posiciones.
— ¿Listos? Tres...dos... uno ¡Acción! — Exclamo el profesor, sacándome una sonrisa. Empiezan su escena, con un beso. Yo quito mi vista, y me acerco a Noah.
— ¿Quién es él? — Le susurré. Él vio hacia donde tenía la vista, y suspiro.
— Es Thomas Lancaster, y pertenece a la Noble casa de los Windsor —Me contesto— Se dice, que es hijo de un sobrino de la Reyna —Me dice con intriga. Me le quedo mirando, y veo que mis posibilidades se acaban de reducir a cero. Era guapo, de eso no cabía duda. Y si era cierto aquel rumor, por más ética que tuviera el profesor, terminaría siendo elegido. Observo que culmina su escena, con un abrazo.
—Bien chicos, les ha quedado genial, ven Megan, de nuevo, pero ahora conmigo — Dice sin emoción. Y sonriente, le indica a Thomas que se siente, mientras hace la escena de nuevo con Megan. El sonríe y un aplauso unánime lo cubre.
Inician la escena de nuevo, el beso, esta vez el profesor era el que besaba, y sentí algo así como rabia, y no le di importancia. Quedan cercas de otras diez parejas. Así que me puse cómoda, en plan de ver, y estudiar. No sabía absolutamente nada, esperaba aprender algo. Conforme avanzaba, observaba que la mayoría eran de amor. Suspiraba, cada vez que terminaba una, y escudriñaba el rostro del profesor. En busca de una pista, de aprobación o negación. Pero no encontraba nada, solo un rostro solido, que sabía ocultar emociones, solo sabía corregir los errores. Al fin, había llegado nuestro turno, no éramos los últimos, rogaba por que todo terminara pronto.
— ¿Listos? Tres... dos... uno... ¡Acción! — Exclamo con la misma emoción, de la primera vez. Hasta en ese instante repare, en que no sabía que iba a hacer. Noah se tiro al piso, y parecía convulsionarse. Lejos de reírse, la clase miraba, tensionada. Al verlo como se retorcía, decidí seguir mis instintos, ¿Qué haría yo si el amor de mi vida estuviese así? Un momento, aquello ya lo había vivido, hace once años. No había reaccionado, pero esto era actuación, así que con desesperación, me incline, como aquella vez.
Mis rodillas cayeron pesadamente al piso. Frío y duro. Noah, me miraba implorante, ¡Parecía tan real! Notaba millares de ojos sobre mi, tan solo era mirar hacia el frente, y me los toparía. En lugar de eso, mire hacia abajo, el rostro de el parecía enfermo. Agonizante. Puse una mano, sobre su cara. Al sentir el contacto, vi como me miraba.
— Scar... — Susurro. Su voz parecía un lamento, un quejido. Me estremecí. Parecía real.
— Noah — Logre articular. En verdad, me sentía emocionada — No te apures, el doctor ya viene hacia acá. Resiste, un poco... por favor, amigo — Susurre, acariciando su cara. El sonríe tenuemente. Y suspira.
— Temo Scar... Que... por mas medico que venga... no podrá salvarme —Contesta, su voz parecía ahogada.
— No digas eso, por favor — Decía implorante — ¡No puedes dejarme sola! — Dije casi gritando. Me había olvidado de que había gente ahí.
— No estas sola — Dijo y tosió un poco — Te casaras con Anthony... El te cuidara — Dijo alentadoramente con una sonrisa.
— ¡Yo no quiero a Anthony! — Espete — Te amo a ti — Confesé. El sonrío y suspiro.
— También te amo... Scar — Susurro, y me acerque a el. Intuitivamente lo abrace. Y roce mi nariz con la suya...
— ¡Corte! — Grito el profesor. Nos levantamos en seguida, lo veía igual. Sin dar un si o un no. Le indico a Noah tomara asiento, no le aplaudieron, pero no le importo, se le veía feliz. El profesor se acerco a mí.
— Bien, de nuevo, desde el inicio, al empezar grita mi nombre con pánico, y un poco mas de detalles — Me dijo sonriendo. Yo asentí. Sentía nervios, el era un actor experimentado. Se recostó en el piso, y le pidió a Noah, como a todos dijera sus palabras por el.
— ¿Listos? Tres... dos... uno ¡Acción! — Dijo Noah. Y seguí sus instrucciones.
— ¡Robert! — Grité insegura. Si Noah parecía enfermo, el parecía que iba a morir. Me sentí tan mal. Y en seguida me arrodille ante el. Respiraba en bocanadas, jadeaba terriblemente. En verdad, pensé que se iba a morir.
—Scar... — Dice ahogado y con una triste sonrisa. Se la devuelvo, y pongo mis manos en su rostro, terso y suave.
—Robert — Repetí — Los paramédicos vienen hacia acá. Por favor, resiste, un poco — Imploro. Sonríe y mira alrededor. Jadea, y vuelve sus ojos hacia mí.
—Un medico puede salvarme de la muerte, pero no del dolor —Responde, sus ojos estaban llorosos y seguía sonriendo, amargamente— Nadie me salvara —Dijo en tono convincente. Yo me moría de la tristeza.
— ¡No digas eso! Por favor — Decía al borde de las lágrimas — ¡No puedes irte! — Exclamaba molesta, conmigo — ¡No puedes dejarme sola!
— ¿Sola? — Parecía reír — No lo estas... Te casaras con Anthony... Él te cuidara, y te hará muy feliz — Dijo mirando al cielo, a algún lugar que no podía ver.
— ¿No lo entiendes? ¡Yo te amo a ti! — Confesé. Con lentitud sus ojos miel se fijaron en mí. Al verlos directamente, detecte un tono de picardía. Mi imaginación, pero no pude evitar sonrojarme, un poco.
— Yo también te amo, Scar —Susurró, de sus ojos salieron algunas lágrimas. Ambos sonreímos, y me acerque a él como lo había hecho con Noah. Lo abracé ligeramente, y luego rocé mi nariz con la suya, sintiendo su aliento, cálido y reconfortante...
— ¡Corte! —Gritó Noah. Me separé con rapidez de él, aunque él tardó mucho más en ponerse en pie. Apenas nos paramos, la clase estallo en profundo aplauso. El profesor tomo mi mano, sonriente y me invitó a sentarme en mi lugar. Yo sonreí me encontraba aturdida. La campana sonó, eso indicaba hora de irse a un pequeño descanso. Suspiré, y observé que él se quedaba en el salón, sentado en su lugar. Con papeleo, pude notar que intentaba suprimir una sonrisa. Yo lo miraba, embobada. Hasta que creo, se dio cuenta pues miro hacia mí. Solo por un instante mantuvimos la vista unida, después salí de allí apenada.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top