☁️Capítulo 14☁️
Jeon Yoongi disfrutaba de un paseo solitario en el parque de la ciudad. Comía un helado porque era su día libre de dieta, ese día decidió salir a dar un paseo solitario en el parque de New York porque siempre estaba acompañada de Jungkook, Namjoon, Taehyung, Hobi y Seokjin. Su círculo de amistad era reducido desde preparatoria porque cinco años atrás al ser extranjero junto con su hermano muy pocos les tenían paciencia para mostrarles sus costumbres y la ciudad. Él era de ese tipo de chicos que no necesitaba compañía para pasarla bien, incluso a veces sentía que estar solo era mucho mejor que estar acompañado. Por eso el paseo le era grato. En su espalda colgaba la mochila negra con su vestuario y sus zapatillas de ballet que sobresalían al ser amarradas estratégicamente para que no se cayeran. El día era soleado, él tenía gafas de sol oscuras, cuando se las quitó para observar a su alrededor un hombre de unos treinta y cinco años aproximadamente se acercó a él ofreciéndole una tarjeta blanca.
—Encajas con nuestro perfil, si te interesa audicionar contáctanos.
—Oh, ¿de qué trata el trabajo? No me vendría mal distraerme —Sonrió.
—Buscamos chicas y chicos hermosos y delicados, interesados en hacer distintas tareas en nuestro hotel. La paga es buena. —El hombre parecía amistoso, llevaba gafas de aumento, tenía el cabello rizado, camisa de cuadros de colores, pantalones color caqui y zapatos formales. Todo un friki.
—¿De mucamo?
—Si gustas puedes serlo. Pero veo que eres bailarín, también puedes audicionar para deleitar a los socios con bailes contemporáneos. —Acomodó sus gafas con nerviosismo al sentirse atraído por Yoongi—. La dirección del lugar está en la tarjeta y nuestro número de teléfono también.
—¿Cuando son las audiciones?
—Es solo una audición lindo, y es mañana.
—¡Oh, que afortunado soy entonces!
—Seleccionamos pocas personas, por favor ve solo.
Yoongi sonrió asintiendo con la cabeza, luego se despidió del amable hombre y siguió su paseo en el parque. Con rapidez se dirigió a casa, para prepararse y audicionar al día siguiente.
—¿Me quito esto? —Lentamente se desabrochaba el cinto de seda que rodeaba la elegante bata para dormir. Hobi tragó saliva enrojecido por el momento erótico que estaba presenciado. ¿De verdad la verían desnuda? ¿De verdad aprovecharían para disfrutar de los servicios previamente pagados?
Jungkook miró con diversión a su amigo tragar saliva, pasó la mano por su cabello y con pasos lentos, pero firmes caminó hasta llegar ante la chica. La tomó de las muñecas con delicadeza, al mismo tiempo que negaba con la cabeza, ella amplió los ojos conteniendo el aliento a causa del nerviosismo. ¿Qué le iba hacer Jungkook? Él la miró directo a los ojos, después la soltó de las muñecas tomando el cinturón de seda y haciendo un nudo en forma de moño impidiendo que la chica se desnudara. Ella lo miró sin comprender lo que quería, estaba acostumbrada a todo tipo de trato y en la mayoría la desnudaban al instante. Jungkook se sentó en el borde de la cama invitando a Hobi a su lado con la mirada.
—¿Cuál servicio desean, caballeros? —preguntó en un hilo de voz mientras su piel se erizaba.
¿Ellos eran de la clase de clientes que no querían sexo y placer? ¿Eran de la clase de clientes que preferían atrocidades?
—Dime tu nombre —dijo Jungkook al fin. Ella dio un paso hacia atrás a causa de la sorpresa. Estaba prohibido decir los nombres para evitar lazos emocionales con los clientes.
—Soy su estrella, mi trabajo es brillar para usted de la manera que me pida. —Tragó saliva nerviosa.
—Soy Jungkook, él es Hobi. Siéntate, debes estar cansada. —Sonrió al palmear el lado vacío de la cama a un lado suyo.
Ella se sentó mirándolos confundida porque todavía no entendía la clase de servicio que querían.
—Nuestro límite contigo es la muerte y ya que te tomas el trabajo enserio no habrá problema con lo que vamos a pedirte. ¿Cierto? —inquirió Hobi y ella asintió con la cabeza.
