[17] El Rey Insurgente

MORGAN

No fue difícil dejarme atrapar y fingir una batalla con los cazadores. Ellos no tardaron en traerme a The blackness no si antes colocar unas ataduras fluorescentes alrededor de mis muñecas manteniéndolas amarradas frente a mí. Me di cuenta que no podía usar mis poderes en lo absoluto con esas ataduras, ¿son hechas con energías de los Durmientes? Quizás.

Las grandes puertas de metal se abren frente a mí, inhalo una respiración profunda antes de cruzarlas, los guardias a los lados me ojean con curiosidad. El interior es tan inmenso que tengo que echar la cabeza hacia atrás para ver el techo, vuelvo mi mirada al frente y el suelo brilla, un camino alfombrado que llega en la lejanía a un trono.

Shadow.

Aunque solo puedo ver su silueta a lo lejos sentado sobre su trono, mi corazón arde porque sufrí tanto pensando que lo había matado, porque creí cada una de sus palabras, porque me engañó y me quitó tantas cosas sin ningún remordimiento, porque todo estaba planeado, ¿cómo puede existir alguien capaz de hacer eso? ¿Alguien incapaz de sentir?

Su presencia es imposible de ignorar, su poder se extiende a su alrededor como una capa invisible hecha de energía bruta y poco dominada. Me recuerda a lo que sentí al ver a Aidan por primera vez como Purificador así que así es como se sienten las personas al percibirme. Por supuesto, mi presencia y la de Aidan no es nada comparada con la de él: El primer Purificador del mundo.

Una parte primitiva de mi quiere bajar la cabeza, respetar a mi antecesor y me sorprende porque eso no me pasó con Aidan.

Cada paso que doy oprime mi pecho, mi corazón ardiendo, adolorido, roto y traicionado. Mis manos se se empuñan a mis costados. A los lados del camino están todos: Los Purasangres, Convertidos e incluso humanos vestidos con ese uniforme negro con detalles carmesí que carga el símbolo de Nhyme sobre cada uno de ellos.

Todos me observan, finjo que sus miradas no me afectan de ninguna forma, pero todos tal vez sepan que soy la idiota que su rey engañó, la que hizo todo este jodido reino posible, la que básicamente coronó a Shadow y le permitió mantener su reino en The Blackness. Fui yo la que falló en su misión como Purificadora, la que fue manipulada para mantener este lugar y sus Almas Perdidas a salvo.

Y todo por amor.

Porque me enamoré hasta los huesos de él, porque desarrollé un amor tan consumidor, tan cegador que no cuestioné nada, no dudé, ni indagué nada sobre mi especie. Me confié de sus palabras, de esa mirada llena de sentimientos que me aseguraba que siempre me protegería, que todo estaría bien.

Al acercarme a él, puedo verlo mejor y quisiera decir que se ve diferente de alguna forma pero fisicamente luce igual al Shadow que amé. Él está todo de negro, con una botas de combate negras que casi llegan a sus rodillas. Su cabello negro está desordenado alrededor de su atractivo y pálido rostro. Su expresión es neutra, sus ojos rojos están sobre mí en todo momento, sus manos a los lados de su trono.

Me detengo frente a los escalones que suben a su trono y he estado tan enfocada en Shadow que ahora es que noto a alguien a su lado que se parece mucho a él, cabello negro, ojos rojos, ¿A caso... Kain? Entonces todo cobra sentido. Recuerdo las palabras de Kain.

—¿Por qué no me dejas verte?

—Tengo mis razones para eso.

Por supuesto, no me dejaba verlo porque sabía que notaría el parecido con Shadow.

—Inclínate ante tu rey— la voz de Vincent ordena a mi lado y yo le echo un vistazo rápido. Otro que me mintió a la cara abiertamente. Su expresión es seria y quiero gritarle y golpearlo una y otra vez hasta que cada hueso de su cuerpo esté hecho polvo. Mis ojos caen sobre Shadow de nuevo.

