🌻Punto 6🌻

Decir que Jin se encontraba simplemente cansado, sería como afirmar que Jimin tenía un trasero normalito.

Seokjin estaba agotado, exhausto, reventado y todos los sinónimos habidos y por haber para expresar las consecuencias que experimenta el cuerpo humano luego de horas y horas sin una pizca de descanso.

Ese día había sido especialmente demoledor. De por sí la jornada de los martes era una de las más cargaditas en toda la semana, pues tenía trabajo en las mañanas y clases en la noche, pero aquel en específico, todo el ajetreo había sido multiplicado por mil.

Primeramente, se suponía que su turno acababa a las tres de la tarde, sin embargo, terminó retirándose de aquel grasiento local de comida rápida sobre las seis porque uno de los nuevos empleados se había liado con unas cuentas y formado, en consecuencia, un total desastre que el pobre pelinegro se vio forzado a resolver. Al final, el chico fue despedido, a él le pagaron las horas extra y le dieron permiso para retirarse al mediodía del jueves, no obstante, aún así, el tiempo de más le pasó facturas.

Ese pequeño imprevisto terminó desordenando por completo su agenda, y teniendo en cuenta la distancia desde el empleo a su casa, de esta a la universidad y que el curso iniciaba a las ocho, estaba más que claro que no le daría chance ir al departamento, ducharse, preparar algo de comer y luego llegar puntual.

Así que, tras analizar con calma el asunto, llamó a Namjoon y tomó la decisión de cenar algo rapidito en alguna cafetería y luego irse a recibir sus clases.

Cosas como esta le molestaban más de lo que probablemente deberían hacerlo, pero de por sí él y Nam solían tener poco tiempo para estar juntos, así que habían acomodado sus horarios de tal forma que pudieran aprovechar esos pequeños ratos libres que ambos tenían, y, por lo tanto, le sentaba mal destruir esa rutina aunque fuera una sola vez.

Sin embargo, no había nada que pudiera hacer, así que con total resignación, se dispuso a cumplir con sus nuevos planes.

Oh, pero como al parecer los astros se habían alineado o alguna deidad se había puesto en su contra ese día, no pudo ni siquiera disfrutar de unas jodidas alitas de pollo tranquilamente, porque un niño a quien sus padres aparentemente no le dieron una crianza decente, pasó corriendo a su lado, tropezó, y cayó encima suyo, lanzando junto a él la comida y provocando que esta impactara directamente contra el pecho de Seokjin.

En resumen, su camiseta verde (que era el uniforme de trabajo) terminó adquiriendo diversos tonos de amarillo y rojo por las diferentes salsas de acompañamiento, además de un poco de grasa de carne como bonus extra.

Si las miradas mataran, ese enano ya hubiese hasta reencarnado.

En resumen, a pesar de haberse lavado como pudo, no logró por completo eliminar los rastros de comida de su ropa y se vio en la penosa obligación de ir en esas fachas a la escuela.

Para las 10 p.m, cuando ya su extenuación mental coincidía con la física, había terminado por fin, y media hora después se encontraba llegando al edificio, donde aún se mantenía el jodido cartel de "Estropeado" frente al ascensor.

Puta vida.

En fin, el Seokjin que estaba finalmente de pie en la entrada de su casa, era un completo desastre.

Aunque intentó higienizarse lo máximo posible en el baño de su empleo, aún se encontraba bastante desaliñado, olía a frituras, su ropa había adquirido una mancha gigante de tonalidades extrañas, cargaba pesadas ojeras (ya que el día anterior también tuvo que trabajar y estudiar), su cabello negro apuntaba en todas las direcciones posibles y encima de eso tenía un punzante dolor de cabeza que se entrelazaba con el de sus piernas y espalda, formando así una combinación explosiva.

Como podéis apreciar, había sido un día de mierda, de esos que son absoluta y completamente destructivos.

Pero existía algo, o mejor dicho, alguien, que era capaz de mejorar su estado de ánimo al menos un poquito.

