[5] El Recuerdo
- V -
Morgan.
Ha llegado el momento.
Tomo una respiración profunda, cierro los ojos y por instinto susurro las palabras que quebrantan y liberan esa cápsula en mi mente. La presión en mi cabeza es incómoda pero no dolorosa.
Al abrir mis ojos, ya no estoy en el arenoso desierto sino de pie en un inmenso lugar semi-oscuro y cerrado, lleno de polvo, con un techo muy alto y paredes rocosas, ¿dónde estoy? Mis ojos indagan el lugar y a mi derecha puedo ver un trono rocoso elevado, escalones para llegar al mismo. Mis cejas se contraen al evaluarlo, luce tan antiguo, como si ha estado ahí desde siempre. Me sorprende poder sentir lo frío que es el aire en este lugar a pesar de que esto es solo un recuerdo.
El ruido de pasos a mi izquierda llama mi atención y una versión borrosa y transparente de Vincent me pasa por un lado dirigiéndose al trono. Me paralizo al notar el uniforme que lleva puesto: Nhyme. Eso no tiene sentido, ¿Por qué Vincent usaría el uniforme de Nhyme? Él es el líder de la organización opuesta, él...
Más pasos.
Mis ojos siguen el ruido de nuevo y alguien que no reconozco pasa frente a mí, su parecido con Shadow es increíble, ¿quién es él? Viene seguido de Kaya, quien le sonríe al decirle algo y cuando el desconocido le responde es que reconozco esa voz: Kain. Así que por fin puedo ver su rostro pero esto no tiene sentido, ¿por qué Kain es tan parecido a Shadow? Ellos no pueden estar relacionados.
Detrás de Kain y Kaya viene esa convertida que recuerdo muy bien, la alimentadora de Shadow... su nombre... ¿Rea? Todos llevan puesto el uniforme de Nhyme, ¿Qué está pasando? Mi cabeza palpita en confusión, mi estomago haciéndose nudos. Rea y Vincent están relacionados con Shadow, ¿acaso lo han engañado y ellos en realidad son de Nhyme? Eso no puede ser. Shadow lo sabría.
Como si el recuerdo quisiera responderme, escucho pasos nuevamente y mi mundo se detiene al verlo: Shadow.
Sus pasos son decididos, sus manos a sus costados, su expresión es una que nunca he visto en él, es como si... fuera alguien completamente diferente. Sostengo mi pecho porque duele verlo, y me aferro a este segundo porque tal vez nunca lo vuelva a ver, nunca lo vuelva a tener frente a mí de esta forma. Sin embargo, esas sensaciones de anhelo se esfuman al notar la insignia de una rosa decadente, característica de Nhyme en el pecho de sus ropas oscuras.
No.
Él...
No.
Shadow nunca se uniría Nhyme, él siempre me protegió, ¿qué es esto? ¿qué carajos es esto? Mi pecho sube y baja con mi acelerada respiración al tratar de procesar todo. Prisca debe querer jugar con mi mente. No, esto no es verdad.
Negación.
—Shadow...— susurro, metiendome en su camino, estirando mi mano hacia él como si eso le haría verme, hablarme y darme una explicación, —¡Shadow!— le grito a la cara cuando está frente a mi.
Shadow me traspasa, su figura es solo un borroso recuerdo y yo no formo parte del mismo. Me giro siguiéndolo, sin embargo, me detengo de golpe cuando veo a todos inclinarse ante él.
—Mi señor.— murmura Kain y miles de preguntas llenan mi mente.
Shadow sube los escalones hacia el trono y con cada paso queda un recuerdo golpea mi mente: una reunión, planes, voces, decisiones. Doy un paso atrás, sosteniendo mi cabeza. La voz de Shadow al explicar con frialdad sus planes.
"Pasar como un Purasangre por un siglo me ha dejado fuera de forma."
"Vincent se encargará de eso, no como líder de Nhyme, si no de la falsa organización a favor de la Purificadora. Y si llega el momento en el que me salgo de mi papel, rompan el sello."
