Capitulo 12

La otra Ivy.

Advertencia;
Este capítulo tiene contenido sensible.

Nico dí Angelo pov.

Meses atrás.

Nico tenía sus reservas sobre Ivy.

No podía concebir la idea de que alguien fuera tan "perfecta" y amigable, nadie podía estar así de limpio y ser un humano funcional; Mucho menos siendo un semidiós.

¿Lo peor de todo?

Es que Ivy empezaba a caerle bien.

Él lo sabía, sabía que esa chica no podía ser tan buena.

Es decir, se lleva bien con las Ninfas, sátiros y todos los semidioses, incluso los hijos de Ares que suelen ser difíciles de tratar, ella les sonría e ignoraba sus arranques de rabia para luego seguir con la conversación. Iba de un lado al otro ayudándolos con sus tareas, incluso parecía jugar para todos los bandos posibles, hacía bromas juntos a los gemelos Stoll, pero luego ayudaba a la cabaña o semidiós afectado para ayudar a limpiar el desastre. 

También estaba en todas las clases, y cuando no estaba participando en todas las actividades que ofrecía el campamento se la pasaba en los establos u ofreciendo su ayuda a otros. Nadie puede ser tan bueno.Leo me miro con una expresión de lástima combinada con asco. Alzando la comisura de sus labios a la vez que entrecerraba sus ojos. 

 — No me mires así.—Le pedí con cierta molestia en mi voz.Leo suspiró. 

 — Estás paranoico.— Afirmó el moreno de forma tajante.—Sabes no todo tiene que ser complicado y retorcido.—Leo miro a Nico y le dio unas suaves palmadas en el hombro.—Solo acepta que Hood es una buena persona y te agrada.— Finalizo cómo si fuera tan simple. 

 —No, ella tiene algo malo.—Le aseguré, él me miro expectante cómo si esperará que le dijera algo grande y yo me mordí la lengua.— Solo que aún no sé qué es.— Admití y leo negó con la cabeza repetidas veces. 

 — Si estás loco.—Se puso de pie y metió las manos en sus bolsillos.— Me voy, tengo que terminar un proyecto. 

Leo se dio media vuelta y empezó a alejarse murmurando algo.

—No estoy paranoico.— Exclame en un tono de voz algo y le oí reír.

—Lo que menos necesitas una misión loca para descubrir una conspiración.—Me explico cómo si fuera un bebé, llevando sus brazos detrás de su nuca como forma de apoyo.— ¡Necesitas más amigos...! 

 Nico lo fulminó con la mirada y leo se volvió para seguir su camino. 

 — Muérete. 

 Leo soltó una carcajada y alargó un pequeño aullido en forma de celebración.

 —¿Alguien tan caliente como yo? ¡Ja...!

Nico decidió escuchar a Leo, pero igualmente tendría un ojo sobre ella.

Hood era bastante tranquila en realidad, se la pasaba leyendo (libros prestados por la cabaña de Atenea) y si no estaba haciendo se sentaba a dibujar, aunque no sabría decir si aquello le resultaba realmente gratificante por qué la había visto arrancar las hojas de su cuaderno y aplastarlas hasta hacerlas pelotas.

La chica tenía un don con el arco, pero estaba empeñada en manejar la espada. Era terca. 

Venía de otro tiempo como él, y había sido congelada durante 14 años. 

 Eso era todo lo que sabía sobre ella. 

Y eso lo ponía nervioso, no sabía por qué sospechaba tanto de ella, nunca había cuestionado a otro de los semidioses que llegaban todos los días al campamento mestizo y ella no le había dado motivos para desconfiar tampoco; Pero aquí estaba, vigilando para saber qué rayos trama. 

 Supongo que soy solo yo autosaboteandome por qué no soy capaz de confiar en nadie que no pertenezca a mi círculo cercano.


En la actualidad.

Ahora mismo, Nico no tenía ninguna sospecha sobre Ivy. 

Luego de haber convivido con ella durante algunos meses, podía decir que la conocía bastante bien. Era bastante simple en realidad.

