43
Agosto de 1919
El señor Vernon llega con Thomas y con Newt en sus brazos. La señorita Daisy los mira horrorizados.
-¿¡Qué ha pasado!?- pregunta dejándolos pasar.
-Newt hoy está muy débil.
El rubio está medio inconsciente en los brazos del señor Vernon. Suben los cuatro escaleras arriba. Los amigos piden pasar, pero la señorita cierra la puerta con llave.
El señor Vernon deja a Newt sobre la cama y Thomas se sienta a su lado rápidamente para agarrarle de la mano.
-¿Cómo que dura, Vernon?- pregunta la señorita Daisy enfadada- ¡ESTÁ CASI INCONSCIENTE! Eso no es un poco dura. ¿Se puede saber que le hacen?
-Perdón- interviene Thomas con la voz temblando e importándole bien poco si es irrespetuoso- pero a Newt no le gustaría que gritaran cuando está así.
La señorita Daisy se alarma acordándose de Thomas.
-Tienes toda la razón, cariño. Volveremos enseguida- la señorita Daisy le da un beso en la frente y lo abraza- hablaremos esto abajo.
Ambos salen dejando a Newt con Thomas y el castaño se seca un par de lágrimas. Se levanta a por el plato que tienen en la habitación para lavarse la cara y lo deja en la mesilla junto un paño.
-Newtie- dice moviéndole el pelo- ven a mis brazos, anda- le pide con la voz entrecortada.
Newt mueve sus brazos muy lentamente hasta Thomas haciendo que este se encargue de todo lo demás. Lo agarra con sumo cuidado para darle la vuelta y ponerlo boca abajo en la cama.
-Duele mucho, Tommy- dice con dificultad.
-Lo sé, mi amor. Esto te calmará- responde Thomas quitándole la camisa despacio.
Newt protesta con dolor y Thomas muerde el labio para no hacerlo con él.
Deja ver las heridas abiertas.
-Dios mío, Newt. ¿Ambos métodos?- pregunta Thomas mojan do un poco el paño y posándolo encima de las heridas abiertas.
Newt asiente llorando.
-Hoy le confirmé que no haría nada con su hija. Me insistió mucho y al escuchar la negativa- dice Newt respirando mal- se quedó rígido y sacó la fusta del cajón para hacerme repetir constantemente que estaba enfermo. Después me mandó ponerme el camisón y así siguió el resto de la sesión.
Thomas llora en silencio por su novio y al escucharlo sollozar, se limpia las lágrimas y da la vuelta a la cama para mirarlo.
-Newt, Newtie- le suplica Thomas- no llores, por favor. Todos pasará te lo prometo. Todo pasará- dice besando sus mejillas.
Seca sus lágrimas con cuidado.
-Te amo, Tommy- dice antes de cerrar los ojos.
Thomas cae llorando al suelo maldiciendo al doctor, a la gente y a la humanidad. Minutos después, se levanta para seguir ayudando con las heridas de Newt.
(...)
-¿QUE DIABLOS DE SESIONES ESTÁN EXPERIMENTANDO EN NEWT?- grita la señorita Daisy enfadado en el despacho del señor Vernon.
-No lo sé, Daisy. Lo dejan todo al cargo de los niños y Thomas y Newt desde el primer día han dicho que solo hablan.
-¿Newt lleva viniendo un mes a rastras al orfanato y tú te crees que solo hablan en esa estúpida consulta?- bufa la señorita enfadada.
-¡Claro que no!- protesta el señor Vernon- pero bastante los debe de presionar la situación y todo como para que yo insista en que no me mienta.
-¡MI NIÑO ESTÁ CASI MUERTO EN LA CAMA DE SU NOVIO, VERNON!- grita de nuevo la señorita Daisy- ¡CLARO QUE HAY QUE INSISTIR!
El señor Vernon va hacia la señorita Daisy para abrazarla.
-Tranquila, Daisy. Hablaremos con ellos.
La señorita se seca las lágrimas.
-Es que tenemos que intervenir, Vernon. No solo hablar con ellos. Porque Newt está muy mal- responde la señorita Daisy- Newt no puede levantarse. No podemos dejar esto así.
Pasan unos minutos y se levanta.
-Voy a hablar con ellos.
Sale de la cocina y el señor Vernon suspira.
(...)
Thomas está encima de la cama, abrazando a Newt por la cintura y con cuidado. El rubio duerme sobre su pecho.
-¿Qué os han estado haciendo, Thomas?- pregunta la señorita Daisy sentada a los pies de la cama- sin mentiras, por favor.
Thomas la mira y sube su mano para acariciar el sedoso pelo de Newt.
-Primero eran unas simples charlas, después trataron de meterme cosas en la cabeza y después empezó la fusta. Llevo estos dos meses con ella- responde Thomas- puedo enseñarles las marcas de la espalda, pero le recomiendo no verlas.
La señorita Daisy se lleva la mano a la boca horrorizada.
-¿Y a Newt?- pregunta con miedo.
