Capitulo Siete.
-Stiles-
>Caminé por el bosque sin rumbo, esquivando árboles y saltando troncos caidos. No sabia que estaba buscando pero sabia que lo encontraria tarde o temprano. Siempre lo hacia. La oscuridad estaba deborando todo a su paso, como una gran bestia oscura que parecia extenderse sobre todo a mi alrededor.
Las ramas de los árboles se movian con violencia y sabia que deberia tener frío pero mi lobo estaba abrazandome, por eso solo sentia su tibio calor. Sabia que estaba dormido pero aún así aún podia sentir a Derek a mi lado. Era un tanto extraño.
—Stiles —una dulce voz llamo desde algún lugar cercano—. Por aquí.
Mirando hacia la oscuridad, pude vislumbrar una delgada figura de pie contra la luz de la luna. Caminé hacia ella casi automaticamente, el rostro de la persona se hacia más y más claro a cada paso que daba acercandome.
—Gea. —dije, deteniendome frente a ella.
—Hola, Stiles —sonrió, acariciando mi mejilla con su mano de forma casi maternal—. Veo que le haz dicho al lobo la verdad.
—Le dije que era mi pareja —incliné la cabeza—. ¿Hice mal?
Ella me miró por un segundo, sus ojos plateados brillaron por un momento antes de negar—. No, hiciste bien. Temo que te he metido en un problema, sin querer.
—¿Que tipo de problema?
Mirando a su alrededor, alejo su largo cabello de su rostro y me miro nuevamente—. Uno grave, Stiles —suspiró—. Vengo de una de las pocas razas que ha logrado utilizar la magia en todas sus formas...
—¡Droxgea! —interrumpi.
Asintió sonriendo—. Exacto, sabia que te gustaria averiguarlo.
—No lo hice yo —acepté—. Deaton me arruino la investigación.
Rió suavemente, imitando una musical melodia—. No te preocupes, tienes muchas cosas que aprender aún —me guiño un ojo antes de suspirar—. En fin, como una de las razas más magicas hemos aprendido que no podemos manejar la magia a nuestro antojo porque eso puede cambiar el destino de las personas.
Fruncí el ceño, confundido—. ¿Cambiaste mi destino?
—Me temo que lo hice, Stiles. Te di algo que se suponia que no debias tener —hizo un gesto triste—. Voy a ayudarte a restaurarlo pero no todo será igual.
—¿Estará bien Derek? —pregunte, preocupado porque mi destino cambiara tambien el suyo.
Ella sonrió—. Tu pareja estará bien, Stiles —dijo suavemente—. Pero sus destinos estan entrelazados, siempre lo han estado. Esto lo afectara a él tambien pero confio en que tu familia es capaz de protegerlos a ambos.
—¿Que sucedera? Si me lo dices puedo estar preparado —pedi—. Dime lo que me obsequiaste.
—Yo... —su voz murio cuando todo a mi alrededor comenzó a iluminarse, la bruma perdiendose mientras extraños sonidos invadian el bosque. Frunci el ceño y me giré hacia ella para preguntarle lo que sucedia y entonces todo acabo.<
—¿¡Que jodidos haces haces aquí, Derek!? —la voz de Scott me taladro el oido, logrando que abriera los ojos.
Derek gruño fuerte, totalmente salvaje, mientras me apretaba contra su cuerpo y le gruñia amenazantemente a Scott. Mi amigo solo lo veia en shock desde la puerta, parecia que no se decidia entre salir corriendo o agarrar mi bate y golpear a Derek con él. Yo en cambio estaba encantado, apretandome más cerca de mi lobo.
—¡Stiles! —gruño Scott cuando basicamente trepe sobre Derek—. ¿Puedes dejar de gruñirme, Derek? Joder, soy yo, Scott, ¿recuerdas?
Los brazos de Derek me rodearon como bandas de metal, pegandome a él mientras hundia su rostro en mi cuello y olfateaba. Okey, esto era extraño, tenia que admitirlo. Pero a la vez era emocionante ya que era su lobo, su otra parte, quien lo estaba haciendo. Su barba de dos días me raspó la mejilla cuando comenzo a refregar su rostro contra mi.
Reí bajito, ya que me estaba haciendo cosquillas antes de lograr que se separa y me mirara. Tenia sus ojos rojos y sus dientes habían crecido dentro de su boca. Acercandome a él, deje un cuidadoso beso en sus labios y volví a mirarlo.
—Si vas a arrancarle la cabeza a Scott, ve a afuera, ¿si? —pedi—. No tengo ganas de limpiar su sangre de mis paredes.
—¡Stiles! —se quejo Scott desde su lugar aún en la puerta.
Derek me miró con una mueca que pudo o no, haber sido una sonrisa y volvió a la normalidad. Sus ojos jamás se apartaron de mi mientras el rojo volvía al verde natural. Miré a Scott sobre mi hombro, quien parecia impactado mientras observaba la escena.
—¿Que sucedio? —musitó.
