Taehyung miraba al alfa que se la pasaba cuidando de los jardines, dio un mordisco a la manzana en sus manos y siguió mirándolo, ese tal Jeon Jungkook se la ha pasado de un lado a otro por más de tres horas allí, dando vueltas por el lugar y estar presente a todo movimiento que se presentase en los jardines y fuera de estos, le había dado algo de sorpresa el ver que no se había percatado de su presencia, o simplemente es muy bueno ignorándolo como amenaza.

Dio un último mordisco a la fruta y la miro, ¿hace cuánto que no hace alguna travesura? Tomo el corazón de aquella manzana en su mano derecha y apunto a Jungkook, no le haría mal recibir un buen golpe, hizo su brazo hacia atrás, impulsándose un poco y por fin lo lanzo.

Pero desafortunadamente no le había caído al alfa, todo paso tan rápido, que ni siquiera podía creer lo que había visto, una flecha había atravesado aquel corazón de manzana a medio morder y había terminado siendo clavada en una de las murallas que rodeaban el palacio, Taehyung simplemente estaba más que impresionado, Jungkook se puso en alerta al ver los restos de la manzana clavados a la pared.

—Más vale que salgas de tu escondite, Kim Taehyung —menciono el alfa líder, Taehyung miro entre las hojas, allí estaba Jimin junto a Yoongi, al parecer estaban dando un paseo, estaban muy juntos y aun así algo separados, la cercanía parecía ser incómoda para ambos.

—¡Eres impresionante, Jimin! —la voz de Taehyung se dejó escuchar para después ver como bajaba del árbol, Jungkook gruño molesto, ¿acaso ese omega planeaba golpearlo en la cabeza con aquellos restos de manzana? Eso sí lo ponía furioso—. ¿Qué me gruñes, tonto?

—¡Vuelve a insultarme o a lanzarme algo y te daré una lección! —menciono Jungkook, estaba molesto, y más porque al parecer ese omega lo único que quería era fastidiarlo en su día a día.

—Jungkook —la voz del alfa líder hizo que de inmediato y con una mueca de disgusto dejará de mirar al omega, cruzo sus brazos sobre su pecho, Jimin soltó un suspiro mientras escuchaba la suave risa de parte de Yoongi al presenciar la escena frente a él—, Taehyung...

—¡Lo lamente! —rodo los ojos—. Por cierto, eres increíble con el arco, ¿podemos tener una competencia? ¡Quiero ver si puedes vencerme!

—Él te vencería hasta con los ojos cerrados, es un grandioso tirador —menciono Yoongi con una sonrisa, de alguna forma aquel halago de parte del príncipe había hecho sentir bien a Jimin.

Taehyung sabía que le posibilidad de perder era mucha al igual de que podría ganar, claro si le pedía a Jimin  que lo dejará, siempre ha sido amable con él, y con todas las personas que lo rodean.

—El alfa líder no tiene tiempo para tus juegos, Kim —eso había hecho sentir a Taehyung irritado, miro a Jungkook quien ahora se mostraba indiferente ante su mirada.

—Tampoco tiene tiempo para tus quejas —menciono Taehyung, de nueva cuenta se escuchó un gruñido de parte de Jungkook.

—Estos dos son irritantes —comento Jimin frunciendo levemente el ceño.

Sintió como una de las manos del príncipe curioseaba con su mano más cercana para después tomarla y entrelazar sus dedos con los suyos y fue cuando lo miro.

—No te enfades por eso —el príncipe le regalo una sonrisa—, los dos serán irritantes a veces, pero son buenos, debes dejar de concentrarte en que dejen de discutir, alfa.

—Le daré la razón, príncipe —el alfa asintió mostrándole una apenas visible sonrisa, que había hecho que el omega le sonriera mostrando sus brillantes dientes, Jimin volvió a mirar al par que lo sacaba de sus casillas—, ustedes dos.

Tanto Taehyung como Jungkook miraron en su dirección.

—Dejen estás peleas sin sentido, o pensarán que ambos son amantes en secreto —tanto Taehyung como Jungkook fruncieron el ceño para luego pasar a mirarse de pies a cabeza uno al otro y negar rotundamente con la cabeza, la sola idea les asqueaba.

—¿Cómo cree que pueda amar a un alfa como este? —menciono Taehyung mientras fruncía su nariz.

—Pues no eres el tipo de omega que me gustaría cortejar.

Ellos seguían discutiendo mientras Jimin soltaba un suave suspiro, Yoongi solamente sonreía a su lado, pues le había encantado que Jimin no se dispusiera a separar sus manos.