Prólogo:

Ese acuerdo... ¡Ese maldito acuerdo que lo jodió todo!, pero, ¿cómo iba a resistirme?

[...]

─ Quiero que finjas ser mi prometida por una noche─ dijo mi jefe al otro lado de la mesa. Tenía las manos entrelazadas con los codos apoyados sobre la superficie plana y rígida.

¿Qué se supone que debía hacer? ¿Aceptar? ¿Rechazar?

Después de todo era su secretaría, una que hace apenas dos meses había contratado. ¿Acaso el señor Bordán estaba loco? ¿Cómo se le ocurría pedirme eso justo a mí? Entre todas las bonitas mujeres de la oficina tenía que proponérmelo a mí. Qué conveniente.

Tal vez sabía mi secreto. ¡No!, era imposible, yo era demasiado cuidadosa con ese tema, y si él lo supiera me mataría, no me invitaría a fingir ser algo suyo por una noche. De todos modos, era arriesgado aceptar un acuerdo tan ridículo, podía darse cuenta de mis mentiras, pero necesitaba el dinero extra. Mordí mi labio inferior pensativa, sospesando la tentadora propuesta realizada por aquel hombre imponente que clavaba mi alma con el filo de sus verdosos ojos.

─ Acepto, Señor. Seré su futura prometida por una noche.

Él demostró una sonrisa satisfactoria en su rostro. Por mi parte, tragué grueso ahogándome en un vaso con agua inexistente.

Una mentira más a mi lista. ¿Qué daño puede hacerle?   

Hola, Engendros Bellos!!! 

¿Qué os parece este Prólogo? Lamento haber puesto en pausa esta historia, pero he tenido problemas emocionales y sobrecarga en mis tiempos, a pesar de eso, comenzaré a actualizar de a poco. Atentis!!!

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Saludos con aroma a café con leche.

Mily :3