•09
Al despertar, su nariz captó el delicioso aroma del desayuno, pero recordar que están en un hotel, lo más viable que se le ocurrió es que seguro Kuroba pidió servicio a la habitación.
Más escuchó la voz de su madre también, y cuando se dio cuenta estaba la señora Chikage y su hijo sentados en la cama desayunando mientras veían un programa en el televisor el cual no prestó atención. La amable mujer se disculpó por no haberlo esperado para desayunar los tres juntos, pero se estaba tardando en despertar y no querían molestar sus sueños. Kudou le dijo que no se disculpara y lamentaba no despertar antes para acompañarlos a comer, aún así disfruto del platillo que había para desayunar hablando amenamente con la mujer y Kaito que se veía muy pensativo. Quizás pensando en el vuelo de regreso y cuál sería la última cosa que harían antes de regresar a Tokio.
El desayuno consistía en un homelette, tres hot cakes bañados en miel, salsa mora, mermelada y encima un pequeño rectángulo de mantequilla. Ah, con unos tocinos y de beber una malteada de vainilla. Aunque la mujer pidió de fresa.
Aunque para el Omega el problema no era lo dulce del hot cakes y la malteada de vainilla si no que es mucho para el desayuno, no rechazo el comerlo todo. Y cuando terminó realmente se sintió muy lleno que creía que iba a explotar, que los botones de sus pantalones saldrían volando y el cierre no subiría.
—Estaba pensando...— comenzó primero Kaito, Shinichi sólo lo miró haciendo entender que lo escuchaba y por lo tanto prosiguiera.— Ya que esta noche tomamos el vuelo, debemos dar un último recorrido por todo el lugar.
—Me gustaría que se quedarán más tiempo pero, deben regresar por la Universidad ¿No?— dijo Chikage desilusionada.
—Un día de falta es mucho en la Universidad, los profesores te dejan tantas cosas.— comentó su hijo bufando irritado al imaginarse la tarea que tendrá que hacer apenas regresé. Pero, al menos el poco tiempo que ha pasado ahí —poco más de dos días— se la paso realmente bien a lado del Omega.
—¿Entonces que haremos?— preguntó Shinichi terminándose su malteada.
—Quizás dar otra vuelta para ver las esculturas, si es temprano probablemente no esté lleno la zona.— respondió Kaito mirándolo fijamente.
—Oh, también podemos seguir comprando ropa y comprar recuerdos. Aunque... No me gustaría hacer mal tercio.— ésto último lo murmuró la señora frunciendo el ceño.
—¿Mal tercio?— cuestionó Kudou sin comprender. Ansioso por saber a dónde más irían. E incluso al regresar quería contarle a Ran lo bien que lo pasó en Sapporo.
X
Después de otro recorrido, los tres dieron una caminata en algunos lugares destacables del hotel. Lástima que hacía tanto frío que no podrían probar la piscina. Pero si una relajante fauna. También estaban los restaurantes dentro del edifico, en especial las pastelerías que incluían malteadas con helado.
Luego recorrieron otros lugares alrededor del edifico, viendo algunos monumentos de la ciudad que son conmemorativos. En más de una ocasión por la mente de Kaito pasó tomar la mano de Kudou, pero pasaban ciertas circunstancias que al final no podía tomar el valor de hacerlo o Shinichi se distraía con algo alejándose de esta manera justo en el momento oportuno. Aún así, al Omega se le veía muy feliz, distraído y relajado. Para nada nervioso o incómodo, y el Alpha de ojos índigos sabía que se debía también a la presencia de su propia madre que lograba aligerar el ambiente para que el Detective no se sintiera nervioso o incómodo al estar a solas todo el tiempo con él. Poco a poco, el acercamiento de ambos iban avanzando para así, agarrarse más confianza y estar juntos con tanta naturalidad sin hacer el ambiente como ya se mencionó, incómodo o rígido.
Otra cosa destacable son sus olores, Kaito realmente ama saber que Shinichi se la está pasando bien, tranquilo y divirtiéndose debido a sus pésimos chistes o a las conversaciones que mantiene con Chikage. El olor del Omega delataba su buen humor. Y podía sentirlo al estar cerca de él.
