Capitulo 13

Cabello rosa.

Un grito femenino hizo retumbar las paredes de todas las cabañas, los campistas salieron de sus cabañas para ver lo que pasaba y vieron a los gemelos Stoll salir a toda prisa de su propia cabaña, riendo a carcajadas y dirigiéndose juntos hacia el bosque para esconderse. Detras de ellos salió una chica hecha una furia, llevaba una espada en su mano derecha de forma amenazante y gritaba maldiciones como un marinero.

Y un detalle curioso, es que la chica paso de un lindo cabello rubio cenizo a un chillón cabello de color rosa chicle, casi fucsia.

-¡Stoll's...! ¡Los voy a matar! ¡Vuelvan aquí ustedes dos!

Los gemelos se adentraron en el bosque y la chica los siguió de cerca.

-Parezco un algodón de azúcar.

Ana y jeong se acaban de dar cuenta de lo importante que era su apariencia física para Ivy, la vieron lloriquear, negar lo que su cabello era rosa, deprimirse, enfadarse, negociar y finalmente aceptar su amarga situación. Era un tanto gracioso que hubiera pasado por todas las etapas del duelo solo por su cabello.

Le pido una solución al único hijo de hefesto que quedaba en el campamento sin la presencia de Leo, el niño tomo una bolsa de papel, le dibujo una cara feliz y se la dio. Ahora Ivy no solo estaba triste, sino que tenía una bolsa de papel sobre la cabeza con una permanente sonrisa.

-Quizás estás exagerando.- Tanteo Jeong, sin querer herir más los sentimientos de su amiga.

-¿Exagerando? ¿¡Ya me viste?! ¡Soy horrible!

Gimió la pelirosa, abrazando sus rodillas para cubrir su rostro (bolsa).

- No está tan mal.- Opinión Ana.

El rosa fuerte sin dudas no era el color de Ivy, quizás un rosa más claro le haría mejor.

-Sí, estoy seguro de que con una lavada saldrá.- Le tranquilizó jeong, aunque luego de leer el empaque de tinte que utilizaron los gemelos Stoll, simplemente lo hecho en la basura y fingió demencia.-Ah, tienes el cabello rubio natural así que se adhirió bastante sin la necesidad de una decoloración.- Explico la chica de forma nerviosa, y vio a su amiga desmoronarse.

- ¡Soy horrible!- Chillo Ivy, acostó su cabeza de la mesa y sorbió su nariz.

- Oye, no te sientas mal.- Sobo la espalda de su amiga.-Escuché que el agua de mar hace que el tinte se caiga más rápido.- Mencionó Jeong.

-Mejor concéntrate en ganar él captura a la bandera, es más sencillo.-Le indico Ana, quitando el cuchillo de mantequilla del plato de Ivy y apartándolo de su alcancé. Solo por precaución.- Y no puedes matar a los campistas. Según Quiron.

- ¡Mira lo que le hicieron a mi lindo cabello!- Chillo, tomando un mechón de cabello que sobresalía de la bolsa.

- Es un lindo color- Comento Jeong.

- Voy a buscar a Nico.- Exclamó la pelirosa.

-¿Harás equipo con él?-Pregunto Jeong llevando un trozo de manzana a su boca.

- ¿Con quién más si no?- Le cuestionó, cómo si fuera obvio.

Alguien me quito la bolsa de papel de la cabeza y se fueron riendo, vi con ojos de muerte a un grupo de niños que se alejaba a toda velocidad. Solté un bufido, y traté de peinar mi cabello desordenado por la bolsa. Sentí una extraña sensación que me hizo mirar hacia la puerta, Nico di Angelo estaba allí, viéndome en silencio. Hice una pequeña mueca al ver cómo su rostro pasaba de la indiferencia a una expresión de burla.

- No te rías.- Le pedí, pero fue muy tarde.

