•22
Hubo un largo silencio, en el que Kudou no supo cómo tomarlo. La seriedad en el rostro de Kaito, realmente lo asustó un poco. Sin embargo, al sentir el suave tacto de las manos de su Alpha en sus mejillas, acariciando estás lo reconfortó de sobre manera.
—No. — fue su respuesta. Para acercarse lentamente y depositar un beso en el puente de su nariz. Sus manos descendieron hasta llegar a su cintura
—¿Por qué?— quiso saber realmente curioso. Y aprovechar para indagar más sobre lo poco que conoce de Kaito. Ya que si lo pensaba mejor, pareciese que Kuroba conoce más cosas de él, que él del Alpha. Aunque es justificable ya que literalmente, siendo Kaito o Kid, lo acosaba. Y él en cambio, no se dio la tarea de conocer más a fondo al mago. Sólo cosas esenciales o básicas. Las más secretas fueron que él es KID, porque quería a Pandora y su miedo a los peces.
—Él empezó a manifestar sus sentimientos o al menos yo me di cuenta hasta hace poco más de medio año. — empezó a explicar sonando natural, y recordando al Beta.—Quizás si no fuese por qué cierto detective se robó mi corazón desde mucho antes, hubiese pensado o intentando algo con él.— admitió encogido de hombros, realmente pudo haber una pequeña posibilidad de andar con Saguru. Y antes de que comentase algo más, sintió como el Omega se dejaba caer en su pecho y lo abrazaba con fuerza. Sorprendiendo lo.— ¿Shin-chan?
—Me alegro que ése detective te lo haya robado. Por qué jamás piensa devolverte lo, Kaito. — admitió ocultándose en el pecho del mayor, para que esté no viese su fuerte sonrojo. Su aroma delataba la mínima de celos combinada con vergüenza.
Kaito se permitió sonreír enternecido, y acercarse para enterrar su nariz en el cuello del Omega, para poder embriagarse más en la fragancia de su novio y sentir su suave piel nivea. No sabía si oler a gramos de café, frambuesas y fresas podía ser un olor tan agradable para su sentido del olfato. Pero lo ama así, podía quedarse todo el tiempo oliendo lo hasta quedarse a dormido.
No sabía cómo olían los ángeles, pero no sé sorprendería si Shinichi tuviese el mismo aroma de uno.
Por otro lado, Shinichi ama el olor de Kaito cuando está tranquilo, y a la vez anda de enamorado con él. Es como lo amargo pero a la vez dulce del chocolate, y el encantador aroma de la flor de loto.
—Ow, ¿Mi crítico favorito está celoso?— soltó demasiado enternecido, acariciando los cabellos del Omega quién seguía teniendo su rostro oculto en su pecho. Se preguntaba si no se estará asfixiando.
—. . . Si. — murmuró después de un pequeño silencio. Lo cuál Kaito apenas pudo oírlo. Había sido tan bajo y suave para sus oídos, que creyó no escucharlo por un momento.
Kudou dejó de ocultar su rostro, pero miraba de lado. Intentaba no toparse por el momento con los ojos indigos del mayor.
—Wow, no pensé que lo admitieras. ¿Podrías repetirlo por favor?— sonó esperanzado. Ilusionado. Que su Omega esté realmente celoso y aparte lo admita, es algo que no se ve todos los días.
—No.
Kuroba bufó, hasta darse el placer de disfrutar de la vista. No evitó reír bajo, ya que en su punto de vista, parecía como si el Omega estuviese marcando territorio al estar sobre su cuerpo y abrazarlo con fuerza. Tenía sus brazos alrededor de su cuello. Por Sácate, se veía tan lindo y adorable. Y más porque intentaba ocultar su sonrojo, que parece estar bajando.
Pero los latidos de su corazón, no.
—Me gusta cuando te pones un poco posesivo conmigo, Shin-chan. Me haces sentir más amado.— agregó, continuando las caricias en la espalda del contrario.
—Kaito... ¿Qué hice para enamorarte? ¿Desde hace cuánto te enamoraste de mí?— preguntó, intrigado.
—. . . Es muy larga la lista, pero pensé que ya te lo había dicho o ya lo sabías.
—Quiero volver a escucharlo, por favor. — pidió, porque realmente necesita escucharlo. Quiere aprovechar su tiempo con él. Recordar los sentimientos del castaño.
