Capitulo 9.

¿Así se ven los semidioses de 17 años?

--¿Cómo te fue con Hazel? ¿Está bien?

Nico iba cada cierto tiempo al campamento Júpiter solo para ver a su única hermana, otras veces iba por qué lo necesitaban para tomar alguna decisión importante que debía ser discutida por un consejo al ser un embajador de Plutón allí.

--Ella está bien.--Confirmo y de alguna forma por su tono sonaba aliviado.--Dirige a la legión junto a su novio Frank.

Nico soltó una pequeña risa burlona.

--Deberías verlo, cada vez que voy se mantiene alejado 2 metros de Hazel solo para estar de mi lado bueno.

Nico me había hablado de Hazel antes, es su hermana menor y aunque no lo conocía en persona se sentía como si lo hiciera, por lo mucho que había oído hablar de ella.Creo que podríamos llevarnos bien, tal parece que tenemos cosas en común.

--¿Eres un hermano celoso?--Le cuestioné, arqueando una ceja.

Nico negó con la cabeza, extendió su mano y luego golpeó el lado libre de la cama.Comprendí lo que quiera, y me acosté a su lado.

--Para nada. Frank es un buen chico, sé que cuida bien de Hazel y la respeta.--Explico con calma, cuando hablaba de su hermana algo en su voz cambiaba. Sonaba a qué la apreciaba mucho.--Pero me gusta molestarlo de vez en cuando.-- Admitió, sonriente.

--Los campistas tiene razón. Eres malévolo, Nico di Angelo.--Le acusé y ambos reímos por lo absurdos que resultaban los rumores de que Nico era una especie de "villano" cuando su mayor acto de maldad era visitar a su hermana para asustar a su novio.

--¡Oh, no! -- Dramatice, cubriendo mi cabeza con las sábanas.--¡Es el hijo de Hades! ¡Tiene colmillos afilados y viene a por mí!-- Jade fingiendo estar atemorizada, Nico se rio al escuchar mi terrible actuación.

Alargue en una especie de alarido lastimero, lleve mi mano a mi frente y dejé caer en la cama de la forma más dramática posible.

--Solo en algunas ocasiones.-- Admitió de forma burlona.

Ya se había vuelto una costumbre burlarme de la mala reputación de Nico, aunque la gente no hablara mal de él en general, había muchos rumores e historias que recorrían el campamento sobre él, a veces los campistas más jóvenes inventan historias y lo tildan de una especie de tipo de vampiro sanguinario.Nico era una especie de leyenda aterradora que utilizaban para obligar a los campistas más pequeños a ir a dormir temprano.

--¿Pero qué es esto? ¿El hijo de Hades en la cabaña de Hermes?--Una voz masculina interrumpió nuestras risas.

Ambos levantamos la cabeza para ver a los gemelos Stoll mirándonos desde la puerta.

--Qué acontecimiento.-- Exclamó Connor entrando por completo a la cabaña junto a su hermano.--Aunque estuviste aquí unos días cuando llegaste al campamento.-- Murmuro.

--Ya me voy.--Dijo Nico de forma amargada, se levantó y se fue.

A Nico le gustaba estar en la cabaña de Hermes, solo cuando los hijos de Hermes no estaban allí.

--Grosero.--Dijo Connor, abochornado.

--¡Si! ¡Sal de nuestra cabaña Nico di Angelo!--Travis señaló la puerta, muy tarde, pues Nico ya estaba bajando por las escaleras de la cabaña.-- Extraño novio de Ivy.

Se quejó haciendo una mueca, ofendido.

--Bien hecho.--Le ánimo Connor, dándole palmadas en el hombro a su hermano.

--Fue satisfactorio, lo admito.--Dijo Travis orgulloso, colocando sus manos a cada lado de su cintura.

-- Nico no es mi novio.--Exclame desde mi cama, mientras acomodaba mis cosas.

-- Y tú no eres nuestra hermana, pero aquí estás aún.--Respondió Connor con simpleza.

Lo miré sorprendida por su tono y palabras, Travis abrió los ojos por completo y luego al darse cuenta de lo que dijo Connor también se miraba incómodo.

--Chico, eso fue cruel.-- Le regaño Travis.

