La mañana había tomado el mismo curso de siempre, iniciando con el desayuno y terminando con la salida del mayor. Ahora el castaño pensaba en la llegada de Jungkook para ir al lugar prometido. Aunque no sabía a qué parque se refería, sin embargo, estaba ansioso por descubrir cuál era y cómo sería; los días anteriores había preferido evitar los momentos a solas con él, pero ahora era todo lo contrario, la respuesta era fácil: simplemente quería conversar con el mayor y pasar un buen rato hablando como dos amigos.

—¡Tae! —le dio un un leve golpe con la palma de su mano en la nunca.

El nombrado gritó al mismo tiempo que dio un respingo, pues su amigo había llegado para sacarlo de su ensimismamiento.

—¡Yoongi! —se quejó sobándose.

—Cállate —amenazó entrecerrandos los ojos—. ¿Te pasa algo? ¿Estás bien?

Se levantó y movió la cabeza tratando de ubicarse en la realidad. —No, ¿Por qué?

—Porque estás ahí sentado como idiota, viendo a la nada. —dijo con ceño fruncido.

—¡Hola, chicos! —Llegó Jimin.

—Le decía a Tae... —fue interrumpido por un corto beso de su novio.

—¿Qué le decías? —se separó de él con una sonrisa traviesa.

—No sé, algo le pasa...

—Pero, ¿cómo? ¿Qué te pasó? —cuestionó alterado y se acercó al castaño para tomarlo de los hombros —, ¿Estás bien? —lo movió frenéticamente y luego colocó sus manos en su frente.

—Yo, estoy...

—¡Estás enfermo! —dio un grito ahogado y Yoongi rio por lo bajo.

—No, no me sucede nada —aclaró separándose de su mejor amigo.

—pero Yoongi dijo..

—No dije nada, tú lo diste por hecho —habló Yoongi.

—Perdón, es que no sé qué haría sin mi mejor amigo —se sentó en el sillón y de un brinco abrazó a su amigo por el cuello.

Taehyung rio nervioso pero estaba feliz por saber que Jimin aún lo quería, a pesar de que el otro día parecía haberlo dejado en el olvido.

—¡verdad! —dijo y besó las mejillas de Taehyung.

—Ajá —comentó Yoongi.

Los mejores amigos se dedicaron miradas y luego rieron por lo que Jimin agregó: —No te pongas celoso, Yoongi.

—No, claro que no—se encogió de hombros.

—Que bueno porque siempre seré así de empalagoso con TaeTae —Dijo abrazando a su amigo como un koala se abraza a un árbol.

—Silencio —sentenció el mayor y se sentó en medio de los mejores amigos.

—Ay —el castaño se quejó por lo bajo al ser separado de su amigo.

—Les quiero decir algo, importante —suspiró.

—¿Qué sucede? —Jimin se preocupó.

—Mañana es el día, recuerden que Jungkook nos prometió que nos llevaría.

—Lo había olvidado por completo —señaló Taehyung un poco sorprendido pues el asunto del parque lo había distraído de su verdadero objetivo.

—¡Yo también! —Abrazó el brazo de su novio como si estuviera asustado.

—Tenemos que estar preparados. Al llegar a casa de Jin debemos ser respetuosos con él. Sé que les encantará porque es un buen chico y... —sonrió forzado —No debemos dejar que nos vean porque un movimiento en falso y estamos acabados.

—Sí, señor —habló Jimin con voz seria pero al final terminó riendo y contagiando a los demás de su histérica risa.

—De acuerdo —sonrió Taehyung.

—Y ahora ¿Qué les parece otra película? —sugirió Jimin con una sonrisa de oreja a oreja.

—Si tú quieres. —tomó la mano de Jimin y luego la entrelazo.

Taehyung solo pensó en lo que había pasado ayer y se imaginó que quizá hoy sucediera lo mismo respecto al amorío de sus amigos. Pero ahora intentaba comprenderlos, simplemente se dedicaría a ver la película, mientras pasaba el tiempo para que Jungkook llegara.

(.........)