Nico trató de resistirse, pero una sonora carcajada ronca salió de su garganta seguida de un "Oh, por los dioses"ante mi mirada ofendida.

Me sonrojé, por alguna razón su risa me hacía sentir nerviosa.

Todos en el comedor estaban algo perplejos al ver frío hijo de Hades reírse a carcajadas. Aunque le temían demasiado como para decir algo al respecto. Ivy se levantó de su asiento y tomo el brazo de Nico, sacándolo del comedor, no sin antes tomar otra bolsa de papel y ponerla sobre su cabeza para ocultar su pelo rosa.

- Si con quién más...- Alargó Ana, algo decepcionada.

- Tranquila.- Jeong trato de consolarla, dándole unas suaves palmadas en la espalda. Ana dejó salir un pequeño suspiro y se llenó la boca de fruta.

-¿Quieres hacer equipo conmigo?-Pregunto Ana entre bocados.

- Claro, pero por favor no me hechices.- Pidió Jeong, sabiendo perfectamente de la tendencia de Ana por hechizar a sus compañeros de equipo.-Y no le digas a Ivy que es un tinte permanente, enloquecerá.


...

-¿Qué tal ahora? Gemelos Stoll.- Tomé la red en la que estaban atrapados y la empujé, causando que esta se meciera de un lado al otro.-Si no siguiera las reglas, los quemaría con fuego griego.- Les amenazó.

-¡No seas rencorosa hood!- Exclamó Connor.

-¡Si! ¡El rosa es tu color!- Opinó Travis.

- Se quedarán aquí hasta que toda su sangre se vaya a sus cabezas huecas.- Tomé la red para detener su balanceó, y ambos chicos me miraron asustados.

-¡Ayúdanos, Nico!- Chillo Travis.

-¡Sí, vamos chico zombie! ¡Somos tus amigos!- Exclamó Connor.

Nico miró de reojo la escena, Ivy había estado la mayor parte del juego preparando la trampa en la que ahora estaban los hijos de Hermes, no se le hacía injusto liberarlos y echar a la basura todo el trabajo de Hood.

-No.-Negó con la cabeza, manteniéndose bajo la sombra de un árbol.- No tengo ganas.

-¡Jódanse! ¡Ganaré esta cosa y ustedes dos se quedarán aquí el resto del juego! -Ivy hizo girar la red que colgaba de un árbol de forma maliciosa, haciendo gritar a los gemelos.

La chica solo se alejó y se reunió con Nico del otro lado para empezar a buscar a las banderas de los otros equipos. Cuando había pocos campistas, se dividían en grupos de dos y se expandían por el bosque, intentando robar la bandana (bandera) de los equipos contrarios. A ellos les había tocado la bandana morada, cortesía de la cabaña de Athena y su gran habilidad para el tejido.

- No sé por qué estás tan molesta.-Dijo Nico en voz baja, al tiempo en que Ivy se unía a en él caminó.

-Dime, Te gustaría que te pintaran el cabello de rosa chillón sin tu consentimiento?- Le cuestionó, en un tono algo molesto.

Nico se imaginó a sí mismo con el cabello rosa y sintió un escalofrío.

-Está bien, tú ganas.- Le dio la razón.

-¿Dónde podemos buscar las banderas?- Se preguntó a sí misma, pensativa.- El bosque es grande y los equipos deben estar esparcidos por todo el lugar.-Miro a su alrededor.

- La verdad es que mientras tú jugabas al policía malo con los gemelos Stoll, yo fui a robar el resto de banderas.-No fue tan difícil como suena, solo tuvo que buscar el aura de los campistas y aparecer en su sombra.- Solo nos falta el equipo de Paolo y Kayla la hija de Apolo.

- Ah.- Eso le sorprendió.-Eso es muy práctico, a eso le llamo aprovechar el tiempo. Ayúdame a subir.-Pidió esto último.

