Prólogo
Todo estaba listo y preparado para mudarme a Tokyo, Japón. Un viejo amigo de mis padres me contactó para que trabajase en la Universidad Nacional de Nerima como su ayudante y supervisora del laboratorio Nº7. Me sorprendió que no haya ningún profesor supervisando dicho laboratorio, a lo que él me contestó que uno de los alumnos hizo que el que estaba supervisándolos, abandonase como profesor en aquella prestigiosa universidad.
Menudo portento debía de ser aquel estudiante, pero cuando el Profesor Saruta me envió por correo los expedientes de los dos alumnos del Laboratorio 7, casi se me cayó el móvil de la sorpresa al ver la foto de mi viejo amigo, Tenma Umataro, quien no lo veía desde aquel fatídico incidente de hace 5 años. Lo sorprendente es que es su segundo año como universitario y ya está cursando el master. Sin duda, es digno de admirar. Pero, a pesar de que tengamos la misma edad, yo ya hace tres años que terminé mis estudios universitarios y comencé a trabajar para la empresa Heracles.
Estos 5 años no han sido nada fáciles para mí. Mis padres murieron en el incidente, intentando salvar mi vida. Yo sobreviví por los pelos, ya que una barra de hierro atravesó el cuerpo de mis padres, incluida a mí a duras penas, pero eso no quitó el hecho de operarme de urgencia del corazón, que fue donde casi me atravesó la barra. Después de aquello, mi tío, quien vino desde EEUU, me acogió y me tuve que marcharme con él, provocando que tuviera que romper mis lazos con Umataro. Es más, ni siquiera supe de él después de separarnos durante el accidente. En aquel período de tiempo me saqué el graduado de secundaria y me matriculé directamente a la MIT, donde en solo un año me saqué el grado, el máster e incluso me dio tiempo de escribir una tesis sobre la I.A. Aquel trabajo llamó la atención al director de la empresa tecnológica más puntera de los EEUU, lástima que la mayor parte de las investigaciones sean para uso militar, pero no tuve más remedio que aceptarlo, si quería seguir investigando y crear robots, capaces de proteger a las personas. Así que, en Heracles desarrollé varios dispositivos que luego se mostraron en distintas revistas científicas prestigiosas, obviamente, a la hora de publicarlos y/o entrevistarme, siempre usaba un alias y me abstenía a que me hiciesen fotos. En mis tiempos libres, me apunté a clases de combate cuerpo a cuerpo en diferentes especialidades por si surgiera alguna ocasión en un futuro; a la vez, investigaba sobre los sucesos de aquel extraño incidente que ocurrió en Tokyo. A raíz de esto, conocí a varios investigadores de mí mismo campo, que también estaban interesados en aquel incidente, como el Conde Bremner o la "Doctora Lolo", esta última persona fue quien me presentó al Profesor Saruta, una eminencia en el campo de investigación de los cerebros electrónicos.
Tras leer los expedientes de mi viejo amigo y de su compañero, Ochanomizu Hiroshi y su tesis sobre el Bewuβtsein, no pude rechazar su oferta. Aquella tesis, no solo me cautivó, sino que además era muy innovadora. Pero para esos profesoruchos de tercera división, no es lo que están buscando y, por lo tanto, la mayor parte de los fondos van dirigidos para el laboratorio Nº1, liderado por el genio, Tsutsumi Moriya, cuya investigación es la creación de robots de aspecto humano para uso exclusivo en la atención y cuidado de las personas. Reconozco que su investigación no es mala, si no fuera porque esos robots solo sirven para eso, cuidar a las personas. Es decir, estos robots serían incapaces de proteger y salvar a las personas.
Rápidamente contacté con la empresa Heracles y con mi tío. Con mi tío no hubo ningún problema, pero con la empresa no fueron tan flexibles. Aunque, finalmente accedieron con un correo que llegó a los 2 minutos de hablar con ellos. "Gracias Profesor Saruta". Sólo transcurrieron dos semanas, cuando ya tenía todo listo para mudarme. El piso donde viviría comprado, los muebles y otras cosas empaquetadas y enviadas, mi curriculum enviado a la Universidad y, por último, la maleta y los billetes listos.
