☁️Capítulo 17☁️

Jungkook llevó a Jimin al hospital antes de ir al bufete de abogados para que le hicieran una valoración general, estaba asustado porque nunca antes visitó un lugar como ese. Las paredes blancas y los doctores que caminaban de aquí para allá sosteniendo sus tabletas electrónicas provocaban en la mente de Jimin una desesperación por irse a un lugar más tranquilo. En la sala de espera observaba a personas cabizbajas porque tenían familiares en riesgo, y los veía entrar a consultorios luego de ser nombrados por enfermeras. Taehyung salió de un consultorio acompañado de un médico, ambos se acercaron a Jungkook y Jimin quienes se encontraban sentados esperando.

—¡Jungkook, tanto tiempo! —Saludó el doctor dándole palmadas en la espalda y el joven le respondió de la misma manera.

—Te presento a mi novio. —Suspiró—. Jimin, él es Marc.

—Hola... —dijo Jimin nervioso.

—Tranquilo, Jungkook me puso al tanto de la situación. ¿Entramos al consultorio? —preguntó y Jimin asintió.

Médico y paciente caminaron juntos hacia el consultorio, cuando Jimin se percató de que Jungkook se quedó en la sala de espera giró el rostro en su búsqueda. Lo miró a lo lejos conversando con su amigo, confundido regresó con él para preguntarle porqué se había quedado.

—¿No vienes conmigo? —Jungkook giró para encararlo. Lo tomó de los hombros acercando su rostro al de él con ternura.

—El médico necesita hablar contigo a solas.

—No lo conozco —susurró con preocupación.

—¿Quieres que entre contigo a la consulta? —Asintió con rapidez y notoria felicidad.

—¡Por favor!

—Bien, pero no voy a hablar. Tú responderás las preguntas.

—¡Lo haré, no quiero ir solo!

Sonriente enlazó su mano con la de Jimin, miró a Taehyung significativamente y juntos caminaron al consultorio. Marc los estaba esperando en la puerta y al verlos llegar juntos sonrió abriéndoles el paso. Con paciencia realizó pruebas de todo tipo a Jimin para comprobar que no tuviera alguna enfermedad. Tiempo después se encontraba adolorido por las agujas que le sacaron sangre y esperó en el consultorio un par de horas para que el médico les diera los resultados. Mientras esperaban recargó la cabeza en el hombro de Jungkook quedándose dormido.

Eran las 12:00 P.M cuando Jimin sostenía entre sus manos distintos documentos que indicaban su estado de salud física. Se sorprendió al ver que no tenía tal cosa como una piel de papel, pero se sorprendió aún más al leer que tenía diabetes tipo uno, generada a causa de la desnutrición porque no era alimentado correctamente por su madre. Además estaba muy bajo en peso y tenía que seguir una dieta para recuperarse, mientras escuchaba al doctor explicarle lo que decían los análisis parpadeó varias veces conteniendo las lágrimas. ¿Obtuvo esa enfermedad a causa del trato erróneo que le dio su madre? Se suponía que ella era la persona que más lo amaba en el mundo y siempre trató de protegerlo, Jimin se sentía cada vez que en realidad el verdadero peligro para él no era el exterior, ni las personas, sino: Camile.

—Necesitas llevar una dieta estricta, además de tomar ciertos medicamentos. Este tipo de diabetes aparece regularmente en niños y adolescentes, pero al parecer a ti te comenzó hace poco tiempo porque tus órganos no sufren alguna afección. Sin embargo es imperativo mantener un control de la enfermedad.

—¿La diabetes fue causada por la forma de alimentarme?

—Así es, además de eso tienes gastritis y dientes débiles. Necesitas comenzar a comer alimentos más sólidos, le pedí a un colega nutriólogo que realice una dieta especial para que de poco en poco tu cuerpo se fortalezca.

—¿Nunca tuve piel de papel? —Miró al doctor Marc a los ojos y este se estremeció.

—Nunca. Estoy seguro que eras un niño sano, los problemas de salud que tienes ahora pudieron ser evitados. —Jungkook apretó los puños con impotencia al escucharlo decir eso.

—La cicatriz fue a causa de un bisturí... —dijo levantando el brazo con la venda al aire—. ¿Eso significa que mamá me lastimó a propósito? Ella misma lo cosió...