—Si te soy sincero, antes de conocerte había creído que me quedaría con mi amiga de la infancia, Nakamori Aoko. Y en preparatoria digamos que lo intentamos por un tiempo más nunca fuimos una pareja oficial, sólo lo intentamos, pero al final las cosas no se dieron por ciertos factores. — recalcó, haciendo una pequeña pausa, relamiendo se los labios. Prosiguió.—Concluimos que nos gusta más ser mejores amigos, hasta incluso hermanos. Y poco después de llegar a está conclusión ya había tenido un encuentro contigo siendo KID.— sonrió nostálgico, recordando cada detalle que había guardado en su mente. Causando que por fin Shinichi alzará su mirada. Kaito se acomodó en una mejor posición, sin despegarse del contrario. Al final terminaron recostados en la cama.— Cuando empecé a fijarme en tí fue en los siguientes atracos. Fuera del físico, tu cautivador y misterioso aroma, me gustó cómo pensabas. Tu gran sentido de la justicia, tu humildad, la increíble inteligencia que posees, lo a veces irritante que podría ser tu gran orgullo y lo adorable de tu bipolaridad. Sin mencionar los despistado que eres a veces en ciertas cosas.— rió enternecido al recordar cada una de esas cosas bellas en su Omega. Escuchando un reclamó del azabache por criticar su bipolaridad.— No pensé que un Omega tsundere me atraería, hasta que llegaste tú para callarme la boca. ¿Y sabes?
—¿Qué?— alzó una ceja, preguntándose qué cosa pervertida puede agregarle a su respuesta.
—No me arrepiento de haberme enamorado de tí, y darlo todo para que estés conmigo.— le sonrió al Omega, causando que esté se sonrojara. Incluso quedará mudo al no saber que decir, su mente se hizo un lío y sentía cosquillas en su vientre, a la par de su corazón dando una sacudida. Advirtiéndole que cada vez más, está enamorándose del Alpha con el que está en la cama. Se derretía al escuchar lo que salía de la boca del contrario.— Admito que me desilusionó un poco cuando descubrí que ya tenías pareja, llegué a creer que no tendría oportunidad. Pero esperé por tí. Y la espera, valió la pena.
Antes de que a Shinichi tan siquiera se le ocurriera ocultar su rostro en su pecho nuevamente o en alguna almohada, lo tomó del mentón para besarlo. Mordió un poco su labio inferior, relamiendo al sentirlos un poco resecos al principio. Para poco a poco profundizarlo, incluso escuchó un suave gemido provenir de sus bellos labios. Le gusta sentir los rosados labios del Omega sobre los suyos, su suavidad.
—¿P-Por qué eres tan cursi? Deja de sonrojarme. — balbuceó apenas se terminó el beso.
—Es como si me pidieras que dejará de amarte. Es imposible, Shinichi. — le sonrió de la manera más hermosa que Kudou pudo haber visto. Quedando por unos segundos, cautivado.
—Supongo que, no se puede evitar.— se restregó su nariz, para ocultar su pequeña sonrisa ante la confesión de su novio. Porque realmente le gustó demasiado, la gusta Kuroba.
—¿Tú también me amas?
—Es difícil decir amar, Kaito. Y apenas estamos empezando a ser novios. Pero no dudes, que te quiero con todo mi corazón... — tomó la mano del mago para dirigirla hacia su pecho dónde está el corazón. — ¿Podemos cambiar de tema?
Kudou se bajó de su novio al cansarse, poniéndose a un costado de éste a la misma altura. Mirando hacia el techo.
—Estuve pensando en como vengarme de la organización que mató a mi padre. Aparte de destruir a Pandora, quiero que sean llevados a la justicia.— comenzó a decir, Shinichi quedó sorprendido por el giró de tuerca de la conversación. Empezó fuerte, pensó.—Durante varias semanas estuve investigando más a fondo e infiltrándome en su base de datos personales, hackeando el sistema sin dejar rastro. Para saber sus nombres reales, sus debilidades y fortalezas. Para poder llevarlos ante la justicia, al FBI o la INTERPOL. Por eso tendré que destruir a Pandora por fin, luego saldré por unos días para llevar a cabo la misión.— aclaró acordándose del escondite de la joya roja.
—¿Te irás? ¿Cuándo?— preguntó desconcertado, mirándolo preocupado. Porque le dolería que se fuese, y más si es por mucho tiempo. Últimamente empezaba a tener cierto temor en la lejanía o el amor a distancia.