Pasaron también a ver un lugar donde venden mascotas y una floreria. El primero, se supo que Shinichi tenía un sueño de pequeño que fue tener un perrito. Un caniche o un husky. Aunque solo fue un sueño temporal, por qué tan pronto tuvo la oportunidad de tener uno prefirió rechazar la oferta.
Luego siguieron a la floreria, donde Kuroba empezó hacer algunas bromas esperando no llamar tanto la atención de la empleada de ahí. Queriendo presumir su pequeña sabiduría sobre el conocimiento que tiene del lenguaje de las flores, aunque también se le veía distraído buscando algo en su celular, quizás navegando por internet. Al salir, la señora Kuroba se alejó un poco de ellos mirando una estatua mientras respondía una llamada que solo ella sabrá de quién es. Mientras que los más jóvenes la esperaban cerca de unas bancas cerca de unos árboles que adornaban las banquetas; para sorpresa del detective, Kaito le dio un rosa blanca. No sabía si la compró de la floreria, se la robó o son de esas flores que mágicamente hacer aparecer de la nada.
—¿Y ésto?— preguntó tomando la rosa blanca entre sus manos y oliendo la un poco.
—¿Sabes el lenguaje de las flores?
—No mucho, me sabía de algunas pero ahora se me olvidaron sus significados. — respondió encogido de hombros, pensando que hará ahora Kaito.
—Pensaba cómprate una rosa de color azul o rosa, pero me fui más para el significado. Así que decidí darte una blanca.— explicó brevemente el Alpha rodeando los hombros del Omega para acercar lo hacía él. Para su suerte, Shinichi estaba de muy buen humor y cero incómodo como para no alejarse de él.
—¿Y que significa? — preguntó incrédulo. El más alto se aclaró la garganta como si fuese a recitar algún poema.
—La pureza de un amor apasionado pero platónico.— dijo haciendo una breve pausa, el contrario arqueó la ceja.— O eso investigué.
—Eso explica por qué andabas muy distraído con tu móvil en la floreria.— rió por la actitud del joven mago, derepente se sintió nervioso al percatarse de lo cerca que sus rostros están y que para su gran rareza, Kaito le parecía muy guapo ese día.
—O también puede ser, vivamos juntos.— añadió sonriendo coqueto.
Shinichi sintió derepente tristeza. No sabía por qué. No podía explicarlo. Era algo melancólico que lo ponía cada vez más triste. La confesión de Kaito le es tan... ¿Directa? ¿O es por qué tiene miedo de rechazarlo? Para empezar, ¿Por qué habría de rechazarlo? ¿Le incomoda que esté actuando así? ¿Que sea tan romántico y cariñoso? ¿Tan amable y haga lo mejor para simpatizar con él? Quizás, su tristeza se deba a que le recuerda a alguien que juró olvidar. Piensa que, es muy pronto para andar con alguien.
Pero a la vez, quiere seguir saliendo con el Alpha.
—Eres muy cursi, Kaito. Pensé que me darías algo más cliché como un ramo de doce rosas rojas.— comentó desviando la mirada ignorando ese sentimiento de tristeza que le amarga el día. Fingiendo reír, saliendo como una risa incómoda.
—Realmente quice, pero debo esperar. Armar valor y estar casi seguro de que aceptaras.— contestó sin dejar de mirarlo, Shinichi se distraía con la rosa blanca entre sus manos.
—¿Aceptar qué?
—El ramo de doce rosas rojas significa cásate conmigo.— más que aclarar, parecía confesarse lo. Shinichi sintió como su corazón se aceleró de la nada y sus mejillas empezaban a tornar un color rosa.
—¿Sabes que significan las rosas de color rosa?— preguntó después de un pequeño silencio. Con curiosidad y sin voltearlo a ver todavía.
—Un amor inocente, tierno y con ausencia de maldad. Osea sin dobles intenciones. ¿Sabías que Japón es quien inventó el idioma de las flores?
—Algo. — respondió desinteresado.—¿Sabes el significado de los crisantemos?
—Uh, se que es una flor nacional pero en cuanto lo romántico puede variar.— hizo una ligera mueca en sus labios inconforme, luego sacó su móvil.— Déjame investigar...
—Por un momento pensé que serías un florista ya que sabes tantos significados de las flores.— bromeó, derepente sentía una angustia inexplicable. Aquella charla le parece interminable.