Y ese alguien estaba sentado en el sofá del salón, con un libro en las manos, esperando pacientemente su regreso.

En cuanto sintió el chirrido que provocaba la puerta al ser abierta, el moreno alzó la vista, conectándola con la suya inmediatamente y sonriendo en consecuencia, mostrando esos encantadores hoyuelos que al más bajo volvían loco.

- ¿Nam? ¿Qué haces despierto todavía? - Cuestionó con leve sorpresa, adentrándose en el lugar y cerrando la apertura a sus espaldas.

- Son solo las once menos veinte, aún es temprano - El objeto que antes usaba como medio de entretenimiento fue depositado sobre la mesita de café, y acto seguido, el chico se puso de pie, avanzando hasta donde Jin yacía parado.

- Sí, pero tienes que levantarte a las seis. No vas a descansar lo suficiente.

- Llevo todo el día sin verte, nene. Ahora mismo lo que menos me interesa es dormir.

Y entonces su cabeza dejó de ser la única que pulsaba, pues, en ese instante, su corazón comenzó a hacerle compañía a un ritmo acelerado.

El pelinegro no entendía muy bien el porqué, mas, a pesar de llevar varios años de noviazgo, seguía poniéndose nervioso o emocionándose con pequeños detalles que venían de parte del castaño. Un calorcito agradable se extendía por todo su pecho cada vez que el menor tenía con él alguna acción bonita, aunque fueran de forma inconsciente, y aparentemente, esto no dejaría de suceder con rapidez.

Tampoco era como si le molestara, pues con su novio experimentaba constantemente esas mariposas típicas del inicio de un enamoramiento, y francamente, eso le hacía sentir un poco más vivo.

Dejó de lado sus cavilaciones cuando sintió que dos manos se posaban en sus mejillas, y tras parpadear un par de veces, se percató de que Namjoon estaba a punto de besarle.

Alerta roja.

- ¡No te me acerques! - Chilló zafándose de su agarre y retrocediendo un par de pasos. Obviamente, dejó al moreno totalmente descolocado con esa repentina acción, así que se apresuró a aclararle la situación antes de que pudiera llegar a malinterpretarla - Estoy asqueroso, Nam.

- ¿Asqueroso? - El contrario repitió, analizando sus palabras, y al cabo de unos segundos, le recorrió de arriba a abajo con la mirada, mostrando posteriormente una mueca - Yo te veo normal. Lindo.

- ¿Lindo? - Cuestionó con incredulidad.

- ¿Estamos jugando a decir adjetivos? - Soltó intentando sonar gracioso, pero Jin le ignoró.

- Namjoon, mírame - Su voz salió con lentitud, como si estuviera hablando con un niño pequeño - Estoy sucio, llevo desde la mañana sin bañarme y me he pasado el día entre fritanga. Apesto a carne, queso, papas y refresco. ¡Parezco un puto combo de McDonald's!

- Un combo de McDonald's muy sexy - Alegó, cruzándose de brazos, mostrando una sonrisa torcida y guiñándole un ojo.

- Estoy hablando en serio, idiota - Se quejó rodando los suyos propios - De verdad, estoy del asco. Mira este pelo - Sostuvo un mechón entre sus dedos y lo estiró para demostrar su punto - ¡Es grasa pura! No, por no hablar de esto - En esa ocasión, señaló la mezcla ya seca que antes se había expandido sobre su prenda superior - ¡Un niño me ha lanzado encima mi cena! Me va a costar Dios y ayuda quitar esta mancha.

- ¿Eso es una mancha? - Arrugó el entrecejo y miró fijamente lo anteriormente mencionado, como si estuviese analizándolo - Vaya, pensé que era parte de la decoración del uniforme.

- ...

- ...

- Cada día te superas más en eso de decir idioteces, ¿sabes? - El castaño simplemente atinó a reír, desenredando sus extremidades y avanzando de nueva cuenta hacia él.