—No lo sé con certeza. — respondió notando la mirada llena de desconcierto y preocupación de su novio. Le sonrió, y le tomó de su mano para intentar tranquilizarlo. —Quizás antes o después de mi cumpleaños, sólo serán unos días. Y quería preguntarte, se que es muy arriesgado y conociéndote. . .— agregó un poco nervioso. Imaginándose la respuesta de Kudou.
—¿Qué cosa?
Kaito se levantó un poco, y se posicionó entre las piernas de Shinichi dejando a éste pasmado, confundido. Aún más cuando el Alpha puso sus manos a cada costado de su cabeza, acorralando lo. Aunque debía admitir que la posición tan comprometedora le calentaba un poco.
A veces creía que Kaito le pegó algo de su lado pervertido.
—¿Me acompañarías a éste peligroso viaje, Shinichi?— preguntó mirando fijamente el rostro del contrario. Sus dilatados ojos azules, su labios medio abiertos para responderle, o como su cuerpo temblaba un poco debajo del suyo.
—Contigo, iría hasta el fin del mundo, Kaito. — contestó para tomarlo del cuello y acercarlo más hasta él para unir sus labios. Halagado de que lo haya tomado en cuenta. No sólo pasaría más tiempo con su novio, también podría aventurarse a un nuevo peligro o misterio por conocer. De tan solo imaginarlo se llenaba de éxtasis.
Estaba feliz de que Kaito lo quiere llevar con él en algo tan importante. Pero peligroso.
—Pensé que yo era el cursi.— dijo dejándose caer encima del Omega, que se quejó por su peso. Ahora es el Alpha quién está acurrucado, por así decirlo. Pero ésto permitía a Kudou acariciar sus desordenados cabellos, le gustaba tenerlo tan cerca de él y acostado.
—¿Lo dije en voz alta? ¡Qué vergüenza!
—¿Como no amarte? Eres un bombón. Una ternura.
—Gracias por confiar en mí, Kaito. Por lo normal uno se fijaría primero en mi condición, ya que soy Omega. Y aún se cree que es demasiado peligroso para uno. — dijo mirando el techo, pensando en todo y a la vez, en nada.
—Me preocupo, pero tampoco quería dejarte fuera de ésto. Además se que eres capaz de muchas cosas. Eres especial.— cerró sus párpados, casi como si se fuese a dormir. Aunque realmente tenía miedo de llevarlo con él. No por la casta, sino por qué es la persona que más ama. Aunque Shinichi fuese un Beta, u otro Alpha, si le gustase le daría miedo llevarlo a dicha misión. A pesar de conocer con detalle el historial del Omega en cuanto las colaboraciones que ha hecho con la policía, el FBI, etcétera.
Olvidando que Shinichi debía irse en unos minutos a su casa. Ya que mañana ambos deben asistir a la Universidad.
—¿Por mi increíble inteligencia?— cuestionó. Creyendo ser lo más obvio por lo que es "especial".
—Y por qué darás a luz a mis cachorros.
—Ya lo veremos, Kaito. Ya lo veremos.— fue su respuesta, ruborizándose un poco mientras seguía acariciando los cabellos castaños del Alpha. Cerrando de igual manera sus párpados, esperando no quedarse dormido.
Aunque no le importaría realmente dormir otra noche con Kaito. Sin preocupaciones, sólo ellos dos dándose amor.
X
Mientras tanto, en otro lugar de la ciudad. Específicamente en una cantina, Saguru se había reunido o mejor dicho, encontrando casualmente con cierta persona que había necesitado ver desde hace días.
—Akako, buenas noches. — se presentó el Beta haciendo una reverencia. Para tomar asiento enfrente de la pelirroja.
—¿Hakuba Saguru? ¡Hace semanas que no te veo, hombre! Desde el festival de la fertilidad en Kawasaki para ser más exactos ¿A qué se debe el honor?— sonrió divertida, bebiendo una copa de whisky.
—Recuerdas cuando en su tiempo te ayude a estar con Aoko. Hace más de dos años.— recordó el rubio, lo cuál despertó el interés y curiosidad de la bruja. ¿Por qué mencionar justo eso?
—Como olvidarlo. Sigo estando profundamente agradecida, lástima que me la arrebataron de las manos. — contestó con recelo, recordando a la Omega. Y su intento por que regresé a ella. Al final, decidió dejarla en paz. Al menos por el momento.—En fin,¿Qué quieres?— preguntó encogida de hombros.