¿Cómo es que algo como las flores lo ponen a pensar demasiado?
—Solo algunos, además como acosador es mi deber investigar a mi objetivo. O al menos siendo KID, primero investigaba mucho a mi blanco días antes para así disfrazarme de él.— respondió recordando aquellos tiempos, aunque solo fuese hace un par de días que lo dejó. Todavía seguía buscando el significado del crisantemo en el Internet.
—¿También de mí?
—Cuando seguías siendo Conan obviamente no pude acosarte ya que no estabas presente. Ahora sí te acoso no es por trabajo, sino por qué me gustas.
—Que romántico...
—Oh mira, el crisantemo significa poder, respeto y felicidad. O también eternidad.— leyó el texto que más convincente que le apareció.
—Y-Ya veo...— comentó, volviendo a sentir aquello amargo en su garganta y pecho. El contrario volvió su vista a él.
—No es difícil deducir que las rosas de color rosa y los crisantemos son las flores que más te regalaba Hatorri, ¿O me equivoco?— interrogó de manera casi inexpresiva sorprendiendo a Shinichi, quién pensó que debía disculparse por haberlo arruinado.
¿Arruinar que? Sólo atinó a contarle a Kuroba lo que pasaba por su mente.
—Se que pensaras que debo olvidarlo para evitarme el dolor y el sabor agrio de sus recuerdos. Pero solo quería saber su significado, sentía mucha curiosidad. Nunca me interese mucho por el significado de las flores.— respondió lo más honesto posible. Guardando la flor blanca en el bolsillo delantero de su camisa de mangas largas, que se encuentra justo en la zona de su corazón.
Su plática fue interrumpida por la misma señora Kuroba, quien les dijo que si querían podían ir a una librería que queda a unos diez minutos de ahí caminando. Lo cual ambos accedieron.
Lo cual ninguno de los Kuroba se esperaba es que Shinichi fuese el más interesado una vez entraron a la dichosa librería Rebaño Ovejas y sus ojitos azules se fijarán en un libro en especial de cierto autor.
—¿Shin-chan?— cuestionó Kaito curioso, pero aliviado de que el Omega al menos se sintiera más calmado y emocionado.
—¡Es un nuevo libro! De uno de mis autores favoritos, el escritor de La Paloma de Aristóteles. — señaló el libro, parecía casi querer gritar. Su emoción se le veía mucho en el ambiente.—Fue su único libro que fue publicado hace más de cinco años, y por su gran éxito fue muy vendido. No pensé que el misterioso autor...— siguió explicando realmente conmovido, hasta que Kaito lo interrumpió.
—¿Misterioso?
—No se sabe exactamente si es hombre o mujer o a que casta pertenece.— contestó para luego dirigirse a un trabajador de ahí.— Disculpe...
—¿Si?— contestó el tipo en un ensamble aburrido pero sonriendo lo más amable que puede.
—¿Sabe hace cuándo publicaron esté libro?— preguntó muy interesado, le sorprendía que no haya escuchado alguna noticia hace semanas sobre el nuevo libro. Aunque el autor misterioso de por sí es inesperado.
El trabajador miró el título del libro que el Omega traía.
—Oh, Tomorrowland. Si, nos llegó apenas hoy en la mañana, muy temprano. — sonrió recordando apenas aquel dato.
Kuroba solo prestaba atención a lo que Shinichi preguntaba, pero al ver que la charla parecía alargarse realmente no evitó sentirse indiferente. Se alejó solo un poco para buscar libros de magia. Hasta que fue bombardeado por dos personas, una mujer y un hombre. Una beta y el otro Omega que aprovecharon que estaba solo.
—Con razón aún no se han acabado. El escritor o escritora es genial. — comentó asintiendo a lo que el trabajador decía.—
Kaito, ¿Tú has leído...?— se volteó a dónde se supone el mencionado debería estar, encontrándose con nada en su lugar.
Luego de ello se despidió del hombre apenado, para buscar al Alpha que inmediatamente encontró coqueteando con una beta y un Omega.
—Entonces, ¿Tienes pareja?— pregunta la mujer de cabellos oscuros.
