Capitulo Treinta y Dos.

-Stiles-

—¿Que esta pasando? —musité, mirando los rostros manchados en lagrimas a mi alrededor—. ¿Por que todos me miran como si hubiese vomitado oro? Me siento un poco cohibido en este momento, chuchos, dejen de mirarme.

Derek subio mi sudadera de un tirón antes de reir entre dientes, apretandome más fuerte contra su pecho mientras me salpicaba el rostro de besos—. Te amo, revoltoso, no vuelvas a darme un susto así.

—¿Eh? —intenté apartar mi rostro, riendo cuando el chico me siguio—. ¿Que hice? Espera, ¿que paso?

—Mejor pregunta que no paso —Lydia se acercó a mi, su maquillaje corrido por todo su rostro hizo que una sonrisa se hiciera lugar en mi rostro y estaba a punto de reirme de ella cuando vi el pequeño bulto inquieto en sus brazos. Ella sonrio—. Hey, papi Stiles, casi nos das un jodido infarto, no vuelvas a hacer eso nunca más en tu jodida vida o voy a golpearte con mis tacones de aguja.

Me paso la bola sonrosada y llorosa envuelta en su saco y no pude evitar que mis ojos se llenaran de lagrimas. De repente, todo lo que había sucedido; el demonio, el grito de Lydia y mi desmayo luego de eso, volvió a mi mente como un torbellino. Me había perdido el nacimiento de mis bebes, no podia... Me detuve de golpe, sentandome y mirando a mi alrededor en busca de mi otro hijo.

Sonreí cuando Scott se acercó a mi, enseñandome a mi otro hijo envuelto en su chaqueta. La bolita sonrosada se movio inquieta un segundo antes de volver a dormirse. La emoción burbujeo dentro de mi pero eso no me impidio sentir el fuerte olor del humo que dispersan los autos a mi alrededor. Miré mi entorno, dandome cuenta de que, aunque no estaba pasando ni un maldito auto, estabamos en medio de la carretera—. ¿Que jodidos sucedio?

—Demasiadas cosas. —susurró, Derek sin apartarse un milimetro de mi—. Te contaremos todo pero debemos volver a casa.

—Espera, ¿donde esta Gea? —miré a mi alrededor—. Él dijo que podria sentir cuando mis bebes nacieran, ¿por que no aparecio para ayudarme?

—Yo tengo la respuesta a eso —el chico anonimo aparecio a un lado, guiñandome un ojo cuando lo vi confundido—. Pero tu pareja tiene razón, debemos movernos de aquí. Prometo explicar todo luego.

Asentí dudoso mientras Derek nos levantaba sin esfuerzo del suelo y se acercaba a su propio auto, subiendome al asiento trasero y subiendose detrás de mi para recibir a nuestro segundo hijo de las manos de Scott. Una vez estuvimos acomodados, vi con asombro como Boyd subia detrás del volante. Miré a Derek, confundido ya que él nunca le prestaba su auto a nadie.

—No quiero apartarme de ti —acepto—. Prefiero que sea él quien conduzca si me permite estar aquí contigo.

—¿Por que hay sangre en mi sudadera? —pregunté, mirando la misma con el ceño fruncido mientras envolvia mejor al pequeño con el saco de Lydia para alejarlo de la misma.

—Te lo explicaré todo cuando lleguemos, te lo prometo. —musito.

Asentí suavemente, de repente sintiendome totalmente exhausto. Acercandome a Derek, sonreí cuando paso un brazo sobre mi hombros y me acomode contra su costado, cerrando los ojos por un momento. Desperté gracias a la voz de Derek, llamandome suavemente.

—¿Mmm?

—Llegamos, cariño —musito—. Vamos.

Salí del auto, mirando a mi alrededor con el ceño fruncido. Este no era el loft, reconoceria el edificio donde fuera. Parpadeando varias veces, aclare mi visión, sonriendo cuando visualice la casa que Derek había comprado. La había visto en un par de fotos antes por lo que pude reconocerla facilmente.

Era preciosa, con un estilo minimalista y llena de ventanales por todos lados. Derek sabia cuanto me gustaba ver la luz del sol, sentir el calor del mismo en mi piel, por lo que se había asegurado de que el lugar tuviese suficientes fuentes de luz sin que fuese excesivo.

—¿Por que estamos aquí? —pregunté cuando volvio a tomarme en brazos, cargandome.

—Es nuestra casa ahora —dijo antes de hacer una mueca—. Y el loft esta hecho trizas.

—Esta bien.

Derek beso mi cabello suavemente mientras se apresuraba hacia la puerta, esperando que Isaac la abriera antes de entrar y dirigirse al dormitorio—. Supongo que quieres ducharte —musitó, aunque no parecia tener ninguna intención de soltarme pronto.

—Eso funcionaria si me soltaras, cariño.

Él me miró con una mueca, como si esa idea no le agradara antes de dejarme sobre mis pies—. Allison y Scott fueron al loft por la ropa de los bebes y ropa para ti y... —vi el momento de quiebre en sus ojos antes de que me tirara dentro de sus brazos, teniendo cuidado de no aplastar al bebé—. Me asuste jodidamente mucho.