De vuelta al presente. Me encontraba ya en el aeropuerto de Tokyo, arrastraba mi maleta, mientras contactaba por mi móvil al profesor de mi llegada a Japón. Mientras hablábamos, me dirigí a la parada de los taxis, donde me subí en uno y le indiqué al conductor la ubicación de mi nuevo hogar. Durante el trayecto, nos topamos con un enorme atasco del que apenas se movían los autos, la espera fue tan larga que me dio tiempo de terminar mi llamada, entonces noté el aviso de mi IA, Ai, sobre un peligro inminente. Fue entonces que escuché el ruido de un auto enorme, me giré de mi asiento y por la ventana trasera del taxi pude avisar un camión, que se dirigía hacia a nosotros sin control alguno.
- What the hell? - exclamé asustada al ver como un camión se dirigía hacia esta dirección, cuando de pronto me percaté que el último auto de la cola, era un autobús escolar lleno de niños. - ¡Oh, no! - sin pensarlo, salí del taxi, pero antes de que pisase el asfalto, vi como el camión giró bruscamente, provocando que se cayese, pero eso no impidió que siguiese adelante. Fue entonces que del camión salió algo y se puso delante del camión para detenerlo. No daba crédito a lo que estaba viendo, esa cosa estaba deteniendo el camión con sus propias manos y esa cosa era, ni más ni menos que un robot. Nunca había visto a un robot hacer tal hazaña como remolcar un camión, para después detenerlo y salvar a todas estas personas, incluida a mí de lo que podría haber sido un accidente con numerosos heridos o, posiblemente, fallecidos.
Varias personas salieron de sus autos para saber qué es lo que había ocurrido. Yo, en cambio, me acerqué poco a poco para tener mejor visibilidad de aquel heroico robot. Entonces, mis ojos se abrieron de par en par y mi boca se abrió al reconocer aquel robot amarillo, o más bien, reconocí el diseño de aquel robot. Pues, justo antes de marcharme, le envié una carta, a modo de despedida a Umataro, cuyas últimas palabras que escribí fueron:
"Espero que en un futuro, podamos construir juntos a este grandioso robot y se convierta en el héroe que todo el mundo desea."
En una hoja aparte, había un dibujo detallado del diseño del robot que ambos estábamos diseñando justo antes de que se produjera el gran desastre.
Y, aquel robot, era exactamente igual a ese dibujo. Iba a acercarme a inspeccionar el robot, cuando vino otro camión y de él se bajaron tres personas, de los cuales dos de ellas, los reconocí en seguida. Umataro y su compañero, Ochanomizu, quienes se veían felices de lo que había hecho, parece ser, su robot de investigación.
- Con que esto es el Bewuβstein. - Por temor a que me viese Umataro, aunque lo dudo mucho, me alejé del tumulto y me metí de nuevo en el taxi. Pero antes, le hice una foto al robot.
- ¡Vaya! Eso ha sido impresionante. Nunca me había imaginado que algún robot pudiera hacer tal hazaña. - Dijo el conductor impresionado.
- Pueden hacer esto y mucho más. - Dije para mí misma. - ¿Cuándo llegaremos a mi destino? - pregunté al conductor mientras analizaba al robot, a partir de la foto.
- Parece que el tráfico ha vuelto a la normalidad, estimo que en unos 10 minutos llegaremos a su destino. - Informó el taxista.
- De acuerdo. - Dije sin dejar la vista en el móvil.
Y así fue, tras comenzar a disiparse el tráfico, llegué a mi piso previamente amueblado por la empresa que contrató mi tío para llevar mis muebles y cosas, a mi nuevo hogar. En el momento que iba a abrir la puerta, la puerta de mi vecino se abrió y en el salió una chica de mi edad, de pelo corto, liso de color castaño rojizo, más alta que yo y con un humor desesperado.
- ¿Se puede saber dónde se han metido estos dos? - subió su vista de su móvil, para percatarse de mi presencia. - Oh, hola.
- Hola. - Respondí con timidez. - Debo suponer que eres mi vecina.
- Supones bien, aunque de momento soy una vecina sin ningún mueble. - Suspiró desanimada.
- ¿Y eso? ¿Ha habido algún problema con la mudanza? - pregunté a mi vecina.
- Eso parece, se suponía que iban a llegar hace una hora y aún no han llegado.
- Es posible que les haya pillado en el mismo atasco que yo, además hubo un pequeño incidente por el camino.
- ¿Qué clase de incidente? - preguntó curiosa.
- Un camión se salió fuera de control, pero por suerte un robot lo detuvo.
- ¿Un robot? - le llamó la atención al mencionar al robot. - ¿Por casualidad no será de color amarillo con algunas partes de color rojo y de estatura media? - Ella lo conoce y, por ende, conoce a Umataro y a Ochanomizu.