—Aun no.— respondió con una reacción neutral, normalmente sería amable pero no le apatece serlo.
—¿Cómo qué tipo de persona le atrae? ¿Alguna casta en especial?— preguntó esta vez el Omega de cabellos rubios, desprendiendo obviamente sus feromonas en un obvio intento de coqueteo.
—Mh, los detectives de ojos azules. La casta me da igual.— respondió, a lo que los contrarios se vieron confundidos por la casi específica respuesta. Antes de que siguiera, sintieron otra aura detrás de ellos.
—Kaito. — pronunció el nombrado con su ensamble serio, pegándose al más alto mirando con supuesto desinterés a los otros.
—¿Quién eres tú?— preguntó el Omega rubio frunciendo el ceño.
—¿No es el famoso Detective japonés? No sabía que conocía a este atractivo Alpha.— le murmuró la beta de cabellos oscuros.
—¿Son amigos? ¿Eres un Omega, cierto?
—Perdonen, pero andámos muy ocupados. ¿Nos dejarían solos?— dijo Kaito con una cara de "Larguense".
El Omega y la beta se fueron murmurando cosas, entonces Kaito sintió el agarre de Kudou en su antebrazo.
—Solo te dejó cinco minutos y ya andas coqueteando con ellos. Tsk.— bufó irritado, mirando mal por el lugar del que se acaban de ir.
¿Cómo se atrevía a dejarlo solo sin avisarle? ¿Por qué derepente se siente enojado?
—Ellas vinieron a mi y no quice ser grosero. Además tú andabas coqueteando con aquel Beta.— contestó sin tomarle mucha importancia al asunto. Picando le al enojó del detective.
—¡Es un trabajador! Sólo pregunté por el libro, no me llevo mucho tiempo. Pensé que estabas conmigo y me escuchabas.— lo soltó cruzándose de brazos, incluso había dejado el libro por ir hasta donde Kaito está.
Kaito notó el ligero cambio de humor en su olor, Shinichi no podía verse más adorable y gracioso estando así de celoso.
Un momento, ¿Celoso? Kaito de tan solo pensarlo quería llorar dramáticamente.
—Shin-chan, me haces muy feliz. Gracias. — no aguantó y lo abrazó mientras le daba un beso en su mejilla. Al final el Omega lo apartó confundido e irritado.
—¿Ha? ¿Qué tonterías estás diciendo ahora?¿Por qué agradeces?— soltó confundido y con aún obvio enojo.
—Por ponerte celoso.— sonrió con malicia el Alpha.
Shinichi tenía una expresión que no se podía de cifrar exactamente qué sentía. Una mezcla de más enojó, confusión, estupefacción, sorpresa y sonrojó. Aparte de que le picaron su orgulloso por ser descubierto en algo que según él, no está. Por qué Kudou Shinichi nunca se pondría celoso, y mucho menos por su amigo.
—¿Quién? ¿Yo? ¿¡Celoso!? ¡Ja! No me hagas reír.— dijo forzando una sonrisa graciosa, haciendo gestos exagerados y tartamudeando cosas que no se logran entender. Kaito lo miraba como si fuese muy divertido como se expresaba.—¿Para empezar por qué andaría de celoso? — preguntó, y antes de que el Alpha le respondiera continuó.—Sólo me moleste un poco que esa Beta y Omega oxigenado me quitarán tu atención por qué se supone que estás conmigo, conversando y viendo el libro por el cuál pregunté. No signifique que esté c-celoso. Yo nunca he sido celoso. ¿Entiendes?— dijo esto último en un tono amenazante haciendo un mohín en sus labios. A lo cual Kaito solo asintió sin creerle mucho. No cree que exista en el mundo una persona que no esté aunque sea un poco celosa por su pareja o Crush.
—Si, si. Cómo digas. Y bien, ¿Qué decías de ese libro que tanto quieres? ¿Lo vas a comprar?— preguntó para cambiar de tema. Aunque jamás olvidaría que Shinichi si estuvo celoso. De tanto fantasear, ya podía hasta imaginar a los cachorros corriendo por la casa y contándoles el día en que su papá Omega andaba de celoso en una librería en su viaje a Sapporo.