—Me sorprendiste —contestó Derek, besando mi mejilla en un gesto que me sorprendio. Me giré a mirarlo, sonriendo—. Pensé que eras una amenaza para Stiles y solo reaccioné.
—¿Para Stiles? —Scott parecia aún más confundido—. ¿Desde cuando tu defiendes a Scott? ¿Por que eres tan cariñoso con él? ¿Que jodidos haces aquí?
Derek se encogio de hombros, llevandome más cerca de su cuerpo—. Lo defiendo desde ahora, soy cariñoso porque siempre lo he querido ser con él pero antes no podia y estoy aquí porque mi pareja me necesitaba.
—Me gusta que seas cariñoso —musité, pasando mis brazos por su cuello—. Es lindo.
—Okey, ustedes dos van volverme loco —gruño Scott—. ¿Desde cuando se quieren? ¿Que jodidos quisiste decir con pareja? ¿Acaso entre a un mundo alterno y no me di cuenta? Porque eso es lo único que explica esto.
—Si, Scotty, caiste en el agujero de Alicia —hice un gesto para que se fuera—. Ahora, ve a buscar el conejo y cometelo, deja de molestarnos.
—Esta bien, no voy a dejar que esto suceda —manos me atraparon por la cintura y me quitaron del regazo de Derek de un jalón antes de ponerme sobre mis pies y empujarme detrás de Scott—. Explicame lo que sucede o vete, Derek.
Parandome en puntas de pie, miré sobre el hombro de Scott viendo a Derek convertirse y comenzar a gruñirle a Scott. Oh-oh esto no es iba a poner bueno. Esto era malo, muy malo.
—Scotty, no creo que Derek este muy contento con lo que hiciste. —musité bajito.
—Devuelveme a mi pareja, Scott —gruñó Derek—, no creo que sea capaz de controlarme ahora, no quiero lastimarte, devuelve a Stiles.
—No hasta que me digas lo que sucede.
—Si querias morir me hubieses avisado y le pedia prestada el arma a papá —susurré en el oido de mi amigo, intentando pasar más allá de él, hacia Derek, sin exito.
—Quiero una explicación, ahora.
—No hay explicación, Scotty —dije—. Ahora soy la pareja de Derek, ¿no es cool?
—¡No, Stiles, no es cool! —gruño, sus ojos cambiando brevemente cuando me miró sobre el hombro—. ¿Puedes dejar esa actitud dulce? Quiero a mi amigo sarcastico ahora mismo.
Fruncí el ceño hacia él—. ¿No te gusta que sea feliz? —pregunté—. Soy feliz ahora, Scotty, me gusta ser así.
—Pero este no eres tu. —dijo—. ¡Mi mejor amigo, Stiles Stilinski jamás besaria a Derek!
—¡Scott! —gruño Derek y pude ver que se estaba aferrando a su auto control para no atacar.
—Dejame ir con él. —rogué.
—No —negó—. Este no eres tu, esa cosa te hizo algo en el bosque pero creeme, me lo agradeceras cuando se te pase. Tu no quieres a Derek, es más, lo odias.
—¡No, no lo odio! —chillé, sentí las lagrimas inundando mis ojos ante la desesperación de llegar a Derek—. Siempre me ha gustado pero no queria que me vieras raro, por eso nunca te lo dije y hasta llegue a negarmelo a mi mismo.
—¿Que?
—Me gusta, siempre lo ha hecho. Y ahora hemos descubierto porque, te lo diremos, pero tienes que dejarme ir con él —pedi, las lagrimas corriendo por mis mejillas—. Ahora, Scotty, confia en mi.
Scott no se movio pero cuando le di un empujón se movió con facilidad y pude llegar a Derek, quien me abrazo apretadamente en cuanto estuve a su alcance. Derek no cambio instantaneamente pero lo hizo de lentamente, primero fueron sus garras, luego sus dientes y su rostro volviendo a la normalidad junto a sus ojos.
Miró a Scott con una mirada feroz—. No vuelvas a alejarlo de mi o te arranco la cabeza.
—Bien —jalo la silla de mi escritorio y se sentó—. Pero ahora quiero que me expliquen lo que sucede, todo.
Derek pasó la siguiente media hora intentando hacerle comprender a Scott el concepto basico de las parejas: él era mio y yo era suyo, facil. No entendia porque al chico no le entraba en la cabezota que tenia pero aproveche el momento para acurrucarme más cerca de Derek, disfrutando su calor y las sutiles caricias que me daba. Era extraño tener al amargo lobo acariciandome pero se sentia grandioso.
—Me va a encantar estar presente cuando le expliquen esto a la manada —dijo Scott finalmente—. Yo aún no puedo creerlo.
—Pues creelo —Derek se encogio de hombros—. Ahora es de este modo.
Scott me miró—. Tu padre va a arrancarse el pelo cuando le digan, ¿lo sabes?
Bien, había olvidado esa partecita. Mierda. Esperaba que mi padre se lo tomara igual de bien que Scott, aunque lo dudaba mucho.
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