El castaño estaba sentado en el sillón, mientras comía palomitas, la televisión estaba encendida pero no la veía sino que pensaba en aquel chico. Aquel chico amable, atento y de cabello azabache que le hacía sentir algo "diferente". Taehyung solo pudo llegar a la conclusión de que le hacía sentir bien y que tenía inmensas ganas de conocer cada detalle de su vida.

—¡Kim Taehyung!

El castaño se sobresaltó recordando las pocas veces que le regañaron sus profesores, pues usualmente gritaban su nombre completo en ese tipo de ocasiones.

—¿Eh? —dijo embobado.

—Ya se acabó la película desde hace diez minutos—Dijo Jimin.

El castaño retiró la vista del televisor para mirar a sus dos amigos, los cuales lo observaban fijamente, con expresión confundida.

—¿En qué estabas pensando?

—En el viaje —mintió.

—No te preocupes tanto por eso —sugirió Jimin—, siempre te preocupas de más, ya te he dicho que debes relajarte.

—Uh, sabes que, tienes razón.

—Claro que sí. —se levantó e hizo unos pasos de baile para dirigirse a la cocina por un vaso de agua.

—¿Qué hora es? —le preguntó Taehyung a yoongi, el cual le miraba aún con extrañes.

—Faltan quince para las cuatro —guardó su celular.

Taehyung se levantó con rapidez y miró a todos lados. Recordó que Jungkook estaba por llegar. Luego miró su ropa y se sacudió, a pesar de que no tenía polvo aunque si estaba algo sucia.

—Me tengo que bañar —dijo preocupado con ganas de morderse las uñas.

A Yoongi aún le parecía rara la actitud de su amigo.

—Ya está limpia nuestra ropa ¿verdad? —preguntó alterado, pues Jungkook había hecho un comentario al respecto, sin embargo, a él le había parecido más interesante observar sus bellas facciones que sus aburridas palabras acerca de la lavandería.

—Sí, de hecho Jungkook la acaba de traer hoy —señaló un rincón de la habitación donde había una silla de plástico gris.

Taehyung tomó su ropa y corrió hacia el cuarto de baño. Su cuerpo temblaba al pensar que Jungkook llegaría y el aún no estuviera listo.

Taehyung vestía con la misma ropa con la que Jungkook lo conocío, incluyendo su boina azul marino. Caminaba despacio como si con esa acción evitará ser señalado. Para su suerte el día era desierto.

El castaño quería saltar de exaltación, mantenía una radiante sonrisa bajo el cubrebocas negro, sin embargo, era mejor ser cauteloso. Recordaba como se habían escabullido de sus amigos y se sentía culpable por haberse sentido tan bien al principio.

Al doblar la esquina se hallaba el parque, el cual estaba adornado de árboles cuyas hojas secas eran pocas, y en el suelo había una atractiva mezcla de hojas cafés y anaranjadas. El parque consistía en unos cuantos juegos para niños: dos toboganes, una fila de tres balancines, tres pares de columpios. Había bancas distribuidas por los caminos enredosos que te llevaban al centro del lugar, el cual era una pequeña explanada de asfalto.

Taehyung corrió gozoso y se sentó en un banco de color blanco que estaba bajo un árbol. Jungkook lo imitó, tenían una perfecta visión de los juegos.

—Taehyung.

—Jungkook, ¿sabes que puedes decirme Tae?

—Oh, ¿de verdad? ¿Ya soy alguien de confianza o sé lo permites a todo el mundo? —dijo dubitativo.

—No soy de tener muchos amigos así que...

—Ahora me siento especial, Tae—rio.

—Oye —llamó serio que el chico a su lado se asustó—, Qué se siente tener...

—¿Tener qué? —insistió amablemente cuando el contrario no pudo finalizar la pregunta.

—¿Qué se siente ser parte de una familia?

Jungkook dio un respingo por la repentina pregunta, ¿Qué sentía? No sabía qué responder, menos sabiendo que el castaño venía de un orfanato. Pronto surgió una incógnita: ¿Cuál era el motivo de que Taehyung hubiera ido a parar a ese lugar?, un sentimiento de curiosidad se apoderó de él, ¿porqué nunca se había preguntado eso?