--Si, verdad. Se me pasó la mano.--Admitió, avergonzado.-- Lo siento, Hood.

-- Disculpa aceptada.

Luego de un mes estando en la cabaña de Hermes tuvieron que darme una cama, había pasado mucho tiempo y no podían seguir dejándome dormir en el suelo debido a qué mi estancia allí parecía alargarse más de lo que esperaban. No puedo reclamarles que me hayan hecho dormir en un saco de dormir durante un mes completo porque suponía que estaría aquí por unas semanas, pero ya pasaron cuatro meses y aún no he sido reconocida.

...
--Nico, no te vayas.

Le pedí desde el pórtico de su cabaña, no tenía permitido entrar por lo que me quedaba en la entrada de esta, gire mi cabeza para ver la puerta abierta, aunque realmente no podía ver lo que había adentro por qué todo estaba sumamente oscuro. Tal vez por eso Nico es tan pálido.

--Tengo que ir, no me perderé todo el año.--Se explicó y supuse que estaba caminando dentro de su cabaña por qué no podía escucharlo bien.--Mi padre quiere que vaya al Inframundo.

Me quejé de forma sonora, dejándome caer sobre la entrada. Al menos estaba techada y el sol no daba directamente en mi rostro.

--Entonces llévame contigo.-- Le pedí.

Esta no era la primera vez que Nico se iba al Inframundo, durante los 4 meses que estado en el campamento, me percaté que en algunas ocasiones simplemente desaparece durante una o dos semanas y regresa como si nada. La cosa es que nunca lleva equipaje, lo que me hace pensar que se quedará mucho más tiempo de lo normal.

Me preguntó si Hades tiene algún problema en el Inframundo, y Nico va para ayudarlo.

--¿Estás loca?-- Eso sí, lo escuché fuerte y claro.

--Suena interesante, cómo un lugar que debería conocer sin estar ya sabes... muerta.--Le expliqué y era cierto.

Me causaba mucha curiosidad saber que hacía Nico en el Inframundo y como era el sitio.

-- Eso no va a pasar, el Inframundo es un paraje seguro para mí por ser hijo de Hades.-- Nico salió de su cabaña, cerrando la puerta detrás de él. Llevaba una mochila en su espalda, su espada y chaqueta de aviador.-- Y por tú parte, ni siquiera sabes cuál es tu padre divino.

El camino hasta quedar parado a un lado de mi cuerpo inerte en el suelo.

--Cuánta gente mala... hay en este culero mundo.--Me quejé, ofendida. Si aún no sabía quién era mi padre divino.--El campamento será aburrido sin ti, ¿Quién más me utilizaría como saco de boxeo y asistente mal pagada?

--Seguramente podrás distraer tu mente imperativa de un niño de cinco años en el taller de Leo.-- Dijo de forma burlona, pero serio como siempre.--Sobrevivirás.--Me aseguró.

--¡Arrggg...!

--No seas dramática.-- Se quejó dándome una pequeña patada en el hombro, no dolió.

-- ¿Vas a patearme estando en el suelo? Qué desalmado.--Me queje de forma exagerada, cómo si me hubiera lastimado. Luego solo abrí un ojo para ver su expresión, lamentablemente no parecía convencido--¿Que tal? ¿Está funcionando?

--No.

Acompañe a Nico hasta la barrera mágica, a la salida del campamento.

--Oye, tienes qué escuchar esta canción.

Mientras caminábamos Nico me daba pequeños empujones con su hombro.

--literalmente te representa.-- Afirmé.

--No todas las canciones de taylor swift son mías, Hood.--Dijo Nico, poniendo los ojos en blanco.

--¿Qué? Es la Britney spears de esta generación.--Exclame ofendida.

Él no se despidió, solo hizo una seña con la mano y siguió su camino dejándome atrás en la seguridad de la barrera. No me sorprendió su actitud, Nico parecía el tipo de persona que no les gustaban las despedidas.

--¡Nos vemos! ¡Hijo de Hades!

Grité y el pelinegro giro su cabeza para verme mal cosa que me hizo reír, aproveche esto para hacer un mohin con la mano en forma de despedida, me di la vuelta y camine de vuelta al campamento mestizo.