Le gustaba lanzar piedras al lago.

 Perseguir al gato de la cabaña de Hécate para acariciarlo (La mayoría estábamos seguros de que era un humano con una maldición). 

Ayudar a los demás campistas. 

Me recordaba todas las comidas, y deslizaba barritas de granola debajo de mi puerta.

También le gustaba la clase de música.

Se levantaba temprano e iba a despertarme para desayunar juntos en el comedor, por lo que termine conviviendo bastante con sus amigas. Ana, hija de Hécate y la novia de Ana, jeong la hija de Iris; ellas decían que no eran pareja, pero si notaba a leguas que si lo eran, y en algunas ocasiones Lidia, hija de Afrodita.

Luego me perseguía durante todo el entrenamiento para mejorar sus habilidades con la espada y en mis turnos para vigilar las afueras del campamento.Durante el tiempo que pasábamos fuera de la barrera, solía sentarse y leer un libro en voz alta; le gustaba Alicia en el país de las maravillas.

Durante una semana la escuché leerlo, supongo que lo hacía para que pudiera escucharla. 

Y debo aceptar que termino gustándome.

No se perdía ninguna de sus clases, era algo así como un cerebrito.

Me obligaba a almorzar y cenar, luego pasaba el resto del día ayudando al algún campista con sus deberes; cómo ese chico Oliver y su trabajo en el campo de fresas.

No se estaba quieta. 

Además de eso, solo estaba hostigándome. 

 Y siendo una molestia general.

 Excepto hoy. 

Me levanté por inercia a la hora en la que ella suele venir a despertarme, la cuestión es que nunca se apareció. Ni siquiera en el desayuno. Sus amigas me preguntaron por ella, pero no sabía qué decirles. No era común que Ivy se quedará dormida, en general me parecía que ella evitaba dormir la mayoría del tiempo.Travis y Connor solo dijeron que se había levantado como un fantasma, y que había estado estudiando por la mañana. 

 —¿Estudiar para qué?— Le cuestione. 

 —¿Quién sabe?— Connor alzó los hombros en forma despreocupada.

 —Quizás tiene un examen de griego antiguo, ya sabes lo mala que es en eso.— Mencionó Travis antes de llevarse un bocado de waffles con fresas a la boca. 

Se estaba comiendo la comida de Ivy.

 — Suelta eso.— Le quite el plato de golpe, Travis me miro perplejo y me aleje en dirección a la puerta.— Muerto de hambre.

 —¡Oye! ¡Eso era mío! 

 —¡Aún nos debes un favor por haberte enseñado a jugar póker...!

Me dirigí a la cabaña de Hermes, la cual a diferencia de las demás no tenía restricciones con respecto a quien entra y sale, después de todo Hermes es el dios de los viajeros. No entre por la puerta, busque la ventana más cercana de la cabaña y la abrí de un golpe, creo que le rompí las bisagras. Pero no fue apropósito. 

Deje el plato sobre el marco de la ventana y entre de un salto a través de ella sin mucho problema.

Ivy estaba en plena llamada a través de un mensaje de iris con su hermana, estaba escribiendo sobre su cuaderno mientras su hermana le platicaba de algo que no lograba entender, estaban hablando en otro idioma. Supuse que estaba nostálgica, ya habían pasado varios meses que no veía a su familia, tal vez solo se tomó un tiempo para ponerse al día con su hermana. 

Tomé el plato del marco de la ventana, y me acerqué para ofrecérselo. 

 — ¿Por qué no fuiste a comer? ¿Estás loca?

 —¡Mierda!—Chillo Ivy, quien dio un salto hacia atrás y se calló de espaldas de la cama, pero se recompuso con rapidez.—¿Cuándo entraste? ¿Desde cuándo estás aquí?

— Hace como 5 minutos, deja eso y come.— Le extendí el plato y ella lo aceptó. 

 — ¿Y ese quien es?— Pregunto una voz femenina un poco aguda. 