—Cobrar el favor que me debes.— respondió con naturalidad.
—Debe ser muy serio. ¿Qué me quieres pedir? — dijo para ponerse también ella, seria.
Saguru nunca le cobró ése favor, a pesar de recordárselo varias veces en el pasado.
—Hablando metafóricamente, te pido el corazón de alguien.
—Con eso no se juega, Hakuba. — dijo recordando como también en su tiempo, antes de que estuviese enamorada de Aoko, había dañado —no emocionalmente— el corazón de Kuroba.
—Sólo quiero que me ayudes, a que Kaito dejé de sentir o gustarle aquel Omega detective. ¿Piensas ayudarme?
En la cantina sólo estaban ellos dos, un par de borrachos en unas cuántas mesas y el que servía las copas en la barra.
—Lo que me pides está fuera de lo que te puedo conceder. Ni siquiera que me hayas ayudado con Aoko lo recompensa. Además Kuroba es un gran amigo para mí, y no estoy interesada en terminar esa relación. Tampoco ganaría algo con separarlos. Pero...
— ¿Pero...?— arqueó su ceja, no muy conforme con la respuesta de la Alpha.
—Permíteme aconsejarte. Somos amigos¿No?— hizo una breve pausa, el contrario asintió con su ensamble serio.—¿Por qué te sigues empeñando en andar detrás de alguien que no se fija en tí y ya tiene novio?
—Lo mismo puedo preguntar, Akako. — contestó dando justo en el punto de orgullo o enojo de la mujer.
—. . . Tienes razón. Te voy a ayudar, Hakuba.— contestó después de un incómodo silencio, donde reflexionó con dolor aquel agrio sentimiento al recordar que no la tenía a ella de vuelta.
Y que no siguió insistiendo. ¿Será feliz con aquella otra Alpha? Se preguntó.
—Gracias, sabía que podía contar contigo.— se permitió sonreír contento. A sus casi veintitrés años sigue soltero porque quiere. Ya que si bien a tendido varias pretendientes tanto hombres como mujeres, sólo tiene ojos para uno.
Fue a la barra a pedir algo que tomar. Dejando por unos segundos sola a Akako.
—Te ayudaré, pero no en lo que tú crees.— pensó la Alpha pelirroja terminando de tomar su copa.
X
28 de abril, miércoles.
Estos tres días en la facultad han sido muy agotadores, o más bien estresantes que ha mantenido a la pareja bastante ocupada con proyectos y exámenes.
Kaito iba de lo más tranquilo saliendo de la universidad directo a su casa, pensando en marcarle a su novio. Pasando justo cerca de un callejón donde había un revuelo. No sabía si era un asesinato o un robo. Pero de lo que si se fijó en el cúmulo de gente, es de que ahí estaba el Omega que tanto está en su mente.
—¡Shin-chan! ¿Qué haces por aquí?— lo llamó acercándose. El mencionado lo miró, parecía un poco embobado.
—Terminando de decir mis sospechas respecto al culpable de un crimen que sucedió hace un par de horas. ¿Cómo sabías que estaba aquí?— cuestionó, pensando en la suerte que tenía de encontrarse a Kaito justo en ese momento que quería verlo, hasta que se le atravesó el repentino caso.
Había llamado a la policía, y pensaba marcharse antes de que llegaran y dejarle todo a los testigos que les dejó bien explicado todo el lío.
—En realidad aunque no me creas, fue mira coincidencia. Te vi a lo lejos al pasar frente a éste callejón.— dijo mientras lo abrazaba, recibiendo varias miradas de la gente que aún seguía ahí. Entonces decidió alejarse de todos ellos para estar más a solas con su novio, tomándolo de la muñeca.—Es mi idea, o has crecido un par de centímetros.
—Eres muy observador, Alpha. — rió leve.
—¿Me merezco un beso?— pidió coqueto acercándose al Omega, quién de inmediato lo rechazó con sutileza.
—Tengo que hablar contigo, sobre Hattori. — dijo mientras veía a los lados para que nadie los escuchará o interrumpiera. Kaito asintió.
—Sabes, muy pronto es el día.
—¿Día? ¿Te refieres a nuestro aniversario o algo así?— frunció su ceño.