Tenía una clase en veinte minutos y no podía perdermela, era extraño que tuviera que ir a clases estando en un campamento, pero no estaba tan mal.Eran más interesantes que las clases normales en la preparatoria, solía distraerme con mucha facilidad, pero con las clases no "tradicionales" del campamento resultaba difícil quitar el ojo. Aunque me preguntaba que se supone que pasaba con mis clases en mi preparatoria normal, no quería hacer sufrir más a mi madre y me preocupaba no pasar al siguiente año o que mis notas bajaran, se supone que en este momento debería estar cursando mi penúltimo año; No aprendiendo sobre la mitología griega y sus monstruos.

Pase los siguientes días en el búnker 9 de la cabaña de hefesto ayudando a Leo con sus inventos, iba a entrenar o ayudaba a alguno de los campistas con sus tareas normales.Cómo no había muchos semidioses que se quedarán en el campamento durante el resto del año, la mayoría de las cabañas estaban vacías o con muy pocos campistas en ellas.

Por eso tuve que ayudar a Oliver Smith, hijo de Deméter y por su propio boca supe que era el único chico en dicha cabaña.

Él se encargaba de supervisar los campos de fresas, y cosechar algunas para la comida que se preparaba en el comedor, lo que era importante para mí, pues todas las mañanas comía hotcakes con fresas.Trabajar en el campo me hizo ver qué odio la agricultura.Hace calor y el sol es muy fuerte, el campo es demasiado grande y es cansado recorrerlo.

Claro que no dije esto a Oliver, él estaba muy metido en sus cosas de las plantas y se le veía muy emocionada mientras me explicaba por qué era mejor plantar durante la luna llena.

Él resultaba un chico bastante ser "Peculiar" un coqueto empedernido, no puedo decir que este interesado en mí particularmente, si me guiará solo por sus acciones podría decir que está interesado en todo lo que tenga falda en el campamento. Es gracioso, y no es un pervertido, sabe cuándo parar cuando la chica en cuestión se siente incómoda o lo rechaza. Además, él apenas tiene 16, aunque tenemos la misma edad, la cuestión es que él acaba de cumplirlos y yo tendré 17 en pocas días; Mi conciencia nunca me permitiría salir con alguien menor que yo.

--Por eso te recomiendo comer cereales en el desayuno, es bueno para ti.

--Deméter estaría orgulloso de ti.

--No lo creo, mi madre prefiere a las chicas.--Dijo en un suspiro, me miro y sonrió de forma coqueta.-Hablando de chicas, le rezo a los dioses que no resultes ser mi hermana, bonita.

Me guiño el ojo y apenas pude contener la risa.

--Oh, Jo, Jo, jo-- Negué con la cabeza haciendo una mueca de asco.--... Eso sonó tan turbio.

Oliver me dio una sonrisa landina, caminando a mi alrededor por el sendero entre los campos de fresa.

-- Te encantó, admítelo.

-- Te doy un 4/10.--Afirme de forma burlona, cargando con una cesta de fresas.

--Cuatro de diez, no está mal.--Dijo satisfecho, cómo si le hubieran dado peores calificaciones.

Intenté no reírme, pero fue imposible que no me resultará gracioso la forma en la que intentaba "coquetear".Y es que se le puede llamar así.

--Perdón, eres muy gracioso-- Dije cubriendo mi boca, pues no quería hacerlo sentir mal.

--Ya te hice reír, eso es un buen inicio.--Finalizo con orgullo.

-- Pareces demasiado coqueto como para funcionar.

--Te daré un consejo, hija de... bueno. Cualquier dios se haya enredado con tu madre.--Oliver se puso los lentes del sol y me miro con una sonrisa.-- Mientras llega tu media naranja, échate a todo el frutero.

Mi boca se abrió y fui incapaz de hablar, mientas una carcajada salí de mi garganta. Oliver no me espero y siguió con su trabajo. Lo alcancé después de haberme atragantado con mi saliva.

--Cuando sea grande quiero ser como tú.--Asegure con una admiración nueva hacia él.-- Eso que dijiste debería ser un proverbio.

. . .

