•14
Domingo 4 de abril, Festival en Kawasaki.
—¡Shinichi, te ves tierno! Muy tierno.— elogió Kuroba derritiéndose ante la imagen del Omega probando de aquella salchicha frita clavada en una palillo con forma de pene, mientras que Kuroba comía un croqueta de pescado de la misma forma. Rápidamente sacó su móvil con su mano libre para tomar fotos queriendo grabar ése momento, además que si logró conseguir encontrar y comprar unos gorritos de color rosa crema de forma de un pene Chibi para poner encima de sus cabezas. Ya no vería por desgracia el mechón despeinado que sale de la cabeza del oji zafiro o ese brillante broche azul metálico, pero al menos con kimono y ese gorrito es súper adorable.
—¡No tomes fotos!— dijo el Omega ocultando su rostro lo más que podía. Ambos estaban en medio de la gente donde por la carretera bloqueada, pasaban gentes vestida con yukatas —tanto hombres y mujeres, Alphas, Betas y algunos Omegas—, cargando estatuas de partes íntimas del cuerpo humano, la más popular y mayoritaria la de la hombría.
—Mira, también tengo un gorrito de pene.— dijo señalando el adorable gorro encima de sus cabellos, aunque a Shinichi se le ve mejor sin duda.
El Omega río internamente por qué para él, Kaito se ve gracioso con el gorrito que cubre su cabeza. Ellos dos nunca soltaron sus dos manos unidas— a excepción de cuando el Alpha buscó su celular para tomar fotos al Omega, riesgo que decidió correr pero de inmediato la volvió enlazar con la suya—, por qué realmente se sentían un poco vacíos si no lo hacían durante el festival. O quizás realmente sus manos encajaban con la otra y no querían separarse. Les parece más cómodo tomar sus manos.
—P-Pervertido. — musitó el azabache mientras seguía viendo el espectáculo. La verdad le parecía un poco aburrido ya que tampoco es su estilo esa clase de festividades, pero lo disfrutaba más en compañía de Kaito. Cosa que tal vez jamás admitiría en voz alta.
—Si yo sólo aprecio lo maravilloso del cuerpo humano. Las curvas, la tibia y suave piel, y otras partes más calientes.— sonrió perverso, con doble intención, guiñándole.—Tú eres el mal pensando.— agregó divertido ante el gesto de indignación del Omega que le dedicó.
Después de un rato, empezaron a tomarse fotos con las esculturas de los penes hechos de madera, o comiendo dulces con forma de vagina y falo. Lo cuál al inicio Shinichi le resultó raro, poco a poco se fue acostumbrando y más por que todos ahí comían sin problema alguno, a excepción de los turistas.
—Quiero una de esas.— señaló esos bombones que, ¡Oh, sorpresa! También tienen forma de falo, en realidad eran varios bombones unidos o pegados con miel que formaban una figura . Pero están cubiertos de chocolate que si bien no es su favorito, que de vez en cuando pruebe no hace daño a su paladar.
—Te vas tan gracioso comiendo eso.— dijo el Alpha mientras se acercaban para comprar el producto. Poco después ahora sólo miraba como el Omega comía de éste y según la mente pervertida del Alpha, lo hacía de manera sensual. Incluso Shinichi llegó a batirse un poco en la comisura de sus suaves y tentativos labios.— Ahhh, mente sana como manzana.— se repetía intentando alejar esa sexy imagen de Shinichi, el cual no hacía más que mirarlo con diversión y un gesto incrédulo.
—Pervertido. — siguió diciendo terminando de comer sus bombones. Pensando en cómo se esforzaban para hacerlos.
—Oh, ahora debemos orar por la familia, y la salud, Shin-chan.
—Me parece bien.— asintió siguiendo a Kaito. Quizás a un mini templo para ello, para orar por una próspera familia y alejar las malas vibras. Además de escribir los buenos deseos en un papelito y pegarlo en un mural junto a varios otros de gente desconocida o conocida.
—Y también por la fertilidad que es lo que se está celebrando principalmente, para que Shin-chan me dé cachorros.— agregó Kuroba con brillitos en sus ojos totalmente decidido y una sonrisa boba de enamorado. Medio bromeando y medio hablando enserio.
—K-Kaito deja de decir eso...— soltó con vergüenza el Omega, detestando que Kuroba se viese tan tierno con esa expresión boba y la sincera confesión de querer que tengan cachorros. Es tan malditamente sexy que no evitar que sus mejillas se ruboricen.