—¿Conoces a Camile? —preguntó Jungkook, la estrella negó con la cabeza—. Ella trabaja aquí, viene todos los viernes. Tiene aproximadamente cuarenta años de edad.
—No me es permitido hablar de mis compañeras, ni de su vida privada. —Apretó los puños.
—Bien. —Hobi se puso de pie, avanzando a la vitrina donde se encontraban los látigos—. Quizás si utilizo esto hablarás. ¿Verdad? Tenemos veinticuatro horas de servicio.
—Señor, puede hacer conmigo lo que guste, llevo años en el negocio; puedo soportarlo.
—¿Qué clase de empleo es este? —preguntó Jungkook alarmado—. ¿Puedes contestarme eso? —La miró directo a los ojos.
—¿Es su primera vez? —preguntó ella, Jungkook asintió—. Ya veo.
—No queremos hacerte daño, si nos dices lo que queremos saber nos iremos y podrás irte a casa a descansar.
—Puedo decirles de qué trata mi trabajo, pero no puedo dar nombres, números, ni información como la que quieren. —Hoseok iba a hablar, pero Jungkook levantó la mano en señal de alto para que callara.
—Bien, dime. ¿Cuál es tu trabajo?
—Convertirme en una estrella es mi trabajo. Soy la estrella para mis clientes, pagan por el servicio y nosotros cumplimos sus deseos.
«No hay límites para el cliente, el único establecido es: La muerte. Ustedes pueden golpearme, insultarme, hacerme lo que quieran y yo no pondré objeción.
»No sé si lo notaron, pero no tengo dos dedos de mis pies, eso es porque un cliente me los arrancó con sus dientes. Todas las habitaciones tienen silenciador de paredes para que los gritos de llanto y el placer no se escuchen. —Suspiró mirando la puerta.
—¿Te gusta trabajar aquí? —preguntó Hoseok sorprendido y ella sonrió de lado.
—Eso no importa porque una ves que firmas el contrato no puedes... Volver a casa.
—¡¿Te tienen aquí en contra de tu voluntad?! —Jungkook se puso de pie furioso.
—¿Crees que me gusta el dolor, el llanto y que me traten como objeto? —La estrella comenzó a llorar—. Si intento dejar el lugar no me lastimará a mí, lastimará a mi familia y después me obligará a enterrarlos. —Se limpió las lágrimas con brusquedad—. Por eso debo cumplir con el contrato y seguir siendo una estrella.
—¿Quién te lastimará? ¿Tu jefe? —preguntó Hoseok.
—Él es peligroso, si no quieren meterse en problemas no averigüen más y márchense. —Pasó sus temblorosos dedos atrás de sus orejas con nerviosismo—. Por favor, no digan que les dije esto. Si les preguntan digan que les di un excelente servicio, y...
Jungkook tomó ambas manos de la muchacha con fuerza. Asintió con la cabeza y dijo:
—Fuimos tus clientes, nada más. Ahora nos marchamos, cuídate estrella.
—Gracias. —Sonrió—. Algo más, todas las chicas y chicos de este lugar dejamos a nuestras familias y creen que estamos muertos...
Sin decir más ambos estrecharon la mano de la muchacha despidiéndose de ella. Caminaron juntos los largos pasillos y escaleras elegantes hasta llegar al lobby, ahí había una sala grande y elegante en la que gente adinerada de ambos sexos esperaban su habitación, otros estaban en el lado de apuestas o en la piscina. Hoseok se acercó a la recepción para regresar la tarjeta para abrir la puerta. El empleado le sonrió y lo despidió con amabilidad. Cerca de las puertas se encontraba Jungkook esperando a su amigo, sentado en la sala principal un hombre de traje verde metálico llamó su atención, él tenía un gafete que lo distinguía como el dueño del lugar. Jungkook lo conocía de algún lado... Pero. ¿De dónde? La mente del muchacho recapituló toda su vida hasta que llegó al momento exacto en el que miró ese asqueroso rostro por primera y última vez. Sus ojos se ampliaron, se aferró con fuerza al cristal de la puerta principal sintiendo que el aire se le iba. Hoseok al notar que a su amigo le estaba dando un ataque corrió para socorrerlo, la gente del lugar miraba sorprendidos la escena del muchacho asfixiándose, en ese preciso momento Seokjin y Taehyung bajaban las escaleras. Este último corrió para ayudar a su amigo mientras que Seokjin entregaba la llave de la puerta en recepción. Tae abrió los botones de la camisa de Jungkook, seguido de eso lo tomó en su espalda y salió corriendo del lugar. Hoseok y Seokjin los seguían. Los cuatro muchachos subieron rápido a la camioneta, Namjoon se giró en el asiento preocupado por la situación y Olivia pisó el acelerador.