"Una vez que ella este embarazada, necesitare que crees un puente de energía con ella, Kain. De esa forma, podré conectarme con ella sin que se de cuenta durante la Purificación y asegurarme que todo salga bien en caso de que el embarazo no la debilite lo suficiente."
Mi corazón cae al suelo, estrujado, lágrimas llenan mis ojos al entenderlo todo. Esto no puede estar pasando. No, mi Shadow no es... él... no puedo respirar.
La burlona voz de Kaya llega a mi mente:
Kain, déjalo, nuestro señor fue el que tuvo que hacer el trabajo más sucio. Todos esos años aguantándose a la Purificadora mientras crecía y luego creerse un amor eterno para poder embarazarla justo antes de la Purificación. Tengo curiosidad, mi señor, ¿Cómo fue la despedida? ¿Dramática?
¿Todo fue un plan? ¿Una mentira? ¿Incluso, nuestro bebé?
Ah, el dolor se extiende por mi pecho como llamas, quemando, destruyendo todo a su paso. Por eso pudimos procrear porque ambos somos Purificadores. Mi corazón se rompe, ahogándome, de pronto no puedo respirar, no puedo ni siquiera mantenerme de pie. De rodillas frente a su trono y sus seguidores me desmorono, el recuerdo cambia ligeramente y puedo escucharlos a todos recitar esas palabras:
Mi lealtad yace ahora y siempre
con nuestro señor el rey insurgente;
protector de las almas que han sido teñidas,
almas que han sido marcadas como pérdidas.
Shadow ya está sentado en su trono: Él es el rey insurgente que la guardiana mencionó en el hogar de los Durmientes, él es que los tiene inconscientes, él que intentó lo mismo conmigo aún sabiendo que llevaba a su hijo en mi vientre. Me siento enferma, usada, como un objeto de juego, una parte de un plan enfermo orquestado por la criatura que más amé. Me inclino hacia adelante y vomito, una sensación desagradable cubriendo mi cuerpo.
¿Quién eres, Shadow? ¿Es Shadow incluso tu verdadero nombre? Lo veo ahí en su trono y rompo en llanto, sosteniendo mi rostro con ambas manos porque duele demasiado. Toda la alegría y esperanza que tenía al entrar a este recuerdo se ha desvanecido frente a mis ojos, gracias a esta cruel verdad. La rabia invade cada parte de mi y me pongo de pie, aún sollozando.
Ira.
—¡Shadow!— le grito, mis manos empuñadas a mis costados, —¡Shadow!— sé que él no puede verme ni escucharme pero igual camino hacia él, subo los escalones a su trono rápidamente e intento golpear su rostro pero mi mano lo atraviesa y golpeo el trono, los huesos de mis nudillos quebrándose, —¡Maldito! ¡Eres una escoria! ¡Te detesto! ¿Cómo pudiste— mi voz se rompe, y golpeo su borroso recuerdo con la otra mano, estrellándola contra el trono, ni siquiera siento el dolor de mis huesos rotos, —¡¿Cómo pudiste hacerme esto?! Yo... te amé... tanto. Yo...
Con mi puño aún contra el trono a un lado de su rostro, inclinada sobre él, lo veo ahí sentado, tan tranquilo y el dolor que me cruza no tiene precedentes. Bajo mi puño ensangrentado y doy un paso atrás, llorando desconsoladamente. Mis manos gotean sangre a mis lados y me doy la vuelta porque ya no puedo ver más. Al bajar los escalones, veo a la figura infantil de Prisca de pie ahí.
—Lo has visto todo por ti misma, así que no tengo mucho que decir.— me dice, su figura parpadeando y aún más transparente que los recuerdos.
No puedo hablar, mi dolor es tan puro que no me importa que ella sea testigo de mi devastación, mi rostro manchado por lágrimas, mis sollozos.
—Solo hay una última cosa que debes saber.— me dice y en un susurro me explica los cambios de mis poderes como Purificadora, como puedo ocultarme y lo imposible que es rástrearme. La forma en la que ella lo dice me hace pensar que estoy en peligro, es como si me advirtiera. Eso me alivia de una forma pero otra pregunta deja mis labios, ya sé la respuesta, después de ver todos los planes de Shadow, lo sé, pero necesito que alguien más lo diga.