—No sé qué decirte, es algo normal para mi pero se siente ¿bien?. Mira yo recuerdo haber tenido la familia perfecta en mi infancia, pero al crecer descubrí verdades que me hacen enojar y más si es referente a mi padre —suspiró —, pero no creas que lo odio solo no estoy de acuerdo en muchas cosas.

Taehyung le miraba perplejo.

—Disculpa, creo que me desvíe del tema —sonrió al igual que el contrario.

El castaño miró el suelo y comenzó a mover sus pies entre las hojas del otoño, haciendo un débil ruido, mantenía una impecable sonrisa en su rostro. Le gustaba conversar con el mayor porque él siempre era sincero, llegando a demostrar que las cosas eran muy diferentes a lo que él pensaba.

—Tae. —el nombrado le miró para que siguiera— ¿Qué pasó con tus padres?

Se arrepintió de ser tan imprudente al ver que Taehyung se removió incómodo en el banco, para comenzar a mover sus manos con nerviosismo.

—Perdón, no tienes que responder.

—Bien —Dijo sin más, algo que decepcionó al mayor ya que tenía la esperanza de que le contara, no obstante comprendía su decisión.

—¿A qué le tienes miedo? —Preguntó Taehyung cambiando de tema.

Otra pregunta que le dejó atontado, ¿A qué le tenía miedo?. Él le temía a varias cosas: al fracaso, a la traición, a perder ya sea en simples juegos hasta perder una persona importante de su vida. Sin embargo, existía un miedo peculiar pero Jungkook no se atrevía a decirlo, no quería quedar como un miedoso frente al castaño.

—No le temo a nada —le guiñó el ojo.

—¿A nada? —le miró confundido.

—Sí, a nada.

— Es imposible, debe de haber algo.

—No, no le temo a nada —dijo con voz firme.

—¿Algo cómo las arañas, tormentas o truenos? —recordó los miedos más grandes de su mejor amigo. En su mente el fugaz recuerdo de Jimin gritando al ver una pequeña araña en el escritorio de la maestra. Gritó tan fuerte que se escuchó en todo el orfanato.

El azabache soltó una fuerte carcajada. —No y menos a los insectos.

—¿Al mar? —recordó uno de los miedos de Yoongi.

—Querido Tae, ya te dije que no tengo miedos. —dijo con suficiencia— ¿y tú?

—Yo... Eh, sí tengo.

—Adelante. —le miró atento.

—Me da miedo el futuro, me da miedo hablar en público, siento una terrible ansiedad —hizo una pausa— tengo miedo a e-esto —tartamudeó.

—¿Al parque? —le miró con ceño fruncido.

—No —se mordió el labio inferior—, miedo a que todo salga mal o aún peor que no sea lo que esperaba.

—Uh. —dijo sabiendo que se refería a su vida después del orfanato. se sintió estúpido por aparentar que no tenía ningún miedo solo para tratar de impresionarlo— Yo le tengo miedo a...

Taehyung lo observaba directamente a los ojos, esperando la respuesta, le intrigaba saber cuál sería uno de sus miedos.

—A las —tosió y dijo rápidamente a lo que temía, sin embargo, Taehyung no pudo entender nada.

—¿Qué cosa?

Jungkook se rascó la nuca y esbozó una sonrisa nerviosa y volvió a repetir la oración inaudible.

—No tienes que decirlo si no quieres —soltó una tierna risita.

—A las alturas —dijo en tono derrotado y se encogió de hombros.

—No te avergüences, además es un miedo muy común..

—Pero..

—Pero nada, a mi a veces me causa miedo las alturas.

El silencio tranquilizador reinó en el ambiente por varios minutos, hasta que los chicos el castaño comenzó a reír, prácticamente de la nada.

Jungkook miró hacia su izquierda y luego a la derecha donde estaba Taehyung y le guiñó un ojo de forma seductora, lo que hizo estallar al menor en una carcajada.

—¿De qué me perdí?

El menor se movía en su lugar desternillándose de risa a medida que Jungkook lo observaba un poco confundido y con una sonrisa, pues le parecía tierna la actitud del contrario.

