capitulo 15

—¿Renny, como te fue con Joe?—Zac, giraba en esa silla giratoria.

—Todo bien, dijo que haría una declaración cuando se recupere del susto que le cause.

Ted, quien finge ser Renny, puso una grabación.

E-esta bien—Tartamudeo—Prometo declarar la verdad, pero..por favor, no me golpes—Termino la grabación.

—Excelente, puedes retirarte—Ted salió del despacho de zac.

Observe a todos lados, no había nadie. Me escabulló al segundo piso, ahí está la anterior habitación de el joven maestro Joe. Al ser guardaespaldas soy más sigiloso, abri la puerta, la volví a cerrar.

La habitación de Joe, es demasiado legumbre. Parece que no la han limpiado desde que el se fue, el polvo ya se está acumulando.

Ted, buscó donde Joe le había indicado, las USB estaban ahí, el las tomó para ponerlas en su bolsillo.

Volvi abrir la puerta, no había nadie por el pasillo, salí rápidamente. Me dirigí a las escaleras, mis ritmos cardíacos se elevaron al cien, por un momento crei que me atraparian.

—¿Renny, ya te vas?

—Solo saldré un momento, mi turno ya terminó—Le respondió al mayordomo.

Salí de ese lugar, me dirigí a la parada de autobús. En ese lapso de tiempo, me quite la peluca, maquillaje, ojos de contacto, saco negro. Se deshizo de todo ese disfraz.

Todo el era diferente sin nada de eso, ese corto cabello negro, hermosos ojos de un color ámbar azulado, un color único, su delicada piel es digan de admirar.

Subi al autobús, era hora de volver a casa. Y presentarme como el tercer hijo de la familia Jelly. Pero antes haré una parada en la propiedad de Joe River.

Después de unas cuantas vueltas, el autobús se estacionó, Ted, bajo.

Me reconocerá el joven maestro Joe, en esta nueva versión. Toque el timbre.

—¿Quien? ¡Si son reporteros, se pueden ir a la mierda!—En la caja de seguridad, podías ver el rotro de Joe, tiene redondas las mejillas, al parecer estaba terminado de desayunar.

—Soy Ted, Ted Jelly.

—¡Oh, pasa!—las rejas se abrieron automáticamente, entre. Es una suerte que no estuvieran reporteros y si lo están, no importa.

Esta mansión no se parecen en nada a mi propiedad, dijeron que los River no son tan ricos. De noche no se podía ver tan claramente todo este bonito lugar.

—El joven maestro lo está esperando en la sala—Informo el amas de llaves.

—Gracias—Me adentro al lugar, era más hermoso por dentro, cada diseño o mueble, es impresionante.

—Lo trajites—Mordia una manzana, para sus padres es un terror verlo comido una, pues eso hacía la última vez que los amenazó con un cuchillo.

—Si—Las entregó.

—¿Ya te deshacistes de tu personaje ficticio?—Está información la vendere por mucho dinero. No daré esto gratis.

—Si, este soy yo.

—Muy lindo, comenzaremos con tu venganza mañana, ya que necesitas un corte de cabello, y ropa más elegante. Después de eso te presentas como el tercer hijo de la familia Jelly.

—Comprendo, así será...

—Hermano, ya estoy lista, ¿nos vamos?

—No saltes así, te caerás—Jennifer venia saltado cada escalón, su uniforme consta de camisa blanca con mangas cortas, y falta negra hasta su rodilla.

Ella se veía como una hermosa muñeca, cuando vio a Ted, le sonrió.

—¿Tu amigo?

—Algo así.

—Hola, soy Jennifer River, hermana de Joe.

—Hola, soy Ted Jelly.

—¿Jelly? ¿Es hermano de la señorita Rosmeri?

—¿La conocistes?

—Si, ella era la única que me ayudaba en mis momentos difíciles, si aún viviera hubiésemos sido buenas amigas. A pesar que estaba en su último año, ella jamás actuó con superioridad cmo lo hacían las demás.

—Asi era ella, era demasiado buena para este mund..

—Joe, ya trajiste otro nombre a la casa, eres un descarado...¡Aahh!—La manzana a medio terminar, fue lanzada al estómago de Anabella.

—Ignorala, está pasado por la menopausia. Y con ello su cerebro está llenandose de más mierda.

—Joe, respeta a madre—Hablo furioso, Matías.

—Ella debería de respetar a las personas, este joven es Ted Jelly, no mi nueva conquista.

—¡Oh!—Anabella se recuperó rápido—Hola, soy Anabella River, mucho gust—La familia Jelly no estan rica como la de Zac, o las otras casas, pero sería bueno ser amigos o familia con ellos.

—El gustó es mío, señora—Sonrio.

—¿No tienes pareja? Podríamos areglar un compromiso con Jennifer.

—¡Madre!—Jennifer se sintió, denigrada.

—Y también es Omega—Pude ver cómo el rostro de Anabella cambio drásticamente, no desimulo en nada su disgusto.

Así o más asquerosa puede ser esta mujer.