- Bueno, da igual. El caso es que estás precioso, como siempre - Se encogió de hombros, y en esta ocasión, apretó con un pelín más de fuerza los cachetes contrarios, impidiendo que pudiera zafarse de su agarre como había hecho instantes antes.

De más está decir que ambas bocas hicieron contacto casi inmediatamente.

En primera instancia, fue un roce ligero, simplemente uno de esos clásicos picos fugaces, sin embargo, al cabo de unos segundos la lengua del menor recorrió en un gesto juguetón el belfo inferior del pelinegro, para posteriormente atraparlo entre sus dientes y mordisquear con suavidad.

Como si fuera ese el código de seguridad para abrir una caja fuerte, los labios de Jin se separaron brindándole al castaño acceso a su húmeda cavidad, y no transcurrió mucho tiempo para que en la silenciosa habitación los sonidos de chasquidos, gemidos bajos y suaves choques hicieran eco.

Solo se detuvieron cuando el oxígeno se hizo más necesario que devorarse mutuamente, y en este punto los antebrazos del mayor ya habían terminado por posarse en los hombros del moreno, cuyas palmas se deslizaron en el acto hasta moldear su cintura.

- ¿Por qué el no haber pasado juntos una sola tarde hace que me sienta como si llevara un siglo sin verte? - Murmuró Namjoon, pegando su frente contra la del pelinegro y cerrando los ojos.

- Te diría que eres un baboso, pero yo me siento igual - Respondió también en murmullos, e hizo con esas palabras que el contrario riera por lo bajo, abriendo sus orbes nuevamente y observándole. Antes de contestar, el menor frotó sus narices en un beso de esquimal, y tras ello se separó unos milímetros, de tal forma que pudieran verse sin terminar bizcos.

- Un día duro, ¿eh?

- No tienes ni idea - Expresó con desgano, dejando caer pesadamente sus brazos - No me siento los pies. Creo que voy a llegar medio desmayado a la cama.

- Ven aquí entonces - Deslizó las manos otra vez, ahora hasta el trasero de Seokjin, y presionó un poco hacia arriba, instándole a engancharse - Sube.

- Nam, tú ya estás limpio y mi ropa da asco, voy a ensuciarte.

- Ni que pretendiera dormir vestido - Respondió como si fuera los más obvio del planeta - Anda, sube - Repitió, y esta vez su petición sí fue cumplida, pues Jin dio un brinquito y trepó con sus piernas hasta rodear con las mismas la cintura del castaño, quedando aferrado a él al estilo koala.

- ¿Qué vas a hacer? - Inquirió, sin entender muy bien el motivo de todo eso, pero descansando la cabeza sobre uno de los hombros de su novio, disfrutando del agradable olor a jabón de canela que brotaba de la piel de este. Dejó escapar un leve "Mmm" de satisfacción producto a lo mucho que le gustaba ese aroma.

Namjoon sustituyó sus palmas por uno de sus antebrazos, recargando el peso de Jin sobre el mismo y dejando una de sus extremidades libre, con la que acto seguido agarró las llaves que estaban colgadas en un ganchito al lado de la entrada y aseguró con las mismas la cerradura.

- Voy a llevarte al baño, limpiarte, luego acostarte y después te voy a dar mimos hasta que te duermas.

- ¿Vas a bañarme? - Una sonrisa boba fue formándose lentamente en su rostro y sintió que avanzaban hacia algún sitio, probablemente al anteriormente mencionado, pero realmente no se fijó mucho en el camino ya que su mirada estaba enfocada en los lunares del cuello del moreno. Esos pequeños puntos marrones pertenecían sin duda a su top 3 de cosas favoritas en el mundo.

- No será la primera vez.

Solo unos pocos minutos más tarde, Seokjin se encontraba completamente desnudo, sumergido en la bañera, lleno de espuma y dejándose hacer por su pareja, quien se dedicaba a frotarle la espalda con una esponja embadurnada de gel.

- Necesito lavarme la cabeza - Dijo, acompañando su afirmación con un gran bostezo. Si de por sí ya andaba medio zombie, ahora que no estaba haciendo absolutamente nada, tenía que ejercer una fuerza sobrehumana para que sus ojos no se cerraran.