Pase el rato con Jeong y Ana haciendo manualidades, con la guía de algunos sátiros; Me gustaba eso de hacer collares y pulseras con cuentas de colores, pintar camisas con el logo del campamento mestizo (supongo que eran para los nuevos semidioses que llegaban sin equipaje) y hacer una que otra abominación de cerámica fría a la que Jeong llamo "taza" aunque todos los semidioses pensaran que se trataba de una especie de cuenco deforme, pero nadie dijo nada al respecto. Está sin dudas era la actividad más común y normal que había en el campamento mestizo.

--¿Por qué no le haces algo a Nico?

-- ¿A Nico?-- Cuestione incrédula.

-- Si ustedes son amigos, ¿no? -- Pregunto Jeong, y yo asentí con la cabeza.-- Él solo hablaba con Leo y calipso hasta hace uno meses.

--Me agradaba, no se mete en los asuntos de nadie y no tengo que hablarle por educación.-- Comento Ana mientras hacía una especie de collar con cuarzos y diferentes tipos de cristales que brillaban.

Estoy segura de que al igual que yo, kim Jeong se preguntaba si aquello era un collar de la amistad o una especie de artefacto mágico de la cabaña de Hécate. Debido a que nos habíamos hecho amigas, de una forma u otra, termino hablando con la temible Ana.

Y Ana, bueno, estuvo recelosa por un tiempo, pero terminaron llevándose bien; Al menos eso creó.

Cuando conocí a Jeong era un chico, pero a lo largo de estos 3 meses se había dado cuenta de que se sentía más cómoda como chica. La verdad es que no note la diferencia por su aspecto andrógino.

--Te creo, él no es tan comunicativo que digamos.--Aun así me agrada, me gusta la gente callada.-- No creo que quiera un collar u otra camiseta naranja del campamento mestizo.

Dije con obviedad, pues no es como si Nico disfrutará de los colores.

--Si lo dices de esa forma suena algo mal.--Se quejó Jeong, dándome una caja con material artesanal.-- Vamos, hay mucho material de artesanías, se te ocurrirá algo.

Era una buena persona, muy amable, por lo que rechazarla me resultaba difícil de hacer. Y desde que calipso y leo se fueron de viaje, paso mucho más tiempo con ella y Ana.

-- lo intentaré.

....

Desperté exaltada, con la cara llena de crema batida y risas estridentes a mi alrededor provenientes de los hijos de Hermes. No me sorprendió, se les había hecho constumbre el hacerme blancos de sus bromitas.

Que linda forma de despertar.

Los hijos de Hermes aman las bromas y como soy la única que realmente no es hija del dios, se les hacia muy fácil molestarme. Claro que en cuanto me levanté como una fiera, lista para tomar mi espada, ellos huyeron tan rápido como lo hicieron al ponerme la crema batida en la mano y luego hacerme cosquillas en la nariz. No podía enojarme con ellos, hasta que no sea reconocida estoy invadiendo su espació. Al menos es la forma en la que lo veo.

Fui al baño y me limpie la cara, cepilles mis dientes y al verme en el espejo confirme que aún estaba hecha un desastre.

Cuando salí del baño aun se estaban burlándo de la forma tan fácil en la que caía en sus bromas, y que apesar de llevar más de 4 meses en la cabaña seguía siendo muy inocente.

Intenté volver a la cama, pero en cuanto cerré los ojos ellos empezaron a cantarme el feliz cumpleaños a todo pulmón.

Sali aún en pijamas de la cabaña a trompicones, no podía soportar que tocaran la tuba en mi oreja de la peor forma posible, no son especialmente buenos en la música, eso solo es un talento de los hijos de Apolo.

Apenas salí de por la puerta choque contra alguien, me encontré con Nico, cosa que me extraño bastante.

Nico no es especialmente fan de la actitud bromista de los hijos de Hermes.

--Hola.--Dije sorprendida.-· Volviste.

Parpadee múltiples veces, cómo si mis ojos estuvieran engañandome.

No lo había visto en semanas y de pronto aparece frente a mí.

--¿Tienes ropa abrigada?--Preguntó Nico.

Le mire confundida.

¿Que clase de pregunta era esa?

--Vivo al sur de Texas, muy cerca de la frontera con México que es esencialmente un desierto.

Obviamente eso era un no.

--Ya se me ocurrirá algo.-- No pareció darle importancia, tomo mi muñeca y me arrastró lejos de las cabañas, hacia el bosque.