—¿Puedo verlo? Creí que esa herida fue hecha por un médico. —Marc miró a Jungkook con perplejidad.

—Jimin dice que su madre le hizo esa herida diciéndole que un tatuaje dolía más. ¿Puedes creerlo? —dijo Jungkook tocándose el puente de la nariz tratando de no perder los estribos.

Marc se acercó a Jimin, desvendó su brazo encontrándose con una herida muy bien saturada, aunque notó que todavía le faltaban aproximadamente cinco o seis días para tener una correcta cicatrización.

—La persona que realizó la curación hizo bien el trabajo. Eso no significa que sea justificado el daño a tu piel. —dijo Marc cambiando las vendas viejas por unas nuevas—. Jimin, tú no eres de papel, eres de carne y hueso. ¿Comprendes eso? Tu madre... No sé que planeaba al lastimarte de esa manera, pero no puedes dejar que vuelva a hacerlo. —Jimin hizo un leve puchero con los labios tratando de contener las lágrimas.

—Procederé legalmente, Jimin no puede seguir sufriendo de esta manera. Tan solo quería comprobar su estado de salud y ahora compruebo que si hubiera seguido viviendo con su madre... ¡Ni siquiera quiero decirlo, Marc! —Jungkook se puso de pie golpeando la pared con las palmas de las manos.

—Voy a referir a Jimin a psicología —dijo Marc al terminar de colocar la venda en su brazo—. Además de eso, en caso de presentar denuncia cuenta conmigo para ser testigo.

Jimin salió un tanto aturdido del hospital, últimamente recibía avalanchas de información que le era complicado de entender. Acompañado de Jungkook y Taehyung caminó al estacionamiento, luego de despedirse del amigo de su novio subieron al auto. En el camino iba mordiéndose el labio para evitar llorar otra vez. La música lograba distraerlo, pero a mitad del camino no pudo más y comenzó a llorar mientras veía las calles por la ventana. Al percatarse de eso, Jungkook deslizó su mano para tomar la de él hasta llegar frente a su casa.

—Como mencioné antes, detuvieron al tipo que identifiqué como sospechoso del secuestro de mi hermano. Por eso necesito venir a comer con mis padres y hablar del asunto, pero no puedo dejarte en tu casa porque temo que seas lastimado. —Jungkook suspiró—. ¿Quieres quedarte en mi casa? Yo voy a cuidarte...

Jimin sonrió con timidez y asintió con la cabeza mientras se mordía el labio.

—Te presentaré a mis padres y puedes dormir en la habitación de huéspedes o en la de Yoongi.

—Prefiero la de huéspedes, ya que están próximos a encontrarlo. —Lo animó. Jungkook sonrió y sus ojos se aguaron porque el simple hecho de pensar que estaban cerca de dar con el paradero de su hermano lo hacía sentir miles de sentimientos encontrados.

—Eso espero —contestó seguido de un suspiro—. ¿Bajamos? —Jimin asintió.

Los padres de Jungkook fueron informados horas atrás que iría acompañado de Jimin, él les comentó por medio de una llamada rápida que era su novio, también acerca de la situación que estaba viviendo, no les contó cada detalle, pero esperaba poder hacerlo pronto ya que necesitaría asesoría de su padre para llevar el caso de la demanda hacia Camile.

Cuando entraron a la casa Bianca abrazó a Jimin efusiva, después Jiho se acercó saludando formalmente. Jungkook los presentó como era debido y pasaron todos juntos a sentarse en la sala. Los muebles elegantes iban a juego con la alfombra importada. Sin lugar a dudas Jungkook era de una familia muy bien acomodada monetariamente, pero eso a Jimin no le interesaba porque para ser sinceros, no tenía idea de el valor real del estatus social o del dinero.

—¿Qué te sucedió en el brazo? —preguntó Bianca con una sonrisa en los labios.

—Oh bueno... Eso... —Jimin tragó saliva y miró a Jungkook pidiendo ayuda con la mirada.

—Es una larga historia, mamá. —Jungkook negó con la cabeza y Bianca comprendió que no debería preguntar acerca de eso.

—Dime. ¿Qué te gusta hacer? —preguntó Jiho con curiosidad.

—Me gusta la pintura...

—¡Una artista! Eso me parece estupendo, Jungkook es muy analítico a veces y necesita de alguien que sea más libre —dijo Bianca.