 — Oh, es Nico.—Menciono antes de tomar una gran cantidad de comida y metérsela a la boca, llenando sus mejillas cuál ardilla. 

 — ¿Ese Nico di Angelo?— Cuestionó buscándome con la mirada, entre en su campo de visión solo para ser cortes. 

Ivy asintió con la cabeza, y me causo un poco de curiosidad saber que tanto le había hablado de mí a su hermana.

—Hola, gracias por salvar a mi hermana. Y aguantarla este tiempo.— Me agradeció, se le veía cansado como si no hubiera dormido.—Sé que puede ser un dolor de cabeza, ¡como para llamarte a las 4 de la mañana por un sueño...!

¿Qué sueño? ¿Desde hace cuanto están en llamada a través de iris? 

 Ivy frunció el ceño.

— Pues ya vete a dormir, habladora.—Siseo Ivy antes de cortar la llamada. 

 —¡Así me pagas —Camila fue Interrumpida por el corte de la llamada. 

— ¿Qué estás planeando?— Le cuestionó. 

Ivy trago el contenido de sus mejillas. 

—Estoy ocupada con algunas cosas, no te preocupes.— Me informo mientras se comía los waffles a medio comer que le entregué. 

 — No me preocupo.— Le respondí.
Aclaré y ella pareció ignórame. 

 —Puedes irte.—Menciono de forma tranquila, cómo si estuviera echándome. 

Me tomé la molestia de venir aquí y me dice que me vaya; Que se joda Ivy y sus estudios.

 — Bien.— Bufé. 

 — Bien.— Respondió ella con extrañeza.

 — Bien.— Exclame un poco más fuerte, y ella me miro ofendida.

 — ¡Sal por la puerta! ¡Loco...!— Me grito, pero me dio igual y salí por la ventana. 

 —¡Saldré por dónde me dé la gana! —Le respondí de forma agresiva, y la escuché gruñir antes de alejarme de la cabaña de Hermes.

El resto del día Ivy estuvo actuando extrañó, más extraño de lo usual bajo sus estándares.

Realizó algunos trabajos para los Stoll, cosas como poner una bomba apesto en la cabaña de la diosa Nike, pintar las lanzas de la cabaña de Ares de rosado y escribir "la cabaña de Atenea estuvo aquí" que nadie se creyó y por último la vi robando algo de la cabaña de Deméter y luego  llevárselo a los hermanos Stoll.

Solo había dos razones para trabajar para ellos. 

 1. Compraste cosas y ahora tienes una deuda que pagar. 

 2. Quieres un favor suyo y no tienes dinero. 

Me decantaba por las dos opciones.

Conociendo a Ivy quien era acérrima a comer barras de granola y meterse en líos, suponía que estaba buscando resolverlo por su cuenta en vez de venir a pedirme ayuda. Era bastante obstinada cuando quería, cómo en la cuestión de la espada y su búsqueda por su padre divino.

 ¿Pero por qué de pronto no quería mi ayuda?

Cada vez que le pasaba algo venía corriendo para qué la ayudará, por qué de pronto quería hacerlo por su cuenta; Ivy es una tonta.

 ¿Y como lo sé? 

 Bueno, la estuve siguiendo. 

 ¿Y eso qué?

Apenas y es ilegal, estamos en el campamento mestizo. Aquí la gente se la pasa perdiendo sus extremidades y volviendo a ponérselas. 

 Si actúas sospechoso entonces tendré un ojo sobre ti, no tiene nada que ver, se trate de Ivy...

¿¡A quien mierda se le ocurre escaparse en plena noche?!

Bueno, es diferente cuando yo lo hago.

Apenas terminó la cena, que no comió por cierto, se escabullo a la cabaña de Hermes. Luego de cambiarse de ropa, tomó su mochila y un bate de béisbol, ¿un bate de béisbol? Y se internó en el bosque del campamento mestizo hacia la barrera de protección.

 ¿A dónde iba?

 ¿Por qué se escapaba? 

Más importante aún, ¿Por qué decidió irse sin mí?