-- ¿Que es esto? ¡Espera! --Jade, íbamos muy rápido y apenas podía recuperar el aliento.

--¿Por qué?

Jale mi mano con fuerza y hice que nos detuvieramos.

--Estoy en pijama.

Nico se detuvo para mirarme de arriba abajo.

-- Vuelve y ponte algo, entonces.

Nunca había visitado algún otro de los muchos estados de EE.U.U, mucho menso había caminado por las calles abarrotadas de New York, era toda una experiencia por si mismo, era menos lujoso de lo que creía, las calles huelen a hierva y húmedad, hay muchas ratas y personas sin hogar, además de muchos estafadores que retrocedían luego de ver a Nico. Supongo que tengo cara de ser fácil de estafar, no los culpó por pensarlo.

Todo la ciudad estaba decorado por motivos de las fechas navideñas, había muchas familias dando paseos y vistiendo suéters horribles a juego. Era la primera navidad que pasaba lejos de mí familia, no puede evitar sentir nostalgia al recordar que mi madre nos hacía vestir dichos suéters para las tarjetas navideñas.

Nico no parecía añorar viejos momentos como yo, me preguntó si alguna vez tuvo esos buenos recuerdos a los que yo me veo transportada al ver una figura de Santa Claus.

El se veía indiferente ante la celebración y no me sorprendía, supongo que los griegos no celebran la navidad.

Hacia mucho frío, no había rastro de nieve por desgracia, solo un frío que entrenaba hasta tus huesos. Apenas llegamos Nico se quitó su chaqueta de aviador y la puso sobre mis hombros, cosa que me sorprendió. Nunca se quitaba esa cosa, y para mí asombro, olía demasiado bien. Dudaba que Nico usará perfume o algún tipo de loción, me preguntaba si el aroma que percibía era el que desprendía de forma natural. fuimos hasta la tienda más cercana y consiguió un abrigo acordé para mí, de color rosa pálido, me mostró entre las opciones y me dejo elegir, puso un gorro de lana color crema y una bufanda felpuda del mismo color alrededor de mi cuello. El volvió a ponerse su chaqueta y se compró unos simples guantes de invierno.

Me hice muchas fotos en las partes turísticas de la ciudad, nos esplazamos en autobús, y aunque quise probar la experiencia de ir en tren Nico dijo que no era la mejor idea para un semidios, compré recuerdos para mí hermana, compramos comida en el Macdonald más cercano y alguna que otra comida callejera, Churros, hot dog y algunas bebidas azucaradas

Terminamos comiendo encima de la estatua de la libertad, hacia frío y había mucha niebla por lo que no podía ver el paisaje frente a mí.

Creo que Nico pensó que me asustaría en un lugar tan alto.

Entiendo por que algunas personas que temen a las alturas, el viento es muy fuerte aqui arriba, es realmente aterrador y tuve una sensación de querer saltar al vacío. Era sin dudas una experiencia rara y única en su clase, y aunque resultaba inquietante definitivamente no me la perdería, además Nico no parecía asustado y eso me transmitía calma.

Fuimos a ver una película luego de almorzar, no había mucha gente, de todas formas utilice mis nuevas habilidades con la niebla para conseguir una sala vacía.

Terminamos viendo una de las películas en cartelera, "escuadrón suicida 2"a Nico no pareció disgustarle, incluso podría decir que le gustó. Aunque yo no paraba de hablar de lo buena que era Titanes del Pacífico, su relación con Evangelion y como la primera entrega era mucho mejor que la segunda.

No sé molestó en callarme, comía palomitas y me miraba de solayo cada vez que hablaba.

Cuando la película terminó, salimos del cine y caminamos por las calles de New York viendo a todos los artistas callejeros que habían por allí.

Nico di Angelo se alejo de Ivy durante 5 segundos para dejar un billete en el sombrero de un grupo estudiantes pintados por completo de plateado, fingiendo ser estatuas. Y cuando se volvió hacia ella, ya había un tipo cualquiera tratando de ligarsela.

No le sorprendía.

No era la primera vez que le pasaba.

Ya habían salido juntos varias veces al Macdonald cerca del campamento mestizo y Yve siempre terminaba llenando la atención.

