✨ Capítulo 11 ✨

Taehyung corrió entre los árboles. Cada segundo que pasaba se encontraba más lejos de aquel lugar y a pesar de que sus amigos se habían ido hace diez minutos en él no existía rastro de miedo.

Siguió corriendo sin rumbo durante unos ocho minutos mientras gritaba los nombres de las personas que estaba buscando una y otra vez.

...

El gran reloj del orfanato marcaría las 2:30 de la mañana. Jimin y yoongi llevarían unos veinte minutos caminando entre la oscuridad. El menor se encontraba sensible debido a la despedida de su mejor amigo.

—Yoongi.

—¿Qué pasa? —Dijo sin detenerse.

—No me siento bien —respondió el menor con voz triste y baja mientras arrastraba los pies.

—Sé que es difícil dejar el único lugar que conoces, en sí es como dejarlo todo —dijo comprensivo—, pero me prometiste que iríamos y no puedes ahora arrepentirte, es muy tarde.

Ambos quedaron en silencio siguiendo su camino. Jimin seguía a su mayor y miraba algunas veces hacia el cielo preguntándose Qué estaría haciendo su amigo, tal vez durmiendo se dijo.

Jimin por un momento se imaginó que la voz de su mejor amigo lo llamaba, que quizá había cambiado de opinión y que estaría dispuesto a ir con ellos. Pero no, él había escuchado varias veces las negaciones de su amigo frente a ese acto.

Jimin caminaba cuando escuchó nuevamente su nombre.

—¿Escuchaste eso?

—¿Qué cosa?

—¿y si es Taehyung? —Dijo con ojos brillantes— ¡Yoongi tenemos que ir por él! —exclamó con felicidad.

—Jimin, aquí no hay ningún Taehyung —dijo serio—. Entiendo cómo te sientes pero debemos seguir o no valdrá ni una mierda todo esto.

—Yoongi, no son alucinaciones mías, créeme.

Jimin se regresó corriendo por dónde había venido mientras gritaba el nombre de su mejor amigo, sin importale las órdenes de Yoongi de que volviera y dejara de gritar como loco.

¡Jimin, yoongi! Escuchaba la voz de su mejor amigo más cerca a medida que corría.

—¡Aquí estamos! —se paró Jimin y comenzó a saltar abriendo los brazos y las piernas al mismo tiempo.

Yoongi finalmente alcanzó a su amigo y lo tomó del brazo. Estaba a punto de abrir la boca para reprender a Jimin cuando en la distancia apareció una silueta que se dirigía hacia ellos.

El menor se soltó de yoongi y corrió para encontrarse con su mejor amigo. Cuando ambos estuvieron lo suficientemente cerca se unieron en un abrazo.

—Creí que no vendrías —dijo Jimin sensible— te extrañe demasiado.

—Yo también, a los dos —rio y luego dio un suspiro.

—Me alegra verte —sonrió Yoongi para el castaño— pero no hay tiempo sigamos.

...

Al principio todo comenzó con adrenalina y excitación que los obligaban a ir a paso rápido por el oscuro camino. Sin embargo después de caminar por dos horas aproximadamente ahora lo que los envolvía era el sueño, el cansancio y las quejas de Jimin. Cada paso que daban era una gota más para que el vaso se derramara.

El camino que debían seguir era solitario, a la orilla de aquella larga y ancha carretera dónde pocos o ningún carro pasaba. Faltaban algunos kilómetros para llegar a la ciudad más cercana.

—yoongi —dijo el menor— ¿cuánto falta?, tengo mucho sueño —dijo con voz adormilada.

—Tranquilo, falta poco.

—¿Qué hora crees que sea? —preguntó el castaño cansino.

—Quizá las cuatro de la mañana, según los rumores hay una casa abandonada cerca y dormiremos ahí unas dos o tres horas y partiremos nuevamente.

—Yoongi, es que ya no puedo más —dijo el más pequeño lloriqueando —quiero dormir

yoongi se detuvo frente a el menor y lo miró seriamente a los ojos.

—Llevas la mitad del maldito camino quejándote, ¿podrías cerrar la boca un momento? —dijo yoongi un poco perturbado.

Los próximos minutos transcurrieron en silencio, a lo lejos de la orilla de la calle los chicos divisaron una casa. Una pequeña casa de madera vieja de techo oxidado debido a que no había recibido los cuidados necesarios.

Jimin se echó a correr en dirección a la casa y fue seguido por su mejor amigo y por último por el mayor.