— Si te encuentro comiendo hamburguesas en el McDonald's te mató, perro traicionero.— Susurré, mientras me fundía con las sombras.

Él no estaba mal. 

Cualquiera que dijera que estaba mal seguir a tu amiga, era quien realmente lo estaba.

Ivy se veía como una chica recién salida de la iglesia, traía puesta una camisa blanca de vestir, por encima de este un chaleco negro con un pequeño dije en forma de corazón hecho de perlas, con una falda gris corta que llegaba a la altura de sus muslos, y si no la conociera tan bien pensaría que se podría a vender biblias casa a casa.

Bueno, quizás eso pensaría, eso sí, no llevará un bate de beisbol con clavos en su costado.

Cuando entro en un autobús la seguí y oculte mi presencia, escondiéndome en las sombras. 

Ella tomó asiento sola y dejo su arma en el asiento, continuó en el autobús que ocultaba con niebla para que se viera como un paraguas. Pero eso no le serviría con los monstruos, entonces; 

 ¿Por qué no trajo su espada? 

 ¿Acaso está dejando el campamento mestizo?

 ¿Así de la nada?


Por la hora el autobús no iba llenó, paso de largo los edificios abarrotados de New York y llegó a la zona con casas únicas, un poco más alejada del centro de la ciudad. Podía imaginar que allí vivían familias que preferían estar un poco más alejados del ajetreo de la ciudad a tener que vivir en un departamento en vez de sus casas más tradicionales y cómodas.

Cuando se bajó del autobús la seguí de cerca hasta que se detuvo frente a una bonita casa familiar.

Me pregunté si acaso intentaba visitar algún antiguo novio o amigo de antes de ser congelada por Quione. Tocó el timbre y espero de forma paciente.

Quise caminar hasta ella y golpearla por hacer eso, cada vez que va a mi cabaña golpea la puerta como una desquiciada hasta que le abro.

Luego de unos minutos la puerta se abrió dejándome ver a un hombre de unos 40 años, tenía una barba bien cuidada y un aspecto intelectual, ojos azules y cabello marrón con algunos reflejos grises, en general tenía un buen aspecto y podrían imaginar que en su juventud era un tipo bastante apuesto; Aunque no es se veía mal, tenía una imagen madura y formal.

Su reacción al ver a Ivy fue todo menos lo que esperaba de un viejo amigo o familiar, al tipo casi se le cae la cara del susto y pareció dejar de respirar, cómo si estuviera viendo un fantasma. Bueno, era una reacción normal cuando ver a alguien que desapareció por 14 años. Quizás pensó que estaba muerta o algo peor. 

Lo que realmente me sorprendió fue lo siguiente que pasó; Él no dijo nada, Ivy solo lo golpeó con el puño cerrado directo en la cara, tan fuerte que lo noqueó al tipo instante y cayó como un saco de papas al suelo. Ivy tomo su bate, lo rodeo y entro en la casa, luego regreso y tomo al hombre para arrastrarlo dentro de la vivienda.  Y como si nada hubiera pasado cerro la puerta.

No sabía cómo sentirme en ese momento.

La chica que ni siquiera había sido reconocida, la que se lastimó en clase de artesanías con la arcilla moldeable, acaba de secuestrar a alguien en su propia casa; Eso sí que está jodido. 

¡Por Hades...! ¡Lo sabía! ¡Nadie podía ser tan buena y sociable! ¡Debió estar utilizando un tipo de magia para caerle bien y hacerse amigos! ¿Cómo es posible que me haya engañado alguien que usa pantuflas de conejito? 

 — ¡Mierda...!— Pateó el bote de basura fuera de la casa, sintiéndose estúpido.

Se sentía raro, cómo si su pecho se cerrará y le costará respirar. 

Estaba tan molesto que los ojos le ardían, apretaba con tanta fuerza sus puños que incluso empleando guantes sin dedos enterró sus uñas en la palma de sus manos. 

Me sentía como un idiota.

El suelo debajo de mis pies empezó a temblar y agrietarse, cuando lo noté intenté controlarme.