—Es que eres tan lindo, amo hacerte sonrojar. Shin-chan, me gusta que sonrías, y más si es por mí.— sujeto su rostro una vez terminó de comer sus bombones y tirarlo en un bote de basura cercano. Kudou no pudo desviar su vergüenza o como su rostro enrojeció demasiado y sus ojitos azules se dilataron totalmente sorprendidos y encantados por lo que el Alpha dijo. Kaito sonrió por lo hermoso que se ve, entre sus manos con el rostro caliente del Omega que sigue sin saber que decir y ardiendo más por que las grandes manos del Alpha aprieten sus mejillas con sumo cuidado, sin lastimarlo. — Me hace sentir tan especial y amado.
—Alpha...— fue lo único que salió de los labios del Omega quién no dejaba de mirar con detalle cada facción del más alto. Y sus mejillas ardían a cada segundo que transcurrían estando así.
—Shhh, quiero que ésto sea muy especial.— dijo para dejar de tomar su rostro y pasar su brazo por sus hombros.
—Esta bien, Kaito.— sonrió confiando totalmente en él.
X
Más tarde, ambos se encontraban en unas bancas algo lejos de la multitud, donde en vez de disminuir por la hora, parecía aumentar. Y más por que se alumbraba el lugar con linternas volantes. Parecido a la película de Enredados de Disney.
—Mis pies me están matando. ¿Qué hora es?— se quejó quitándose una de sus sandalias, masajeandose su pie. A su lado yacía Kaito sacando su móvil para ver la hora.
—Casi las diez.
—¡Ya es muy tarde!
—Y el festival terminará, aunque mañana seguirá de todas formas. — comentó mirando al cielo, mientras le enviaba por mensaje una señal a quien considera su abuelo, Jii.
—Nunca vi a Ran y Aoko, ni siquiera a Sonoko con su novio Makoto. Se supone que vendrían. Nunca los vi.— suspiró pesadamente, para volverse a poner su sandalia y también su gorrito, dejándolo encima de su regazo y peinarse sus cabellos donde aún yace el bonito broche que le prestaron.
—Te quitaste el gorrito.
—Sabes, ya hace frío que en verdad me alegró de haber traído el kimono. Así me evito comprar algún abrigo o bufanda de último momento en algún local.— dijo ignorando lo del gorrito.
—Shinichi, ¿puedes acompañarme?— se puso de pie estirando su brazo hacia el nombrado.
—Si. ¿A dónde vamos?— se levantó con ayuda del más alto volviendo a unir su mano con la de Kaito. Caminando y siendo guiado por el Alpha hacia el puente más cercano, debajo de éste donde pasa el río y está oscuro al no haber algún farol que alumbre ahí abajo.
—Sólo quiero estar a solas contigo.— fue lo único que le dijo.
—Oh, ya veo...— contestó nervioso, sin darse cuenta que apretó el agarre que mantiene con Kaito quién sonrió por lo tierno que es. La fuerte brisa de la noche evitaba cualquier gota de sudor por parte de ambos.
Una vez debajo del puente donde apenas se pueden ver por el contraste de la luz de la luna en el agua, rodeados del césped que hay que es partido ya que en el centro justo debajo del puente está el río. Kaito miró con detenimiento como la poca luz alumbraba el rostro del Omega, sus preciosos y puros ojos azules adornados por sus largas pestañas negras, su pequeña nariz con algo de rubor como sus mejillas. Además del hermoso kimono que lo acompaña. Sin duda es la mejor vista que puede, incluso más que aquellas linternas que flotan en el cielo con pequeñas velas dentro. Nada podría compararse a la belleza de Kudou y tomando valor, decidió a volver a confesar sus sentimientos apostando a la suerte.
—Kaito... Está muy oscuro. Apenas puedo ver tu silueta. — dijo ya que en el lado que se encuentra Kuroba es en la parte más oscura que hace sombra por el puente, en cambio él está en la parte con un poco más de iluminación y cerca de la orilla del río donde no le pega la sombra del dichoso puente. Se acercó más a Kaito para así sentirse más seguro. Un poco triste ya que Kuroba no lo abrazaba o tenían sus manos enlazadas, por el momento.
