Insomnio
Esto surgió ayer en la noche, ya lo tenía planeado pero no podía dormir así que me puse a escribir, posiblemente no debería hacerlo pero es inevitable.
Tiene algo de "terror", sangre básicamente, cosas normales, no soy de las que escribe tanta mierda de terror y el pedo, en fin, otro KaiChen *c emociona*
Aldmfkjds, lean.
Las luces parpadeaban, cada nuevo destello iluminaba el interior de su sala, el gran árbol en la esquina llenaba de calma su agitado corazón, las luces que se prendían y apagaban, perdiendo su brillo que tanto las caracterizaba y volviéndose a prender con un nuevo tintineo imaginario. Al final, JongIn sabía que se apagaban y no volvían a prenderse hasta que una nueva vida las despertara.
Así pasó con él, su querido ángel, no solo él, toda su familia. Las luces del árbol que habían montado esa navidad "Vamos JongIn, será divertido" la gran estrella que se alzaba en la punta "Ponla tu, vamos, no seas tímido", sus voces perforaban el eco de su silencio pero sabía que no estaba ahí.
Parte de su imaginación como ahora serían y las luces finalmente se quedaron prendidas. Pasaron unos cuantos segundos en los que lentamente bajaban la intensidad de su brillo y se apagaban por completo, dejando la estancia en una oscuridad espectral y macabra, donde su corazón de agitaba tanto que podía escucharlo con una claridad inhumana, esos segundos donde la oscuridad rodeaba su cuerpo se hacían eternos en su pequeños ojos, finalmente, con ligeros tropiezos, las luces volvieron a brillar, aumentando su brillo para iluminar la estancia, segundos tan patéticamente rápidos que en un nuevo parpadeo la oscuridad rodeaba su alma.
Aún recuerda esas luces, fueron su todo en algún momento, cuando la chimenea estaba prendida por el fuego de ChanYeol, que las luces blancas inundaban la estancia y las escandalosas risas de BaekHyun y JongDae llegaban desde el otro lado de la misma. Miraba el alto árbol con todo su esplendor y suspiraba, realmente lo amaba.
Ese día en particular, todos habían conspirado contra él y salieron con una excusa ridícula para que JongDae y él se quedaran solos, JongIn volvió su vista al árbol, tan solo unos segundos, pues mirar el perfil de JongDae iluminado con las luces blancas era todavía más hermoso.
"¿Tengo algo en la cara?" preguntó con inocencia, tallando sus mejillas con ese suéter feo color rojo que BaekHyun le había regalado en navidad.
"No" murmuró, la película había dejado de estar interesante hace unos momentos y sus miradas chocaron. La oscuridad apareció, pero no inundó los rincones de la casa como hacía en esos momentos.
La luz volvió a brillar, junto a la forma tan delicada en la que la luz de la luna se paseaba por su piel, JongIn cayó completamente enamorado, más, tan dolorosamente que odiaba no ser correspondido, JongDae no solo era su compañero, era su secreto.
"Sigo pensando que tengo algo en la cara" refutó, algo confundido con el actuar del moreno, volvió su vista a la taza de chocolate que descansaba en sus manos, frío ahora por las altas temperaturas, pero suficiente distracción del chico a su lado.
"Usted me gusta Hyung" susurró "Aunque no debería hacerlo, fue inevitable" las manos de JongDae se congelaron, la calmada respiración de JongIn a su lado, aún mirando la forma en la que la serie de luces hacía contraste con su clara piel "No tiene que decir nada si no lo desea" agregó "Pero quería que supiera mis sentimientos".
Pasaron algunos minutos, JongDae levantó la mirada a la televisión apagada y después al rostro del moreno. "¿Lo hago?" susurró, como si romper el silencio fuera prohibido, el entorno tan romántico que se formaba a su alrededor empezaba a marearlo.
"¿Hacer qué?" titubeó JongIn. "Enamorarte ¿lo hago?" JongIn se quedó sin habla, asintió suavemente, un poco perdido pero sincero, esperaban que nada cambiara las cosas entre ellos "¿Por qué no me dijiste antes? Pude haberte lastimado en todo este tiempo, no me gusta herirte JongIn".