Llevo mi cabello hacia atrás con frustración y traté de pensar con claridad para no enloquecer del todo. 

No quería tener sacar conclusiones precipitadas. Iría a adentro y hablaría con ella, si decía algo que no me gustaba patearía su trasero de traidora devuelta al campamento mestizo.

Salí de entre las sombras en una esquina de la casa, en el salón, la chica estaba sentada en la gran mesa, la cual estaba preparada con mucha dedicación, tenía platillos de comida que se veían deliciosos y velas por todos lados. Tenía un ambiente romántico por asi decirlo.

Del otro lado de la mesa estaba aquel hombre, ya despierto y utilizando una servilleta para detener el sangrado de su nariz. Ninguno de los dos hablaba, pero podía sentir una horrible tensión en el ambiente y cuando entre en el comedor no hizo más que empeorar, toda la habitación se enfrió tres grados con mi sola presencia. 

Ella pudo sentirme, pero no me miro. Ivy tenía la mirada fija en la pared, tenía una expresión extraño en su rostro. 

 — No sé lo que estás haciendo, pero detente ahora.— Salí de entre las sombras detrás de ella, pero Ivy no se giró en ningún momento. 

El hombre salió de su estado de shock al verme emerger de la oscuridad, ahogó un grito y se paralizó de nuevo. Puse los ojos en blanco. 

 — Este no es tu asunto.— Su voz sonaba extraña, quebrada.

Me sentí extraño al escucharla, se me removió el estómago y la furia que sentía desapareció.

 — ¿Entonces no lo niegas? Viniste hasta aquí para asustar a un mortal.—Le cuestioné tratando de mantener mi postura del inicio. 

 — No quiero pelear contigo, Nico. —Dijo la chica con un cierto tono de rabia en su voz y aun así sonó nasal como si estuviera a punto de romper en llanto.—Esto no me tomará mucho tiempo, vete.

Ella se giró para verme, sus ojos estaban cristalizados e inyectados en sangre. 

Entonces Nico retrocedió y se fundió con las sombras, dándole su espació.

Luego de eso se quedó en las sombras observando todo.

La esposa y la hija del hombre llegaron unos minutos después. Ivy era una buena actriz, por qué sonrió y cambio su mirada destrozada por una llena de amabilidad. Dijo algo sobre ser una de las alumnas de hombre, que esté tuvo un accidente y ella se ofreció a traerlo para que no conduciera con la nariz rota.

La señora Susan, una mujer muy agradable y la esposa de Liam quien al parecer era un profesor de arte de una universidad prestigiosa, invito a Ivy a cenar con ellos, y a pesar de que su esposo intento oponerse de forma desesperada, ella terminó aceptando con una sonrisa. 

Nico miró el panorama y decidió esperar fuera de la casa. 

Escucho gritos. 

Muchos. 

Cosas rompiéndose.

Sobaba como si el apocalipsis hubiera empezado en dicha casa.

Y luego aquella amable mujer salió llevándose a su hija arrastras. Lucia enojada, asustada y conmocionada.

Me asusté, tuve una terrible sensación en el pecho y entre de inmediato a la casa a través de un viaje de sombra.

— Ivy perdóname, y-yo era joven y estúpido.

El rostro de Ivy estaba rojo, temblaba y tenía las manos sobre la mesa. Se giró para mirar al hombre de forma acusadora y se puso de pie.

 La vi tomar el bate detrás de ella.

—–Si eres tan maduro ahora, entonces admite lo que hiciste.— Su voz sonaba llena de amargura y sarcasmo.

Ella caminó hasta quedar al lado de su silla, frente a él.

— Yo nunca te hice nada, nunca te toque, ¡Tú viniste aquí y arruinaste mi vida!—Balbuceo aterrado.

Fue allí cuando me di cuenta de que Ivy estaba jugando con la niebla haciéndole ver imágenes horrendas.

— Admítelo.— Exigió aún más fuerte, su voz hizo retumbar las paredes.

— Solo cuide de ti, estabas triste y enojada, solo trate de ayudarte.— Se apresuró a decir, nervioso.