Nico puso sus manos a cada lado de la cintura de Hood, y le dio un suave empujón hacia arriba para que ella alcanzará una rama gruesa del árbol frente a ellos. Cuando por fin estuvo en una posición cómoda, se giró y me extendió sus manos para ayudarme a subir. Cuando los dos estuvimos a una altura considerable sobre el árbol, divisamos el mar frondoso de árboles que apenas nos dejaban localizar el claro que pertenecía al campamento.

- Es difícil ver el bosque desde arriba, está diseñado para que te pierdas.- Comento Nico al verme intentar buscar al equipo restante con la mirada. Obviamente, no logró ver nada.

Estuvimos debatiendo nuestro siguiente paso, pero cuando estuvimos a punto de bajarnos a lo lejos pudimos ver cómo un chorro de agua a presión sobresalía de los árboles.

- Parece que se toparon con un géiser.- No pude evitar sonar alegré.

- Vamos por ellos.- Dijo Nico, con un humor renovado por no tener que buscar al equipo restante por horas.- Y quítate esa bolsa de la cabeza, me pone de los nervios.

-¡No...! ¡Mi identidad es revelada!- Solté un gritillo y Nico me miro haciendo una mueca de fastidio, cómo si dijera "¿En serio? Tanto alboroto, solo por esto?".- Sí, soy un cupcake de fresa... ¡¿Y qué?!- Grito esto último, cómo si tratase de convencer a sí misma que no se veía como un personaje sacado de una serie infantil.

....

- Dioses, le quitaron el brazo.-Quizás hubiera estado más alarmada, si no fuera por qué esto ya había pasado más veces de las que podía contar, el hijo de la diosa de la juventud era propenso a los accidentes.-Artístico, de cierta forma.- Dije al ver los cadáveres de hormigas gigantes a su alrededor.

Paola empezó a soltar juramentos en portugués y Kayla se cubrió los oídos, la chica tenía un esguince y no parecía poder levantarse.

- Esas malditas hormigas gigantes...- Gruñó la hija de Apolo.

- Parece que les dieron pelea.- Comento Nico, un poco sorprendido de que no hayan sido devorados.-Hay que llevarlos a la cabaña de Apolo.- Nico ayudo a Kayla a ponerse de pie y la dejo apoyarse en él.

No entendía por qué un equipo vendría a resguardarse aquí, era su culpa por venir al hormiguero sabiendo lo que pasaría, esta zona está prohibida para los campistas si no quieren terminar siendo comida para las larvas de hormigas gigantes.

- ¿Significa que nos dejarán conservar la bandera?- Pregunto Kayla mientras Hood le hacía un torniquete a Paolo con la manga de su camisa que arrancó para utilizar como vendaje provisional para que el chico no se desangrara.

Nico e Ivy compartieron una mirada.Si, aunque Nico les hubiera dejado conservar la bandera por pena, Ivy no. Puede que ella pareciera la más amable y sociable de los dos, ahora mismo parecía un panquecito, pero sin dudas era mucho más cruel de lo que parecía.

Cuando alguien decía "competencia" parecía que su cuerpo era poseído por la diosa Nike.

Y no en esos casos no era la persona más amable y comprensiva.

Ivy soltó una risa.

-¿Y compartir la victoria? Ya crees.-Tomo la bandera roja de la mano cercenada de Paolo, y la ato en su antebrazo junto a las otras.- Vamos, hay que poner en hielo esta cosa. Quizás puedan reimplantarle tu brazo nuevamente.

...

El comedor estaba más lleno de lo usual, me gustaba ver lo movido que estaba el ambiente. Faltaban pocos meses para qué empezará el verano y eso significa un mayor tráfico de campistas entrando y saliendo del campamento, Ana me comentó que en estas fecha los monstruos estaban más activos y los semidioses huyen de sus casas y escuelas infestadas hacia el campamento mestizo.

Su único lugar seguro.

