Capitulo Catorce.
-Derek-
Corri por el bosque siguiendo el olor de mi betas y el sonido amortiguado de sus voces mientras repetia las palabras de Erika en mi mente. "Eso no parecia un hombre lobo, Derek, era algo distinto", había asegurado eso cuando le pregunte lo que había sucedido. Al parecer algo los había atacado mientras seguian el rastro del omega, la "cosa" -como la había llamado Erika- había lanzado a Isaac contra un arbol dejandolo inconsciente.
—¡Al fin llegas! —exhalo Erika, mirando con nerviosismo a su amigo en el suelo.
Miré hacia Isaac, escuchando sus constantes latidos y la suave respiración—. ¿Por qué aún no lo han llevado con Deaton?
—Boyd y los gemelos corrieron detrás de la cosa, pensamos que Isaac se recuperaria rápido. —explico.
—Llama a Scott y dile que venga a ayudarte a llevarlo —ordene—. ¿Por donde se fueron los demás?
La rubia señalo un lugar detrás de ella mientras apuñalaba su celular con el pulgar—. Ten cuidado con esa cosa, Derek, no es humano creo que es simplemente un monstruo.
Miré nuevamente a Isaac y asentí—. Llama a Scott, dile que venga lo más rapido que pueda.
—Lo hará en cuanto le diga que es Isaac quien esta herido. —musitó, la miré extrañado pero ella solo sacudio la cabeza e hizo un gesto hacia la dirección donde los demás se habían ido—. ¡VE!
Intentando encontrar algún rastro, me apresuré en esa dirección. No me costo mucho diferenciar un olor nauseabundo que parecia seguir una especie de camino entre los árboles. Olia como algo comenzando a descomponerse, y se hacia más fuerte cuanto más metros corria.
El sonido de los gruñidos y golpes cayendo no tardaron en llegar a mis oidos justo antes de que tuviese que esquivar la forma transformada de los gemelos para que no me arrastraran junto con ellos hacia el tronco con el cual chocaron. Esa cosa debia ser realmente grande si podia con esos dos sola.
No tuve que esperar mucho para ver con que estaba tratando. Una enorme forma oscura, con caracteristicas parecidas a las de un hombre lobo, aparecio entre dos arboles a un par metros de distancia. Era enorme, peludo y sus ojos eran completamente rojos, como si estuviesen inyectados en sangre.
La cosa lanzó la cabeza hacia atrás y rugio, lanzando el cuerpo laxo de Boyd hacia mis pies antes de desaparecer entre los árboles. Me debati entre correr detrás de lo que fuera esa cosa pero tenia la impresión de que si lo hacia, terminaria en el suelo como los demás. Debia averiguar que demonios era esa cosa en primer lugar y hacer algo luego.
-Stiles-
Entré al colegio minutos antes de que la campana sonara empujando personas para poder llegar a mi casillero, rezando mentalmente todo lo que me sabia para que mi libro de matematicas estuviese dentro. Había descubierto que no llevaba la maldita cosa conmigo cuando estaba entrando al aparcamiento del instituto y lo necesitaba... creo.
Scott, Allison y Lydia estaban de pie frente al mismo, lo que logró que me detuviese de golpe a menos de un metro de distancia. No tardaron mucho en girarse hacia mi, observandome como si buscasen algún tipo de reacción de mi parte.
Encogiendome de hombros mentalmente, me acerque a Allison y la tome por los brazos, apartandola de la puerta de mi casillero con cuidado antes de abrir el mismo y comenzar a revolver en busca del bendito libro. ¿Como era que podia perder un maldito objeto de ese tamaño en un espacio tan pequeño?
—¿Stiles? —preguntó Lydia suavemente. La miré sobre mi hombro, esperando a que siguiera—. ¿Estas bien?
—Bien. —musité, mirando a los lados del pasillo en busca de alguien que me estuviese vigilando—. ¿Y tu?