—Él no es mi rey— digo entre dientes, la rabia escapando de mi.

Todos a mi alrededor sueltan un jadeo y comienzan a murmurar. Shadow no dice nada, solo ladea su cabeza, observándome.

—Hazlo— la voz de Vincent se vuelve aún más dura.

—No, no me arrodillo frente a la basura— digo, sin apartar la mirada de él.

Shadow esbozó una sonrisa torcida, mostrando sus colmillos pero sus ojos mantienen esa neutralidad, esa expresión vacía.

—¿Quién te crees que eres?—masculla Vincent, —arrodíllate ante tu rey o te obligaré a hacerlo.

—Puedes obligarme, pero todos sabremos que no es una inclinación genuina o leal, ¿qué clase de rey querría eso? No existe tal cosa como la lealtad forzada o lealtad por miedo, ¿O ese es el tipo de rey cobarde al que sirves?

La sonrisa de Shadow se ensancha y voltea su mano dejando la palma hacia arriba.

—Sistō— su helada voz hace eco por todo el lugar, la familiaridad de la misma tomando desprevenido a mi roto corazón.

Suena como él.

Pero no es él, Morgan.

Me doy cuenta de que Kain se ha quedado congelado, al igual que Vincent a mi lado y echo un vistazo detrás de mi, a la larga línea de súbditos paralizados. Nadie se mueve, nadie parpadea, han quedado como un montón de estatuas realistas y sé que Shadow lo ha hecho porque yo misma lo hice antes de venir aquí.

Los únicos que no estamos bajo ese poder somos él y yo. En medio de un montón de criaturas, él se las ha ingeniado para dejarnos solos. Su mirada ha dejado esa expresión de neutralidad, reemplazándola por un brillo arrogante. Shadow observa mi reacción en silencio y yo mantengo la cabeza en alto.

—¿Mucho mejor?— mi corazón late de nuevo con fuerza ante el sonido de su voz. Esa voz que siempre me decía que me protegería, que todo estaría bien, que me susurraba te quiero en la oscuridad de la noche. Esto duele mucho más de lo que esperaba pero no lo demuestro.

—No voy a arrodillarme ante ti.

—No espero que lo hagas.

—Entonces, ¿qué quieres?

—Yo debería hacer esa pregunta,— él se inclina hacia delante, sus codos sobre sus rodillas, entrelazando sus manos, —Tú has venido a mi.

—¿De qué estás hablando?

—El trabajo de los cazadores no era capturarte,— yo arrugo mis cejas, —era rastrearte para luego pedir apoyo, ¿sabes por qué?

No me gusta a donde va esto, aprieto mis labios y él continua.

—Porque no es posible que cazadores Purasangres como ellos puedan derrotar y capturar a una Purificadora como tú así que eso solo quiere decir que te dejaste capturar, ¿no es así, Morgan?

Mierda.

Él... no es alguien a quien quieras enfrentar ni mucho menos provocar.

Las palabras de Rea repasan mi mente. Shadow no duda en llenar el silencio.

—Tu captura coincide con la desaparición de los líderes de mi fuerza militar, lo que me lleva a pensar que estás involucrada con eso.

—No sé de que estás hablando.

—No eres la primera criatura que cree que puede superarme, Morgan. No he llegado a donde estoy por falta de inteligencia.

—Estás donde estás porque eres un maldito.

—¿Y no lo somos todos?— él estira su brazos a los lados, —todos cargamos con nuestra oscuridad, nuestras maldiciones cada día.

—Áhorrate la lastima por ti mismo para otro día.

—¿Lastima?— él bufa, —esa es una emoción que no extraño.

Me le quedo viendo por unos segundos, observo como la burla no llega a sus ojos, su mirada se mantiene fría y vacía, es como si estuviera viendo una estatua insensible del Shadow Purasangre, un cascarón vacío.