Estaba en la mesa de Hermes comiendo sola, los hijos del dios, incluyendo a los hermanos Stoll estaban asustados de estar cerca de mí. Sin querer los amenacé por lo que le hicieron a mi cabello y les dije que durmieran con un ojo abierto si es que querían despertar enteros. Solo estaba exagerando, pero ya ellos no tenían por qué saberlo.

Igualmente, habían llegado a un consenso en el que me darían un poco de espacio para qué me calmará.

Estaba terminando de comer mi cereal, sé que almorzar con cereales no suena sano, pero me gusta. Mi vista se fue hacia la mesa de Hades, vi a Nico terminar su hamburguesa para ponerse de pie y salir del comedor.En su camino a la salida, paso cerca de mi mesa, no pude evitar sonreírle y él me devolvió el gesto solo que un poco más discreto.

Me le quedé viendo hasta que salió del comedor, me lleve la mano al pecho y lo sobe al sentir mi corazón golpear con fuerza mi pecho.

No pude evitar sentir algo asustada y culpable por ello.

- Te gusta Nico di Angelo.

Di un salto en mi asiento y dirigí mi vista a la chica sentada a mi lado.

La conocía, hija de Ares, había llegado esta mañana al campamento mestizo siendo perseguida por un monstruo, por suerte Nico y yo estábamos allí vigilando las afueras del campamento y pudimos auxiliarla y deshacernos del monstruo en trabajo en equipo.

- No, no, yo- Balbuce sintiendo mis mejillas arder por su comentario.

Se sentía como si hubiera sido descubierta cometiendo un crimen, y créame que sé dé eso.

Ella me miro de forma comprensiva, cómo si sintiera pena por mí. La miré confundida y ella puso su mano sobre mi hombro, casi consolándome.

- Me dijeron que eres nueva en el campamento mestizo, quizás nadie te la haya dicho, pero ese chico no te conviene.-Me explico de forma atenta, casi amable.

La chica frente a mí tenía unos 22 años y por lo que sabía era una campista veterana.

-¿Qué?- Jadee confundida.

- Es el hijo de Hades, atrae la mala suerte y la muerte a su alrededor. - Me explico en un tono como si fuese algo obvio, hizo que se me quitará el hambre, me sentí una presión en los hombros y un nudo en mi estómago. - Todo, la naturaleza, animales, semidioses e incluso otros dioses le tienen repelús por el aura de muerte que tiene alrededor. ¿No lo has notado?- Me cuestionó de pronto.

Podía notar el odio y desprecio en sus palabras, la forma tan despectiva en la que habla de Nico cuando él le había salvado el pellejo esta mañana me hizo sentir enferma.

No quería seguir escuchándola.

Y si era una broma no me parecía para nada graciosa.

- Oye...

- Todos en el campamento mestizo fingen que no, pero es la verdad.- Me Interrumpió sin dejarme terminar de hablar, mirándome con severidad cómo si fuera mi superior y yo una niña tonta que no escuchaba sus advertencias.- Nico di Angelo es un mal augurio, ni siquiera deberían permitirle venir al campamento mestizo en primer lugar, antes de Percy Jackson no había cabaña para Hades por una razón. -Tomo mi plato de cereal y lo paso frente a ella, luego se comió una cucharada y me señalo con la cucharilla.-Su sola presencia, atrae la desgracia y muerte. Es un escándalo.- Culminó de forma tajante.

Apreté mis manos alrededor de la bandeja, ahora vacía con tanta fuerza que mis nudillos se pusieron blancos, estaba temblando de la rabia y no sé cómo la chica no se percató de que la miraba con deseos de asesinarla.

Ella parecía bastante convencida de que me estaba haciendo un favor, cómo si estuviera dándome un buen consejo entre amigas.

Conté en mi cabeza hasta 100.

- No digas que no te lo advertí.

Eso fue el colmo.

La hija de perra no solo había venido hasta aquí para insultar a Nico y robar mi comida, creía que tenía la superioridad moral como para hablar mal de mí amigó cuando ella era la verdadera vergüenza y desperdicio de oxígeno.