—Bien, supongo. —dijo con expresión confundida—. ¿Esa es la chaqueta de Derek?
—Sip —toque algo que se parecia a un sandwich en descomposición e hice una mueca, genial, ¡ya tenia mi experimento de ciencias!—. ¿Alguien ha visto mi libro de matematicas? No lo encuentro.
—¿En serio? —preguntó Allison—. Tus ojos son grises y mides como cinco centimetros menos ¿y lo que te preocupa es tu libro de matematicas? Realmente tienes que reordenar tus prioridades, Stiles.
—Pues disculpame si me preocupo por mis notas. —saque uno de los cuadernos sin identificar del casillero y lo examine—. ¡Mira, Scott, es el cuaderno que me prestaste en primer grado! —lo tendí hacia él—. Gracias.
—De nada. —bufó, tomandolo—. Tuve que volver a escribir todos los apuntes, dijiste que la profesora te lo había quitado.
—Al parecer no lo hizo. —me encogi de hombros.
—Prioridades, chicos —pidio Allison, haciendo un gesto exasperado con las manos—. ¿Alguno de ustedes ha hablado con Deaton para saber lo que le sucede a Stiles?
—Yo hable con él... —el telefono de Scott comenzó a sonar. Lo saco su bolsillo y le dio un vistazo a la pantalla, alejandose para poder atender.
Miré a las dos chicas a mi lado—. No me mirén, hagan de cuenta que estan chismoreando entre ustedes como hacen siempre. —pedi, ganandome dos feas miradas femeninas
—Nosotras no chismoreamos —se quejo Lydia, mirandome con el ceño fruncido—. ¿Y por que tendriamos que hacer algo así?
Miré a los lados del pasillo nuevamente, cerciorandome, antes de verla a ella—. Papá me prohibio hablar con ustedes, ninguno de ustedes.
—¿Por que? —jadeo Allison.
—Por lo de Derek —hice una mueca—. Él no lo tomo muy bien y me prohibio verlos a todos, incluyendolo.
Allison y Lydia se miraron un segundo antes de que la pelirroja alcanzara su mochila y sacara un gorrito tejido de color rosa brillante. Lo coloco en mi cabeza antes de que me diera cuenta, acomodandolo—. Listo, nadie sabra que eres tu. El Stiles Stilinki que conozco jamás usaria una gorra rosa.
—El Stiles Stilinki que esta aquí, tampoco. —intenté alcanzar la tela pero ella palmeo mis manos lejos.
—Tenemos un problema —jadeo Scott acercandose, los tres nos giramos hacia él—. Algo ataco a los demás en el bosque.
—¿Algo? —pregunté.
—Si, Erika no dio muchos detalles —comenzo a caminar hacia la puerta, lo seguimos—. Parece que irio a Isaac y alguien más, no sé a quien. Debo ir a ayudarlos.
—Yo voy. —chillé.
—No, quedate, es peligroso. —dijo Scott.
—No, voy a ir —aseguré—. Derek esta ahí, tengo que ver si esta bien.
Intenté cruzar la puerta principal detrás de Scott pero una mano agarrando mi mochila me lo impidio—. ¿A donde cree que va, señor Stilinski? —la voz del profesor Harris flotó hasta mi y maldije por lo bajo, viendo como Scott se escurria fuera del instituto antes de que lo vieran.
Miré el rostro del profesor Harris y mi mente inmediatamente comenzó a buscar una forma de escaparme del hombre. No había una maldita manera de que me quedara lejos de Derek, sin saber si estaba herido o no, porque al hombre se le ocurriera fastidiarme. Iba a ir con mi pareja así tuviese que escapar por una ventana.
**
¿Como escapar del instituto con un metodo rápido y totalmente efectivo? Facil, incendias accidentalmente una papelera con los cerillos que le pides al otro chico que esta esperando para ver al director junto a ti, que seguramente tiene los bolsillos llenos de ellos ya que esta allí por fumar debajo de las gradas. Luego, cuando los aspersores de la alarma anti-incendios se encienden, corres lo más rapido que puedes a la salida más cercana y huyes de allí tan rápido como te lleven tus pies.