—¡Vamos Jungkook, respira! —gritó Taehyung echándole aire con la boca.
—¡Era él, era él! —gritó Jungkook desesperado. Su piel estaba enrojecida.
—¡¿Quién?! —preguntó Hoseok.
—¡Él se llevó a Yoongi aquella noche, era él! —Jungkook giró el rostro mirando el hotel a lo lejos a medida que avanzaban.
Todos en el auto conocían a Yoongi porque la noticia del hijo de los Jeon desaparecido recorrió todo Estados unidos y parte del mundo.
—¡¿Y si Yoongi trabaja en ese lugar?! —preguntó agitado con lágrimas en los ojos.
Todos se quedaron en silencio deseando que fuera así. Deseando que Yoongi se encontrara en ese lugar.
—Olivia, conduce a mi casa. Tengo que informarle a papá para abrir una carpeta de denuncia e investigación.
—¡Hecho! —Olivia pisó el acelerador.
—¿Qué hay de Camile, descubrieron algo? —Jungkook y Hobi negaron con la cabeza.
—Trabaja ahí —dijo Taehyung—. Es comadrona de las muchachas, antes una estrella, pero ahora ella decide sus atuendos y todos los viernes por la noche canta para los socios del lugar. Como perdió el cuerpo de encanto tuvo que ejercer en otra área.
—El chico nos dijo que era muy estricta y que los trataba mal, incluso cree que ha asesinado compañeros.
—Un monstruo... —musitó Jungkook.
—Si Yoongi se encuentra en ese lugar significa que la madre de Jimin es cómplice de su secuestro... —dijo Namjoon.
—Todavía no sabemos, puede ser que ese maldito sea socio nada más. —Hobi apretó los puños.
—El imbécil traía gafete que lo identifica como jefe. —La mirada de Jungkook se fijó en el camino, por primera vez luego de cuatro años tenía una pista que podía dar con el paradero de su hermano y no la desaprovecharía.
En la cabeza de Jimin rondaban los momentos que pasó junto a Jungkook. Él salió a la calle, disfrutó helados, algodón de azúcar, pizza, karaoke, se subió a juegos mecánicos, corrió, se carcajeó, disfrutó de la vista hermosa del puente de Brooklyn, y se enamoró.
Hizo todo aquello que su madre le dijo que no hiciera y no resultó lastimado. ¿Por qué parecía que las palabras de Jungkook eran ciertas? ¿Por qué parecía que no era de papel?
Él estaba pintando nubes en el lienzo como de costumbre, de pronto al sentir frustración arrojó el frasco de pintura celeste al suelo derramándola en el piso. Su madre corrió hacia su habitación al escuchar el ruido, Jimin lo miró furioso cuando entró.
—¡¿Segura que soy de papel?! —preguntó en un grito. Camile amplió los ojos ante la rebeldía de su hijo.
—¡Tiraste la pintura a propósito! —gritó Camile.
—¡Dime! ¡¿Soy de papel?! —Jimin avanzó hacia su madre parándose frente a ella.
—¡Claro que lo eres!
—¡Pues comienzo a dudarlo! —El rostro de Camile enrojeció, levantó la mano con fuerza dándole una sonora cachetada a Jimin, fue tan fuerte que le dejó los dedos marcados en la mejilla.
—¿Te duele? ¡Es porque eres de maldito papel! —gritó furiosa empujándolo a la cama.
Jimin se tocó la mejilla conteniendo las lágrimas al ver que su madre se acercaba al área donde tenía todas sus pinturas, acuarelas y lienzos. Camile tomó los frascos de pintura derramando todos en el piso, después tomó los lienzos partiéndolos con fuerza por la mitad y por último rompió las pinturas que Jimin había realizado durante horas e incluso días.
—¡Mamá! —Jimin lloriqueó.
—No comprendo de dónde salió la rebeldía que tienes Jimin. Pero te juro que puedo ser peor que tú. ¡Si para mantenerte a salvo me tengo que convertir en un monstruo, entonces seré el peor de los monstruos! —dijo poniéndose la mano en el pecho, cerca del corazón. Después fingió estar mareada.