Jimin llegó y lo primero que hizo fue tocar la puerta.

—¿Qué haces? —preguntó yoongi— No hay nadie ahí solo entremos. Jimin jaló el pomo de la puerta y lo giró varias veces sin éxito.

—No se puede —Dijo enfurruñado.

—Yo lo haré. —Mencionó Taeyhung colocándose al lado de su mejor amigo.

El castaño golpeó la puerta con su hombro derecho tres veces mientras que con las manos giraba la perilla sin lograr su cometido.

Jimin y yoongi lo miraban serios. Taeyhung se dio cuenta de ello así que se alejó de la vieja puerta de madera y corrió hacia ella dando una patada al estar lo suficientemente cerca. Sin embargo no pasó nada, lloriqueo un poco ya que lo único que se llevó fue un fuerte dolor en el pie y parte de la pierna. Jimin soltó una fuerte carcajada, al parecer todo rastro de sueño que había en su rostro se desvaneció.

—Cállate, Jimin, por favor —Dijo su mejor amigo indignado.

—No puedo —Dijo aún riendo.

—¿Ahora que vamos hacer? —preguntaba Taeyhung.

—No sé —Jimin hizo ademán de estar pensando.

Los dos chicos comenzaron a forcejear la puerta mientras hablaban y se quejaban de que no se podía abrir.

La conversación de los dos amigos fue interrumpida por un ruido de un vidrio rompiéndose. Los chicos voltearon dándose cuenta que el golpe había sido producido por yoongi quién había roto una gran ventana de la casa.

—¿Vienen? —preguntó el responsable.

Las dos horas pasaron tan rápido para los chicos que al despertar tenían ganas de seguir durmiendo. Salieron rápidamente a las casi 7 de la mañana. Planeaban llegar a la estación de metro de la pequeña ciudad más cercana y luego usarían el trasporte para llegar a Seul.

Caminaron durante una hora y los amigos ya no podían más, al parecer no todo era una aventura cómo pensaba Jimin.

Cuando llegaron a la ciudad fue una nueva experiencia para todos, puesto que era su primera vez solos en la calle. Algunas personas les miraban extrañados, quizá se debía a su pijama azul idéntica y sucia de los tres amigos.

Al llegar a la pequeña ciudad los chicos quedaron fascinados, presenciar los carros pasar por las calles llenas de pequeños edificios les asombraba y lo mejor era que estaban solos. Sin nadie que les dijera lo que tenían que hacer. Sin reglas. A Taehyung le invadió un sentimiento de libertad y felicidad jamás antes experimentado y pensaba que a sus amigos probablemente les estuviese sucediendo lo mismo.

Yoongi iba enfrente con Jimin; el primero estaba concentrado más es su celular para saber el camino correcto y el segundo iba al mismo paso que él saltando de alegría. Por otro lado el castaño venía atrás caminando lentamente mientas admiraba las calles con cuidado.

De un momento a otro Yoongi se paró frente a un edificio un mediano. En el habían pantallas, carteles de modelos y ropa.

—Adelante —Dijo Yoongi con una gran sonrisa en el rostro.

Los otros dos chicos no lo pensaron dos veces y entraron rápidamente a la tienda con la emoción de un niño cuando le compran su juguete favorito.

"Cuando lleguemos será hora de buscar ropa nueva, antes de que los carteles y las imágenes de se busca nos delaten por nuestro vestir. Tenemos que ser selectivos en esto"

Recordó Taehyung la tarde en el patio del orfanato cuando Yoongi le revelaba el plan a Jimin.

Estaban juntos observando y conversando sobre qué tipo de ropa les sentaría mejor.

—¿Qué opinas de este? —Decía el menor a su mejor amigo mostrándole un jeans blanco.

Taehyung no respondió ya que a unos dos metros vio unos pantalones que le llamaron la atención. Se dirigió a ellos y los tomó decidido a comprarlo.

—¡Taehyung, escúchame! —habló Jimin indignado.

Yoongi se unió a ellos unos segundos después.

—Rápido, llevo esperando más de diez minutos —Dijo con evidente enojo y preocupación— No estamos en un feliz día de compras, les doy cinco minutos. —Se alejó de ellos.

Y así fue, rápidamente los dos mejores amigos se apresuraron y se encontraron a Yoongi entregándole toda la ropa para que el pagara.