- Champú de coco, ¿verdad?

- Umju - Casi al instante sintió los dedos ajenos en su cabello, masajeando este suavemente y esparciendo con cuidado todo el producto. A menos que le hubiesen visto, nadie hubiera creído que el chico torpe y destructor pudiera poner tanta delicadeza en alguna tarea.

Eso, entre miles de cosas, hacía que Jin se sintiera especial.

A este punto, todo el estrés anteriormente acumulado había abandonado su organismo de una forma que no parecía humanamente posible. Bueno, era eso, o que el sueño y Namjoon le tenían demasiado entretenido como para pensar en algo más.

- Te ves tan adorable así, nene - Soltó el castaño, mirándole con esa característica expresión de cuando algo te causa mucha ternura, y en respuesta a ello, el mayor hizo un casi imperceptible e involuntario mohín, abultando sus mejillas de una forma muy divertida en opinión del contrario.

- Tengo 28 años, Namjoon, no soy adorable.

- Ese puchero de bebé me dice otra cosa - Al darse cuenta de la verdad tras esas palabras, frunció sus belfos en una línea, como si quisiera esconderlos y demostrar en un gesto sumamente infantil que Jeon Seokjin no hacía piquitos.

- No es un puchero, es que tengo los labios gordos - Rebatió.

- ¿Ah sí? Uhmm, no lo sé, no estoy seguro de eso.

- ¿Cómo que no? ¡Si después de conocernos y entrar en confianza me preguntaste si me los había operado y todo! - Contestó con indignación, pues si de algo él estaba orgulloso era de aquella cereza gigante que tenía por boca.

- ¿En serio dije eso? - Se hizo el desentendido, intentando reprimir una carcajada debido a lo ofendido que se mostraba Jin por semejante bobería. El pobre, se encontraba demasiado adormilado como para darse cuenta de que Joon solo estaba jugando - Nah, debes estar mintiendo, ¿por qué diría yo algo así? No es para tanto, no lucen tan grandes.

- ¡Que sí son grandes! - Refunfuñó chapoleteando en el agua - Mira - Con las manos apretujó sus mejillas, haciendo que los motivos de la disputa se abultaran hasta el punto de hacerle parecer un pez - ¿Vesh?

- Uhmm - Repitió, como si lo estuviera pensando detenidamente - Sigue sin convencerme, voy a tener que comprobar.

- ¿Komo she shupone qwe vash a com-

Y no pudo terminar la frase porque, de nueva cuenta, los labios de Namjoon se estamparon contra los suyos.

Al principio le costó un poco reaccionar, básicamente porque no se esperaba eso, pero casi al instante se recompuso y correspondió encantado de la vida (Obvio XD) aunque no entendiera la causa de la acción repentina.

- Oye, pues sí, al parecer tenías razón. Sí están gordos - Respondió el moreno, relamiéndose y acto seguido mostrando su mejor sonrisa torcida.

Seokjin parpadeó un par de veces procesando la información. Al cabo de unos segundos algo dentro de su cabeza hizo "plop" y finalmente pudo comprender la aparentemente ilógica situación.

Básicamente, la duda sobre sus rechonchos labios era una cutre excusa para poder besarle.

Tan cursi...

- Ehm, no, Namjoon, creo que aún no has revisado bien. Tienes que hacerlo varias veces para estar seguro - Hizo una trompita con sus belfos, y el menor, pillando al instante la indirecta tan directa, cumplió sin ningún tipo de reproche con el reclamo.

Mejor dicho, tan cursis...

Teniendo en cuenta que durante los próximos minutos se dedicaron casi literalmente a comerse mutuamente, ninguno podría decir a ciencia cierta lo que sucedió, no obstante, cuando terminaron con todo ese intercambio de fluidos, prácticamente no se podía distinguir quién era el que se estaba bañando.

- Dios, te he empapado todo... - Dijo el pelinegro.