—Si, tengo dinero. — regresaron hasta donde estaba aquel libro. Shinichi pareció olvidar por un momento lo que acababa de pasar para seguir hablando de su novela literaria que tanto desea leer.—Ya quiero saber de qué trata Tomorrowland. Seguro no me va a decepcionar.
Kaito asintió siguiendo el Omega, revisó un mensaje de su madre que le avisaba donde estaba.
—Vale, mi mamá se distragó comprando unos postres. Al parecer en esta parte de la librería venden perfumes y hay un testaurante en el interior.— comentó tranquilo, Shinichi lo escuchaba aunque también parecía distraído por lo que leía detrás del libro.
—¡KAITO!
—¿¡QUÉ!?— gritó espantando por el repentino gritó del Omega.
—E-Este libro tiene una secuela... El autor dejó una nota. Qué dice que es una historia contada por dos libros. El primero es esté llamado Tomorrowland, y el otro que todavía no ha sido escrito. Es hermoso, ya quiero leerlo. — explicó emocionando se cada vez más. Kaito pensó que si Shinichi pudiera, se casaría con esos libros.
—Si que estás emocionado, ¿al menos este libro tiene una sinopsis? ¿Reseña?
—Primero lo compraré. Y claro que tiene, y aunque no tuviese cosa que sería muy raro, aún así lo compraría.
Terminaron de comprar el libro y salir de la librería para ir con la madre de Kaito.
—Shinichi, para avisarte con tiempo. ¿Te gustaría ir al festival de la fertilidad que se celebrará en Tokio en abril?
—Aun falta para eso... Pero está bien.— respondió, ese festival le inquietaba definitivamente. Aunque al menos tenía tiempo, faltaban dos meses para abril.— Creo que no tendré nada que hacer y...— fue interrumpido por el gritó de alguien a lo lejos.
—¡Auxilio!— gritó una mujer desesperada. A lado de ella un cuerpo sangrando inconsiente y gente rodeándola. Quizás alguno de ellos ya esté llamando a la policía.
Shinichi se acercó atrayendo a Kaito consigo.
—¿Qué sucede?— preguntó el Omega inspeccionado el cuerpo desde lejos. Y también el escenario.
—Este hombre está muerto, alguien le disparó. Posiblemente con una pistola con silenciador ya que no se escuchó el sonido del disparó. Por desgracia creo que el asesino escapó.— respondió ella afligida.
—Hmmm...
—Ya se me hacía muy raro no ver alguna muerte estando contigo.— murmuró Kaito suspirando, sería una larga tarde sin duda. Pero, al menos podía ver de cerca al Omega resolviendo un caso en su mayor esplendor.
Palabras: 3,030.
Fecha de publicación: martes, 02 de julio del 2019.
Autor: JaquiiAleWorld
Au: Omegaverse
Historia: "El Omega"
Nota de autor:
Disculpen los errores ortográficos que se encuentraron por ahí.
Explicaré por qué no he actualizado esta historia.
Pensando publicar esté capítulo el domingo pasado, solo me faltaba revisarlo y editarlo, pero surgió un gran inconveniente que fue que amanecí terriblemente enfermó. Tanto que apenas me conectaba poco en WhatsApp y veía vídeos en YouTube. No hacía nada en Wattpad más que leer las notificaciones.
Aún sigo enfermó pero mejor que el domingo y ayer. Por eso pude editar este capítulo que lo tengo en borradores desde el 4 de junio y traerlo para ustedes. Si no lo publique antes del domingo fue por qué andaba muy ocupado por andar saliendo al cine y hacer la despensa.
Respecto a Yuanfen, el capítulo lo tengo listo y ya lo revise. Pero debo revisarlo por segunda vez y agregarle lo que le pongo al inicio y final de cada One-Shot. Lo publicaría mañana pero, tengo una estricta regla que me puse a mi mismo.
Nunca publicar los lunes ni los miércoles. Muy rara vez público alguno de estos dos días.
Curiosidad:
En una parte del capítulo donde dice que Shinichi se sentía repentinamente triste lo puse a último momento expresando como me sentía cuando revisaba el capítulo al hablar con alguien.
Para no alargar más ésto, nos vemos a la próxima actualización.
Si tienen alguna duda sobre esta historia o la de Yuanfen comentenlo por aquí.
Fin de la novena parte.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top