"... Y cuando abordo el avión, sello su destino. "

Yukiko lanzó sus maletas al suelo después de entrar para después bufar, su enfadada expresión no podría ser removida por nadie.

Vió la hora,medio día y Yusaku no la había llamado.

<< Maldición. >>

—¿Eh?¿Yukiko-san? —preguntó una voz masculina, quién justo pasaba por ahí con un cepillo de dientes en la boca.

A Yukiko se le llenaron los ojos de lágrimas. ¿Estaba siendo tan dramática como para viajar desde América y ahora llorar frente al hombre?

—¡Akai-san! —exclamó en un infantil sollozo —¡Yuu-chan ya no me quiere!

—¿Eh?¿Por qué dices eso, Yukiko-san? —dijo alarmado. Aún no desactivaba su collar de voz.

—¡Le dijo a otra mujer que se veía hermosa! —confesó entre molesta y triste.

Y Shuichi se quedó callado un momento.

—Puedo hacer un desayuno para ambos, tal vez te sientas mejor así, Yukiko-san. —sugirió con amabilidad.

Momentos después de dejar sus maletas en su habitación, Subaru servía con amabilidad a Yukiko.

—Aquí tienes Yukiko-san, curry recién hecho.

—¡Muchas gracias Akai-san!

La mujer se llevó la cuchara a la boca con mucho entusiasmo, pero el olor le provocó una mueca desagradable.

—¿Oh, Akai-san? ¿Sabes cómo se cocina el curry?

—Ah, no. Solo lo calente unos minutos. —confesó inocente.

—Ya veo... Akai-san ¿Quién te enseñó a cocinar?

—Nadie. —dijo honesto. —Yo aprendí solo. Antes compraba comida en tiendas de comida rápida por mi trabajo o no comía en mucho tiempo. —explicó.

Yukiko lo miró sorprendida. Para ese entonces, el enojo a Yusaku había pasado.

—¿De verdad?¿Cómo has podido mantenerte así después de tanto tiempo? —preguntó confusa.

—¿Así? —murmuró y se vió a él mismo. Rió un poco. —No lo sé, supongo que no pienso en como me veo, solo en lo que soy capaz ¿A qué te refieres, Yukiko-san?

—Ah, nada. —dijo. << Así de atractivo, idiota. >> Pensó divertida.

Después, Yukiko intento mostrarle como cocinar, sin embargo no lo logró muy bien pues ella misma había perdido la práctica.