Ni siquiera tuve que pensarlo.

La golpeé directo en la cara con la bandeja de metal.

La chica se calló del banco y termino sentada el suelo cubriéndose la nariz que ahora sangraba, me miro totalmente descolgada.

-¡¿Estás loca?!

Todo el comedor se había quedado en completo silencio, solté la bandeja y me lo pensé.

Estaba claro que no debí golpearla, pero no me pude controlar, quizás debería disculparme, pará no tener conflictos con los hijos de Ares.

La chica se levantó con dificultad, estaba hecha una furia, supongo que mi semblante pensativo y aparentemente calmado la hizo rabiar aún más.

-¡Así que los rumores eran ciertos!- Se limpió la sangre con la camisa y me miro rabiosa.- ¡Quise advertirte y así me pagas! ¡Terminarás muerta como todos los que se cruzan con ese chico maldito!- Y está que se cree.

A la mierda.Me lancé contra ella y la seguí golpeando por todo el comedor, mientras los campistas hacían apuestas y lanzaba víctores cómo si fuera una pelea de gallos.

- ¡Si eres tan buena para ver el futuro como fue que no viste venir el golpe! - Grité golpeando su rostro con el puño cerrado.

El señor D miró la escena, se llevó él basó de coca cola light a los labios, creyendo que por fin sucedía algo interesante en estas jodidas cenas.

-¿Qué no va a detenerlos?- Pregunto Quiron algo alarmado.

El dios del vino soltó una risa.

- ¿El dios de la fiesta deteniendo una buena juerga? Eso va contra mis principios.- Dijo negando con la cabeza, mientras bebía su refresco.

...

Nico había pasado toda la tarde sin ver a Ivy, cosa que le extrañaba, pues normalmente entrenaban juntos y ella lo ayudaba con el grupo de niños.Hasta ahora no sabía por qué había aceptado dar clases mientras percy estaba fuera del campamento en la universidad, bueno si lo sabe, perdió una apuesta y él era una persona de palabra.

Ahora tenía que aguantar dos horas de niños impresionables.

De todas formas pensó en ir a su cabaña y tomar una siesta.

Salió del campo de entrenamiento y se dirigió a la cabaña trece, tomo el camino largo por el bosque por qué siempre estaba silencioso y calmado.

Nico se detuvo al sentir una presencia acercarse a él a toda velocidad, ya sabía de quién se trataba, preparó para el golpe y en un segundo un enorme perro del infierno salió de las sombras y se lanzó sobre él. Hizo lo posible para no ser derribado por el enorme perro, quien lo lamía y se frotaba contra el mientras agitaba su cola de forma emocionada.

Acaricié a la Señorita O'Leary quien exigía mi atención.

- Basta de lamer, Señorita O'Leary.- Pidió, pero el can hizo caso omiso a sus palabras y lamió su rostro.

Nico soltó un gruñido de asco, pero la dejo estar y le dio unas palmadas.Aunque la Señorita O'Leary era la mascota de Percy, Nico solía cuidarla cuando el chico Aquaman estaba en la nueva Roma, también solía llevarla al Inframundo para qué jugará con un rato cerbero.

Al que también visitaba.

Nico se sentó a la sombra de un árbol y la Señorita O'Leary lo siguió para recibir más mimos por parte del hijo de Hades. El pelinegro se sentía un poco culpable, ya que últimamente no había podido darle mucha atención.

Pensó que tal vez podría asustar a Ivy con ayuda de la perra del infierno.

- ¿Y como te fue? ¿Acepto salir contigo?

Nico puso los ojos en blanco, pues su aparente paz se había acabado.

Escucho a dos chicos caminar por el bosque mientras ponían trampas para el próximo captura a la bandera.Eran solo obstáculos simples para hacerlo más interesantes.