—Shin-chan... Quizás ya sepas que es lo que quiero decirte. Hace meses te lo pregunté. Pero ahora te lo vuelvo a preguntar con seguridad pero sin dejar de tener miedo y morirme de nervios por la respuesta.— empezó a decir, soltando un pequeño suspiro por los evidentes nervios, siendo su tranquilizante el aroma que desprende el Omega, que se nota igual de nervioso que él irónicamente.
—K-Kaito, e-espera...— intento detenerlo ya que realmente se imaginaba que iba a decir y todavía no se sentía preparado. Pero tampoco quería rechazarlo, se sentía en un gran conflicto interno. Pero fue sutilmente silenciado por dos de los dedos del nombrado, que sellaron sus labios. Sintiendo un cosquilleo por ese pequeño tacto, de sentir los dedos de Kuroba sobre sus suaves labios.
—Te amo. — tomó sus dos manos, enlazando las con las suyas, para acercarse todavía más y quedar pecho contra pecho. Aunque el Omega tenía que alzar su mirada para encontrarse con los ojos violetas de Kuroba quien continuó con su confesión.—Te amaré siempre, diga lo que diga, haga lo que haga, sufra lo que sufra, duela lo que duela, pase lo que pase, sea como sea, de cerca o de lejos, siempre te amaré. Y quiero que sepas que sea cual sea tu respuesta, mis sentimientos jamás cambiarán hacía tí. Nunca me rendiré para seguir enamorando te. Shin-chan, mi lindo detective, ¿Me harías el gran honor de ser mi novio?— preguntó con un tono angelical que derritió el corazón del Omega. Y por si aquello no fuese poco, Kaito tronó sus dedos para que un segundo después, fuegos artificiales cerca de donde estaban ellos alumbran el cielo con códigos y forman figuras que Kudou pudo detectar claramente que son para ambos.
Creyendo al principio que se trataba de una coincidencia y que los fuegos artificiales en realidad son de la gente que organizó el festival. Pero pensándolo mejor ya que Kaito podía hacer cosas realmente bellas en el cielo y además que las figuras que se expresan en el oscuro cielo incluso opacan un poco las linternas flotantes. Incluso escuchó a gente murmurar, acercándose y admirar el escenario en el puente encima de ellos dos.
—Y-Yo...— balbuceó totalmente nervioso y sorprendido. Tanto así que incluso sus piernas temblaron y a pesar de tener sus manos enlazadas con las de Kaito, no evitó caerse de rodillas y luego sentarse en el césped donde el Alpha decidió acompañarlo esperando su respuesta. Sin importarles si ensuciaban sus kimonos. Kaito siempre estaría a lado del Omega, no evitó por lo tanto abrazarlo para mantenerlo en calor por la fresca brisa, mientras que el contrario seguía pensando en que decir.
Realmente tenía miedo, por qué sentía un nudo en la garganta de los nervios que le impedía responder lo que él realmente siente. No tenía palabras, incluso sus ojos se cristalizaron y dilataron por la bella escena y confesión de Kaito, preocupando lo a su vez.
—¿Shinichi? ¿E-Estas bien? ¿Hice algo malo? ¿Por qué lloras? ¿Te entró una basurita en el ojo?— preguntó con suma preocupación, sin separarse ni un poco del Omega. Tomando su mentón para verlo mejor ya que los fuegos artificiales continuaban y así podía iluminar más esa zona en la que están y en la que quizás, nadie los ha notado al estar maravillados con esos fuegos artificiales que salieron de la nada y realmente nadie esperó, siendo un bello detalle.
El Omega negó, y como su flequillo ya no podía cubrir su mirada debido al broche de flor de loto que tiene puesto, sólo la agachó para cubrir lo avergonzado que se sentía. Para que no viera su boba sonrisa por qué en verdad quedó muy conmovido por el detalle y esfuerzo del Alpha para hacerlo lo más hermoso posible, para que un no o rechazo fuese imposible. Y como ahora se preocupaba al verlo casi llorar le parecía un gesto muy tierno y lindo. Como mencioné antes, no había palabras y se sentía muy agusto en brazos de Kaito. No quería irse, quería quedarse ahí con él por un rato más a pesar de ya estar cansado. Pero no sé molestaría en dormir perfectamente en brazos del oji violeta.