—Aún no entiendo lo que paso, pero no tienes nada de que preocuparte —aseguré, dejandolo besarme suavemente—. Lo que dije es verdad, te amo, lobo amargado.

Él sonrió—. Yo tambien te amo, fastidioso —me beso de nuevo, como si la idea de soltarme fuese demasiado para él—. No quiero que te alejes pero estas bañado en sangre.

—Lo sé, acepté —pasandole al bebé—. Me daré un ducha rapida, ¿si? Volveré en un segundo, cuida de los bebes.

Sonreí cuando vi a Lydia entrar con el otro bebé, ella lo había tomado en el momento en que Derek había bajado del auto para que pudiera cargarme. Metiendome al baño rapidamente, me quite la ropa con rapidos tirones y me meti debajo de la espaciosa ducha, abriendo rapidamente el agua. Realmente, lo único que queria hacer era bajar corriendo las escaleras e interrogar a todo el mundo hasta que me dijesen lo que había sucedido pero tambien queria abrazar a mis bebes y eso no podria hacerlo con sangre pegada en mi cuerpo.

Me sentía debil pero con esfuerzo, tomé el jabón y lave mi abdomen con suavidad, frunciendo el ceño a la suave cicatriz que tenia unos centimetros debajo de mi ombligo. Tenia la impresión de que era por donde habían sacado a los bebes pero había demasiadas jodidas cosas que no me cerraban. ¿A las embarazadas no les quedaba panza luego de dar a luz? ¿Seria esto una cosa de droxgea o algo así? ¿Por que no me dolia? Me sentia como un trapo usado pero el dolor se había ido.

Entre mis cavilaciones, tarde más de lo que había previsto. Cuando el agua comenzo a enfriarse, quite el jabón de mi cuerpo y cabello antes de salir y envolverme en una toalla que saque de un estante. Derek había comenzado a llevar cosas a la casa desde hacia dias, ya que queria que nos mudaramos a ella en cuanto los bebes nacieran por lo que no me extrañaba que encontrar ese tipo de cosas.

Envolviendo una toalla limpia alrededor de mi cintura, sali del baño y fruncí el ceño hacia Derek, el cual se encontraba de pie frente a las puertas del balcón, mirando hacia la oscuridad de la noche. Miré a la cama, viendo que los bebes habían sido limpiados y vestidos antes de ser y acomodados en el centro de la cama, con un varios muros de almohadas rodeandolos.

—Hey, Derek —llame su atención—. ¿Estas bien?

Él se giró, dandole una rapida mirada a mi abdomen que no me paso desaparecibida antes de asentir suavemente—. Tu ropa esta por allí. —hizo un gesto al final de la cama, donde había varios pantalones y sudaderas apiladas.

Tomando lo primero que vi, me lo puse rapidamente y me acerque al moreno, parandome frente a él—. ¿Que sucede, Derek?

Negó con la cabeza—. Nada.

—Sé que te pasa algo —aseguré—. No lo niegues, hablame.

—No me sucede nada, Stiles —gruño, apartando la mirada—. Vamos abajo, tu amigo anonimo esta esperandonos.

Apartandose de mi, se dirigio a la puerta con pasos rapidos. Le di un vistazo a los bebes—. ¿Quien los vistio?

—Lydia y Allison —dicho eso, salió.

Me quede de pie en el centro de la habitación, totalmente desorientado. Sip, Derek "jodido/loco" Hale había vuelto. Pasandome una mano por el cabello, me trepe sobre la cama y deje un pequeño beso sobre las cabezas de mi hijos, sonriendo al ver que uno de ellos tenia un pequeño lunar en su cuello.

—Stiles —me giré para ver a Lydia dar un paso vacilante dentro—. Derek esta llamandote.

Asentí, mirando a mis hijos y deseando permanecer con ellos. Con un suspiro derrotado, me deslice fuera de la cama y me dirigi a la puerta, abrazando a Lydia en el proceso y tomandola por sorpresa—. Gracias, Lyd —musité en su oido—. Si no fuese por ti seguramente estariamos muertos.

—No digas eso —susurró—. Por mi culpa todo se complico, sino hubiese gritado...

—El demonio nos habria matado —la corté—. Salvaste nuestras vidas, gracias.

Ella me abrazo brevemente antes de separarse—. Ve abajo —apuro—. Yo cuido de los niños.

Le di una ultima mirada a la cama antes de girarme y dirigirme abajo, guiandome por las voces para llegar a la sala. Todos se me quedaron viendo mientras me hacia lugar y me sentaba en uno de los sofas, atrayendo mis piernas hacia arriba del mismo al estilo buda.

—Bien —junte mis manos—. ¿Quien me explica lo que sucedio?

Chico anonimo, presentado rapidamente con Zayn, me explico todo lo que había sucedido en la carretera. El chico se mantuvo a mi ritmo, respondiendo todas mis preguntas mientras seguia con su historia. Tambien explico con lujo de detalles, que el hechizo que había recitado al usar la sangre de Derek en mi me había salvado la vida. Al parecer, el ADN de hombre lobo logró que mi herida sanara como si yo mismo fuese uno.

