—¡Omega, espera!

Jimin seguía corriendo, lo que menos quería era ver a ese alfa patético de Min Yoongi.

Yoongi había estado persiguiéndolo para entregarle aquel poema que le había escrito con tanto esfuerzo, pero parecía que el príncipe Jimin tenía demasiada prisa como para prestarle atención a sus palabras.

—¿No tienes algo mejor que hacer? —exclamo con fastidio el príncipe Jimin, estaba cansado, se detuvo de golpe, el alfa se detuvo de igual forma.

Ambos tenían la respiración agitada, Yoongi extendió la hoja de papel con aquel texto escrito y se lo mostró al omega, Jimin en cambio cuando miro aquella hoja sólo frunció el ceño.

Estaba totalmente cansado, Yoongi persiguiéndolo en el palacio solamente para entregarle una hoja con un contenido que ni siquiera iba a leer en esta vida, apretó sus manos hasta formar puños, al igual que sus dientes.

—Por favor, príncipe Jimin, léalo... lo escribí especialmente para usted, omega.

Yoongi tenía la leve esperanza de que por fin su corazón ya no fuera tan dañado por aquel omega, esperaba que por fin aceptará sus regalos y que lo dejará cortejar de la manera correcta, ser aceptado es lo único que buscaba, ver que los ojos del omega brillen en alegría al estar con él, saber que Jimin respondería a sus 'te amo' ¡eso es lo que más anhelaba!

El omega le arrebato aquella hoja y ante la mirada del alfa la comenzó a romper.

—¡No soy tu omega! Ya deja de pensar esas cosas, no eres más que un fastidio para mí —Yoongi miraba como los pedazos caían al suelo, todo su esfuerzo hecho ahora como un simple desecho—, además —Jimin lo apunto con su dedo—, ¡tú! No serías nada digno para un omega como yo.

Algo dentro de Yoongi se rompió, ¿en verdad podías escuchar cuando el corazón de un enamorado es por fin hecho añicos por quien tanto suspiraba?

En ese momento, Yoongi había sentido una opresión que iba aumentando en su pecho, escuchar aquellas palabras salir de los labios de su predestinado, habían dolido demasiado, apretó los dientes para evitar que las lágrimas comenzaran a salir por sus ojos.

Jimin después de mirar con enojo a aquel alfa, se retiró de inmediato, importándole poco lo que estuviera pasando dentro de Yoongi.

En cuanto Jimin se había ido de la vista del alfa, Yoongi pudo soltar el sollozo que reprimía, cayo de rodillas frente a los pedazos de hoja destruida, su corazón por fin había sido totalmente destruido por aquel omega, por su predestinado.

¿Cómo era posible que algo como eso sucediera? Siempre en las historias escuchaba como aceptaban los cortejos, ¿por qué la realidad tenía que doler tanto?

Con sumo cuidado, levanto cada uno de los pedazos de papel y se incorporó, tal vez ya no sonreiría como antes, para su omega solamente se trataba de un completo estorbo, ¿qué podía hacer?

Tal vez morir sería una solución más viable, después de todo, si para su predestinado solamente era un estorbo, entonces de igual forma lo sería para los demás.

A pasos lentos dejo el palacio, quería regresar a casa, no quería saber nada más, sus sentimientos habían sido despreciados por la persona que el destino había enlazado a él, y eso era como estar perdido en un abismo de tristeza.