Solo un observador


El tiempo que he estado varado en este mundo es insondable,... hace tanto de eso que no lo recordaría sino fuera por la ayuda de los instrumentos. Visualizo una y otra vez en mi mente las fases del viaje y siempre llego a la conclusión de que los cálculos salieron mal en algún punto. Un error infinitesimal, probablemente, al abrirse la puerta dimensional me trajo a un plano equivocado, una dimensión paralela al sitio destino. No logro asimilar cómo, después de ciclos de investigaciones y cálculos, un pequeño e insignificante descuido me haya arrojado aquí, haya echado a perder la misión. Lo peor de todo, no hay manera de poder comunicarme con nadie; ni con los habitantes de este mundo, ni con los de mi planeta. A los de este mundo, aunque puedo verlos, existo para ellos únicamente como una sombra. Soy nada más un observador sin el poder de intervenir su historia.

A las criaturas pensantes los he venido observando y estudiando: su forma de vivir, sus hábitos, su tecnología... Y hablando de su tecnología, podría decir que han alcanzado muchos logros notorios, no obstante, no todos han sido para su propio beneficio. Es una pena que la mayoría han servido para exterminar a su propia especie. Esto ha ocurrido todo el tiempo, casi desde el principio de su aparición.

En esta dimensión paralela el tiempo no transcurre normalmente, se mueve ralentizado; al verme a mí mismo, no he cambiado nada, soy el mismo desde hace cientos de ciclones; mi cuerpo, mis sentidos y mis facultades mentales siguen igual que siempre. No tengo la menor duda, mi permanencia en este plano, de alguna forma, me ha conservado igual que el primer día desde el arribo. Cuando la puerta dimensional se abrió, el mundo que encontré me fascinó.

En aquel entonces, el planeta, hacía algunos millones de ciclos que había alcanzado la edad joven de su formación geológica. Grandes criaturas habitaron extensas regiones, pero desaparecieron por un cataclismo que destruyó la mayoría de la vida. Me llevó decenas de ciclos llegar a esta conclusión, luego de innumerables cálculos, pruebas y muchos análisis. Entonces, el reino de las grandes criaturas terminó repentinamente. Como dije, esto ya llevaba muchos millones de ciclos. Cuando vine, el mundo estaba poblado por diversidad de especies, pero solo una de ellas llamó mi atención de un modo espectacular. De entre todas fue la única en la que vislumbré una chispa que la diferenciaba de las demás. La chispa que separa las acciones reflejas e instintivas de las guiadas por la reflexión y por el intrincado proceso de tomar decisiones para resolver un dilema. Estas criaturas a las que llamaré por el momento seres Alfa, son la primera evidencia viviente encontrada en toda la historia, de formas primigenias de pensamiento organizado y estructurado. Jamás alguien pudo observar lo que yo: seres provistos de un grado de inteligencia pre-desarrollada. Es como si de todas las especies había sido la seleccionada para evolucionar por un camino distinto, un atajo relativamente muy corto, pero solitario.

Los ciclones pasaron y, tal como podía esperarse, todas las criaturas evolucionaron como consecuencia de las severas transformaciones del planeta, así como ha ocurrido en todos los demás mundos del universo. «Todo cambio en el medio implica un cambio en los seres vivos que lo habitan», según lo dicta una de nuestras primeras reglas contenidas en el Tajma Unma o Gran Libro del Universo. Esta regla incluye los lentos cambios naturales del medio como las veloces transformaciones producidas por las mutaciones químicas o radio magnéticas.

He andado entre las colinas y montañas, en las estepas, los desiertos calientes y helados, entre las selvas y bosques del planeta, y ningún ser actúa, tan siquiera, de forma similar a los Alfa. Descubrí que estos seres caminan la mayor parte del tiempo en cuatro patas, pero suelen erguirse según las exigencias de las circunstancias. Sus extremidades inferiores son cortas comparadas con las superiores y tienen un tono muscular bastante fuerte. Al final de cada extremidad se haya una mano con cuatro dedos uniformes y un quinto dedo modificado para permitir la prensión de los objetos. Dicha modificación obedece a la necesidad de desplazarse, generalmente, sujetándose de las grandes criaturas autótrofas donde habitan. En cuanto a la alimentación, lo hacen por medio de otras criaturas vivientes autótrofas y heterótrofas.

Dentro de esta especie he establecido subespecies, y con ellas formé un triángulo en cuya cúspide dejé al mayormente transformado, es decir, al de más habilidades físicas y cerebrales para resolver dilemas, al que nombré Alfa 01 y, en la base, a los de iguales habilidades físicas, pero con solo capacidad instintiva para resolver dilemas simples. A estos últimos les llamé Alfa 03. Pero existe un grupo intermedio, entre la base y el pico del triángulo, nombrado Alfa 02. Estos tienen habilidades instintivas y racionales combinadas, siendo las primeras superiores a las segundas.

Han transcurrido cientos de ciclones y todaslas especies han ido adaptándose, según lo previsto, a las nuevas condicionesgeológicas y climáticas a través de cambios biológicos-morfológicos mínimospara la supervivencia. Con relación a los seres Alfa, están ocurriendo hechossorprendentes; los que se encuentran entre la cúspide y la base, es decir losAlfa 02, están adquiriendo características similares a los Alfa 01 de lacúspide —como si fuerzas intrínsecas en sus organismos jugaranun importante rol. Debo advertir que los seres Alfa habitan regiones muyparecidas, por tanto, su evolución deberían ser similares, no obstante,compiten por alcanzar un desarrollo superior el uno sobre el otro —debo excusarme por ser subjetivo en miapreciación. Sus adaptaciones van más allá de lo necesario para sobrevivir almedio. Según lo comprobé después de muchísimos ciclos, los seres Alfa noevolucionaban para sobrevivir si no revolucionaban para dominar a las demáscriaturas.


1. Un Ciclo es el tiempo que un planeta tarda en girar alrededor de su sol. Para la Tierra equivale a un año.

2. El Ciclón equivale a un millón de Ciclos.

3. El Tajma Unma o Gran Libro del Universo, es el libro que cuenta la historia conocida de Acuaria y del universo. Escrito en forma anónima por diversos autores, recoge el pensamiento filosófico y científico de las épocas tempranas del planeta. Todos los acuarianos lo consideran como el libro de la verdad y se rigen por sus enseñanzas para vivir en paz y armonía.






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