Nico estaba conciente de que Yve era una chica bastante atractiva, al menos la gente no dejaba de recordárselo, aunque no cumplía con los estándares de belleza americano de chica rubia, delgada y de ojos azules. Pero tenía un aspecto "Exótico" usando las palabras de los chicos que se le acercaban, y resultaba más un fetiche andante que una persona para la mayoría.

La mayoría eran hombres mayores, o adolescentes.

Aveces también chicas, aunque ellas solían ser un poco más respetuosas.

-- Tienes unos ojos muy hermosos.

--Gracias.

--¿Que hace una chica tan bonita sola en navidad? Mi departamento está en la siguiente manzana, te puedo invitar algo de beber y pasar el rato.

--No, gracias.--Ella paso su peso de un pie a otro, buscándome.--En realidad estoy con mi novio.

Si, ella solía de decir eso cuando quería sacarse a alguien de encima.

Me buscaba con la mirada y me señalaba, diciendo algo como;

" Si, ese es mi novio. Acaba de salir de la correccional, era sospechoso de asesinato. Pero todo bien, nunca encontraron el cuerpo"

Eso me daba una pequeña sensación de satisfacción, me hacía gracia.

Supongo que tengo el aspecto y la actitud de alguien que tiene problemas con la policía.

La alcance y puse mi brazo alrededor de sus hombros, ella paso su mano por mi cintura, abrazándome.

Nos veíamos como una pareja.

--¿Hay algún problema?

El tipo retrocedió con una sonrisa nerviosa, dicen algo sobre que solo estaba siendo amable.

--El es mi novio.-- Afirmo con una sonrisa de suficiencia, señalando me con la cabeza.--Y Acaba de salir de la correccional.

...

Las tiendas empezaron a cerrar temprano, pronto no tuvimos muchas opciones para pasar el rato. Aunque luego de que mis ojos se encontraron con una tienda de segunda mano, seguramente llena de antigüedades, me volví loca y arrastre a Nico a su interior.

Él había pagado por toda la salida, quería comprarle algo y seguramente allí podría encontrar algo que valiera la pena.

Casi toda mi ropa venía de estas tiendas, por qué me reusó totalmente a participar en el consumismo desenfrenado que provocan las tendencias de moda.

-- Estás de visita en la ciudad y lo único que quieres hacer es en ir a una tienda de antigüedades.

-- Se pueden encontrar cosas increíbles y muy económicas. --Dije tomando un par de lindos aretes que vi a un precio bajo. Me los puse y estos daban a mis orejas una apariencia puntiaguda con su forma metálica.--Además, me gusta la ropa vintage.

A través del espejo noté que Nico estaba viéndome. Le vi girar levemente su cabeza, cómo si asimilará mi aspecto.

-- Te ves como una ninfa.--Lanzo cómo si nada.

--¿En serio? -- Me giré para verlo, él confirmó asintiendo con la cabeza.-- Quería el aspecto de un hada, pero es casi lo mismo.

Me miré al espejo, llegaba puesto un vestido blanco de color crema, la tela se asimilaba a la seda, bastante corto a la altura de mis muslos, dejaba descubierto mis hombros de mangas largas, junto a un corset del mismo color, solo que un poco más oscuro y una diadema plateada similar a una tiara que cubría mi frente e iba a juego con los aretes en mis orejas.

Oficialmente, así se veía una semidiosa de 17 años.

Sinceramente, no creí llegar a esta edad. Pensé que moriría en algún accidente trágico y memorable.

--¿No esperas que realmente me pruebe esto?-- Me pregunto Nico, mirando el montón de ropa que había dejado en su brazo.--Pensé que me recomendarías algo de color.

Dijo al ver que las prendas eran en sí monocromáticas.

-- No, definitivamente el negro es lo tuyo.-- Dije en tono bajo, mientras colocaba aretes similares a los míos en las orejas de Nico, solo que estos eran dorados y no plateados como los míos, además estos no necesitaban perforaciones.--Vamos, no es tan malo.

-- ... -- Nico me miro mal.

--¡No es como si te estuviera pidiendo que lo uses en público!

