Capítulo único
Mi nombre es Ashlynn MacKane, tengo 17 años y soy de Dublín, Irlanda.
Llevo días sintiendo que alguien me observa desde los espejos pero, creo que solo son paranoias mías ya que me encuentro sola la mayoría del tiempo debido a que mis padres trabajan mucho, mi padre es abogado y mi madre es una investigadora privada, aunque ella ya se retiró.
Esta noche, como una cualquiera he cenado, visto un poco la TV; que hay que reconocer que ponen pura mierda, y después de ducharme me fui a dormir temprano; eran las 10pm. La noche iba bien hasta que volví a tener esa pesadilla, en ella me encontraba yo tendida en el suelo y un ser estaba sobre mi sin dejarme salir, era aterradora.
Me desperté a las 6am angustiada, tras estar unos minutos sentada en la cama decidí ir al baño a despejarme un poco. Me levante asustada de la cama y fui despacio hacia el baño, me giraba en todo momento mirando los antiguos espejos que decoraban las paredes del pasillo, sentía que alguien me observaba desde ellos. Apremié el paso y cuando llegue al baño cerré de un portazo apoyándome en la puerta, suspiré y me acerque a la pila para lavarse la cara, definitivamente la pesadilla me había pasado factura esta vez.
Con el grifo ya abierto escuché un traqueteo de uñas en el espejo de mi derecha, desvié mi mirada pero no había nada, me mojé la cara y tras secarla volví a mirar y no podía creer lo que mis ojos estaban viendo, era una versión mía mutilada, aterrorizada abrí la puerta y salí corriendo hasta detenerme en mi cuarto y encerrarme en el armario cercano a la puerta, saqué apresurada mi teléfono y marque el numero de mi padre, mis manos temblaban a si que no me era fácil marcar el número, el móvil dio tono y yo recé para que lo cogiera,. Cuando escuche la sosegada voz de mi padre un alivio recorrió mi cuerpo, nada más escucharlo le dije todo lo que estaba pasando, él me dijo que seguramente era la pesadilla, que fuera a la cama e intentar dormir de nuevo, pero, la puerta intentó abrirse y le dije a mi padre que estaba allí, en mi habitación, me respondió que enseguida venía pero que esperaba que no fuer a una falsa alarma, luego colgué el teléfono y dirigí la cámara hacia la puerta para ver que era; al abrirse la puerta me vi a mi con mi cabello negro extrañamente quemado, una tajada en el cuello que no paraba de sangrar, mis manos y piernas eran excesivamente largas, los brazos se deslizaban por el suelo, esa cosa me estaba buscando por todo el cuarto, ya pensaba que se iba percibo su respiración parada frente a donde yo estaba, cogí mi móvil y le mande un mensaje a mi padre "Está frente mío,¡ Ven ya papa ! ¡Tengo miedo!", entonces cerré el móvil , lo guardé en mi bolsillo y me puse a rezar para que se fuera, y eso que yo no era de rezar, entonces vi como una huesuda mano inhumanamente larga y delgada abría la puerta de mi escondite, esa cosa intentó atraparme pero conseguí escabullirme por debajo de sus piernas, cerré la puerta de mi cuarto intentando ralentizar la y baje corriendo a la cocina, tome el primer cuchillo que hallé y me escondí debajo de la mesa, poco después volvió ha aparecer pero el cuchillo no le hizo nada, se lo clave y ella lo miró como si nada, lo tomó y me lo clavo en el ojo derecho, luego lo sacó y me atravesó una brazo, rompiéndome los huesos, yo grite de dolor pero no había terminado, me echó gasolina por la cabeza, solo la mitad y me quemo parte de mi rostro, grité tanto que me desmayé , no se cuanto paso pero cuando desperté la criatura no estaba y ya me encontraba en el hospital junto a mi padre y mi madre, se les veía inquietos y preocupados, cuando se percataron que había abierto los ojos se apresuraron a decirme que cuando llegaron a casa tenía toda una parte del cuerpo quemada y entonces buscaron por la casa pero estaba yo sola, apagaron el fuego y me trajeron de inmediato al hospital, preocupada y con temor por lo que podría haberme sucedido les dije que me ayudaran a levantarme, ya en el baño me miré en el espejo, que tanto temía, y vi que tenia ese horroroso aspecto de carne quemada; toda mi parte izquierda estaba totalmente quemada, miré mi brazo que me arrancó y vi que estaba allí entonces mi padre entró y me dijo que el médico podría hacerme carne implantada, pero yo me negué, solo quería salir de ese lugar y volver a mi vida normal, porque yo sabía que ya no iba a poder ser así nunca más después de lo que vi.
Cuando regresé a casa después de que el médico me curara las quemaduras más fuertes y me diera el alta, tenía miedo de quedarme sola y cada vez que me miraba en un espejo notaba que aún me miraba en el espejo y veía que siempre se me dibujaba una extraña sonrisa, tomé una guadaña que compré por Internet y me apunté al cuello, me hice un débil corte y luego me lo cosí, riendo, llorando y gritando sin razón, fui al cuarto de mis padres y mientras dormían asesine a mi madre con la guadaña y le quité el cuero cabelludo, luego me hice lo mismo a mi y me puse el suyo, teniendo así parte mi cabello; negro como el carbón, y la otra el de mi madre; rubio como el sol. Después se me ocurrió que para que no se viera el lado de mi cara quemado me puse una media máscara azul, con dibujos de azul claro, luego esperé a que mi padre despertara para poder coger partes de su piel, en especial de los brazos y cuello y luego asesinarlo, cada vez que lo hacía me sentía bien y un gran placer se apoderaba de mí, cuando terminé de arreglarme me puse mi vestido favorito corto de color rojo, mis botas negras con plataforma que llegaban hasta mis rodillas y tras peinar mi cabello y contemplarme frente a un espejo por última vez en esa casa, tome mi guadaña y tras encender los fuegos y tomar un mechero, salí de allí y le prendí fuego, luego me fui buscando nuevas víctimas para recuperar mi piel.
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