Capitulo 48
Sooyoung seguía concentrada, dominar al alfa líder era sumamente difícil, definitivamente lo era, y más si ese patético omega se encontraba con él, había logrado sacarla por completo de la mente del alfa con sólo ese beso, y no podía permitir que algo como eso sucediera de nuevo, y luego ese beta que se interpuso en su camino, pero había logrado dominar parte del alfa líder para que así pudiera avanzar.
Taeyong no se sentía para nada bien al ver todo aquello, y más al ver aquella sonrisa en esa hechicera, más que una sonrisa parecía más una mueca llena de satisfacción.
—El alfa líder viene en camino —menciono con una sonrisa—, y está vez, mi querida hermana no podrá hacer algo al respecto, definitivamente ha sido el mejor plan que he tenido —una risa corta se escuchó salir por sus labios—, la princesa quedará encantada con este alfa, y el pobre omega sin lazo morirá a la par que el alfa líder, nada mejor que una dulce, dulce victoria.
Taeyong paso saliva y decidió irse de ese lugar, no quería que esa hechicera de magia oscura lo descubriera, con esas palabras dichas por ella, le había provocado que su cuerpo se pusiera rígido, se sentía tan mal, si tan sólo hubiera impedido que vertieran aquella pócima en aquel obsequio de la princesa, todo esto no habría ocurrido, era su culpa, totalmente lo era.
Miro hacia una de las habitaciones, allí estaba la princesa, con una radiante sonrisa mientras seguía acomodando unas bellas flores en uno de los jarrones, ¿en verdad estaba feliz? Separar a dos destinados sin conocerlos, ¿eso la hacía feliz?
—Princesa —hablo Taeyong llamando la atención total de ella.
—¡Oh! Taeyong —lo miro por breves instantes antes de volver a sus labores—, ayúdame ¿quieres? ¿Puedes ir recortando los tallos mientras yo las acomodo dentro del florero?
El mencionado asintió, camino hacia la princesa y agarro el pequeño cuchillo que la princesa utilizaba para rebanar los tallos y algunas hojas secas, comenzó a cortar, despacio.
—Princesa —la princesa acomodaba una flor para después darle una corta mirada a Taeyong.
—¿Qué ocurre, Taeyong?
—¿En verdad está feliz? —pregunto, Taeyong se percató de la confusión en el rostro de la chica—. ¿Es feliz aceptando el hecho de que está separando a dos destinados?
—Recuerda que a mí me han separado del mío.
—Lo sé, pero... —soltó un pequeño resoplido—, eso fue un castigo por parte del destino al haber separado lazos que debían desde un principio estar juntos.
—¿A qué es lo que intentas llegar, Taeyong?
El mencionado soltó un suspiro mientras le entregaba dos flores a la princesa.
—Debería parar —dijo en voz baja.
—¿Por qué debería? —pregunto la princesa mientras acomodaba las flores.
—Porque no es bueno seguir jugando de esa manera con el destino —la princesa dejo de acomodar las flores para mirarlo, pudo ver la determinación en los ojos de aquel alfa—. ¿Acaso no piensa en lo que pasará? ¿En cómo se ha de sentir el omega al percatarse que su alfa prácticamente lo está rechazando?
—Él rechazo a su alfa antes.
—¡Aun así el destino los quiere juntos! —exclamo Taeyong—. ¿Acaso no lo ve?
La princesa soltó un suave suspiro ante aquellas palabras, Taeyong sabía que sus caminos ya no estaban unidos, y por ser un castigo del destino, sus muertes no eran una solución, si no que ambos se quedaron sin su destinado, y Taeyong a pesar de saber aquello, quería intentar por lo menos pasar el tiempo con la princesa, con su destinada, a pesar de que el lazo del destino ya no les diera una nueva oportunidad de unirse.
—¿Y crees qué no lo sentí yo? —hablo la princesa de nuevo—. Cuando por fin había encontrado a mi destinado y el destino me jugo una broma, ver a aquel príncipe anterior que estaba enamorándose de una de sus sirvientas —apretó con fuerza sus dientes—, ¡eso fue doloroso! ¡Él era mi destinado!
—No, no lo era —menciono Taeyong, tal vez era tiempo de decirle la verdad—, soy yo... yo soy su destinado, princesa.
La princesa entreabrió los labios al escuchar eso, por alguna razón creía que se trataba de alguna clase de broma, que solamente Taeyong quería hacerla reír, pero no, esa seriedad en el rostro del alfa, la hacía querer saber más respuestas.
—Eso es imposible —dijo ella apenas en un hilo de voz—, Sooyoung me dijo que estás atado a alguien más.
— Ella está equivocada, princesa —hizo una pequeña pausa—, no tengo lazo del destino, y sabía que usted es mi destinada desde antes.
—¿Y por qué no lo dijiste antes?
—Porque usted simplemente quería que su destinado fuera un príncipe, siempre me lo decía, o que incluso el alfa más fuerte lo sea, y yo... —negó lentamente con la cabeza—, no soy ni siquiera nada de eso.
El silencio se hizo presente entre ambos, solamente sus miradas estaban, la princesa seguía vagando entre recuerdos, y allí fue cuando se percató, por esa razón se sentía tan a gusto con aquel alfa, de todos los sirvientes en su palacio, Taeyong siempre se encargaba de su protección, de ayudarla en todo lo que necesitaba, de escucharla, de consolarla cuando lo necesitaba, siempre estaba allí para ella, y ella... ella sólo pensaba en fantasías absurdas.
—Taeyong...
—Perdóneme por mis palabras, princesa —dejo de mirarla—, me retiro, tenga una tarde excelente, princesa, si me necesita...
Taeyong hizo una corta reverencia y se fue de allí, dejando a la princesa con las palabras en la boca.
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