7
Ese mismo día, diciembre de 1908
-¿Cuánto tiempo vas a tener aquí encerrados a los niños, Newt?- pregunta la señorita Daisy.
-Siempre- dice divertido mientras abraza a Scott- no se van a ir nunca de mi cuarto.
-¿Ninguno de ellos?- pregunta sonriendo de nuevo.
-Nop, no lo necesitan y lo que sea que nos estaba mirando a Tommy y a mí sigue ahí fuera. Si quieren hacerse los valientes pueden luchar entre ellos con las almohadas.
Todos se ríen de lo que dice Newt aunque no saben que va en serio y que se pelearía por ellos por no dejarlos salir.
-¿Queréis que os lea un cuento?- pregunta sonriendo la señorita Daisy. Los niños asienten todos felices y se levantan para recolocarse.
La señorita Daisy se acomoda a los pies de las camas, en el medio. A cada lado se colocan Gally y Alby, mientras que Minho se queda dónde está con Aris en frente, Isaac y Scott acostados boca abajo al lado de Minho mirando para la señorita Daisy y Newt y Thomas en el cabecero de las del medio en frente de miss Daisy.
A los cinco minutos del cuento Newt se durmió con la cabeza apoyada en el hombro de Thomas quién lo miraba de reojo preocupado por la reacción de antes. Al acabar el cuento poco después, Minho lo iba a despertar con un lametazo en su cara cuando la señorita Daisy lo paró.
Sonríe tranquila a Newt dormido y a Thomas.
-Dejadle dormir cinco minutos más- dice susurrando- después lo despertáis cómo queráis ¿de acuerdo?
Todos asienten mirando al niño.
Con las mejillas algo coloradas respira tranquilo con la mano posada en el estómago de Thomas quién también parece algo anestesiado por el cuento.
-¿QUIÉN DIABLOS ERES TÚ?- se escucha a Tiana gritar desde abajo.
La señorita Daisy frunce el ceño y se recoge el vestido para ir escaleras abajo, nada más cerrar la puerta apura el paso para llegar a la puerta de servicio.
-Oye. Tranquilícese, señorita- dice la voz de una chica- solo vengo a dejar el pan, a mi señor se le fastidió el carro por la mañana y no pudo venir así que me mandó a mí ahora. He tardado horas en llegar a este sitio.
-''Este sitio'' cómo lo llama usted no solo es mi hogar si no que es el hogar de muchas niñas, junto mis amigas y la señorita Daisy. Si viene a insultar, señorita- remarca el señorita- puede irse por donde ha venido, hoy no es bienvenida- dice enfadada.
En ese momento entra la señorita Daisy.
-¡TIANA!- Tiana entonces se separa e la chica dándose cuenta que al enfadarse se había acercado a ella.
-Lo siento, señorita Daisy- baja la cabeza avergonzada y todavía sonrojada por el enfado.
La chica no separa sus ojos de Tiana nada más que cuando la señorita Daisy se pone delante de ella.
Hace una leve inclinación mirándola.
-Vengo a dejar el pan, señora. Mi señor me mandó hace un par de horas me perdí viniendo del pueblo hasta aquí.
-¿Cómo se llama, señorita?
-Sofía, señora.
-Bien, Sofía. Disculpa a Tiana, está muy alterada porque no llevamos un buen día. Deje el pan en la mesa y váyase con su señor, dígale que se perdió y que recibimos el pan. Dígale que Daisy se lo agradece personalmente.
Sofía asiente seria dejando el pan en la mesa.
-Y siento que hayas hecho el viaje tan largo.
-No pasa nada- sonríe mirando un momento para la señorita Daisy y volver a Tiana- ha valido la pena.
Guiña el ojo y se despide. Tiana resopla nada más cierra la puerta. La señorita Daisy se da la vuelta con los brazos cruzados alzando una ceja interrogante.
-¿Qué?- pregunta Tiana.