—Entonces,— Shadow comienza, —asumo que tu camino se ha cruzado con el de Everild— me tenso al escuchar ese nombre, —porque mis líderes fueron por ella y no volvieron y tú apareces de la nada después de eso, ¿cuál es el plan, Morgan? ¿Infiltrarte? ¿Distraerme para que no vaya yo mismo y descubra que es lo que planea esa desertora?

Yo dejo de respirar, y juego con mis manos frente a mí.

—No sé de que planes estás hablando, yo... esto es tan vergonzoso que no quiero decirlo pero es tu culpa.

Shadow luce confundido.

—Tu restableciste el vinculo— murmuro, —yo... pude sentir todo... y ahora siento esta necesidad de estar cerca de ti que odio con todas mis ganas.

Mentiras pero Shadow no dice nada así que sigo.

—No me malentiendas, aún planeo destruirte pero pensé que tendría más oportunidad de hacer eso estando cerca de ti y así este estúpido vinculo deja de hacerme sentir tanto dolor. El dolor no es bueno para mis hijos.

Aparto la mirada al decir eso último. No tengo ni idea de que estoy haciendo pero lo que sea para desviar su atención de nuestros planes, él lo descubrió todo con tanta facilidad que sino lo odiara con todo mi ser, lo felicitaría.

Shadow se pasa la lengua por los labios, observándome en todo momento como si quisiera verificar la verdad de mis palabras al evaluar mi expresión.

—No sabes mentir, Morgan.

—No estoy mintiendo.

—Adormecí el vinculo apenas supe tu ubicación así que no has podido sentirlo en lo absoluto.

¡Mierda! No digo nada.

—Independientemente de tus motivos, has venido a mí y me has facilitado muchas cosas— él se echa hacia atrás en su trono, —¿has terminado?— él levanta su mano para liberar a los paralizados pero antes de que pueda hacerlo, le pregunto.

—¿Por qué lo has hecho?

Él baja su mano.

—¿Por qué he hecho que?

—¿Por qué ir tan lejos para salvar Almas perdidas?

—¿Por qué no?

—No es como deben ser las cosas, la naturaleza nos ha creado por una razón, purificar este mundo, ¿por qué? ¿Por qué ir en contra de tu naturaleza después de hacer la Purificación?

—Después de todo lo que has pasado, sigues siendo tan ingenua.

Aprieto mi mandíbula porque eso quema.

—Era ingenua, ya no más, Shadow.— su nombre deja mis labios con rabia, —ya no soy la estúpida que podrás manipular con palabras y falsos sentimientos.

La frialdad de su expresión es reemplazada por aburrimiento.

—Ya veo de lo que se trata esto,— él se pone de pie, —estás dolida por lo que te hice y has venido por una explicación, ¿no? Quieres que te diga que en realidad si tengo sentimientos por ti, que te usé pero planeo rogar tu perdón porque me enamoré sin querer de ti, ¿es eso, Morgan?

La rabia me guía antes de pensarlo, corro hacia él y como no puedo usar mis atadas manos, uso mi frente como arma para estamparla contra su arrogante rostro. El sonido de hueso quebrándose resuena por toda el lugar y Shadow da dos pasos atrás, casi estrellándose con el cuerpo paralizado de Kain.

—Si, estoy dolida y mi corazón arde al escuchar tu voz, al verte pero esa no es la razón que me ha traído aquí, Shadow, te lo puedo asegurar, no voy a cometer el mismo error dos veces. No eres nada más que el enemigo para mi— Shadow endereza su rostro, usando su mano para ajustar su mandíbula, la parte derecha de su rostro sangra hasta que sana, —En este momento, no estás frente a un Purificadora dolida, estás enfrentado a tu futura destrucción.— mi frente sangra hasta sanar —Un día, yo te destruiré, Shadow.

Al estar frente a él, trago grueso, su altura y aura fría me intimidan un poco.