-Tch, me rechazó.

Nico quiso soltar una risa al escuchar aquello, aunque él no era un cotilla, esos dos estaban hablando muy alto.

- Creí que eras todo un conquistador, y que ella caería rendida a tus pies.- Se burló.

- Es una zorra, ya sabes, cómo aún no ha sido reconocida, va detrás del hijo de Hades para que la proteja.- La voz altanera y llena de resentimiento del chico le hizo saber que el rechazo le había dolido bastante.

La sonrisa de Nico desapareció.

- Oye, no seas tan exagerado.- Se quejó el otro.- Estamos en la misma clase de música, es una buena chica.

- ¿De qué lado estás?

- Pienso que tus genes de hijo de Eris te están cegando.

- Sabes no la culpo, es decir, han pasado meses y no ha sido reconocida. Será carne de cañón en cuanto salga del campamento mestizo.

- Ya basta, solo estás molesto por qué te rechazó.

-Sé lo que te digo, en cuanto los otros hijos de los tres grandes lleguen al campamento, estoy seguro de que hará un recorrido por sus camas, y rogara para que la protejan. - Soltó una risa burlona.- Y si no es así, haré que el rumor se corra de todos modos.

- ¿En serio? Ella no es tu enemiga.

-Bueno, haré que se arrepienta.

- Estás loco, por si no sabías percy Jackson y Jason Grace tiene novias muy aterradoras. Harás que la maten.

El hijo de Eris estuvo a punto de hablar, pero se vio interrumpido por el sonido de las hojas al quebrarse y miraron en la dirección del sonido, parado a unos cuantos metros de ellos había un chico pelinegro.

Ambos semidioses sintieron como la temperatura bajaba de golpe.

De repente todo se vio consumido por las sombras, todo se puso oscuro a su alrededor y lo único qué emitía luz era el destello rojo de los ojos oscuros del semidiós. Una horrible sensación de muerte inundó el lugar.Parecía que se había vuelto de noche de golpe.

- ¿Cómo...?- Dijo Nico entre dientes, sonaba tan enojado que la voz apenas le salía. Apretaba sus puños con tanta fuerza que sus nudillos se pusieron blancos.- ¿Cómo podrás difundir rumores si te corto la lengua?

- ¿Qué haces en la enfermería?- Pregunto Ivy confundida al ver a Nico entrar en la enfermería.

La ahora pelirosa se puso de pie de inmediato al ver los nudillos sangrantes de su amigó, los tenía morados y llenos de raspaduras. Pero antes de que pudiera examinarlo, el chico puso su dedo índice en el mentón de la chica y lo levanto para examinar su rostro golpeado.

Ivy se quejó por el dolor.

-Me metí en una pelea y a diferencia de ti yo si la gané.- Bufo, al ver su rostro golpeado, ocultando su enojó por su aspecto.- ¿Quién te hizo eso?

-¿Qué te hace pensar que perdí?- le cuestionó Ivy, alejándose de él para seguir con su trabajo.

-Tu ojo morado y labio roto.- Dijo con obviedad, tomando asiento en una de las camillas.

- Deberías ver cómo quedó la otra.- Dijo soltando una pequeña risa.

-¿Por qué te peleaste?- Pregunto Nico acostándose en la camilla.

- Ella hizo comentarios estúpidos y recibió respuestas estúpidas. - Soltó Ivy, tomando asiento en la camilla contigua.--¿Y tú?

- Hizo comentarios estúpidos y recibió una respuesta violenta.

Ivy soltó una carcajada y luego hizo una mueca por el dolor en su cara.

- Creo que puse a la cabaña de Ares en mi contra.- Se quejó Ivy.

- Le pasa a todos, al menos una vez en la vida, lo superarás.- Nico extendió su mano hacia la chica y revolvió su cabello de forma cariñosa.- Diablos han pasado 10 minutos y nadie ha venido a atendernos ¿Quién está a cargo? - Dijo cambiando de tema.

