Capítulo 8

El doctor Waggels escuchó atentamente a John. Él no dejaba de llorar y sentía un dolor insoportable en su pecho, cuyo se expresaba en el tono de su voz. A pesar de todo, Waggels debía mantenerse firme y recto, sin dejar que eso invadiera sus emociones.

—Me di cuenta de que estaba atrapado. A pesar de querer hacer todo... No podía hacer nada. Estaba perdido, sin esperanzas. Siguiendo un deseo que parecía absurdo.

—Te comprendo, John—aseveró el doctor—. Si ya no quieres hablar de esto.

—Claro que quiero. Es la única forma de desahogarme, de ver todo desde otros ojos—aseguró Lennon.

—Bien, después de dejar a Jane Asher al aeropuerto ¿Qué hiciste?

—Bueno...

"Víctima de la paranoia después de escuchar que había francotiradores en toda mi casa, decidí contratar a un montón de seguridad privada para la época decembrina, ya que es la más común donde haya asesinatos disfrazados de suicidios. Pero cuando empezó 1967, me dio una especie de paranoia, porque pensé que se trataban de enviados del Mi5, que estaban dispuestos a matarnos de las peores y más viles maneras. Así que no duraron ni un mes, porque los despedí.

Mi miedo fue tan grande, que también corrí a nuestros tres empleados: mi chófer, el jardinero y la ama de llaves. Los veía sospechosos, como si intentaran hacer un complot contra mí. Por lo tanto, no tardé en despedirlos también.

Sin embargo, me di cuenta de que Cynthia, mi hijo y yo estaríamos solos en la gran mansión. Eso era peor, pero afronté la responsabilidad de cuidarlos. Para eso, conseguí un arma ilegalmente. No pedí permiso, naturalmente, no entenderían mi tormento.

¿Tormento? ¡Sí! Claro. Porque no sabía cuándo me iban a atacar, sabía que eso pasaría, tarde o temprano. El dolor ¿Cuándo? Y, más que nada, ¿Cómo me iban a atacar? ¿A mí? ¿A Cynthia? ¿Julian? Esas preguntas no me dejaban dormir por las noches.

—Hace noches que no cierras los ojos para nada, John. Eso me preocupa—dijo Cynthia, en el desayuno.

—Estoy ansioso. Sé que en nuestra casa hay un montón de francotiradores.

—¿Qué? —Cynthia se asustó— ¿En dónde?

—No lo sé. Pero estoy esperando el momento a que nos disparen.

—No John... No digas eso.

—¡Así es! Después de tantas amenazas para Faul, él me ha respondido, y de peor manera. Me dijo que nos vigilaban a todo el mundo. No hay solución, Cynthia. Estoy inválido ante cualquier tipo de movimiento.

—Tranquilo, John—ella le dijo, con dulzura—. Haz dado lo mejor de ti.

—No creo poder vivir más, Cynthia. No quiero vivir en un mundo donde la imagen de Paul sea olvidada. O que acepten a que fue sustituido por un doble. No quiero que pasen cincuenta años y ese impostor siga lucrándose del nombre de mi amigo, no quiero que llene estadios usando un lugar y/o posición que no le pertenece. ¡No! Prefiero morir antes de verlo siendo respetado y amado por otros... Cuando es un verdadero ladrón, un tipo que no merece ni el menor de los respetos. ¡No puedo vivir más!

—John, eso no pasará. ¿No sabes que la verdad siempre sale a la luz? Y eso mismo pasará. Esta mentira no durará para siempre.

—¡Pero tienen que saberla ya! Oh... Por todos los cielos—recargué mi rostro sobre mi mano, sumamente desesperanzado— La gente tiene que saberlo, quiero decirles la verdad. Ellos no merecen idolatrar a una persona muerta. ¡No! Quiero decírselos, pero no de forma directa.

—Mmmm... ¿No de forma directa? —Se preguntó Cynthia— ¿Cómo sería?

—No sé... No tengo idea.

—Veamos ¿Indirectamente? Mmm...

—¡Pistas! Como si fuera un mapa, un criptograma. Pones pistas en las portadas de los álbumes y en las canciones. Así, la gente empezará a sospechar que las cosas no marchan bien.

—¿En serio? ¿Crees que funcione?

—Sí. Las vas a mezclar como si fueran nuevas ideas o cosas que se te ocurren. Pero, en realidad, todos esos mensajes encriptados tendrán algo que ver, uno con el otro, una referencia y mucho más. Debes hacer que "Faul" crea que no vas a atacarlo. Ya sabes, en plan de... "He olvidado el asunto". Así, no sospecharán de estos nuevos mensajes.

