Capítulo 17
Al día siguiente, le notificaron a John que tenía una visita muy importante. Él no tenía ánimos de llamar o hablar con alguien. Se sentía acabado, derrotado y reflexivo sobre el asunto. De todos modos, tuvo que atender el llamado.
Miró a Cynthia a través de un vidrio. Estaban separados, pero aún se podía escuchar lo que el uno y el otro decían.
Para Cynthia fue terrible tener que ver a su esposo en esas condiciones; con una ropa blanca, pálido, ojeroso, y cada vez más desquiciado.
Sin embargo, John creía que se trataba de la doble. No la vio con mucha confianza.
—¿Qué quieres? —Preguntó grosero y sin consideración.
—Oh John, después de tanto pelear, finalmente puedo verte.
—¡No! Tú me obligaste a que me encerraran aquí. Jamás te lo perdonaré, has usado el nombre de mi esposa para viles propósitos. ¡Ella nunca me habría hecho esto! Cynthia creía en mí, confiaba en mis palabras. Ella sabía que Paul está muerto ¡Y por eso la mandaron a matar!
—¡Claro que no! Por todos los cielos—se cubrió el rostro—. Yo soy yo, y nada ha cambiado. Tú nunca me dijiste que Paul había muerto. ¡Nada! ¿Sabes por qué? Porque no es real.
—Será mejor que te vayas, porque no quiero ver a la maldita doble.
—¿Por qué dices que soy un doble? ¿No hemos estado juntos durante más de diez años? ¿No me has visto durante tanto tiempo?
—¡Yo veía a Cynthia y su lindo rostro! Sus ojos pálidos y ceño comprensivo. No a ti, que te crees mucho por la lencería que portas.
—¡Yo ni siquiera tengo lencería!
—¡Claro que sí! El día que mataron a Cynthia y a Julian, tú intentaste coquetearme con eso.
—Aparte de esa ridiculez ¿Por qué aseguras que soy una doble?
—¡Por tu cabello! Mal teñido y ridículo.
—¡John! ¡Abre los ojos! Mi cabello es castaño, me lo dejé natural. ¡No lo tengo teñido!
—¿No?
—¡No!
John frunció la mirada, pero tenía una ligera distorsión; por un lado, era capaz de mirar a Cynthia "doble", pero también a la original. Le dolía la cabeza y no paraba de punzarle.
—¡No importa que tanto quieras engañarme! Yo sé la verdad. ¿Por qué a Julian, eh? ¡Era sólo un niño!
—Julian está sano y bien. ¡Muy bien! ¡Ni él, yo o Paul estamos muertos!
—¡Mientes!
—¡Ya basta! —La paciencia de Cynthia llegó a su límite— Es hora de que sepas la verdad; tienes una enfermedad, es un síndrome. El doctor dijo que se llama "Síndrome de Capgras".
—¿De qué estupidez estás hablando?
—Piensas que alguien muy querido a ti ha sido sustituido por un doble—explicó—. Crees que la otra persona murió, pero ¡No es cierto! Primero con Paul, ahora conmigo y Julian ¿Por qué, John? El doctor dice que tu enfermedad es muy grave, y no podrás salir de aquí hasta que estés recuperado.
—¡No! Él miente, él fue pagado por Maxwell también ¡Tú igual! Y todos... ¡Todos!
—¡No es cierto! Oh, Dios mío—Cynthia no soportó y empezó a llorar ligeramente— ¿Qué te pasó? Ya no eres ese chico lindo y encantador del que tanto me enamoré. Te volviste loco, un verdadero paranoico, un enfermo. ¿Y quieres saber por qué? ¡Por las drogas! Maldito sea el momento en que nos drogaron contra nuestra voluntad y pusieron LSD en nuestros cafés. ¡Ese hombre te perjudicó de formas terribles! ¿Sabes una cosa? Tu síndrome es como si tuvieras esquizofrenia, ya no diferencias que es verdad o no. ¡Y me aterra, John! Vivir contigo se había vuelto un infierno; hablabas solo, discutías con una persona inexistente, te reías por cosas que sólo tú comprendes, ibas por todo el jardín y corrías como desenfrenado. Yo también tuve la culpa por no contactar rápidamente con un especialista. Pero ¿Sabes? Creí que tu comportamiento era digno de un genio: Oh, John tiene formas extrañas de adquirir inspiración. Siempre me culpé y juzgué a mí misma por no ser parte de tu mundo, por no poder entrar a aquel universo que tú creaste. Tus amigos, amantes y otras personas sí que estaban ahí, tenían invitación de lujo. Pero ¿Yo, John? ¡Yo no tenía nada! Ahora entiendo que no debía preocuparme, porque ese mundo se destruyó, se cayó a pedazos, al igual que tu salud mental.
—¿Me estás diciendo loco?
—¡Sí, te estoy diciendo loco! —aseguró enojada— Y no dejaré que un loco esté al lado de mi hijo. El doctor te dirá más sobre tu enfermedad, más de lo que yo pude decirte. Pero espero que pienses y recapacites sobre lo estúpido que has sido. Espero que no sea tarde, adiós.