—Me refería a tu cumpleaños, Shinichi olvidadizo.— viró los ojos, dándole un leve golpe en su cabeza.—Hace pocos días que te lo recordé. Sabes, mi mamá me dijo que a tu edad, yo ya había nacido.
—¿Me estás insinuando que quedé embarazado ya?— arqueó una ceja no muy contento.
—B-Bueno, sólo bromeaba.— contestó nervioso. Recibiendo un suspiro por parte del contrario. No sabía porque, lo notaba diferente. O raro. Sin mencionar la nueva colonia que poseía, causando que ocultara o no pudiese detectar su aroma natural.
—Tengo que ser breve y directo. Escucha con atención lo que te diré, Kuroba. Tengo poco tiempo.— dijo poniéndose serio, preocupando al nombrado.
—¿Kuroba? ¿Estas molesto conmigo? Si es por oler tus panties, yo no fui quien—, empezó a excusarse poniéndose más nervioso pero a la defensiva, siendo interrumpido.
—¡No me refiero a eso!— soltó un tanto intrigado y avergonzado por el tema. ¿Kaito olía las panties? Eso sí es estar enfermo, pensó él.
—¿Entonces...?— dijo intentando recordar algo en la que la haya cagado feo con el Omega. O quizás algún problema en el que se haya metido. Pero nada se le venía a la cabeza.
A no ser que sea lo de la misión peligrosa de la que le habló hace días.
—Estuve pensando mucho sobre nuestra relación. Sobre lo que pasa alrededor de nosotros. Y sinceramente, creo que no estoy listo para seguir con ésto.— dijo regresando a su gesto serio, demasiado. Sus ojos incluso parecían casi inexpresivos.
—. . . — silenció y asombro en su mirada vino a su cabeza. Intentando procesar todo, ¿Había entendido bien?
Quizás esté soñando. Pensó el Alpha.
—Disculpame por haberte ilusionado, el problema no eres tú. Eres un buen Alpha, siempre estuviste ahí para mí. — bajó su rostro apenado.—Me sacabas una sonrisa y tu olor me es muy reconfortante. Realmente te quiero mucho, Kuroba. Pero... — apretó sus puños.
—¿Es por Hattori?— mencionó Kaito, intentando que su voz no sonará temblorosa.
Es una pesadilla. Debe serlo. Siguió convenciéndose. Porque Shinichi no puede estar hablando enserio, ¿O si?
—No. Sencillamente, quiero centrarme en mi futuro profesionalmente. Todavía no quiero pensar en una familia, en parejas. Quiero apartarme de lo amoroso. ¿Entiendes? Has sido alguien grandioso, pero pienso que te mereces alguien mucho mejor que yo. — por fin alzó su mirada, ahora parecía desolada. Pero no parecía titubear ante sus palabras. Estaba hablando muy enserio.
—¿Quién es mejor que tú, Shinichi? ¿Quién es más lindo, tsundere e inteligente que tú? — lo tomó de los hombros, realmente dolido por las palabras del Omega.
¿Por qué derepente actúa así? ¿Por qué no despierta de esta pesadilla?
Sigue convenciéndose que algo pasó, quizás hubo un muy mal entendido y Shinichi se enojó con él y ahora se excusa con que sólo quiere centrarse en su carrera o trabajo.
Algo anda mal. Si, Kudou está siendo...
—Estoy tomando el valor de terminar te en persona, y ni por mensajes o alguna carta. Como me lo hicieron a mí y Hattori. — soltó, poniendo más nervioso a Kaito. Prosiguió.— Estoy hablando muy enserio, ¿De acuerdo? Hattori si tuvo que ver, lo admito. Pero no regresaré con él, ni con alguna otra persona ni contigo. ¿Entiendes?
Kaito se negaba a creerlo. Así que, desesperado pero sin mostrarlo. Decidió usar su último recurso para confirmar algo.
—¿Dónde fue nuestra primera cita?— le preguntó dejando confundido por unos segundos al Omega.
—¿Qué?
—Cual fue nuestra primera salida, antes de ser novios.
—En Sapporo, patinamos y tú madre estaba ahí.— contestó encogido de hombros.
—¿En que lugar nos hicimos novios oficialmente?— entre cerró sus ojos, no podía creer que Shinichi de verdad esté terminando con él.
¿Por qué seguir haciéndose más a la idea de que todo es una farsa?