- Sí, así es. ¿Lo conoces?
- Que si lo conozco. Es el robot de investigación de Tenma y Ochanomizu, Six. Quienes da la casualidad que ellos son los encargados de traer mis cosas para la mudanza.
- ¿Qué? - Eso sí que me sorprendió. Sabía que a ellos no le daban suficientes fondos para la investigación, pero llegar al punto de buscar trabajo para ganar dinero para la investigación, eso sí que no lo consentiré. - ¿Y eso es normal?
- Bueno, la última vez que los vi trabajar fue en el parque temático, Mecha City. Allí fue la primera vez que vi a Six en acción.
- ¿Mecha City?
- ¿No lo conoces?
- No, para ser sincera me mudé a los EEUU hace 5 años así que, si han abierto lugares nuevos en Tokyo, lo desconozco.
- ¡Eh! ¿Vienes de EEUU? - se acercó emocionada a mí.
- Yes, of course.
- ¡Qué guay! ¡Ah, por cierto! Me llamo Motoko. Tsutsumi Motoko. - Se presentó mi vecina.
- ¿Eh? ¿Tsutsumi?
- Sí. ¿Ocurre algo?
- Tú eres la hermana de Tsutsumi Moriya.
- ¡Vaya! ¿Conoces a mi hermano? - dijo sorprendida.
- Se podría decir que sí. Nunca me imaginé que tendría a su hermana como vecina.
- ¿Y dime, de qué conoces a mi hermano?
- Tú hermano y yo hemos trabajado juntos en algunos proyectos.
- ¿En serio? Pero si debes tener mi edad. - Dijo atónita.
- Tú hermano no es el único genio que existe en este mundo. De todas formas, yo prefiero vivir en el anonimato, así que, no es de extrañar que nadie me reconozca, ya que yo no muestro mi cara al público y mucho menos mi nombre real.
- Entonces. ¿Quién eres? - preguntó confundida.
- Mi nombre es (T/N) Smith, más conocida como Dr. Mirai. - Sonreí a la hermana pequeña de Moriya con determinación.
- ¿Eh? ¡EEEEHHHHH! Eres la Dra. Mirai. La auténtica Mirai. - Saltó impresionada. - Soy una gran admiradora tuya. Me he leído varios de tus artículos y mi hermano, cada vez que hablo con él, no me habla mucho de ti. Salvo que te considera como su rival.
- Je. Conque su rival, ¿eh? - Saqué mi móvil para ver el aviso de Ai. - ¿Quieres tomar algo? Aunque no sé si te dará tiempo, porque por lo que veo. Ellos ya están trayendo tus cosas. - Motoko se extrañó al avisarle de la llegada del camión de la mudanza, mientras yo abría la puerta de mi casa.
- ¿Cómo sabes que...? - me iba a preguntar, pero antes de terminar de formular su pregunta, yo la respondí de inmediato.
- Tsutsumi Motoko, nunca subestimes a una genio. Sobre todo, si es una genio en el campo de todo lo que se relaciona con la tecnología. - La respondí, mostrando mi móvil, donde en la pantalla se mostraba a una chica con traje cibernético, saludando. - Good bye! - me despedí de Motoko y entré a mi nuevo hogar, que está completamente amueblado y con todo en su sitio. Al verlo, suspiré de alivio. - Bendita agencia de mudanza que ha contratado mi tío, así no tengo que perder el tiempo en amueblar la casa y solo tengo que centrarme en instalar todo el sistema de mi IA en la casa. Pero eso será para mañana.
- (T/N)-sama, le recomiendo que descanses. Le recuerdo que solo ha dormido tres horas.
- Lo sé, no me lo recuerdes Ai. - Miré la pantalla de mi móvil como si de una videollamada se tratase, para comunicarme con Ai, mi IA personal y la única amiga que programé y tuve al comenzar a vivir en EEUU. Dejé mi maleta al lado del sofá y con un tono alegré, le pregunté a mi amiga virtual. - ¿Qué te parece si cenamos algo? ¿Qué me recomiendas para pedir?
- Yo recomiendo los karaage de Saki. Está por la zona y tiene muchas reseñas positivas.
- Pues, confirmado. Pide un paquete de 6 unidades con salsa de chili dulce.
- De acuerdo. Pedido confirmado. Llegará dentro de 20 minutos.
- Suficiente para sacar toda la ropa de mi maleta y ponerlo en mi armario.