Desde que llegó a la enfermería había escuchado quejas y gemidos de dolor de los pacientes, pero no veía a nadie encargándose de ellos.

- En realidad.- Ivy se levantó y se puso una bata blanca- Yo estoy a cargo de la enfermería hoy.

- ¿Y quién se encargará de tus heridas? ¿Dónde están los demás hijos de Apolo?- Pregunto Nico.

-Un loco golpeo al hijo de Eris hasta dejar su cara como papilla, lo llevaron al templo de Apolo. - Se quejó Ivy.

- Si, que cosas.

- Además, los hijos de Hermes tenía mucho tiempo libre.- Dijo en un suspiro cansado.- Se pusieron a jugar con fuegos artificiales y ahora tengo que atender quemaduras de segunda grado. - Sonrió.-Vendré a curarte cuando terminé.

Luego de curar las quemaduras de los hijos de Hermes y hacer las pases por lo que le hicieron a mi cabello, cantar algunas canciones en griego antiguo y ofrecer un poco de néctar y ambrosía, no podían comer mucho, pues podrían explotar si comían demasiado.

Me apresuré a llegar a la camilla de Nico para curar sus heridas, algo ansiosa y preocupada por la gravedad de sus heridas, pero me tranquilicé al encontrarlo durmiendo como un bebé en la camilla. Se le veía muy cómodo por lo que dude en despertarlo.

Me senté en su camilla y examiné sus heridas, para mi sorpresa estas ya habían sido tratadas; limpiadas y vendadas. Esto me hizo sentir mal.

- Tranquila, tu asistente loca me ayudó.- Susurro.

Lo miré sorprendida, Nico me miraba con los ojos entrecerrados.

Aún adormecido.

- Ana no está loca.

-Me extorsionó, y me quito sangre a cambio.- Dijo entre risas.

- Bueno, no debiste ser tan fácil de extorsionar.- La excusé.

Nico se sentó en la camilla y miro mi rostro golpeado. Desapareció entre las sombras y por un momento pensé que se había ido a su cabaña, pero volvió a aparecer en el mismo lugar solo que con un botiquín de primeros auxilios.

Ivy lo miro confundida.

- Vamos, tus pecas apenas se ven con tantos moretones.

La pelirosa se sonrojó levemente, y apartó el cabello de su rostro.

- No tienes que hacerlo, ya tomé un poco de néctar.- Mencionó la chica.

- Veo que no sirvió de mucho.- Bufo Nico al mirarme de forma cautelosa.

Sabía que se refería a que mi rostro estaba hinchado y golpeado.

- Eres tan lindo.- Dijo de forma sarcástica.

Nico se acomodó para quedar frente a Ivy, abrió el botiquín y empezó a limpiar sus heridas.

La chica soltaba quejas y gruñidos, daba pequeños saltos ante el dolor que le provocaba el alcohol. De forma instintiva llevo su mano a la cintura de su amigó y apretó con fuerza la piel mientras arrugaba su expresión.

Nico pensó que era muy ruidosa.

- Dioses, te quejas demasiado pecosa.- Dijo Nico con cierta malicia y burla en su voz.

Le hacía gracia verla quejarse y lloriquear.

- Mis hermanos tiene manos más suaves para curar heridas.

- Cierra los ojos, quizás así deje de doler.- Le hablo como si fuera una niña pequeña. Ivy obedeció.

La chica tenía el labio roto y un ojo morado, con muchas raspaduras en sus mejillas. Me encargué de limpiar la herida de su labio, Ivy dio un salto y Nico soltó una risa.

- Hablando de tus hermanos...

- ¿Si?

Nico se sintió extrañamente cautivado por su tono de voz.

-Eh estado pensado.

- ¿Tú piensas?- Le cuestionó.

Ivy soltó una pequeña risa, Nico presiono el algodón con alcohol en la herida de su mejilla, ella soltó un gemido de dolor y se calló.