—Interesante desafío, pero, ¿qué puedes hacer tú con esos poderes mediocres que tienes?— él da un paso hacia mi y me rehuso a retroceder, —¿Tienes idea de la magnitud de mis poderes?

Él estira su mano hacia mi rostro y voy a quitar mi cara cuando él habla de nuevo.

—No te muevas— la profundidad del rojo de sus ojos me paraliza y sé que esta usando sus poderes mentales, lucho por moverme, por levantar mis manos pero es imposible. Shadow abre su mano y una daga se materializa en ella, —Qué fácil sería para mi terminar con tu existencia— él acerca la daga a mi rostro, la punta afilada roza mis labios, —Te recomendaría que no me provocarás, Morgan, puedo ser muy creativo cuando me hacen enojar.

Él aparta la daga y yo tuerzo mis labios antes de decirle a la cara:

—Vete a la mierda.

Él se inclina hasta que su rostro queda al mismo nivel del mío, hasta que puedo ver cada detalle de esa cara tan atractiva que aunque acabo de golpear no ha perdido nada de belleza, incluso las manchas de sangre sobre su mejilla por el golpe que le di le quedan bien.

—¿Quieres destruirme?— sus ojos no dejan los míos, —eres bienvenida a intentarlo.

Él levanta su mano y me eleva en el aire con lentitud para devolverme al mismo lugar frente a su trono donde he estado al principio. Sin embargo, mientras floto en el aire algo pasa en mi mente.

Parpadeo y estoy sentada en el pasto verde a la orilla de un acantilado con mi mano levantada, un niño flota en el vacío frente a mí. Un amanecer florece frente a nosotros. Aunque sé que no soy yo, que este es el recuerdo de alguien más, solo puedo ver como mi poder es el que está elevando al niño. Giro mi rostro a un lado para ver quien me acompaña y escucho una voz llamar mi nombre.

Jericho.

Parpadeo para volver a la realidad en el momento justo que aterrizo frente a los escalones que llevan al trono, en el cual Shadow ya se ha sentado como si nada. Él libera a todos los paralizados y todos comienzan a moverse, sin tener ni idea de la conversación que su rey y yo hemos tenido. Yo sigo tratando de procesar ese recuerdo que acaba de llegarme, ¿cómo es que tuve un recuerdo que le pertenece a Jericho?

—Kain— Shadow llama a su hermano, —llévatela.

Kain baja las escaleras y se detiene frente a mí.

—Nos vemos de nuevo, Morgan— esa sonrisa que solo pude imaginar tantas veces en mi cabeza cuando no podía verlo es tan burlona como imaginé.

Aunque Kain tiene el mismo cabello negro y ojos rojos que Shadow, las facciones de Shadow son mucho más definidas, más varoniles, y más atractivas. Kain intenta tomarme del brazo y yo retrocedo.

—No me toques, puedo caminar sola.

Él alza sus manos en rendición.

—De acuerdo, sígueme.

Lo sigo por un pasillo al lado del trono, le echo un último vistazo a Shadow pero sus ojos ya no están sobre mí, están sobre Vincent quien comienza a hablar pero me alejo sin poder escuchar. Subimos unas escaleras que parecen eternas, y he subestimado lo grande que es este lugar. Kain me guía hasta una puerta de madera inmensa y la abre para mí, yo solo lo miro y él suspira.

—Vamos, entra.

Le obedezco dando un paso dentro, es una habitación inmensa con dos pequeñas ventanas enrejadas y una cama a un lado.

—Este es tu habitación, ¿mucho mejor que una celda mugrosa, no?

Noto cadenas de ese mismo liquido fluorescente alrededor de las rejas de la ventana. Kain sigue mi mirada.

—Ah, si, eso, energía de los Durmientes, la misma que tienes en las ataduras de las manos, rodea esta habitación, una vez que cierre la puerta, no podrás salir.

—Una celda con una cama, que considerados.

—Oh, puedes hablar,— Kain se cruza de brazos, —pensé que habías perdido el habla.