Cynthia se marchó antes de que las lágrimas salieran de sus ojos. John no entendió esas palabras, porque seguía muy convencido de que ella era una doble.
—¡Di lo que quieras, doble! Pero me vengaré ¿Escuchaste? —Los enfermeros entraron al instante y se lo llevaron. Sin embargo, John seguía hablando— ¡PAGARÁN POR TODO LO QUE HICIERON! ¡SE LOS JURO! ¡APENAS HA COMENZADO MI VENGANZA!
(...)
Los días siguieron pasando y John se mantuvo callado. No hablaba con nadie, ni siquiera con el doctor Waggels. Estaba seguro de que todo era una mentira. Lo querían hacer pasar como un loco para salvaguardar la farsa de The Beatles y, así, proteger a William Campbell y a los otros dobles.
"¿Qué estarán haciendo." Pensaba, sentado en un sillón viendo la luz del atardecer. "¿De qué forma, Faul estará dominando mi banda? Oh, pobres Ringo y George, que tienen que soportar a ese infeliz. ¿Cómo estará gastando la falsa Cynthia mi dinero? Se debe estar pavoneando usando el nombre de mi pobre esposa. ¡Oh! Yo, tan joven y ya enviudé. Y también mataron a mi hijo. Pobre Julian, lo que daría por tener tus manitas entre mis dedos... Jugar contigo en el caballito, correr alrededor del parque y verte en los columpios.
¿Por qué no protegí a mí familia? Ellos eran el centro de mi atención, de mi vida, la única cosa que me hacía seguir respirando. Estoy decidido a vengar a mí familia y a mi amigo.
Pero hay algo que no entiendo ¿Por qué Brian no tiene doble y los otros sí? Esto carece de sentido y lógica. Yo necesito saber, yo necesito investigar todo lo que sea posible. ¿Qué pretenden con esto? Sé que Faul me dijo que el accidente de Paul fue planeado, y la falsa Cynthia agregó que mandaron a matar a mi esposa e hijo. Pero ¿Cuál es su propósito?
¡Piensa John! ¿Querrán apropiarse de todo el control de The Beatles? Si fuera así, nos harían algo a mí, George y Ringo. ¿Y si ellos también son dobles y yo, como el único original, les estorbaba y por eso decidieron encerrarme aquí?"
—Sabes una cosa—el fantasma de Paul se anexo a su conversación—. Yo tengo mis dudas sobre ti.
—¿Qué quieres decir?
Los otros pacientes vieron como el nuevo hablaba solo.
—Así es, dudo que tú seas el verdadero John.
—¡Hombre! ¿Cómo puedes dudar de mí mismo? ¡Yo soy John!
—No lo sé... Has adelgazado, tu nariz no es la misma y tu mandíbula parece que fue chupada.
—¡Paul! Deja de decir esas cosas. Yo soy yo, y no tengo ninguna duda.
—No sé, John. Si tú hubieras sido sustituido ¿Lo sabrías?
—¡Por supuesto!
—¿Cómo?
—Estaría muerto.
—¿Y si ahora estás muerto? ¿Y si lo que tú crees que eres tú, en realidad no lo es? ¿Y si el cuerpo que manejas no sea John Lennon?
—¡Cállate, McCartney! No haces más que confundirme. Yo soy yo y fin de la historia.
—¿Y Cynthia?
—Ella es una doble.
—¿Cómo lo sabes?
—Porque no es ella.
—¿Alguna vez la conociste de verdad?
—¡Por supuesto que sí!
—¿Y qué tal si tu mundo nunca existió y todo es una alucinación?
—¡Déjame en paz! —Se levantó del sillón y le gritó al fantasma, que seguía sentado— No tengo dudas. Yo soy John Lennon, y los demás son dobles. ¡Viles y crueles dobles! Muñecos de cera, robots sin corazón. ¡Yo no! Y no necesito que tú vengas a convencerme de lo contrario.
Se marchó corriendo directamente al jardín principal, donde los pacientes podían salir a relajarse. En medio del pasto verde, encontró tranquilidad. Se dejó caer y extendió sus brazos, en señal de confort.
"Ese maldito fantasma... Quiere engañarme, pero si me sostengo a mí mismo, si soy mi propio soporte. Nadie más podrá perjudicarme.
Sigamos pensando ¿Por qué quieren tomar el control de la banda? Inaudito. Si ese fuera el caso, Faul haría cosas terribles; comprar mucho dinero, llamarnos terroristas, o algo así. Pero lo único que ha hecho el idiota es...
Admitir que consume LSD.
¿Será esta una táctica del gobierno para influir en los jóvenes y que prueben esta droga?"
La pregunta de John se quedó sin respuesta, porque alguien lo asustó por detrás. Esta vez, era una persona real.
—Hola, espero no incomodar. Pero te escuché hablando con un fantasma.
—¿Qué? ¿Me has visto hace un rato?
—Claro que sí. Yo tengo la capacidad de escuchar y ver entes que una persona normal no. Vi un fantasma a tu lado que conversaba contigo.
—¿No estás mintiendo?
—No, por supuesto que no. Si tienes un problema, yo te puedo ayudar. Me llamo Yoko Ono—estiró su mano, en señal de saludo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top