—Como dije, ignorarla, Anabella es de las personas que creen que los Omegas son solo mercancía para procrear, lo cual es repugnante. ¿Cómo pueden haber personas así de horribles?

—Hermano, vamonos—Jennifer jaló a Joe. No quería qué su madre intentará golpearlo.

—Tiene razón, vámonos—Los tres comenzaron caminar a la puerta—¿Qué tal si vamos a ver una película? ¡La que es de una muñeca diabólica!—Lo dijo gritado.

—Se refiere Annabella—Comento Ted.

—Si, esa misma..ahora que lo pienso—se giro un poco—Ya tengo una persona diabólica con el mismo nombre viviendo en mi casa.—Le sonrió, el gran hoyuelo que da al descubierto.

—¡Joe!—Grito su madre—Ellos tres ya había salido por la puerta.

Anabella tenía el rostro rojo de la irá, Matías solo podia calmarla.

—¿Te llevamos?—preguntó, Joe. Jennifer subió al asiento del copiloto, del Ferrari.

—No, me iré en el autobús. Qué les vaya bien.

—Como gustes—Joe se puso sus lentes dorados para el solo, quedaban perfectos con su vestimenta negra.

Subí al auto, me puse en marcha. No había motivos para tener guardespaldas, conmigo basta, yo podría vencer a unas cuantas personas. No todo es solo la fuerza, también es importante la inteligencia y la agilidad.

—¿Crees que el director acepté que asista? Cuando vean tu rostro ellos te miran feo—Ella esta preocupada.

—No te preocupes, para los colegios no tan prestigiosos solo les importa el dinero y que tengas buenas notas para que te reconozcan.

—¿Esta bien que vaya a un colegio que no sea renombrado?

—Esta bien, aveces esos son mejores que los prestigiosos. Tu solo estudia y has muchos amigos, y amigas.

—Hablado de amigos, Holly es una excelente persona, ella me aconseja sobre como defenderme con palabras—Sonrio—Tambien dijo que fuéramos por un café.

—Me alegro por ti, las cosas cambiarán para bien, eso tenlo por seguro—Joe giro a la derecha, para entrar al carril que te lleva directo al colegio.

Joe escogió está porque estaba a 40 minutos de su mansión, el lugar es muy agradable, tenía un buen estacionamiento, solo toca ver cómo es por dentro.

Los dos bajaron del auto, Joe, sujetó la mochila de su hermana. la mayoría de alumnos ya entraron.

Entramos por el portón azul del colegio, el guardia saludo con respeto, este es una gran colegio. Fuimos directo a la dirección.

—Hola, tengo una cita—Joe, se quitó los lentes, los abrochó en su camisa.

—¿Usted es el joven maestro Joe Rive?—pregunto la secretaria.

—Si, el mismo.

—Puede entrar, lo ha estado esperando desde hace ratos.

Joe y su hermana entraron, el director es un hombre de unos 37 años, cabello marrón, ojos cafe. Un poco delgado, es es beta.

—Buenos días Joven maestro River, tomen asiento—El director sonríe como si estuviera viendo a su señora esposa.

—Buenos dias, estoy aquí para llenar el papeleo.

—Aqui está—El le pasó los papeles.

—¿Cuánto será la cuota de cada mes? ¿Aquí no hay preferencia verdad?

Joe leía muy despacio el contenido de esos papeles.

—No, aquí se castiga todo por igual, nada de preferencia. Al ser solo de Omegas, las disputas no suelen pasar. Sobre la cuota..—El director na sabía si hablarlo.

—¿Alguien la pago, verdad?—Joe estaba sonriendo con una mirada fría.

—Si, joven maestro—El director, sudaba frío.

—Entiendo—Sabia que Aarón no se quedaría quieto, necesito darle un buen golpe para que no sea metiche...

Adam, encerio no lo hice con malas intenciones.

No me importa el porque lo hiciste, no te metas donde no te llaman.

Sabes que me gustas.

¿Entonces quieres comprarme?—Le dio un golpe en el pecho.

No, eso jamás, lo hago porque quiero, quiero que la persona que me gusta, se encuentre siempre bien.

¿Por qué diablos pienso en ese idiota? No tienen nada en común, tendré una conversación seria con ese maestro Aarón. Aunque un dinero más en mi bolsillo nunca hace daño.

Joe firmo todo el papeleo, se lo entrego al directo Diego.

—Cuide bien de mi hermana, si llego a saber que una uña fue quebrada, este colegio no será lo único destrozado.

—Joe.—Jenny le indicó que no amenazara.

—Tengalo por seguro que estará bien, este es su horario—Le pasó una hoja—Su aula es la número 8 en el segundo piso a la izquierda.

—Gracias—Los dos salieron de la oficina.

Joe fue fue a dejar a su hermana al aula, todos estaban ya por recibir clases.

—Vendre más tarde por ti—Beso la coronilla de su hermanita.

—Esta bien, hasta luego—Ella entro al aula, tenía que presentarse a sus nuevos compañeros.

Joe ya estaba saliendo de ahí, fue hasta el estacionamiento. Subió a su Ferrari, iba directo a dónde Aarón, si, el hablaba encerio cuando dijo que le daría un paliza.

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