No digo nada y me acerco a una de las ventanas, la brisa que entra me refresca el rostro.

—¿Por qué?— le pregunto y me giro para verlo, —Estoy segura de que tienen celdas en este lugar, ¿por qué una habitación tan cerca del trono?

—Él te quiere cerca.

Eso me hace sonreír con burla.

—¿Tanto miedo me tiene?

—¿Miedo?— Kain sacude su cabeza, —como si él pudiera sentir miedo o algo en lo absoluto.

—Claro, olvidaba la frialdad del rey insurgente.

—No, él no puede sentir nada literalmente,— me explica Kain, —es algo...— Kain ladea la cabeza, —¿no lo sabes?

—¿Qué?

—Los Purificadores pierden la capacidad de sentir después de hacer la Purificación.

—Eso es mentira, yo puedo sentir.

—Porque estás embarazada— Kain me dice con una mueca, —tus hijos son capaces de sentir y por eso puedes hacerlo, supongo que son tu conductor de emociones. Una vez que nazcan, con ellos se irán tus emociones.

—Estás mintiendo.

—Ya quisiera— un semblante triste invade su expresión, —daría lo que fuera porque mi hermano pudiera sentir otra vez.

Eso no puede ser, Kain debe estar jugando con mi mente.

—Supongo que eso los hace el uno para el otro: los únicos Purificadores que han hecho la Purificación y no pueden sentir nada— Kain dice con una sonrisa triste, —bueno, te dejo para que te pongas cómoda.

Él se acerca y libera mis ataduras antes de salir. Él retrocede hasta quedarse en el marco de la puerta.

—¿Quieres mi consejo, Morgan?— no lo quiero pero sé que hablará de igual forma, —no lo provoques, no hay limites para alguien que no puede sentir nada.

—Creo que has malinterpretado mi silencio, no somos amigos, Kain.

Kain sonríe, me hace una reverencia, y yo arrugo mis cejas.

—Solo hago mi trabajo, su majestad.

—¿Qué haces?

—Todo rey necesita una reina, Morgan.

Y con eso se va, la puerta cerrándose de golpe. 


-------------

Nota de la autora: ¡Llegó el momento! Por fin, están cara a cara Shadow y Morgan, muchos de ustedes querían que se encontraran para que ella le pateará el culo y otros para ver si hay esperanza entre ellos. Independientemente de la razón, ¡POR FIN! Así que votemos por este capítulo como si no hubiera un mañana. 

He notado que a veces puede ser confuso con tantos nombres y como este no es un libro completo (creo que estuviera completo sería más fácil seguirle el hilo porque no están los espacios de tiempo entre actualizaciones) En fin, pensé en explicar de manera breve lo que va de libro de algunos personajes nuevos (ojo estas son las intenciones que ellos revelan en el libro hasta ahora, no sabemos si alguien tiene motivos ocultos que relucirán a futuro):  Everild: Es la purasangre más antigua del mundo, la llamada desertora porque entrenó y se crió con Shadow, ella se enamoró de Kain y tuvo una relación con él pero al final los traiciono a ambos y creó la rebelión que ahora maneja para derrocar a Shadow. Kace es el tercer purificador y su protectora es Kaya. Kain es el protector de Shadow. Rea es la mejor rastreadora en el reino de Shadow, ella se hizo pasar por su alimentadora en todo el libro uno cuando en realidad alimentaba al Shadow Purificador porque ella es una Purasangre. Los cuatros lideres elementales:  Nyxe, Pryer, Jyle y Ryde son los lideres o generales de cada elemento en las fuerzas militares de Shadow. Actualmente, Everild tiene encarcelados a Kaya, los cuatro líderes elementales y a Rea.

En fin, algún día haré el árbol genealógico o un diagrama con todos y sus posiciones. Si alguien es bueno haciendo cosas así, son bienvenidos a hacerlos :D

Meme time:

muakatela,

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top