La cara de Ivy se transformó en una mueca de furia, pateó la silla en la que estaba el hombre haciendo caer hacia atrás, al reaccionar luego del golpe este intento retroceder y alejarse, pero ella fue más rápido y golpeó con el bate el suelo justo entre sus piernas.

—¡Mentiroso...! ¡Llenaste mi cabeza de promesas vacías! ¡Me alejaste de mi madre! ¡Me ilusionaste! ¡Yo solo era una niña! ¡Y ni siquiera pagaste las consecuencias!— Grito.

Ivy alzó el bate por encima de su cabeza, y supe que el siguiente golpe no iba a ir contra el suelo.

 Pensé en ir a detenerla, pero me había paralizado. Mi cuerpo no se movía. 

 El hombre se cubrió con los brazos. 

Esperando el golpe.

Golpe que nunca llegó.

Las lágrimas caían de sus ojos como cataratas, pero la rabia y frustración que se reflejaba en su rostro no se desvanecía. Respiro hondo, y fue por toda la casa, rompiendo todo lo que se le ponía en frente en un ataque de ira.

Vasos, platos, jarrones y lámparas, cuadros y fotos enmarcadas.

Nada se salvó.

Al final se cansó, limpió las lágrimas de su rostro y se dispuso a salir de la casa. No sin antes claro, caminar a paso rápido hacia el cuadro encima de la chimenea, lo golpeó y dejo que cayera al suelo, lo tomo y se fue.

El hombre logró reacción, se levantó y tomo uno de los cuchillos de la mesa, fue detrás de Ivy en silencio y estuvo a punto de apuñarla por la espalda. 

Nico salió de su trance y golpeó el rostro del hombre antes de que pudiera acercarse a Ivy. 

 — Conoce tu lugar, basura.— Le miro con desprecio e hizo una mueca de asco.—Cuando mueras te esperaré en el campo de castigos.

Ivy salió de la casa arrastrando un cuadro de grandes proporciones con ella, lo dejo en el césped y tomo su bate de beisbol.

Por un momento pude apreciar el cuadro, era Ivy, solo que mucho más joven. Era un retrato verdaderamente hermoso, su pelo rubio, ojos verdes almendrados y mejillas sonrojadas eran como ver un vívido recuerdo del tiempo en que era tan solo una niña.

Algo que me llamo la atención es que estaba rodeada de rosas, y el cuadro aparecía su dedo ensangrentado cómo si se hubiera pinchado con las espinas sin querer. Me resultó tan hermoso y expresivo como inquietante.

Durante 20 minutos la vi gritar llena de ira mientras masacraba aquel cuadró con desesperación. Estaba mal, nunca la había visto tan enojada y a la misma vez destrozada, podía ver las lágrimas salir de sus ojos mientras ahogaba sus frustraciones con aquel hermoso retrato.

El jaleo que estaba armando pronto alertó a los vecinos, algunos salieron a ver qué pasaba y otros solo se asomaron y llamaron a la policía. 

Reaccioné al fin y fui a por ella, tome su brazo y la detuve. Ella forcejeó un poco, no estaba dispuesta a dejar de golpear aquel cuadro hecho añicos, pero termino cediendo cuando se percató de toda la gente mirando y como las sirenas de la policía se acercaban lo lejos. 

La llevé lejos de allí y cuando tuvimos la oportunidad, pedimos "prestado" un auto y nos pusimos en marcha de vuelta al campamento mestizo. En el camino permaneció callada, con la vista clavada en la ventana.

La miré de reojo antes de volver mi vista al camino, ella se limpió una lágrima rebelde que callo por su mejilla y sorbió su nariz. 

 — Debo parecerte patética.— Su voz quebrada Interrumpió el silencio. La miré de reojo, Ivy miraba por la ventana mientras mordía sus uñas.

— No, no lo eres.— Hablé con sinceridad.

— De hecho, lo soy.—Su voz flaqueo por un momento y sonó exactamente como una niña asustada, cubrió sus ojos y suspiro.— Realmente creí estar enamorada de ese tipo. 