—No, n-n no me m-i-i res —pidió entre risas, por alguna extraña razón no podía dejar de reír al tener los ojos del azabache sobre él—, por favor.

Jungkook obedeció pensando que la causa de su risa era que estaba nervioso. Sonrió orgulloso al concluir que él era la causa de su estado.

—Lo siento, no se que me pasó —rio un poco.

—Está bien —le miró fijamente a los ojos para comprobar su hipótesis.

Taehyung soltó una pequeña risa y miró hacia el piso. Jungkook quedó satisfecho.

—¿Quieres ir a los columpios? —habló el mayor.

—No, eso es para niños.

—No importa, tú pareces uno.

—No, no —negó rápidamente.

—Sí, si. —Al ver que Taehyung tenía una ligera mueca de enojo añadió: —cómo sea, vamos. Yo también subiré.

Al final el castaño aceptó con la condición de que al regresar Jungkook le compraría un helado.

—Es tranquilo aquí. —rompió el apacible silencio para hacer una de las preguntas que tenía en la cabeza, ahora quería saber todo sobre su pasado : —¿Extrañas algo del orfanato?

—No sé —intentó recordar mientras se mecía lentamente en el columpio—. A la directora, era algo mandona pero son cosas del trabajo, a pesar de todo es una mujer admirable... También los viernes de películas y a algunos de mis compañeros aunque no les hablaba mucho. —hizo una pausa—. A mi profesor se llama Kim Namjoom y siempre quise...

—¿Qué quisiste? —interrogó cuando el castaño se detuvo.

—yo... Yo siempre soñé con que me adoptara —aceptó avergonzado.

—Bueno, supongo...

—Pero nunca fue así, nadie me quiso nunca.

—Tae.

—Bueno al igual que mis amigos pero a diferencia, Jimin varias veces estuvo a punto de ser adoptado e incluso Yoongi. —dijo con voz trémula.

—Pero no te sientas así...

—Pero yo... Quizá pocas veces pero —su voz quebrada hizo que el contrario se levantara lentamente para ir hacia él. —No soy el tipo de persona que alguien quisiera en su vida.

Comenzó a sollozar débilmente así que Jungkook corrió hacia él en un intento de abrazarlo como aquel día de la fiesta, pero para su sorpresa el chico no se levantó. Estaba sentado, cabizbajo, mientras tímidas lágrimas caían por sus mejillas.

Jungkook se arrodillo frente a él y colocó sus manos en el rostro del menor e hizo que lo mirara para comenzar a secar sus lágrimas.

—Está bien, tranquilo. —dijo secando sus lágrimas con cuidado.

Taehyung soltó una risita que con los segundos se volvieron carcajadas.

—Un momento ¿Por qué te ríes? —le miró confundido.

El castaño no dijo nada solo se limitó a apaciguar su risa descontrolada. —Es gracioso. —dijo entre pequeñas risas.

—No lo es. —Rió junto al castaño.

Permanecieron así durante tres minutos hasta que el menor dejó de reír. Jungkook mantenía el rostro del castaño entre sus manos e inconscientemente lo acariciaba.

—Creo que ya estoy bien —le miró instándole a que lo soltara.

—Perdón —se levantó y por primera vez un ligero sonrojo apareció en las mejillas de Jungkook.

El mayor se posicionó detrás del contrario y comenzó a empujarlo suavemente con sus manos.

—No —dijo tímido.

—Taehyung, necesitas relajarte. —le revolvió el cabello.

Taehyung se sintió satisfecho de estar en ese lugar, disfrutando del silencio y la compañía del mayor, el cual lo empujaba del columpio mientras cantaba en voz baja. El castaño pensó que le gustaría escuchar esa voz por más tiempo. Apreciaba las pequeñas cosas, es decir, la simpleza del momento, algo que muchas veces olvidaba hacer. Quizá por ser un chico que constantemente pensaba en el futuro.

Éste capítulo es, no sé: 😴

Bueno al menos pudieron conocer más como los miedos de los personajes. 😁

✨Les aseguro que los otros capítulos serán mejores✨