—En Kawasaki, festival de la fertilidad. Sabes, ésto es ridículo. ¿Crees que soy un farsante? Debes aceptar que estoy terminando contigo, Kuroba. — dijo esta vez con una pizca de enojo. Cruzándose de brazos. El mencionado lo inspeccionó de pies a cabezas.
Tan perfecto. No sabía si era el instinto, una corazonada como en las novelas o algo que lo une a Shinichi, pero no puede creer que esté diciendo todo eso a su voluntad.
Quizás lo amenazaron. Pensó también. O a lo mejor, el deseo y terquedad de que no quiere que lo terminen.
Comprende perfectamente cómo se está sintiendo o se sintió Hattori en su momento.
—¿A que lugar me invitaste tú?
—¿Qué?
—Luego de Sapporo, ¿A dónde me invitaste?
—Al cine.— titubeó un poco.
—Incorrecto. ¿Quien tomó la iniciativa para besar al otro?
—Tú.
—No, fuiste tú y chocaste con mi nariz. No sé qué está pasando contigo hoy. Pero dime, ¿Dónde está mi Omega?— apretó su agarre en sus hombros.
Sabía que Shinichi no olvidaría eso tan especial e importante, sin mencionar casi reciente, en especial lo del beso.
—Yo ya no soy tu Omega. — bufó irritado.
—Sabes que no habló del tí. Me marchó, Adiós. — lo dejó para continuar con su camino, sin duda él no podía ser su Shinichi. O quería creerlo.
—¡Kuroba! ¡Tú no me puedes dejar así! Se supone que él que te está dejando, soy yo. No tú. — exclamó llamando la atención de varias personas.
Al fondo se oía las sirenas de la policía que llamó hace minutos.
—¿Acaso no me ves?— dijo sin voltear. Sin ver lo enojado que está el contrario.
Se detuvo cuando alguien se interpuso su camino.
—Kaito. . .— ahí estaba Shinichi. ¿Otro?
—¿Eres tú mi Shin-chan?
—¿Por qué hay otro igual a mí, aquí?— dijo mirando detrás del Alpha, dejando a todos asombrados. Parecían gemelos. Si no fuese porque Kaito está confundido y enojado, sin duda tendría algún fetiche sabiendo que hay dos Shinichi's.—Las únicas personas que conozco capaz de disfrazarse tan bien son mi madre, y tú.— dijo para acercarse a su otro yo, quién lo miraba indiferente. Quizás molesto, y se fue corriendo a otra dirección.
—¡Está huyendo!— dijo alguien del público. A pesar de no saber que está pasando, lo señalaron como si hubiese sido el culpable de algún crimen cuando fue quien les ayudó.
Llegó la policía por fin.
—¿Quién era?— preguntó Kudou siendo abrazado por atrás. Kaito se permitió oler su fragancia y sonrió. Su ángel seguía oliendo demasiado bien. Tenía tantas ganas de morderlo. Lástima que hubiese tanta gente a unos metros de ellos. Y más la policía que está intentando interrogando a la gente.
—Un farsante que quería separarnos.— contestó con amargura, Shinichi entendió de inmediato.
—¿Sospechas de alguien?
—¿Aparte del mismo Hattori? Hakuba. — mencionó desconfiado.— Pero sin duda recibieron ayuda. Y dudó que tú madre o la mía se la hayan dado.
Los dos decidieron irse por su camino, apenas dieron unos pasos alguien se puso en medio del sendero. Dejando a uno expectante y al otro confundido al no conocer a aquella mujer.
—No eran disfraces.— dijo cruzada de brazos. Su ropa parecía bastante cara y a lujosa, desprendía un aura autoritaria y engreída. Olía a zarzamoras y a vino tinto.
—¿Akako?— mencionó Kuroba, su novio se preguntó quién es.
—Hakuba Saguru no estaba disfrazado.— dijo mientras inspeccionaba mejor al novio de su amigo. Es la primera vez que lo vea de cerca. Admite que es más lindo en persona que en los periódicos.— Tu novio es más hermoso cuando viste con kimono. Cómo en el festival de Kawasaki. — agregó sonriendo lasciva.
Aquello dejó más confundido y avergonzado al Omega.
—¿M-Me conoces?— preguntó. Sabía que mucha gente lo "conocía" por salir en la televisión o periódicos. Incluso revistas. Pero en la forma en cómo lo dijo la mujer, lo intrigó.
—Algo.