- Te sorprendería las cosas que hay en mi cabeza.- Nico puso un parche en la herida, luego de poner algo de pomada sobre sus moretones.-En todo caso, creo que sé por qué no has sido reconocida hasta ahora.

- Cuéntame más.

- Creo que eres Romana, por eso no importa cuánto tiempo estés en el campamento mestizo, nunca serás reconocida.- Le expliqué mi teoría y ella me escuchó en silencio.- Lo mejor si quieres saber quién es tu padre divino, es probar suerte en el campamento Júpiter.

Ivy abrió los ojos, dejando que estos chocaron con los negros de Nico.

- ¿Crees que debo irme?

- No lo sé.- Susurro.

Nico lo pensó, analizo sus propias palabras y por primera vez desde que había llegado a la conclusión de que Ivy podía ser Romana, pensó en que en realidad no le gustaba para nada la idea de que Ivy se fuera de pronto al campamento Júpiter.

- Me gusta el campamento mestizo.-Murmuro la chica.

Eso le hizo sentir aliviado.

- Está bien, no tienes que irte.- Nico apartó el mechón blanco que sobresalía de mi cabello y lo paso detrás de su oreja. - Sabes, a veces saber quién es tu padre divino no es tan bueno como muchos suponen.

Le sorprendió notar que su mechón blanco no se había teñido como el resto de su cabello.

- Quien lo diría, Nico di Angelo consolándome.

- Disfrútalo mientras puedas.

-Oh, créeme que lo haré.- Ivy recostó su cabeza en el pecho del chico, y se acurrucó contra él.- Vamos, consuélame.- Exigió.

Nico negó con la cabeza con una sonrisa y la cubrió con sus brazos.

- Eres muy exigente.

...

Horas atrás.

- Oye, Ana.- Nico llamo a la menor al verla pasar frente a su camilla.

- ¿Qué pasa chico zombie?

Nico apretó su mandíbula e ignoró ese molesto, apodó.

- ¿Sabes con quién se peleó Wood?

- Si te lo digo ¿Qué obtendría a cambio?- Pregunto con inocencia.

Nico puso los ojos en blanco.

- ¿Qué quieres niña?

- Un poco de tu sangre.

- ¿Disculpa?

- ¿Quieres la información si o no?

Nico se quitó la chaqueta y le extendió el brazo de mala gana, la chica sonrió y se acercó sacando una inyectadora sé su bolsillo; Cómo si lo hubiera planeado todo desde un principio.

- Bien, habla.

- Elizabeth Smith, hija de Ares.

-¿Por qué?

- Le quitó el plato de comida y lo comió frente a ella, qué cínica.

Ana tuvo un escalofrío.

- ¿Solo eso? - Pregunto incrédulo.

Nico había visto a Ivy dejar pasar cosas mucho peores, no entendía por qué algo así le molestaría tanto como para iniciar una pelea.

- ¿En serio quieres saberlo?

- Te acabo de dar mi sangre.- Exclame mientras ella guarda el recipiente en su bolso.

- Fue por ti.

- ¿Qué? - Solté y Ana rodeo los ojos.

- ¿Tengo que explicártelo todo?- Dijo fastidiada.- Piensa di Angelo.

- Te pagué por la información, ahora habla niña siniestra.

- Bien.- Se cruzó de brazos y me miro sonriente.- A la chica de Ares se le fue la lengua hablando mal de tí a la persona equivocada, Hood no sé lo tomo para nada bien. Debiste verlo.- Dijo esto último, orgullosa.

- Gracias por la información.

- Cuando quieras, chico zombie.

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Holaaa chicos y chicas.

Espero que les haya gustado el capítulo, voten y comenten que les pareció.

Estoy subiendo capitulos más seguido por qué solo tenía que corregir errores ortográficos.

Dibujito de Nico di Angelo.

Te amo flaco.

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