—Sí... ¡Sí! —dije pensativo— Es justo lo que haré. Que crean que yo no soy una amenaza, para que pueda lanzar dichos mensajes. ¡Muy bien! Es una gran idea—le di un beso en la frente y salí corriendo, directo a los estudios.

Cuando llegué, era natural encontrar al farsante y sus cómplices. Antes de pararme frente a ellos, tenía que suspirar tranquilo y tener confianza.

—Hola chicos ¿Cómo están?

Como era de esperarse, los tres me vieron con enojo. Sonreí torpemente, para que las ansias disminuyeran. Sin embargo, no logré nada positivo.

—¿Aún están enfadados?

—¿Aún seguirás diciendo estupideces? —Retomó Harrison.

—Sobre eso... Quiero decirles que lo lamento mucho. Paul, espero que puedas perdonarme. He estado paranoico, siento que hay guardias afuera de mí casa o francotiradores en cada esquina.

—No te preocupes, John—sonrió Faul—. Yo te perdono.

—Espero que esto no limite nuestro trabajo y amistad—estrechamos manos.

—Por supuesto que no. Pero, recuerda una cosa: No pruebes aquello que no puedes controlar.

El idiota hizo referencia a mi consumo de LSD. ¡Se hacía el estúpido! Pensaba que él era limpio, o que estaba fuera de toda culpa. Le di una sonrisa burda y me reí. Ringo y George notaron que yo había cedido, así que bajaron la retaguardia.

Semanas después, Cynthia y yo estuvimos ideando la portada para un nuevo disco. Al que decidimos titular Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band."

El doctor Waggels se impactó. Él había disfrutado mucho de ese disco y no pensaba que fue el primero donde salieron las misteriosas pistas. Lo escuchó en repetidas ocasiones y, cuando veía la portada, se le figuraba un collage muy interesante. Pero jamás creyó que se tratara de algo más allá. Nunca lo examinó con detenimiento.

—¿Qué pruebas hay, John?

—¡Huy, doctor! —Río Lennon— Si le cuento, no termino...

"Realizamos un bajo para zurdos pero en forma de flores amarillas. En vez de ponerle cuatro cuerdas, le puse tres, señalando que sólo éramos tres... tres Beatles.

En el traje azul de Faul, le puse un parce que es OPD... Significa "Oficially Pronunced Dead" o sea, oficialmente declarado muerto.

Había otras pruebas, de hecho, no me cansaría de mostrar cada una de ellas: la Jain Hand significa una mano abierta que simboliza la muerte y póstuma reencarnación para los hindús. Hice que la pusieran arriba de Faul, como señal de que él murió, pero su nombre reencarnó.

¡Y todo era tan obvio! En la portada, se puede ver que todos estamos en un funeral, es la tumba de alguien, la tumba que tanto quise hacer a mi verdadero Paul. El bombo de Sgt. Pepper's significa un epitafio, un epitafio en su honor. Con nuestros bigotes y nueva ropa, parecíamos Beatles nuevos, pero decidí poner a los originales, a los de antes, como señal de que estábamos deprimidos por el suceso.

La altura de Faul no engañaba, así que insistí que todos estuviéramos de pie, para que se evidenciara que éramos nosotros tres, nosotros contra uno solo. Donde se guarda el vinil, hay sangre, como aquella que estaba en el cuerpo de Paul cuando fuimos a reconocerlo. En la parte trasera, estaban las canciones... Cuyas tenían una gran cantidad de pistas.

Le dábamos la bienvenida a "Billy Shears", o sea, Beatle William Bill Shears Campbell. Aunque la canta Ringo, la verdad es que las letras son tan obvias: Voy a lograrlo con una pequeña ayuda de mis amigos. ¿Nosotros? ¡No! Las drogas que él consumió, las cirugías, sus amigos del Mi5. Y no puedo parar, creo que me excedí demasiado. Cada canción tiene por lo menos una línea que, armándose, se descubre y describe excelentemente la muerte de Paul y le entrada de Billy. ¡Claro! Y en cada parte, el hecho de que tenga un bigote, así como todos tuvimos que usar, debido a que tenía una terrible cicatriz. No usamos una foto de él, porque su cara original es más alargada y con un mentón más ancho.

¡Todo! Y lo mejor de todo, es que como lo hice de forma tan discreta, nadie sospechó ni siquiera un momento.

—Quiero que sea un álbum feliz—dije cierto día—. Un álbum que transmita paz y alegría; con colores distintivos, llamativos, todo un gran collage de hechos y situaciones.

Los tres fueron capaces de creerme, pero nadie se dio cuenta de lo que había publicado ese 31 de mayo... 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top