Cogí mi maleta y me dirigí a mi habitación, donde había una cama pegada a la pared, en él había una gran ventana; al lado de la cama, había una mesilla de noche con una lámpara. Frente a la cama, había un escritorio para mi zona de trabajo con un gran mueble lleno de libros, que usaba de referencia para mis estudios e investigaciones. Mi habitación tenía un gran armario, lástima que no me haya traído mucha ropa, aunque la verdad, no soy una persona que le guste tener una gran variedad de ropa, solo lo esencial. Además, tiene su propio cuarto de baño, que está constituido por un lavabo y un inodoro y, a parte, tiene una sala de ducha con una gran bañera, estilo japonés. El resto de mi casa constituye un gran salón amueblado con una cocina bien equipada, en el salón tiene un balcón, donde se puede ver perfectamente las calles de la zona. Entre el salón y la cocina hay una habitación, donde hay una lavadora y otro lavabo. Obviamente, en el balcón es donde tenderé la ropa.
Ya había guardado toda mi ropa en el armario y aún quedaba tiempo para darme una ducha rápida, antes de que el repartidor llegue. Después de haber vivido todo este tiempo en EEUU, me resultaba raro bañarme justo después de ducharme, ya que es bastante común en Japón, pero ahora mismo, no es que tuviese tiempo para tomarme un baño relajante.
Al salir de la ducha, me puse el pijama y esperé a que llegase el repartidor. Solo pasó 5 minutos, cuando llamaron al telefonillo. Al inspeccionar que era el repartidor, pulsé el botón para que pudiese entrar en el edificio y luego le abrí la puerta, lo pagué por tarjeta a través de mi móvil y me entregó el paquete lleno de karaage.
Cerré la puerta, después de agradecer al repartidor y me fui al salón para comer mi cena. Mientras cenaba, me puse en contacto de nuevo con el profesor Saruta ya que, durante el trayecto en taxi, tuve que cortar la llamada por el incidente. Tuve que coger mi portátil para hacer la videollamada. Como mi portátil está conectada a Ai, lo único que tenía que hacer era pedir a Ai que conectase al Profesor Saruta por videollamada en el portátil. Ya conectados, comenzamos a hablar:
- Veo que ya te has instalado. - Dijo el profesor.
- Sí, por suerte al llegar a mi nueva casa, ya estaba todo amueblado. Ahora solo le falta que le dé mi toque. - Le respondí mientras me metía un karaage en la boca.
- Cuando hablas de tu toque, ¿te refieres de instalar tu IA por toda la casa?
- That's right!
- Eso te llevará tiempo, aunque eso es algo bueno.
- ¿Por qué lo dices? - pregunté intrigada.
- Porque no empezarás a trabajar en la Universidad hasta pasado el verano.
- ¡¿QUUUEEEEÉ?!
- Así lo ha decidido el director.
- En otras palabras, que tengo 4 meses para conocer la zona e investigar a mis "estudiantes".
- Por cierto (T/N). Cuando te mostré los expedientes de los estudiantes del Lab-7, me pareció que ya conocías a uno de ellos. ¿Me equivoco?
- No te equivocas. Tenma Umataro era un amigo que tuve cuando vivía aquí, pero tras el desastre de hace 5 años perdimos el contacto y me temo que no le va a hacer mucha gracia que sea su supervisora. - Dije con tristeza.
- Me da igual cual vaya a ser tu relación con él. Yo solo espero que no haya ningún problema, sabes que la razón por la que te he puesto al mando de este laboratorio es para que no la cierran. Así que, si vas a tener algún problema con él, más te vale que lo resuelvas rápidamente.
- Una cosa es decirlo y otra cosa es hacerlo. - Murmuré para mí misma.
- ¿Dijiste algo?
- No, nada. - Sonreí de manera nerviosa.
- Bueno, ya te contactaré para cuando tengas que presentarte a ellos. Adiós, (T/N). - Se despidió el profesor Sorata con su típica cara seria.
- Good bye and good night, Professor Saruta. - Cerré la videollamada del profesor y acto seguido, abrí el expediente de Umataro. - Seguramente, cuando nos veamos ni siquiera tendré el derecho de llamarte por tu nombre. - Dije con tono triste, mientras miraba por la ventana el paisaje nocturno de Tokyo.
Buenas a todo/as,
Aquí os presento el prólogo de este nuevo fanfic. Un fanfic lleno de robots, IA y muchos misterios.
Espero que os guste y os enamore de esta gran serie, ya que merece la pena el leer su manga.
ATOM THE BEGINNING.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top