—¿Le ayudaste?— interrumpió a la pelirroja. Conociendo los poderes de ella.
—No me gustó su otra parte del plan. Que quería secuestrar a Shinichi por unos días. — el mencionado se quedó perplejo ante lo que decía, y Kaito sólo preocupado y enfadado. —Para que fuese más creíble el supuesto rompimiento. El de Osaka iba hacer esa parte sucia del plan, el secuestro.— dijo olvidando el nombre del detective. Sólo sabía que es moreno y viene de Osaka.
—¿De qué lado estás?— preguntó sin confiar mucho en la mujer, a pesar de que ella le haya revelado parte del supuesto plan fracasado.
Kudou no entendía mucho pero, comenzaba a entender con lo que la pelirroja revelaba. Haciendo memoria, quizás la habia visto alguna vez de lejos. Su cabello largo se le hacía bastante familiar.
—. . . Del que sea necesario estarlo.
X
En esa misma noche, Hakuba y Hattori habían quedado para reunirse. Sin poder creer como un plan que parecía tan perfecto pudo haber fallado. Y más cuando tenían la magia de su lado.
—Nada funcionó. Todo está saliendo, absolutamente mal.— soltó frustrado Heiji, aunque aún habían más cosas que intentar.
—Una razón por la cuál, Kaito dejaría a Shinichi para protegerlo.
—¿Cuál?— preguntó sin mucho ánimo. Estaba empezando a creer que debía recurrir a otras cosas para nada legales.
—Te has preguntado, ¿Quién es Kaito KID?
X
Al siguiente día, jueves; Heiji estaba cada vez más en una encrucijada. Reflexivo mientras conducía su automóvil. Como la carretera en esa parte y hora no había tráfico alguno, podía perderse un poco en sus pensamientos.
No quiere perder las esperanzas. Si las cosas hubiesen sucedido totalmente diferente, si Shinichi hubiese terminado con él por qué le dejó de gustar o él haya sido malo con él lo entendería. Pero el caso no fue así. Fue una trampa, un engaño. Injustamente lo separaron del que iba a ser el Omega de sus hijos.
¿Por qué el mundo es tan cruel?
De inmediato recordó una escena cuando todavía seguía en el hospital. Por ahí del cuarto día. Había salido a caminar un poco en compañía de una enfermera. Llegó hasta los pasillos donde están las salas de maternidad. Veía algunas parejas, casadas o no, felices viendo a sus bebés a través del ventana en las incubadoras. O en otros pasillos que apenas iban a consultar con el doctor, omegas embarazados esperando pacientemente a lado de su pareja que sea su turno. A unas se les notaba más la pansa que a otras.
Quizás, debía conformarse con que Shinichi fuese feliz a lado de alguien más. Pero, no quiere rendirse. No quiere dejar de luchar hasta llegar a su límite. ¿Estará siendo egoísta?
—No estás siendo egoista.— se escuchó en el asiento trasero. De inmediato se volteó asustado por la voz del presunto desconocido en su coche. Incluso logró ver por un segundo en el espejo retrovisor unos ojos carmín miel de un hombre. Parecía casi un fantasma.
No vio a nadie ahí así que se intentó convencer que debió se una voz de su cabeza que sonó bastante fuerte, cuando regresó su mirada al frente ve un trailer que para él, apareció de la nada. Por lo que tuvo que hacer un ágil movimiento y se desvió del camino para no chocar con el enorme trailer, consiguiendo sólo rozar y salirse del camino de la carretera. Chocando contra un árbol.
Palabras: 4,546.
Fecha de publicación: jueves 03 de octubre del 2019.
Escritor: JaquiiAleWorld
Au: Omegaverse
Historia: "El Omega"
Fandom: Crossover de los animes Detective Conan & Magic Kaito.
Nota del escritor:
Necesito terminar esta historia lo más pronto posible, por eso actualicé hoy.
Disculpen las faltas de ortografía.
El capítulo debió quedarme más corto, iba a dejarlo hasta donde el verdadero Shinichi dice "Kaito..." Para dejarlo en suspenso. Pero no fue así y se quedó hasta el accidente de Hattori.
Y eso que corrí dos escenas largas al próximo capítulo.
Recuerden, el final no será tanta drama. O quizás si(?
¿Qué será aquel "fantasma" que vio Heiji?
¿Kaito y Shinichi tendrán su final feliz?
Está historia pronto llegará a su fin.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top