—Jungkook me comentó acerca de lo que estás viviendo, nosotros te apoyamos. Nadie merece pasar por lo que pasaste.

»Así que mientras soportes a nuestro hijo considéranos tus amigos, y más adelante, si las cosas entre ustedes se fortalecen; consideramos tu familia. —Las palabras de Jiho eran sinceras.

—Gracias, señor —contestó con una leve sonrisa en los labios y ojos llorosos.

—¡Pero no llores cariño! Mira, te mostraré fotografías de Jungkook cuando era bebé. —Bianca trató de hacerlo reír.

Jiho le hizo una señal a Jungkook para que lo acompañara mientras que Bianca le mostraba el pasado vergonzoso de su hijo. Ambos comenzaron a susurrar en el pasillo cerca de las escaleras de la casa.

—Son las dos de la tarde, a las seis tenemos que ir para que lo reconozcas. ¿Estás seguro de lo que viste? —preguntó Jiho.

—Cien porciento seguro. Jamás olvidaría su rostro. —Apretó los labios conteniendo lo que iba a decir.

—Habla Jungkook, necesito saber qué es lo que no me quieres decir. —Jungkook respiró profundo conteniendo el aire en sus pulmones un par de segundos, después lo soltó para hablar.

—¿Conoces el Hotel Estela? —Jiho negó con la cabeza—. Fui con Taehyung, Seokjin y Hobi a ese lugar para buscar a la madre de Jimin.

—¿Ella trabaja ahí? —Jungkook asintió con la cabeza.

—Atando cabos encontramos al doctor que frecuentó a Jimin en su niñez, él nos dijo que Camile trabajaba en ese lugar y que para proteger a su hijo del dueño fingió su muerte. Para el mundo entero Jimin no existe...

—Eso es completamente ilegal, hijo.

—Lo sé. Además ya te había comentado que Jimin nunca salía de casa porque creía que tenía piel de papel. ¡Papá él pensaba que realmente era de papel! —Agitó los brazos—. Estaba prácticamente secuestrado por su propia madre. Aunque lo hizo para protegerlo, pero en el proceso se convirtió en su captora.

—Estoy comprendiendo la situación...

—Mis amigos y yo fuimos a ese hotel porque quería asegurarme de la veracidad de las palabras del doctor Davenport.

»Ese no es un hotel común y corriente, ahí hay sexoservidoras que son llamadas "estrellas" Nosotros compramos el paquete más caro del lugar. ¿Sabes de qué trataba? —Jungkook parecía indignado—. ¡Nosotros podíamos hacer lo que sea con ellos! Nuestro único límite era la muerte, podíamos lastimarlos, herirlos, pero no matarlos.

»La chica que nos tocó a Hobi y a mí perdió dos dedos de su pie porque un cliente se los arrancó, no pudimos sacar información acerca de la madre de Jimin, pero Taehyung y Seokjin sí.

»El chico que los atendió les dijo que Camile era comadrona del lugar, ella elegía los atuendos de las estrellas y antes también era una, pero que en estos momentos se dedicaba a cantar los viernes por las noches.

»Taehyung dijo que Camile era muy estricta y que las chicas creían que había asesinado a algunas de sus compañeras.

»El dueño del lugar era el copiloto de la camioneta que secuestró a Yoongi, pienso que lo obligaron a trabajar en ese lugar. ¡Tenemos que clausurar e investigar ese hotel ya! Si Yoongi no está ahí, entonces podremos salvar a muchas víctimas.

Jiho tocó el hombro de Jungkook, luego lo miró con ojos tristes, con ojos que reflejaban el dolor en impotencia de un padre que perdió a una hijo de una manera injusta.

—Te aseguro que mañana por la mañana ese lugar estará clausurado.

Jimin sonrió al ver las fotografías de Jungkook siendo un bebé, sintió un pinchazo en el corazón al ver que en cada foto su hermano estaba con él. A medida que crecían Jungkook se iba quedando en la misma estatura y Yoongi crecía más y más.

—Yoongi se burlaba de Jungkook, le decía que si no crecía iba a tener que usar tacones para alcanzarlo. —Bianca acarició una fotografía en la que Yoongi sonreía abrazando a Jungkook y él estaba con el ceño fruncido.

—Es muy bonito —musitó Jimin.

—Un día de pronto Jungkook creció y los chistes de Yoongi acerca de su estatura terminaron. Siempre fueron unidos. —Bianca sonrió—. Perderlo fue un golpe duro para todos...