Thomas compone una mueca.
-Electroshock- dice Newt en bajito abriendo los ojos poco a poco, todavía terriblemente cansado.
-¿Qué?- pregunta la señorita Daisy sin creérselo.
El señor Vernon los mira mudo a los tres desde la cama de Minho.
-Señorita Daisy- dice Sofía a través de la puerta sin entrar- la comida está lista.
-¡Gracias, Sofía! Tráesela a Newt y a Thomas- grita desde la cama.
Se escuchan los tacones de la mujer andar por el pasillo y bajas las escaleras.
Newt se reincorpora con dolor.
-El primer día hablamos, sí- empieza Newt- y todo fue bien. Pero el segundo me mandó romper y destrozar mis libros favoritos. Rehusar de ellos, de lo que significaban, de lo que contenían, de sus autoras y autores...
Thomas deja un beso en su cabeza y Newt se funde en su pecho.
-El siguiente día fueron con los últimos libros, pero al ver que mi pensamiento no cambiaba, añadió la fusta para darle más dolor físico a la situación- la señorita Daisy aparta la mirada incapaz de mirar a Newt sin llorar- los siguientes días consistieron en lo mismo hasta que, al ver cómo seguía sin avanzar, empezó con el electroshock.
Newt recuerda entonces el dolor de esa mañana, las descargas recorriendo su cuerpo y pareciendo que se detenían más en sus recientes heridas. Heridas que rozaban con el camisón doliendo el doble.
-Hasta que hoy me negué al cuerpo de su hija que me ofreciera hace un mes. Se supone que quería una prueba real de dejar de estar enfermo- ríe Newt irónico- hoy fue cuando me dio varios golpes con la fusta y seguimos con el electroshock.
La señorita Daisy se levanta y deja un beso en la frente de cada chico.
-No volveréis a ir a ese sitio- dice dulcemente para salir por la puerta justo cuando entra Sofía con una sonrisa y comida para ambos.
Newt sonríe al verla.
-Sofi, ¿nos lees algo mientras comemos?- le pide con un puchero.
-¿Peter Pan?- pregunta la chica sentándose a los pies viendo como el señor Vernon sale de la habitación cerrando la puerta y como los niños sonríen para acomodarse dentro de la cama.
-Por favor- pide Newt con una pequeña sonrisa.
Sofía saca su propio libro en versión bolsillo del delantal y comienza a leer a pesar de sabérselo de memoria.
(...)
-Quiero que compres tres billetes de barco hacia Estados Unidos para esta noche- dice la señorita Daisy cuando Vernon cierra la puerta de su despacho.
-¿Se van a escapar? ¿Así? ¿Sin que nadie sospeche?- pregunta el señor Vernon.
-Y debes sacar dinero. Esos chicos necesitan algo para vivir y comer mientras que Thomas o Newt consiguen trabajo. Ambos son buenos en muchas cosas, no les será difícil con la de oportunidad que hay allí.
-¡DAISY!- grita el señor Vernon y esta lo mira- ¿cómo piensas hacer todo eso y que no detengan a Newt y Thomas? Aunque no sean menores son muy jóvenes y que viajen los dos solos es sospechoso. Se los llevarán la policía y sabrán quienes son, nos llamarán, alertaremos a todo el pueblo y el doctor Uribe se enterará castigando más a Newt.
-No, para algo te he pedido el tercer billete.
-¿Piensas ir con ellos? ¿Y luego que? ¿Cuando estén alojados y con trabajo vuelves? ¿Sabes que eso podría no pasar?- pregunta de nuevo el señor Vernon.
-No, Vernon. Escúchame- pide Daisy viendo como se sienta en su silla- tenemos ahorros. Y si no llegan podemos prescindir del trabajo de todos menos de Tiana y Sofía, a ellas no podemos separarlas o a saber que serán de ellas.
El señor Vernon niega con la cabeza.
-Por favor, Vernon. Sabes que no me dejan utilizar el dinero de mi orfanato sin tu permiso- pide la señorita Daisy.
-¿Que tienes pensado?- suspira el señor Vernon.
-Compraremos tres billetes de barco a Estados Unidos. Fingiremos que yo viajo con mis niños predilectos a ver a unos familiares que viven en América. La policía nos registrará viéndolo todo correcto y llevaremos equipaje como si nos fuéramos a ir. Iremos con tiempo y dejaré a Newt a Thomas en sus asientos. Esperaré a que el revisor pase para después salir como si se me hubiera olvidado algo, diré algo como ''ya saben, cuando a las mujeres se nos olvida algo tenemos que ir a buscarlo sí o sí'' para bromear con los guardias y ya no volver. Newt y Thomas tendrán el dinero suficiente para alquilar un piso allí y vivir con tranquilidad hasta que encuentre alguno de los dos un trabajo. Y nos podremos cartear con ellos.
El señor Vernon suspira.
-Todo puede salir mal y...
Daisy asiente.
-... acabar los tres en el garrote vil. Ellos por huir del país y yo por ayudarlos.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top