El pálido intentaba ocultar su nerviosismo a sus amigos que lo observaban detenidamente. Llegó el turno del mayor y acercó la ropa a la caja donde le cobrarían. Taehyung miró cómo pasaba la ropa y unas cajas que el castaño no reconoció que era. ¿Qué más había comprado Yoongi sin consultarles antes? Pronto lo descubriría.

Yoongi estaba sentado en la entrada de un solitario callejón, se había quitado el pijama del orfanato y en cambio llevaba puesto una blusa blanca, pantalones de cuero negro que no le quedaban ajustados como se esperaría, una gorra negra, tenis negros y una chamarra del mismo color.

Taehyung llevaba puesto un pantalón café, camisa blanca, una corbata amarilla y unos zapatos negros.

Mientras que Jimin vestía una chaqueta azul de mezclilla y abajo de ella llevaba una camisa blanca. Calzaba zapatos negros y usaba unos lentes del mismo color. Pero lo que más le gustó a yoongi fue su jeans negros que le quedaban perfectos.

El. Mayor no dejaba de mirar a Jimin y éste se dio cuenta, bastante satisfecho de ello. Jimin y yoongi estaban haciendo contacto visual. Ambos olvidándose de Taehyung.

—Estoy aquí saben  —tosió Taehyung.

Los chicos voltearon hacia el castaño, Jimin estaba ligeramente sonrojado y yoongi por unos minutos se le notó nervioso.

—Siguiente parada el metro, no está muy lejos así que vamos. —Dijo Yoongi rápidamente cambiando de tema, dejando a sus amigos atrás.

—Espera —pidió Jimin caminando tras él seguido de Taehyung.

Taehyung abrió la mochila de su mejor amigo que tenía sujeta a su espalda y sacó la boina azul que le había dado a Jimin pensando que él no iría y se la colocó en su cabeza.

Los amigos se sentían como en un sueño, vistiendo ropa elegida por ellos mismos y no la anticuada y monótona ropa del orfanato, mientras a su alrededor el día era templado y soleado.  Después de unos minutos llegaron al metro, se subieron a este donde solo quedaban pocos lugares disponibles y tomaron asiento.

Yoongi se sentó en medio de sus dos amigos y luego se quitó la mochila de su espalda para acomodarse mejor en su asiento y la puso sobre su regazo.

—Yo la cuido. —ofreció Jimin quitandole de encima la mochila y colocándola en el suelo del metro al dado de él.

Yoongi murmuró un "aja" y cerró los ojos. Jimin lo imitó y se acomodó listo para dormir un buen rato mientras llegaban a su destino.

Por otro lado Taehyung observaba a las personas a su alrededor y de vez en cuando miraba hacia la ventana.

...

Yoongi abrió los ojos ya una hora después ya que le había dicho a Taeyhung que lo despertará.

Sintió algo en su hombro derecho y se encontró a Jimin recargado en su hombro, durmiendo plácidamente. Era increíble que el chico pudiera dormir tan a gusto en el trasporte.

—¿cuánto falta?

—Cuando lleguemos a Daejeon bajaremos, ya sabes debemos de comer algo porque no aguantaremos tres horas más sin comer hasta Seúl —Dijo Yoongi.

Pasaron unos dos minutos más y el metro se detuvo en la siguiente parada. Yoongi despertó a Jimin con cuidado.

—Bajemos —ordenó levantándose de su lugar y caminando hacia la salida más cercana. Taehyung lo siguió y al final Jimin.

Estando afuera caminaron hasta una pequeña banca, yoongi sacó su celular del bolsillo y vio la hora. 10:03 marcaba el celular.

—¿Jimin, puedes darme mi mochila? —cuestionó sin quitarla vista de su celular.

Taehyung inmediatamente fijó su vista en su mejor amigo. Su boca se abrió un poco y sus ojos también los mejores amigos hicieron contacto visual.

—¿Jimin?

El menor seguía sin contestar, Yoongi no quería voltear, tenía miedo de comprobar que lo que estaba pensando era verdad.

"Por dios, no puede estar pasando, maldita sea" murmuró el mayor tapándose los ojos con las manos, luego alejó sus manos y golpeó fuerte su muslo con su puño.

Se levantó sin mirar a sus amigos y corrió hacia el metro, no obstante era demasiado tarde, ya no estaba.

Yoongi salió corriendo de la estacion de metro nuevamente. Los mejores amigos se dedicaron una rápida mirada de terror y angustia.

—No quise hacerlo —Dijo el menor a su mejor amigo a punto de llorar.

—Lo sé, Jimin. —Le dedicó una miraba de compresión y después salieron corriendo tras el mayor.

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