capitulo 7
—¡¡Mmm, Aah!..Ve más despacio—Le decía el menor a la persona qué estaba arriba de el.
—Adam, se que te gusta rudo—Le dió una estocada más fuerte, sacado un pequeño gemido de la dulce boca del menor.
—¡Oh. Si, justo ahí...Erick.—El mayor devoró los labios de Adam, a la vez movía más rápido sus caderas, penetrado el cálido interior de Adam.
Erick saboreaba el dulce sabor de su amado, para el, sus labios eran exquisitos, con su lengua exploraba cada parte de la cavidad del menor, para el todo era demasiado adictivo. Estar con la persona que ama, hacerle el amor era su pasatiempo favorito.
—Te amo, Adam—con una última estocada llegó al punto más inexplorado del interior de Adam, ambos llegaron al orgamos. Erick se acostó al lado de su amante, con su mano derecha subió la sábana para cubrí de la cintura hacía abajo. Pequeños hilos de saliva salía de los labios del menor, sus respiraciones estaban agitadas.
Adam se recostó de lado apreciando los zafiros gris verdosos que lo miraba con tanto amor, con su mano recorrió los cardenales del rostro de Erick. Esa lucha les había costado ganarla.
—Tambien, te amo—Adam beso la frente de su amado.
—Te tardaste mucho en decirlo, mi pequeña parca—Dejo un suave besó en la mano derecha del menor.
Sonrían con tanta felicidad, la cuál se vio arruinada cuando Adam noto qué Erick sangraba sin parar. ¿Como algo tan dulce se convirtió en algo horrible?
—¡¡Erick..!!—Jadeos, jadeos—El rostro de Joe esta cubierto de sudor, le costaba respirar. Encendió la lámpara que estaba en la mesita de noche, vio qué el reloj marcaba las 5:30 a.m.
—¡Mierda!—Con ambas manos se cubrió su rostro, volviendo a poner su espalda en el suave colchón extendió sus manos en la enorme cama, con su mirada al techo.
Suspirar, tenía cinco años sin soñar con el, ¿por qué ahora? No quiero volver a ése tiempo, no ahora.
Me levanté de la cama me puse las pantuflas negras, abrí la puerta de mi habitación la cerré muy suave para no despertar a mi hermana, baje las escaleras quería tomar un poco de aire fresco para despejar mi mente.
Salí al jardín en la parte de atrás de la mansión, aquí esta el invernadero de vidrio, el qué tenía un sofá cama para poder ver tranquilo el cielo nocturno. Lo mejor de todo era que tenías donde hervir agua para tomar un vaso de leche caliente.
Joe hirvió agua la qué tardo un minuto en estar, saco un vaso le puso leche y una cucharada de azúcar, los empleados era muy buenos en tener todo ordenado en los cajones del chinero.
Con una cuchara la movió para que la leche y la azúcar se disolviera, ya estado listó presionó el pequeño botón de sofá para qué se levantará un poco ya que no quería estar acostado.
Se sentó, cruzó sus piernas, le dio un sorbo al vaso con leche. Su mirada estaba en el frente donde el sol se estaba poniendo.
—Adam, cuando nos retiremos podemos comprar una pequeña Villa a las afuera de la ciudad y vivir como ermitaños.
—¿Crees que algún día saldremos de ésto?
—Ya verás que así será.
Si Erick al final salimos, pero no de la manera que queríamos—Joe le dió otro sorbo a su vaso con leche.
Estaba perdido en su mundo que no sintió llegar a su hermana, ella ya había tocado la puerta como tres veces pero Joe no escuchaba.
—¡Joe!
—¡Jenny!—Ella le hizo una mueca con su mano para que le abriera la puerta. Joe levantó puso el vaso en la mesa, camino hacia la puerta.
—¿Por qué te levantaste tan luego? Hoy es fin de semana, no hay escuela—Jennifer entro, Joe volvió a cerrar la puerta, volviendo a sentarse.
—Tuve una pesadilla fuí a tu habitación, al no encontrarte te busque por toda la casa—Ella también se preparaba una vaso de leche.
—Yo también tuve un mal sueño, bueno el final fue lo desagradable.
—¿Cual fue el sueño?—Ella se sentó junto a su hermano, dándole un sorbo trás sorbo a su leche.
—Soñe que comía una rica comida, justo cuando la estaba saboreando se convirtió en sangre.
—Agh, eso es desagradable—Su cara mostraba asco.
—Si, muy desagradable.
—Hermano, ¿de verdad me cambiarás de escuela?
—Si, ¿pero tu qué piensas?
—Estoy de acuerdo, y si es una donde solo van omegas, aún mejor—Jenny lo volteó a ver, Joe hizo lo mismo.
—Ya está decidido, el lunes irás al colegio Darby donde asisten solo omegas.
Ella lo abrazó fuertemente, por fin podría tener amigos los que no la discriminaran. Podría disfrutar del colegio como siempre había deseado y todo gracias a su querido hermano.
—¿Que tal si salimos hoy?
—¿A dónde?
—Quiero hacerme un tatuaje, ponerme un piercing en la oreja izquierda y comprar ropa nueva.
Tenía que cambiar toda mi ropa, no podía seguir usando estás pijamas rosadas Joe si que tenía obsesión con el color rosa.
—Ya era hora no se porque te gusta tanto el rosa, es mejor el negro.
Levante el pulgar mostrado mi aprobación, el negro, blanco y color vino son mis colores favoritos.
Los dos dejaron el vaso vacío en la mesa se recostaron en el sofá, observado como los capullos de las rosas se abrían muy lentamente, la luz de la mañana las iluminaba.
Jennifer deseaba tener más días así de tranquilos sin golpes, insultós o la mirada de asco de sus padres. Eso era lo que más le dolía, que sus propios padres no los quisieran ha ella y a su hermano.
—Desearía que todo los días fuese así de agradables—Susurró.—Aún así fue escuchado por Joe.
—Ese deseo se cumplirá porque yo lo haré realidad, lo prometo—Le acaricio la cabellera azabache.
Fue una promesa estúpida, la cuál me arrepentiría más adelante, jamás debí prometer tal cosa. No pude evitar que fuera víctima de ese momento desagradable.
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