Sentía hasta sus manos sudar, ¿Cómo podía responderle? Incluso sentía que su corazón latía con fuerza —impidiendo le hablar—, que hasta juraba que se saldría de su cuerpo, o que todo el mundo lo oiría.
No necesitas palabras siempre para demostrar tus sentimientos... A veces las acciones logran transmitir tus emociones y valen más.
Aquella frase o vocecita pasó por su mente sin pensar o tomarle mucha importancia a recordar quien se la dijo, por lo que reuniendo más valor acercó su rostro al de Kaito.
—¿Shinichi?
No pudo decir nada más cuando el Omega por la prisa y nervios se acercó con el objetivo de besarlo como respuesta a su sincera confesión, fallando y sólo consiguió que sus narices chocarán causando un leve dolor que los separó por un momento. Shinichi se moría horriblemente de la vergüenza, aunque Kaito por otro lado el gesto le parecio gracioso y de lo más lindo por haberlo intentando.
—L-L-Lo siento...— murmuró con su voz temblorosa haciendo puños sus manos, una vez se sobo su naricita por el choque brusco. Había atinado mal. Se sentía tan idiota por haberla cagado en algo que creyó iba a ser sencillo pero a la vez especial. Ni siquiera pudo hacer la tarea "fácil" de conectar sus labios con los del más alto.
Kaito sólo se rió, empeorando todo en perspectiva del Omega que creyó que se estaba burlando, cohibiendolo. Incluso parecía que aunque sonase ridículo, iba a llorar. Ya que había tomado la iniciativa y torpemente las cosas salieron mal. Y que el Alpha se ría no lo hace sentir mejor, hasta que Kuroba lo volvió a tomar de su mentón acariciando lo con sutileza parando de reír y sólo sonriendo con gracia y amabilidad. Limpiando la pequeña lágrima que descendía hasta su mejilla.
Él no se burlaba del Omega, sólo le pareció gracioso su torpe y pequeño error de cálculo para besarlo. Sin mencionar que muy lindo. De hecho, Kaito realmente le agradecía por ello, aligeró el ambiente y lo hizo sentir más calmado.
—Sólo haces que te adore más, que te quiera ver más y que desee mucho probar esos dulces labios tuyos, Shinichi.— con su pulgar delineó suavemente sus labios, coqueto. Enrojeciendo mucho al Omega por sus palabras y la acción.
Kudou aprovecho el acercamiento que tenían, el escaso espacio entre sus bocas que el mismo Kaito fue acortando, siendo sorprendido por los labios del azabache juntarse con los suyos y esta vez consiguieron unirse perfectamente. Haciendo un bonito sonido y sensación en tener sus labios tibios pegados a los suyos, donde Kaito aprovechó para moverlos y meter su lengua. Siendo torpemente correspondió por el Omega que rodeó su cuello pidiendo más aunque el oxígeno comenzaría a agotarse.
Una vez se separaron, sus respiraciones aguitadas y un delgado hilo de saliva que conectaban sus labios, prueba de lo apasionado que fue.
—K-Kaito...— murmuró sintiendo que no disminuía el ardor en mejillas, y por la clara pena oculto su rostro en el pecho del nombrado, cerca de su cuello donde Kuroba sentía su caliente respiración.
—Ese beso... ¿Es un si?— preguntó con el sentimiento floreciendo dentro de sí, acariciando los suaves cabellos de su detective. Con su otra mano pasaba por su espalda baja para atraerlo a él. En el césped yacían los gorritos de chibi que momentos atrás traían puestos. Aunque se hacía la idea de la respuesta, quería comprobarlo por él.
Shinichi asintió aferrándose más al pecho del mayor.
— Si, quiero ser tu n-novio.— respondió con total seguridad. Sonriendo bobo cosa que por desgracia Kaito no pudo apreciar.
—Quiero que me hables. Quiero que te preocupes por mí, que me mandes mensajes diciendo lo mucho que me extrañas.— empezó a decir llamando la atención del Omega que se alejó un poco de él para mirarlo.
—Kaito, yo...
—Shinichi aún no terminó.— dijo con suavidad besando su frente, a lo que el contrario asintió, atontandose con el aroma que emana Kaito de su cuerpo. Y también por las gentiles caricias que le otorga en su espalda.
—Si. — oyendo los latidos del corazón de Kaito al estar cerca de su pecho, siguió escuchándolo.