Esas palabras me hicieron sentir un nudo en la garganta, tan fuerte que me impedía respirar o tragar saliva. 

 — Tenía 13 años y el 25.—Ella limpió sus lágrimas y mordió sus labios en un gesto ansioso.— No sabía que estaba casado. 

— Solo eras una niña... A esa edad todos somos impresionables. 

Ella se volvió hacia mí y no supe si había dicho algo estúpido, por qué su rostro se veía sombrío.

Supongo que intento hablar, pero las palabras ni salían de su boca. 

 —...

Los ojos de Ivy volvieron a llenarse de lágrimas y aunque la vi luchar por contenerlas le era totalmente imposible.

— No tienes que contarme.— Dije en un tono bajo al ver lo incómoda que estaba con toda la situación. 

— Quiero hacerlo.— Afirmó tomando aire y limpiado las lágrimas que caían de sus mejillas.

"Bueno, primero mi madre, la mujer que tú y leo vistes aquella vez no era mi madre, en realidad es mi tía. Mi verdadera madre murió cuando tenía 9 y su hermana solo decidió hacerse cargo de mí, aunque no tenía que hacerlo, lo que hace más sorprendente lo mucho que soporto por mi culpa" 

 — Pero la llamas mamá.— Le interrumpí. 

 Aquella vez Ivy parecía muy feliz de verla de nuevo. 

—Es por qué la amó como una.—Dijo en voz baja, y vi de reojo como su rostro se tensaba.— Pero estaba tan molesta y triste, que yo...— Ivy apretó con tanta fuerza su puño que empecé a ver gotas de sangre caer por su muñeca. Quite mi mano de la palanca y alcancé la suya, deshice su puño y entrelace nuestros dedos sin importar la sangré.— los chicos de mi clase, ellos me hacían la vida imposible por mi acento al hablar y yo tampoco era una blanca paloma. El Sr. Williams era nuestro profesor de arte y me hizo interesarme por la pintura, fue la primera persona en esa escuela que fue amable conmigo. 

"Yo, recuerdo que me preguntaba a mi misma todos los días "¿si soy tan especial como dice, ¿por qué soy un secreto?" Pensaba que había algo mal en mí, que no era lo suficientemente buena para él"

 — Ese hombre.—Apreté con fuerza el volante del coche, sintiendo como la rabia hacía hervir mi sangre.— ¿Él te hizo algo?— Pregunté entre dientes. 

Ivy negó con la cabeza. 

 — No, no apenas y me dio un beso, lo que es una mierda, considerando que fue mi primer beso.—Dijo de en un tono más calmado, ella limpió sus lágrimas con su mano libre.— No me di cuenta hasta que pude recordarlo, pero creo que me alejo de los demás apropósito y me convenció de escapar con él. Solo tenía trece y estaba muy enamorada, por lo que cometí errores en mí, escapé y mi tía se dio cuenta, afortunadamente me detuvo, pero claro que en ese momento no lo vi así. 

"A él lo transfirieron a una secundaria fuera del estado y todo el asunto sé barrio bajo la mesa. No hubo un castigó, hicieron como si nada hubiera pasado. Después de eso mi comportamiento se fue a la mierda, estaba enojada porque en mi cabeza me habían alejado del amor de mi vida, hice cosas muy estúpidas, le grite a mi madre y la trate mal. Me porté como una adolescente idiota."

— Y eso es todo.— Finalizo con una expresión lúgubre, pero de cierta forma aliviada.

Nico no era bueno consolando a la gente, pero quería hacerlo. Quería abrazarla y decirle que no había sido su culpa, que todo estaría bien. 

Se sintió extraño verla tan decaída, solo pensaban en una manera de subirle el ánimo y recuerdo la única cosa que lo hacía sentir mejor en la etapa más oscura de su vida; Ir a comer muchas hamburguesas en el McDonald's más cercano. 