- Da igual, cuando termine me seco - Respondió restándole importancia. Cualquiera hubiese pensado que retomaría con sus labores de higienizar al contrario, sin embargo, parecía demasiado embobado con la cara y cuerpo desnudo de este como para hacer otra cosa - Nene, ¿cómo mierda puedes ser tan hermoso?

- Maravillas de la genética, supongo - Respondió en broma, alzando sus comisuras lentamente, de manera somnolienta. Desgraciadamente, su sueño no había desaparecido.

Namjoon simplemente asintió.

- Soy un tipo con suerte - Y dicho esto, se separó un poco, con el objetivo de tomar agua libre de jabón para aclararle el cabello a su chico.

Seokjin se mantuvo en silencio, mirándole moverse y pensando en los últimos acontecimientos que habían tenido lugar en las pasadas 24 horas.

Y, por supuesto, como ya se había hecho costumbre, cierta lista le vino a la mente.

- Creo que el que tiene suerte soy yo... - Murmuró con sus párpados amenazando con caer, más para sí mismo que para Nam, quien apenas pudo oírle y por ende preguntó:

- ¿Has dicho algo, nene? - El mayor calló varios instantes, y posteriormente, sonrió, contestando:

- Nada, que te quiero. Que te quiero mucho.

Luego, todo se volvió negro.

Lo próximo que Seokjin supo fue que el aturdidor pitido de la alarma lo despertó a la mañana siguiente, y que se encontró a sí mismo seco, desnudo y envuelto en el acogedor calorcito que unas extremidades de color canela le propiciaban.

Apuntó mentalmente tachar el próximo aspecto del listado, pero primero decidió que merecía robarse unos minutillos más a Namjoon y sus apretados abrazos, aunque eso significara que ambos perdieran tiempo de preparación para ir al trabajo.

Dicen por ahí que una vez al año no hace daño... ¿No?





💙¿Existe un novio así?💙

🌻Q̶̶u̶̶e̶̶ s̶̶e̶̶ d̶̶e̶̶j̶̶e̶̶ d̶̶a̶̶r̶̶ b̶̶e̶̶s̶̶o̶̶s̶̶ a̶̶ c̶̶a̶̶d̶̶a̶̶ r̶̶a̶̶t̶̶o̶̶ ̶y t̶̶e̶̶ l̶̶o̶̶s̶̶ d̶̶é a̶̶ t̶̶i̶̶ (Namjoonie sabía a mayonesa (◕‿◕✿) )

🌻Que se deje morder.

🌻Q̶̶u̶̶e̶̶ t̶̶e̶̶ d̶̶i̶̶g̶̶a̶̶ c̶̶o̶̶s̶̶a̶̶s̶̶ b̶̶o̶̶n̶̶i̶̶t̶̶a̶̶s̶̶ d̶̶e̶̶l̶̶a̶̶n̶̶t̶̶e̶̶ d̶̶e̶̶ s̶̶u̶̶s̶̶ a̶̶m̶̶i̶̶g̶̶o̶̶s̶̶ (Namjoonie dice que no le importaría frotar mi culito :D)

🌻Que te comprenda y apoye cuando estés irritable por algún motivo.

🌻Q̶̶u̶̶e̶̶ t̶̶e̶̶ a̶̶s̶̶u̶̶s̶̶t̶̶e̶̶ s̶̶o̶̶l̶̶o̶̶ p̶̶a̶̶r̶̶a̶̶ v̶̶e̶̶r̶̶t̶̶e̶̶ e̶̶n̶̶o̶̶j̶̶a̶̶d̶̶@ (Sustos que dan gustos ( ͡° ͜ʖ ͡°))