—¡Si para mantenerme a salvo te tienes que convertir en un monstruo que me atormente. Entonces me debería cuidar de ti! —contestó Jimin reuniendo coraje y valentía.
—Estupendo, ahora como el monstruo que soy. Te ordeno que limpies todo esto. —Señaló la pinturas.
Camile salió de la habitación, fue por escoba, recogedor, bolsas negras grandes, trapeador, una tina con agua y aromatizantes. Se los dejó a Jimin y salió azotando la puerta.
—¡Cómo si con eso fuera a romperme! —Jimin gritó con todas sus fuerzas.
Lo primero que hizo fue apilar los lienzos rotos adentro de las bolsas negras cerca de la puerta, después barrió los fragmentos pequeños recogiéndolos con el recogedor, los metió a la bolsa negra, y por último absorbió la pintura con el trapeador. Esa parte fue la más difícil y tardada para él, pero al terminar se sintió satisfecho.
Camile apareció minutos después en la habitación, llevaba bocadillos de sándwiches cortados en cuatro partes sin la orilla del pan, y de bebida agua de limón natural. Dejó la bandeja en la mesita de noche que estaba a un lado de la cama. Jimin se sentó junto a ella tomando un bocadillo sin mirarla a los ojos.
—Veo que ya puedes asear la habitación tú solo. Si lo que quieres es demostrar que eres adulto te dejaré hacer el aseo.
—No quiero demostrar nada... —murmuró.
—¿Entonces qué quieres, Jimin?
—Quiero ser normal, ya no quiero ser de papel. Incluso dudo que sea tan frágil como dices.
—¿Crees que me gusta que estés enfermo? —Los ojos de Camile se llenaron de lágrimas.
—Por eso no puedo salir, ¿verdad mamá? ¿Qué me pasaría si salgo de casa?
—Ya te lo he dicho. Si pones un pie fuera de casa enfermarás y morirás.
—¿Y si subo a un columpio del parque? —preguntó señalando el parque de enfrente que se veía a través del ventanal.
—¡No, no! —Camile dio un grito agudo—. ¡Los gérmenes del parque entrarían a tu sistema inmunológico. Sería cuestión de horas para que mueras! ¡¿Quieres eso, Jimin?!
Jimin bajó la mirada al atrapar a Camile en su mentira. Él fue al parque y nada de eso le sucedió, eso significaba que le estuvo mintiendo todo ese tiempo. Por eso Jungkook le pidió información del doctor Samuel, por eso se preocupaba por él.
—Lo siento mamá. No volveré a decir cosas como esas —mintió conteniendo las lágrimas.
—Quiero lo mejor para ti, mi muñequito. Olvida ya eso, concéntrate en tu bienestar. —Se puso de pie acariciándole el cabello a su hijo.
—Eso haré, buscaré mi bienestar.
Al caer la noche Jimin tomó el Nokia encendiéndolo escondido entre las sábanas. Tenía mensajes de Jungkook que leyó de inmediato.
Jungkook: Encontramos al doctor Samuel.
Jungkook: Tengo información valiosa acerca de tu enfermedad.
Jungkook: Jimin por favor. Que tu madre no descubra que contactamos a Samuel.
Jungkook: Mi príncipe, sufriste tanto todos estos años y estás por averiguar cosas que cambiarán por completo tu estilo de vida. Quiero que confíes en mí, te aseguro que voy a ayudarte porque te quiero. Porque te colaste en mis huesos y en mi corazón, porque mereces vivir en libertad.
Luego de leer los mensajes Jimin escribió con rapidez.
Jimin: Buenas noches Jungkook, al fin logré tomar el teléfono sin que mamá se entere. ¡Te extraño! Y te agradezco los buenos deseos que tienes hacia mí. Tienes razón, yo... Yo no soy de papel, he descubierto que mamá me miente, Jungkook quiero averiguar la verdad. Ella miente, siempre me ha mentido.
Jungkook le contestó de inmediato.
Jungkook: Buenas noches mi dulce Jimin, me alegra que abrieras los ojos por ti mismo. Pronto iré contigo, te contaré lo que sé, y enfrentaremos juntos a tu madre.
Antes de apagar el teléfono Jimin envío un último mensaje.
Jimin: Jungkook, he abierto los ojos y no quiero volver a cerrarlos.
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