 — No quiero entrar, tengo la cara hinchada y roja.— Balbuceó con vos temblorosa.— Además estoy llorando como una tonta.

Ivy tomo la esquina de mi chaqueta y me dio un suave jalón para hacer que me detuvieron, me gire para verla. 

Tomé sus mejillas entre mis manos y examiné su rostro, tenía los ojos inyectados en sangre, podía ver las marcas de las lágrimas secas en sus mejillas. Ella me miro expectante, sin sobresaltos ni nervios. Limpie sus lágrimas con mis dedos de forma delicada para no lastimar su piel. 

 — Si alguien dice algo lo mató.— Solté y ella soltó una pequeña risa. 

Pronto estuvimos sentados uno frente al otro comiendo en un McDonald's casi vacío, solo había unos cuantos universitarios o gente triste sentados solos mientras comían hamburguesas.

—¿Tú? ¿La niña buena en una pandilla?— Pregunté mientras sostenía mi hamburguesa. 

Ivy comía una gran porción de papas con ketchup, al parecer no le gustan muchos las hamburguesas. Solo le gusta McDonald's por las papas.

Se veía más tranquila, menos triste.

— Aunque no lo creas, yo era la líder.— Dijo de forma orgullosa, me señaló con una papa— Y todo eso antes de cumplir los dieciséis. 

Hood no dejaba de decir que solía ser muy mala, pero por los dioses ¿qué tan mala puedo ser Ivy? Es Ivy. 

— No pudiste haber sido tan mala.— Dije antes de dar un mordisco a mi hamburguesa.

— Puedo decirte todos los crímenes que cometí.—Saco una libreta de su bolsillo y empezó a leer.— Extorsión, asalto en primer grado, manipulación, daño a la propiedad privada, robo menor, vandalismo, beber alcohol siendo menor de edad, destrucción de la propiedad privada y ... 

La miré incrédulo mientras la veía rebuscar en su libreta.

— Espera, ¿acaso hay más?— Dije algo impactado.

—Bueno, es lo que recuerdo por ahora.— Apartó su libreta y la dejo sobre la mesa, al igual que su cabeza.

Quizás tenga sueño.

— Oye.—Me llamó, mientes jugaba con su comida.—¿Quieres ir a incendiar un auto?— Alzó la cabeza para verme, pude ver una chispa de emoción en sus ojos.—Eso siempre me ponían de buen humor. 

¿Incendiar un auto?

— Si, no es lo peor que he hecho.— Solté con simpleza y ella sonrió. 

— Nico... 

— ¿Qué pasa?

— ¿Tú trajiste dinero? Yo solo traje mi pasaje, la verdad. 

Diablos, sabía que estaba olvidando algo importante. 

Entonces corrimos.

Corrimos tan rápido que nuestros pulmones se llenaron de aire frío y nuestra sangre de adrenalina, reímos y no paramos de correr. 

Su mano estaba sujeta a la mía y con poca energía como para otro viaje de sombras deje que Ivy me halara. En ese instante me sentí vivo de nuevo. 

Estuvimos corriendo y no paramos incluso después de que estuviéramos a calles de distancia.

Ivy se quitó los zapatos y caminaba por la carretera, solo sobre las líneas amarillas, como si lo demás fuera lava. Nuestras manos permanecieron unidas todo el tiempo. 

Le di un suave apretón, ella me miro con sus ojos verdes almendrados llenos de brillo que reflejaban el ardiente fuego.

La sonrisa de Ivy me hizo sentir un gran alivio, me tranquilizaba verla volver a su semblante habitual. 

Incluso si eso significa incendiar uno que otro auto.  

___________✨___________✨___________

Holaaa chicos y chicas.

Espero que les haya gustado el capítulo. Literal, Nico se la paso persiguendola por qué pensó que se iría al Macdonalds sin el.

El pasado de Ivy antes de ser congelada. Quiero dejar en claro que la mayoría de sus recuerdos están borrosos y solo tiene la ligera noción de como era su vida antes.

Sus recuerdos vienen en sueños.

En fin voten y comenten si les gusto.

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