Día 3: Primer caballo

Uruguay

2:10 de la madrugada

La niebla se disipada en los turbios vientos como velo en utopía dentro de una carretera intangible, esa era la respuesta a la tormenta inaudible dentro de los sueños, de aquellos que aún dormitando desconocen los despojos de ella; poco importaba verla a ciertos individuos que no despertaban a pesar del barrullo, pues en algún momento de la noche fueron escoltados lejos sus ojos.

Un impacto en su ventana la alerta, por instante piensa en no darle importancia, y basta para no hacerlo, así que permanece inmóvil escuchando Eros Ramazzotti dentro de las sabanas, indagando en sus adentros y ajena a la melodía, ya tenía todo planeado para irse, solo esperaría hasta la salida del sol para coger su transporte, cierra el celular y apretándolo con su pecho desconecta los audífonos, con el ceño fruncido se despierta de su ensoñación. Afuera no se representaba una noche normal, algo ocurría; se desarropa pisando el frío del suelo viendo los árboles torcidos con restos de ramas adornando las aceras.

—¡Micolas! —grita corriendo hacia el cuarto del lado golpeado la puerta con intensidad sin respuesta, mira hacia los lados devolviéndose a su habitación y tomando parte de la ropa que había acomodado para mudarse, mira por última vez la ventana observando el tornado acercándose a su calle.

Con su maleta en mano abre la puerta resbalándosele las llaves pero tomándolas en el aire para concretar con la puerta abierta y el soplido que le inmovilita un poco la salida de la casa, sin embargo sale echando seguro evitando el ingreso de algún ladrón.

—Quieta —habla alguien detrás suyo con voz femenina detrás de ella —. Dame las llaves.

Las guarda dentro de su chaqueta que cuelga en su cintura.

—No estamos para esto ahora. —Se voltea señalando el cielo—. ¡Ves, hay un tornado! ¿Entiendes? ¡Tornado!

—Dije quieta. —Suelta el gatillo no permitiéndole que reaccionara a tiempo, Olivia cae aún intentando respirar, viendo como se le quitaban las llaves junto con la cara de su asesina siendo golpeada por su tío, no ve claramente pero sabe que la está tomando en sus brazos tratándola de consolar con un arrullo y cerrándole los ojos.