-Era bastante guapa- dice simplemente- ¿estás roja por el enfado o por otra cosa, Tiana?
El rostro de Tiana enrojece aún mas.
-¡El enfado! Esa chica entró sin más cuando iba a salir. Están fuera esperándome Luis y Jorge para ir a mirar quién era esa persona que dice el señorito Thomas y si sigue por ahí.
-¿Esa chica? ¿Ni siquiera la tratas de señorita?
Tiana abre y cierra la boca varias veces sin saber que decir. Al final evita a la señorita Daisy quién tiene una sonrisa leve.
Sale con Jorge y Luis rosmando sobre la pobre Sofía, quién la espera fuera.
-¿Tiana, no?- le pregunta.
-¿Quieres irte ya?
-¿Ya no me tratas de usted?
-¡Váyase! ¿Acaso no me ve enfadada?- pregunta Tiana resoplando colocando bien el vestido sobre las botas.
-Me divierto viéndote.
-No nos conocemos, señorita. No me tutee- dice sin mirarla- DON LUIIIIIS, DON JORGEEEEE- grita buscándolos.
-¡Estamos aquí, Tiana!- grita Luis.
-Bien- suspira- ¿por qué no se va usted para su casa? Es tarde teniendo en cuenta que llevas dos horas fuera de tu trabajo sin que nadie sepa nada de usted.
-Mañana te daré yo misma el pan, Tiana.
-Puedes quedarte en la tienda mejor.
-Se te ha escapado el tutaearme, Tiana- dice sonriendo. Esta se para y la mira, resopla y camina ignorándola hasta los hombres. Sonríe cuando está alejada y mira para atrás, Sofía sigue mirándola, la saluda con la mano y se va poniéndose bien el sombrero.
Mientras tanto en la casa
-Daisy, tienes que relajarte. No puedes estar con Newt las 24 horas el día y menos conforme pase el tiempo, cada vez que se haga más mayor va a irse más con los niños o con sus compañeras de habitación y te va a buscar menos. No habrá cuentos, no habrán besos de buenas noches puede que incluso pase su etapa rebelde, los chicos son así- dice el señor Vernon sentándose el lado de la señorita Daisy.
-Lo sé, Vernon, pero es mi niño. Sé que por ley tendría que ser tuyo. Sé que tengo que hablarle todavía de muchas cosas, pero no soy capaz.
-¿Que pasará el día que alguien se quiera llevar a Scott y a Minho? O peor, a Thomas. Sabes tan bien como yo lo que pasa con esos dos. Y aunque yo no lo entienda, lo respeto porque he visto a chicos ser más felices que nunca en su vida con un hombre y sé que a ti te pasa lo mismo y hemos acostumbrado a la mayoría a ello al no mezclarnos, pero fuera de nuestras paredes los puedes meter en la cárcel e incluso llevar a la horca. Tenemos que advertirles, que tengan cuidado, cuando nos confirmen que están juntos y que de verdad se gustan. Y si los separan que no sé que haríamos con el que se quedase aquí.
-Ya lo sé, Vernon. Créeme que lo sé, pero...- suspira- ¿cómo le dices a un niño tan infantil como Newt que querer a quién quiere es malo para los demás? ¿Que se va a tener que ocultar de todo y todos durante toda su vida? Que seguramente tengan que casarse con otras mujeres para disimular su relación? Pueden haberse dado un par de besos, Vernon, pero tienen 9 años. Son unos niños. Newt todavía cree en Peter Pan, explícaselo a él.
Vernon pasa su brazo por los hombros de la señorita Daisy.
-Lo intentaremos, pero tenemos que ser sinceros, ¿también lo sabes?
La señorita Daisy asiente dejando caer su cabeza en el hombro del señor Vernon dejándose consolar. Demasiado estrés por pensar que le pudo pasar algo a su niño por un mal nacido.
Mientras, en el piso de arriba un Newt despierta por las risas de sus amigos que miran riendo a un sonrojado Thomas y un Newt atontado.
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