Acelerando a fondo, lleve mi jeep lo más rápido que pude hacia la veterinaria suponiendo que si había heridos los llevarian allí. En mi mente segui repitiendo durante el camino el mismo mantra: Por favor, no dejes que sea Derek. Por favor, no dejes que sea Derek.
Aparcando frente al edificio frenando de golpe, escuché las ruedas del jeep hacer un extraño chirrido cuando se arrastraron en el suelo. Mis manos temblaban mientras sacaba la llave y bajaba del auto, había tenido tiempo suficiente para alterarme cuando Harris me había arrastrado hasta la oficina del director, ahora lo único que queria hacer era estar en los brazos de Derek.
Cerrando la puerta de un golpe, me volteo justo a tiempo para ver a Derek apresurandose hacia mi desde la veterinaria. Mis ojos se llenarón de lagrimas de alivio en cuanto lo vi. Sus brazos me rodearon antes de que me diera cuenta.
—¿Por que estas mojado, pequeño? —susurró en mi oido, rozando su mejilla contra la mía.
—Tuve que incendiar una papelera para poder escapar del instituto —musité, logrando que se apartara para mirarme sorprendido. Me encogi de hombros—. ¿Que? Los aspersores se abrieron y todos se volvieron locos, así que aproveche y hui. Me salió bien, estoy aquí contigo, ¿no?
—Pero tu padre se enojara aún más cuando lo sepa —aseguró antes de inclinarse y besarme suavemente. Me aferré a él sus brazos mientras me ponia de puntas de pie para estar su altura—. Estas más pequeño. —declaro.
—Arruinaste el momento. —gruñi, separandome de él para poder recuperar su chaqueta de mi mochila. La había colocado allí dentro antes de incendiar la papelera para que no se arruinara. Una vez que la tuve en mis manos me la coloque y comence a caminar hacia la veterinaria.
Los brazos de Derek me rodearon antes de que pudiese alejarme mucho, deteniendome—. Perdón, no quise decirlo como un insulto solo era una observación —musitó en mi oido—. Además, me gusta que seas más pequeño que yo.
—Pues que bien porque si sigo encogiendome vas a tener que buscarme con lupa. —bromee antes de apoyarme en su pecho—. Me asuste cuando Scott dijo que alguien había resultado herido, pensé que eras tu.
—Estoy bien —musitó, apretandome más fuerte y logrando que me diera cuenta de que estaba temblando—. Esa cosa ni siquiera me ataco, luego de que dejo a Boyd y a los gemelos incoscientes se marchó.
—¿Que fue lo que los ataco? —pregunté, sintiendo su rostro hundiendose en mi cuello y olfateandome.
—No sé que era —admitio.
—¿Por casualidad no era una especie de bestia horrible, con ojos rojos, dientes amarillos y garras negras? —musité, estremeciendome al recordar al ser que estaba atacando a la droxgea.
—Si, ¿como lo sabes? —se irguio y me volteo para que pudiese verlo a la cara.
—Era uno de los demonios de los que la droxgea hablaba, lo que espante en el bosque el dia que me dio el obsequio —explique—. Pero no recuerdo que fuese tan violento.
—Pues al parecer ahora esta enojado —dijo, podia ver su mente maquinando a través de sus ojos—. Debemos decirle a Deaton.
—Esta bien —acepté, aferrandome a su cintura con mis brazos—. Pero abrazame por un minuto más, ¿si?
Derek me rodeo con sus brazos apretadamente y dejo pequeños brazos en mi cabello. Respiré hondo y me convenci mentalmente de que estaba bien, que nada le había sucedido. Al parecer mis emociones estaban un poco al limite ultimamente.
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