03
Se saltó la primera clase por simple gusto, descansaba con los ojos cerrados bajo la sombra del gran árbol que se encontraba en el patio de la preparatoria.
Una bolita de papel cayó en su rostro, tumbando sus lentes ¿Habían utilizado tanta fuerza? Levantó la vista sin poder enfocar bien, captando muy difícilmente un cuerpo pequeño y su cabello castaño casi rubio volando por los aires. Cuando recogió sus anteojos para ver a la mujer, ésta ya había desaparecido, recogió el papel.
"Te espero en la cancha principal a la salida.
C."
— ¡Es ella! —Gritó Mark emocionado.
— Calmate, Whitelaw. Llamas la atención. —Regañó Dereck llevando el cigarrillo a sus labios.
— ¿Están seguros de que es ella? Hay muchas mujeres con inicial "C", incluso puede ser una de mis tantas acosadoras.
Después de el ataque de la bola de papel, por alguna extraña razón corrió a contarlo al trío en cafetería.
— Bueno, sea ella o no, deberías ir de todos modos. —Aconsejó Kendall.
Asintió ante la idea de Kendall, estaba 50 a 50 de que fuera su enamorada o alguna acosadora que sólo querría decirle que su nuevo look le favorece.
Y así, terminó apoyado en las taquillas que se encuentran al frente de la cancha, esperando a la tal "C".
— Hey, Joe ¿Qué tal? —Sonrió Clarisse acercándose.
Saltó internamente de felicidad.
— Esperándote. —Dijo. A lo que ella se sonrojo.
— ¿Nos vamos? —Pregunto, guiñando un ojo.
Él asintió y torpemente la siguió. De la nada, uno de los botes de basura se movió bruscamente, llamando su atención, encogió de hombros.
Quizá fue un gato.
(...)
Miles de sentimientos buscaban enloquecer a Joe, por fin, una cita con Clarisse West. Estaba que reventaba de felicidad. El helado derritiéndose en su mano no le era suficiente para apartar su mirada de aquel rostro blanquecino de la rubia, quien no paraba de hablar sobre temas poco interesantes.
— Cuéntame sobre ti, pareces alguien callado.
— No hago mucho —Encoge de hombros. —, sólo estudio y escucho música.
— Vamos, debes de hacer algo más que sólo comer libros —Rió apoyándose sobre sus codos en la mesa. —. Para juntarte con Dereck tiene que haber una razón.
Disimuló el disfrutar de su nieve por unos minutos para ingeniarse una gran respuesta que la emocione, no quería que lo siguiera viendo como el típico cerebrito del que algunos se burlaban, por lo que intentó recordar los 3 puntos que le dio Dereck y el como actúa normalmente.
Primero corrigió su postura, se dio cuenta que el corvar su espalda hacia adelante encogido de hombros lo hacia parecer inseguro, por lo que se dejó caer hacia el respaldo y tomó una pose de "chico malo" de las que tanto ha visto en el trío. Después, optó por peinar su cabello disimuladamente hacia atrás, revolviéndolo de forma rebelde, y por último se deshizo de sus gafas.
"No las necesitarás para saber que es hermosa ¡Ahora actúa como hombre!"
Se animó a si mismo.
— Algunas veces... Me escapo de casa por las noches, para ir a fiestas y clubes, ya sabes, lo que haría cualquiera que sabe divertirse.
— ¿Enserio? —Arqueó las cejas, a lo que él afirmó con un sonido nasal. Una sonrisa socarrona apareció en sus labios finos. — Todo un chico malo ¿Eh?
— Si, completamente.
Se inventó toda una aventura de doble vida que impresionó a Clarisse más de una vez. Rieron a ratos y con inocencia le tomaba la mano, como si de conociesen de toda la vida.
Cuando su merienda helada finalizó, el chico pidió la cuenta con algo de dificultad, puesto que sin sus lentes le era fastidiosa la vista. Lo único que pudo distinguir fue una cabellera castaña recogida en lo que parecía un moño alto, su uniforme de mesera y el reflejo de algo en su cara, quizá la chica usaba lentes.
— Deberías usar tus anteojos, amigo. —La castaña le susurró en tono dulce y divertido.
Joe le sonrió a la desconocida no solo en agradecimiento por la recomendación, fue inteligente para no hablar fuerte y dejarlo en ridículo frente a la rubia. Aunque su voz creyó escucharla en alguna otra parte.
— ¿Se te perdió algo?
El tono tosco que empleó West logró ahuyentar a la mesera antes de que Joe lograra verla al rostro. Ahora con sus lentes puestos distinguía mejor a su alrededor.
— ¿Nos vamos? —Sonrió la joven.
(...)
Llegó a casa con una sonrisa y pequeño rubor ¡La chica lo había besado! Se sintió torpe por la sorpresa de que ella se haya lanzado, más no dudo en seguirle el beso, no era el primero pero lo sintió genial.
— ¿Y bien?
— ¿Cómo te fue, Romeo?
Se encontró sorprendido por el trío de maleantes esperándolo en el sillón de la sala. Escuchó a Dereck chistar.
— Tsk ¿Qué te dije de el rubor en la cara?
— No le recrimines, hijo. Se ve tierno así. —Dijo su madre a McDonell.
Todos observaron expectantes al nerd en la puerta, quien levantó la vista del suelo con un gesto divertido y triunfador.
— Estuvo perfecto.
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