Nico hizo una pequeña mueca de fastidio, y aunque intento resistirse durante un rato, al final logré que se metiera en los probadores luego de un rato de estar insistiendo. Después de un rato, Nico abrió la cortina dejándome verlo, sonreí y aplaudí, encantada.

-- Bien, ¿Qué tal?-- Le pregunté, pues era obvio que a mí sí.

Nico pareció pensativo, meneo su cabeza y respiró hondo.

-- No es tan terrible.-- Acepto muy a su pesar.

Ambos estábamos paradas frente al espejo de la tienda.

-- Pareces un príncipe malvado, es genial.-- Comenté, solo le faltaba la corona.

Nico llevaba puesta una camisa manga larga de color negra, tenía muchos detalles y pliegues; Cómo si fuera de la realeza. Y pantalones negros con detalles en dorados al igual que sus aretes. Se veía muy bien. Estaba sorprendida por el gran contraste que había entre nosotros a pesar de estar usando el mismo estilo de ropa.

-- Orejas puntiagudas.-- Nico toco los aretes en sus orejas.

Su cabello negro llegaba a la altura de su cuello, tenía un aspecto ondulado y despeinado junto a su piel blanca casi pálida, que se tornaba rosa por la exposición al frío en las mejillas, labios, nariz y orejas le daban un aspecto delicado que combinaba a la perfección al estilo de ropa más antiguo y elegante. Me recuerda a esas viejas pinturas que puedes encontrar en el museo. Era extraño no verlo con ese tipo de ropa causal y desaliñada.

--Oye, Nico.-- Le llamé.

Nico tenía una belleza peculiar, no mucho los considerarían atractivo, pero aun así lograba cautivarme. Me gustaba.

-- ¿Mmm?-- Me miro, mientras arreglaba sus mangas.

-- Eres hermoso.-- Le halagó.

Nico me miro sorprendido, se tensó y luego se sonrojó. Se giró, desviando la mirada y peino con su mano su flequillo. Obviamente avergonzado por mi comentario.

-- Cállate idiota.-- Murmuro.

Cuando terminamos, y fuimos a la caja para pagar, note que Nico se detuvo para ver una muñeca.

-- ¿Una muñeca?

-- Hay una niña.-- Nico tomó la muñeca para mirarla de cerca.--Tiene 6 y acaba de llegar al campamento... está confundida y supongo que en esta fecha si estuviera en su casa recibiría un regalo de "Santa"

¿Los griegos creen en la navidad? Supongo que quiere llevar, pero le da vergüenza y busca aprobación.

-- Es linda.-- Afirmé.--Deberíamos llevarla.

Volvimos al campamento antes de la cena, con la esperanza de que no hayan notado nuestra ausencia. Nico llevaba varias bolsas de compra en las manos, al final había logrado que me dejará comprarle algo de ropa, incluso compré algunas cosas para mí. Él se adelantó para dejar las cosas en mi cabaña y guardar las suyas, para no levantar sospechas al llegar con las manos llenas. Nos encontramos en la entrada del comedor y nos sentamos en nuestras respectivas mesas para cenar, nadie dijo nada al respecto, por lo que supuse que no notaron nuestra ausencia. A excepción de algunos campistas que estuvieron buscándome para felicitarme, pero termine mintiendo al decir que pase el día en el bosque entrenando.

Luego de quemar ofrendas salimos juntos del comedor, estaba agotada por toda la jornada del día y solo quería llegar a la cabaña de Hermes para dormir hasta el día siguiente.

-- Gracias por lo de hoy.

Corri para alcanzarlo y caminar a la par.

--¿Mm? No sé de qué hablas.-- Dijo fingiendo demencia. Metió las manos en los bolsillos de su chaqueta y siguió su camino.

-- Vamos, sé que sabías que es mi cumpleaños.-- Le di un pequeño empujón.-- No tienes que ocultarlo.

-- No tenía idea.-- Afirmó con simpleza.

-- Esta mañana estaba en el tablón de actividades.-- Le recordé.

-- Me largó.--Dijo al no tener como seguir negándose. Lo que me pareció encantador.

--¡Claro que lo sabías! ¡Eres tan adorable! ¡Ven aquí! ¡Te daré un abrazo...!

-- ¡Suéltame loca...!

Hola, chicos y chicas.

Espero que le esté gustando la historia.

Voten y comenten.

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