—Pero pueden encontrarlo, Jungkook encontró al sujeto que se lo llevó.

—Soy su madre, mi corazón me dice que Yoongi puede ya no estar entre los vivos...

Jimin no dijo nada, él puso su mano encima de la de Bianca con delicadeza brindando su apoyo emocional. Ambas sonrieron.

—La comida está lista —dijo la empleada doméstica al llegar a la sala de estar.

—¡Pues vamos! —Jiho se encaminó al comedor.

Bianca le sonrió a Jimin y lo tomó de las manos pidiéndole que se pusiera de pie, él obedeció.

Los cuatro comieron alegres olvidando por unos instantes los problemas que estaban viviendo, parecían una familia feliz de televisión. Jimin se quedó en silencio observando a la familia Jeon disfrutar de la comida. ¿Eso era una comida familiar? Él nunca experimentó una, siempre comía acompañado de su mamá o solo en su habitación. Las pocas veces que comió en el comedor de su casa fueron distintas, a pesar de que en ese tiempo se sintió feliz porque tenía a Camile. Aún así añoró la calidez de una verdadera familia.

De pronto Jungkook recibió una llamada telefónica, al contestar se quedó mudo durante varios segundos y su piel palideció

—¿Hola? —dijo luego de un par de segundos.

—Mi hijo está contigo. ¿Cierto? —Jungkook contuvo la respiración al escuchar la voz de Camile, quien trataba de mantenerse serena.

Jungkook tapó la bocina del celular mirando a Jimin a los ojos.

—Es tu mamá... —Jimin amplió los ojos sorprendido—. Llama desde el celular que te di.

—Está contigo, quiero hablar con él —dijo Camile al otro lado de la línea apretando los puños. Un silencio incómodo se generó en ese momento.

—Quiere hablar contigo...

—Dame el teléfono —musitó Jimin. Jungkook le entregó el celular para que enfrentara a su madre.

—¿Mamá?

—¡Cariño! ¡¿Estás bien, dónde estás?!

Los sollozos de Camile conmovieron el corazón de Jimin, quien deseó en esos momentos abrazar a su madre con fuerza y decirle que no llorara, que estaba bien, que estaba sano y salvo, que Jungkook era un maravilloso hombre, que la noche anterior dejó de ser niño, que se convirtió en hombre y que fue una experiencia maravillosa...

—Estoy bien —contestó en un hilo de voz.

—Y ¿dónde estás?

Camile tenía los ojos enrojecidos y se estaba mordiendo la uña postiza del dedo pulgar con fuerza mientras le sudaban las manos.

—Yo... Iré a casa para hablar contigo. —Jungkook amplió los ojos negando con la cabeza.

—Bien, aquí te espero.

—Nos vemos. —Jimin finalizó la llamada y se puso de pie.

—¿De verdad piensas ir a hablar? ¡Jimin tu madre es la causante de tu enfermedad! —Jungkook lo tomó del brazo que no estaba herido.

—Déjalo que vaya, después de todo es su madre —dijo Bianca.

—Ella no es el tipo de madre con la que estás a salvo. —Jungkook apretó los labios.

—Entonces acompáñala. Son las cuatro de la tarde, en dos horas tenemos que estar en la rueda de reconocimiento. Todavía tienes tiempo —comentó Jiho desde su asiento.

—¡Y suéltale el brazo, no trates de imponer tus ideales sobre los de Jimin! —Bianca lo regañó.

—Bien —Jungkook soltó su brazo—. Te acompaño.

Jimin asintió con la cabeza, ambos se despidieron de los señores Jeon y subieron al auto. En todo el camino Jungkook no emitió palabra alguna, él no quería exponer a Jimin a las locuras de Camile, pero cayó en cuenta de que Bianca tenía razón: Era su madre y Jimin debía ser capaz de tomar decisiones por si mismo aunque a él no le agradaran. Llegando a la casa se bajaron al mismo tiempo y tocaron la puerta. Era la primera vez que Jimin tocaba la puerta de su casa y se sintió extraño para él, luego de varios segundos Camile abrió con una enorme sonrisa dibujada en los labios, abrazó a Jimin con efusividad y los invitó a pasar.

¿De verdad fue una buena idea regresar a casa? ¿Camile se prestaría a dialogar?

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