Una vez que había terminado, estaba un tanto en shock pero una pregunta seguia rebotando en mi mente.

—¿Donde esta Gea?

El chico suspiro, apoyandose en el castaño que lo abrazaba por detrás -el cual era su pareja hombre-lobo, Liam- antes de mirarme—. Él no pudo sentirte, Stiles, por eso no esta aquí. Rompi su vinculo.

—¿Que? —parpadee—. ¿Por qué?

—Mirá, he estado vigilando a esa droxgea por meses, Stiles —me miró directamente—. ¿En serio crees que se encontraron en ese bosque por casualidad?

—Lo estaba atacando un demonio, yo la ayude y...

—¿Y el demonio huyo de ti? —elevo una ceja—. Vamos, Stiles, pensé que eras más inteligente que eso. ¿En serio crees, que un ser que puede derrotar a un hombre lobo sin romper a sudar, huiria de ti? Sin ofender, pero no eres material de maton.

Puse mala cara, ganandome una pequeña risita de su parte. Scott dio un paso al frente y miró a Zayn—. Espera, no entiendo nada —sacudio la cabeza—. ¿Por que jodidos Gea haria un plan tan retorcido?

—Primero que nada, creo que debo aclarar algunas cosas —dijo, se sento en uno de los sofas y nos miró a todos—. Mi especie, como creo que ya saben, es conocida como Xavea. Nuestra tarea es cuidar de los niños, por lo tanto, se supone que no deberia estar hablando con ustedes.

—¿Entonces por que lo haces? —Erika elevo una ceja hacia él.

—A esa parte es a la que voy a llegar —hizo una mueca—. Hace un tiempo, mi pueblo fue atacado por las droxgeas. No solo somos conocidos por cuidar de los infantes, sino por saber formas de mantenerlos a salvo. Para ello, hemos aprendido a usar la magia de muchas maneras.

—Al igual que las droxgeas. —añadí, recordando lo que me había dicho Gea.

Zayn asintió—. Exacto, pero a diferencia de ellas, nuestra sabiduria viene de nuestros ante pasados y ha sido pasada de generación en generación —me miró—. Las droxgeas obtienen su magia y aprenden, robando a las demás tribus. Ese es el porque nos atacaron. Se llevaron todo, raptaron a muchos de nuestros jovenes y destruyeron lo que quedo atrás.

—¿Como saliste de allí?

—No estaba allí —sonrió tristemente, alcanzando la mano de su pareja—. A diferencia de los demás integrantes de mi tribu, preferi irme con mi pareja y vivir entre los hombres lobo. No estaba allí cuando sucedio el ataque pero cuando lo supe, volví y comencé a investigar. Investigación que me llevo directo al último en la linea de sangre real, Gea, y a ti, Stiles.

—Aún no entiendo. —musité, confundido.

—Segun lo que he investigado, Gea es infertil —me informó—. Él no puede tener hijos, por lo que esta buscando la forma de seguir con su linaje. Segun lo que tengo entendido, él te vio con tu manada y decidio que eras perfecto para el trabajo.

—¡Mis bebes! —salté del sofá, pasando a su lado para ir por la escalera y siendo detenido por su mano en mi muñeca—. ¿Que...?

—Él no quiere a tus bebes, Stiles —lo miré con el ceño fruncido—. Son hombres lobo, no le sirven de ese modo.

—¿Entonces que quiere?

—Te quiere a ti, Stiles —aseguró—. Te convirtio en una media droxgea para que puedas seguir con la linea de sangre.

—Pero no tuve bebes droxgeas —fruncí el ceño, volviendo sobre mis pasos para detenerme frente a él—. Mis bebes son lobos, como Derek.

—Ese fue el problema. Él pensó que el ADN de droxgea le ganaria al de hombre lobo, no conto con que no lo hiciera. Pero aún eres fertil, Stiles, y llevas sangre real en tus venas gracias a que Gea fue quien te transformo —se mordio el labio, como sino encontrara como explicarlo—. Si tu te apareas con una droxgea, tus bebes serian totalmente puros, ya que el ADN humano quedaria diluido casi totalmente. Y al llevar un rastro de sangre real, serian automaticamente parte de la linea para el heredar trono.

—¿Me quiere usar como encubadora? —chillé.

Hizo una mueca—. Basicamente —se paso una mano por el rostro—. Tenemos una ventaja en este momento. Él no sabe que tuviste a los bebes, se suponia que debia tomarte luego de que los tuvieras así que mientras sea ignorante de ese hecho, estamos un paso adelante.

No podia creer que esto estuviese sucediendo. Me sentia totalmente engañado, utilizado de la peor forma. Derek tenia razón, era un idiota ingenuo y debilucho. Girandome alrededor, busque al moreno con la mirada por un poco de consuelo pero no lo encontré por ningun lado. ¿Donde rayos se había metido?

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