Capitulo 10

—Mañana será el reclutamiento —comento el padre de Jimin mientras terminaba de servir unplato de estofado de cordero para su esposa.

Jimin estaba cabizbajo mirando la comida frente a él, no había probado ni un sólo bocado, sumadre estaba muy preocupada por su hijo, miraba que desde que había regresado del palacio,estaba tan desanimado, podía sentir el aura de tristeza a su alrededor y eso le preocupaba.

¿Qué era lo que lo tenía de ese modo?

—¿Estás bien, Jimin? —pregunto su madre, el alfa levanto la mirada y sonrió levemente hacia sumadre para después asentir con la cabeza—. Come pequeño, necesitas energías.

Volvió a dar un asentimiento y comenzó a comer, pero ciertamente la comida sabía tan insípida enesos momentos para él, que ni siquiera sentía que podría ser capaz de tragarla, no tenía nada deapetito.

—Está pronosticado que vayan más de cien alfas al registro, ¡es muy emocionante! —comento denuevo su padre con entusiasmo.

—Por supuesto que lo es, después de todo, serán entrenados para que puedan proteger el palacioy unirse a la guardia, serán los próximos héroes.

Jimin prestaba atención a lo que decían sus padres, dejo de masticar para después tragar yquedarse pensando, mientras seguía escuchando la conversación con mucha atención.

—¡Cierto! He escuchado que a los más jóvenes les darán un entrenamiento más arduo para quepuedan mejorar, serán los mejores soldados.

¿Con qué los mejores soldados? 

Jimin se quedó aún con aquellas palabras, si eso era posible, ¿sería bueno tomar el riesgo? Metersea esos entrenamientos era riesgoso, seguramente estaría entre los alfas más jóvenes, y esosignificaba entrar a esos entrenamientos más rudos y arriesgados, ¿sería capaz de resistirlos?

Había escuchado que muchos alfas y betas jóvenes dejaban esos entrenamientos a mediados deaño que los recibían, se suponía que eran casi cinco años de entrenamiento o dependiendo de suedad, y habilidades, los iban separando, los más fuertes seguían entrenando mientras que los queeran un poco más débiles eran regresados, algunos a sus casas y otros simplemente a las otrastropas para completar un lapso de entrenamiento pequeño e irse. 

Pero, ¿sería capaz de aguantar tanto? Era un alfa que no se rendía tan fácilmente y tal vez sería algoriesgoso tomar algo como eso, pero podía tomar ese riesgo. 

Apretó los palillos en sus manos y después retiro el plato aún con alimento de enfrente suyo, suspadres lo miraron, estaban extrañados de las acciones de su hijo.

—¿Pasa algo, cachorro? —pregunto su madre. 

—Entraré. 

—¿A dónde? —pregunto su padre frunciendo el ceño levemente. 

—A las tropas —aclaro Jimin—, quiero unirme a ese entrenamiento. 

Su madre soltó los palillos, ambos de sus padres se veían igual de sorprendidos al escuchar aquellaspalabras salir de los labios de su hijo.

—Jimin, ¡no puedes hacer eso! —exclamo su madre—. Son muchos años, eres demasiado jovenaún.

—Lo he decidido, madre —miro a su progenitora—, estoy decidido a entrar.

Sabían que mientras un alfa tomará una decisión, la haría realidad, no importaba cuanto lograsespersuadirlo a tomar una decisión contraría, no aceptaría.

Estaba decidido, Jimin iba a entrar a aquel entrenamiento, después de todo, sabía de los riesgos,inclusive morir era uno de aquellos riesgos, pero no le interesaba, ya ha perdido a alguienimportante, ¿qué más daba si se unía a aquella armada? Solamente se trataba de un estorbo parasu omega, ni siquiera lo recordaría, aunque muriese. 

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