—¿Él...— no puedo decir su nombre, —está vivo?
—Si.
Lo sabía y odio que mi corazón tenga una pizca de alegría al saberlo. Sé que no puedo desaparecer mis sentimientos de la noche a la mañana, no cuando lo amé tan enteramente, tan profundamente. Una parte de mi que odio le busca explicación, excusas, alguna razón válida para que haya hecho lo que hizo pero no encuentra ninguna.
Negociación.
No existe razón válida para semejante atrocidad. Bajo mi mano a mi vientre, sintiendo la presencia de mi bebé. La idea de contarle a mi bebé cuando creciera del increíble amor que su padre y yo tuvimos se agrieta y se rompe en mi mente, sus pedazos cayendo junto a la imagen rota de Shadow. Sonrío con tristeza, vaya mierda que son las circunstancias en la que traeré un hijo a este mundo.
Depresión.
Puedo sentir como el recuerdo se tuerce, como si fuera a desaparecer en cualquier momento así que doy un paso hacia Prisca.
—¿Por qué me estás ayudando?
Prisca sonríe.
—Porque creo en tí.
—No entiendo.
Prisca suspira, sus ojos van de mi a la figura de Shadow sentado en el trono.
—Porque no todo es lo que parece, Morgan.
Le echo un vistazo a Shadow sobre mi hombro.
—¿Qué quieres decir con eso?
—Lo sabrás cuando llegue el momento.
—Si tiene que ver con él,— ni siquiera puedo decir su nombre, —no me interesa, tengo otras prioridades ahora.
—Prioridades, ¿Te refieres a tus hijos?
—¿Hijos?
Ella ladea la cabeza, aún sonriendo.
—Son dos, ¿no puedes sentirlos?
¿qué?
—Niño y niña,— ella comienza a desvanecerse, —serán preciosos y tan, pero tan poderosos.
—Espera.
—Ya se ha agotado la energía que he dejado en tu mente, se ha acabo nuestra conexión, — me dice, su voz suave como una melodía lejana, sus ojos vuelven a caer sobre Shadow, —él no siempre fue así, Morgan.— me dice como si eso disminuyera el dolor que todo esto me ha causado.
—Como él haya sido no me importa.
Prisca me da una sonrisa de boca cerrada, la tristeza clara en su expresión.
—A veces cometemos errores con las mejores intenciones.
Y con eso se desvanece, y el recuerdo con ella, dejándome de nuevo en el desierto, el viento soplando la arena y haciéndola volar en pequeños hilos a mi alrededor. No me muevo, mi cara aún carga mis lágrimas, mi pecho aún está contraído de dolor, mi corazón agrietado y roto. Todo esta información me ha dejado en un proceso de asimilación, casi de... aceptación.
Pero retrocedo y en vez de aceptar y sanar, un sentimiento vuelve y hace hogar en mi corazón: Irá y ganas de venganza porque nunca he sido la víctima ni la damisela en apuros, y no me quedaré a llorar porque Shadow me ha roto el corazón, descubriré que planea y lo destruiré todo, cada parte de él y solo ahí, solo en ese instante de destrucción absoluta será que ocurra el sanar, y podré decir que finalmente me he movido a la última fase del duelo: Aceptación.
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Nota de la autora: ¡Ugh! Pobre Morgan, todos sabiamos que el momento en el que ella supiera la verdad no sería nada agradable pero tenía que pasar #SeLesDijo #SeLesAdvirtió estoy muy emocionada por lo que viene, este libro es uno de mis favoritos, es una de las más cercanas a mi corazón y al corazón de mi chico, lol, tal vez sea por eso una de mis favoritas.
¿Qué ansian ver o a quién extrañan del primer libro? ¿Qué es lo que más esperan que pase? Tengo curiosidad. Mi chico no puede esperar que nazcan los hijos de Morgan, lol.
¡GRACIAS POR TANTO!
Muakatela,
Ariana G.
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