—Quiero saber que piensas y si has hablado de mí a tus amigos. Quiero que sonrías cuando piensas en mí y que se te aceleré el corazón cuando me veas, como a mí me pasa contigo. Quiero que tomes la iniciativa y me digas todo lo que sientas, que te emociona y rías para mí, mi dulce Omega. — finalizó, para proseguir a darle más besos a Shinichi.
X
Al regresar al hotel, Kaito compartía habitación con el novio de Sonoko, Makoto y además Ran quien esta vez se encontraba en el otro cuarto donde está Shinichi, Aoko y Sonoko para saber del chisme y compartir sus experiencias en el festival, además de explicar por qué jamás se toparon con Kuroba y Kudou. Todo ésto mientras se ayudaban entre sí a quitarse el pesado atuendo —a excepción de Ran que fue con una yukata— para ponerse ropa más cómoda y ligera.
Shinichi alardeó que fue muy hermoso, presumiendo que los fuegos artificiales que ellas vieron los hizo Kaito. Sonoko agregó que regañaria a su prometido por no haber hecho lo mismo. Un detalle tan encantador además de confesarse bajo la luz de la luna. Sin mencionar lo importante que fue la ocasión ya que ambos usaron kimonos.
Realmente no fueron los únicos, ya que tanto Aoko como Sonoko igual llevaron unos más primaverales para lucirse con sus parejas.
Dejando el tema del vestuario a un lado, Shinichi al acostarse realmente durmió con una sonrisa, resultado de lo bello que fue todo y lo enamorado que está, al fin aceptando sus sentimientos por él. Aunque sus amigas difícilmente lo dejaron dormir ya que gritaban por la noticia que esté les dió y quería saber más. Recordándolo.
—Kaito y yo... Ya somos novios. — admitió enfrente de las mujeres con una pequeña sonrisa que parecía, jamás se le borraría de su iluminado rostro.
Aunque recordemos, que no todo es color de rosas.
X
Días después.
Jueves 8 de abril , Osaka.
—¡Por favor, no vayas! — gritó una Omega desesperada para que su amado no se marchara ni regresará con el otro.
Había hecho demasiado con retenerlo tres días después de que saliera del hospital.
—Escucha Kazuha, ya compré el boleto. Por fin lo conseguí para regresar a Tokio y aclarar las cosas con Shinichi. Qué tú lo arruinaste todo, manipuladora.— dijo enfurecido con ella, en aquella chica que tanto confío. Pero al final y como suele ser, la verdad sale a la luz.
—¡Él no te creerá!— lo tomó del brazo para retenerlo, llamando la atención de varía gente en el aeropuerto. Mirando mal al moreno de ojos verdes. Creyendo que la inocente es la Omega, y no el Alpha.
Las apariencias engañan.
—Él me escuchará. Es muy listo como para saber que algo andaba mal y que sí de verdad hubiese querido terminar con él, lo hubiese hecho en persona y no como un cobarde, por medio de mensajes. Ya déjame que debo partir.— se soltó del agarre bruscamente. Con un aura aterradora, su aroma áspero que cohibio a la chica.
—Heiji... No es justo. Tú y yo somos destinados.— dijo rompiendo en llanto. Haciéndose la víctima.
—Lo que tú hiciste conmigo no es justo. Adiós. — soltó sin una pizca de compasión hacia ella. Ya conocía su juego, verse débil y sumisa para parecer la inocente víctima. Qué llorando puede conseguirlo todo.
Pero ya no, ya no caería más en sus engaños. Regresaría a Tokio para por fin, estar con su amado Omega de ojos azules.

Palabras: 3,408.
Fecha de publicación: viernes 9 de agosto 2019.
Escritor: JaquiiAleWorld
Au: Omegaverse.
Historia: "El Omega".
Fandom: Crossover de los animes Detective Conan y Magic Kaito.
Nota del escritor:
Esté capítulo no estaba pensando ser publicado para hoy, si no hasta dentro de unas semanas más. Pero, cómo ando muy inspirado y ya tengo en borradores más partes delantadas decidí publicar esté. Aunque en la edición o revisión de está parte no me emocioné tanto como cuando recién lo terminé de escribir hace semanas. La razón por la cuál fue mi capítulo favorito es por la confesión de Kaito y que ya se hicieron novios por fin.
Spoiler/Advertencia:
En el capítulo 16 habrá semi Lemon.
No diré más.
Fin de la catorceava parte.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top