🌻Q̶̶u̶̶e̶̶ p̶̶a̶̶r̶̶e̶̶z̶̶c̶̶a̶̶n̶̶ n̶̶i̶̶ño̶̶s̶̶ j̶̶u̶̶g̶̶a̶̶n̶̶d̶̶o̶̶ e̶̶n̶̶ l̶̶a̶̶ c̶̶a̶̶l̶̶l̶̶e̶̶ ̶y n̶̶o̶̶ l̶̶e̶̶ i̶̶m̶̶p̶̶o̶̶r̶̶t̶̶e̶̶ h̶̶a̶̶c̶̶e̶̶r̶̶ e̶̶l̶̶ r̶̶i̶̶d̶̶íc̶̶u̶̶l̶̶o̶̶ s̶̶o̶̶l̶̶o̶̶ p̶̶a̶̶r̶̶a̶̶ h̶̶a̶̶c̶̶e̶̶r̶̶t̶̶e̶̶ s̶̶e̶̶n̶̶t̶̶i̶̶r̶̶ b̶̶i̶̶e̶̶n̶̶ (¡EL FIN DEL MUNDO ESTÁ LLEGANDOOOO! XD)

🌻Que te dé detalles sin que sea una fecha importante.

🌻Que te cuide y te proteja.

⏩🌻Q̶̶u̶̶e̶̶ t̶̶e̶̶ v̶̶e̶̶a̶̶ d̶̶e̶̶s̶̶a̶̶r̶̶r̶̶e̶̶g̶̶l̶̶a̶̶d̶̶@ ̶y a̶̶ún̶̶ a̶̶s̶̶í l̶̶e̶̶ p̶̶a̶̶r̶̶e̶̶z̶̶c̶̶a̶̶s̶̶ h̶̶e̶̶r̶̶m̶̶o̶̶s̶̶@ (Si te baña, es ahí (◡‿◡))

🌻Q̶̶u̶̶e̶̶ c̶̶o̶̶c̶̶i̶̶n̶̶e̶̶ p̶̶a̶̶r̶̶a̶̶ t̶̶i̶̶ (¡El idiota de Namjoon me ha roto la tostadora!˚‧º·(˚ ˃̣̣̥⌓˂̣̣̥ )‧º·˚ )

🌻Que te mande muchos mensajes cuando no está contigo.

🌻Que jamás se le pase decirte "Buenas noches, amor".

Han pasado 84 años...

Holi :3

Bueno, primeramente decir que lamento enormemente haberme tardado tanto con la actualización, pero, como muchas que se han comunicado conmigo saben, he tenido problemas familiares graves durante este tiempo.

No quiero haceros la historia larga pq pos no quiero aburrir, pero en resumidas cuentas a mi abuelo hubo que hacerle una operación de apendicitis, operación que por tardanzas médicas (aunque fuera aparentemente sencilla), se complicó hasta el punto de que pudo haber muerto. Su apéndice tuvo una sutura y comenzó a soltar pus, lo cual le provocó una infección interna.

Por suerte y gracias a Dios logró recuperarse bien y ya está entero, pero como comprenderéis durante este tiempo requirió de numerosos cuidados, así que mi mamá y yo andábamos como locas de allá para acá, atendiéndolo y encima haciendo las cosas de la casa, mi mamá incluso estaba trabajando así que yo estuve más ocupada cuidando de él para poder ayudarla.

Evidentemente hay cosas que tienen más importancia, así que todo mi trabajo en Wattpad quedó detenido, tanto este fic, como "¡No me llames Jin!" (Aprovecho para sugerir a los que no han leído mis otras historias, que se pasen por mi perfil para echarle un ojito si os interesa el Namjin pendejo :))

Pero poquito a poquito he ido escribiendo, así que aquí os traigo un capítulo bien cursi (ahahahaah no sabía que yo pudiera escribir cosas tan agagagag) hecho con todo mi amor pq qsajhqkausqkqj os amoooo.

Mañana subo otros dos :')

Bien, eso es todo, perdón por el discurso XD

Peroooooooooooooo

Antes de irme me veo en la necesidad de recomendaros el perfil de GalletitaMini

Yoonmin del bueno señores, y hay de todo, desde dramas dignos de los mejores capítulos de La Rosa de Guadalupe, hasta comedia de esa que te hace tragarte el chicle, literal. Súper recomendadaaaaa.


Un besazo y cuidaos mucho 😘

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