El moreno negó suavemente. "No ha hecho nada malo Hyung, simplemente sucedió, yo tampoco tomé control de las cosas" se quedaron en silencio otros minutos, sus miradas fijas en el contrario y fue JongDae quien en movimientos torpes, acercó su rostro al menor y depositó un casto beso en sus labios, un suave roce con el que cerraron sus ojos, posiblemente unos cuantos segundos que enviaron explosiones por su cuerpo y un cosquilleo en sus pieles. Lo que tuvo por consecuencia otro, y otro, y otro, hasta que en un pequeño movimiento estaban sobre la alfombra.
La manta que Dae mantenía en sus hombros estaba a un lado de él, su agitada respiración mientras su manos se enredaban a su cuello, sus piernas a su cadera y su miradas no se despegaban. Tocó su piel, un suave roce, tímido y cálido, tan tierno como sus sentimientos a flote, acarició cada pedazo de piel en su cintura cuando levantaba su playera, los besos que regaba por su cuello y hombros, la manera tan delicada en la que estimuló sus sentidos y embistió contra su pequeño cuerpo, los suaves gemidos que escapaban de sus labios y gentiles masajes en sus zonas privadas que lo hicieron delirar. Era su primera vez.
Y también fue la última.
Conforme las luces iban iluminado la instancia, dejó que las amargas lágrimas bajaran por sus mejillas, estaba detrás de él, la luz apagada una vez más, todo dentro de su cerebro decía que los focos explotarían y esa negrura sería eterna. Lentamente giró su cuerpo, mirando en la negrura, intentando identificar algo que lo reconfortara, conforme las luces iluminaban la estancia, también lo iluminaban a él.
Su piel pálida y fría, sus ojos muertos, carentes de expresión, sus labios en una eterna sonrisa, pálidos y opacos, y sobre todo, el rojo de la sangre que manchaba sus ropas. La luz volvió a extinguirse.
¿Hasta qué momento dejaría de morir algo a su alrededor?
La serie navideña iluminaba y apagaba cada vez más rápido conforme el ritmo seriado lo marcaba, pero eso no significaba que la luz permaneciera eternamente. Su cadáver, alumbrado ante la luz era más tétrico, con toda esa sombra detrás suya que hacían gimotear a JongIn como un cachorro herido pero sus ojos no se desviaron.
Cuando la luz volvió a aparecer JongDae estaba de pie, mirándolo aterradoramente, la sangre bajaba por sus brazos y goteaba en el suelo de madera. La luz se extinguió.
Al iluminarse la estancia, su cuerpo estaba cada vez más cerca de JongIn, cada nuevo apague de electricidad hacía estremecer a JongIn ante su no tan grata imaginación, cuando el cadáver estuvo frente a él, bajó la mirada y tapó su rostro, dejando escurrir cada lágrima de sus ojos hasta secarse, que JongDae tomara venganza por todo lo que hizo, pero el nuevo parpadeo de luces debajo de sus párpados lo destruyó todavía más.
Destapando su mirada y mirando en la lejanía del cuerpo inerte de JongDae, KyungSoo enterrado en la pared, su cabeza colgando a un lado aún unida a su cuerpo, YiFan todavía colgando del candelabro, el rojo de la sangre calando en sus ropas y JongIn miró sus propias palmas, envueltas en sangre, su rostro su cabello, su vestimenta, el ligero charco de sangre que se extendía sobre sus rodillas, manchando su preciada alfombra, los había matado a todos.
Todos, desperdigado sus órganos por la madera, los muebles, atandolos a cada una de las más terribles torturas porque su mente fue corrompida. Porque fue débil y eso pudo abarcar sus pensamientos antes que la adictiva mirada de JongDae sobre él cuando estaba feliz.
Se levantó, pisando cuidadosamente de no romper el silencio y cargó a JongDae en sus brazos, transmitiendole calor para acercarse al árbol una vez más, sus luces parpadeantes que calmaban la tormenta de JongIn. Lo acostó en la alfombra, colocando suavemente su cabeza en su regazo y peinando sus cabellos con delicadeza, dejando un cálido beso en su frente y cerrando sus cristalizados ojos.
Jongin sabía que la mañana no llegaría a su hogar una vez más.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top