6
Diciembre de 1908
-¡Tommy!- dice Newt corriendo hacia el grupo nada más verlos- pensé que seguirías mal. Iba a ir a verte.
Salta a su colo en un abrazo.
Ayer se les hizo tarde a Newt y a Thomas hablando de su semana y compartiendo algún que otro beso. Los chicos volvieron al atardecer y convencieron a Newt de irse a su orfanato con ellos porque quería quedarse a cuidar de Thomas. Newt y Thomas se despidieron con un abrazo y Newt se fue con Scott y Minho al orfanato de vuelta.
Hoy, Thomas por fin se levantó de la cama para darle una sorpresa a Newt aunque este último preferiría que su amigo siguiese en cama para quedarse solos de nuevo y hacer lo mismo que el día anterior.
-Todavía estoy mal, Newtie, pero no puedes irte así como hiciste ayer. Todos te llamaron cuando echaste a correr y no hiciste caso. Scott me contó la bronca que recibiste que la señorita Daisy al llegar.
Newt puso un puchero mientras que Thomas lo bajaba al suelo.
-Estabas enfermo y no te iba a ver y...
-Lo sé, Newtie- le sonríe con unas ganas insanas de abrazarlo.
-Él habría hecho lo mismo, Newt- dice Scott mientras Thomas se sonroja sabiendo que es verdad.
Newt sonríe radiante y abraza fuerte a Scott. Después a Minho.
-Ayer os echamos mucho de menos a los dos- dice Minho sonriendo.
Abraza a Isaac para continuar con Gally y Alby. Isaac parece que está más alto, ahora nos pasa a todos, pero sigue siendo algo bajito.
-¿Y Liam y Theo?- pregunta Newt confundido de no ver a los pequeños.
-En cama juntitos- dice Alby riendo.
-No entiendo. ¿También están enfermitos? ¿Necesitan mimos?- pregunta de nuevo el rubio.
Todos ríen menos Thomas que lo mira y sonríe con una ternura infinita. Su Newt es único.
-Están besándose, Newt- sonríe Scott- ¿sabes lo que es un beso? Llevan varios meses besándose un poco.
Newt se sonroja mirando de reojo para Thomas.
-¿Y se van a besar todo el día?- abre la boca sorprendido.
-Seguramente, esta semana no ha pasado una hora sin que se besasen- comenta Minho.
Newt asiente y de repente la mano de Thomas agarra la suya con firmeza.
-Id donde siempre, nosotros vamos a avisar a la señorita Daisy que ya estamos aquí.
Antes de que los niños pudiesen decir que la señorita Daisy ya estaba enterada de eso mientras merendaba antes con el señor Vernon ya se habían ido.
Newt confundido solo sigue a Thomas. Se paran detrás de la casa apoyados en la pared sentándose en el suelo.
-¿Que pasa, Tommy? ¿No íbamos con la señorita Daisy?
-Eh... después, es que... primero... yo quería...- Thomas tartamudea nervioso y resopla pasando su mano por la cara- ¿por qué esto tiene que ser tan difícil?- rosma.
Pero Newt no escucha lo último.
-¿Por qué estás tan nervioso, Tommy?
-Yo...- enrojece rápidamente sin mirarlo a los ojos- quiero besarte.
Newt lo mira sonriendo mientras está algo confundido.
-¿Y cuál es el problema?- pregunta Newt son una tímida sonrisa.
-Yo... pensaba que no... querrías- baja la cabeza mirando para la nieve- que no te había gustado. Hasta pensé que no querrías hablarme hoy.
Newt lo mira horrorizado.
-¿¡Cómo iba a querer eso, Tommy!? Yo te quiero, te lo dije ayer- se le ruborizan las mejillas lentamente por lo que va a decir- también me gustaron mucho tus besos.
-Oh- dice Thomas simplemente para ruborizarse.
Se quedan unos minutos en silencio los dos con las mejillas sonrojadas.
-Entonces... yo... bueno, tú y yo.... ¿podemos besarnos?- pregunta Thomas finalmente.
Newt sonríe feliz y se gira para mirar a Thomas. Solo asiente y espera a que Thomas se acerque primero.
Eso hace después de sonreír y juntan sus labios. Thomas muerde muy suavemente el labio inferior de Newt. Este siente un tirón de placer por su cuerpo, casi sin darse cuenta abre la boca dejando pasar la lengua de Thomas mientras que Thomas acaricia la mejilla de Newt con su mano.
Al separarse sonríen todavía con las mejillas algo sonrojadas.
-De... deberíamos ir con el señor Vernon y la señorita Daisy.
Newt se acerca a él tímido.
-Quedémonos un poco más- pide Newt acercando más su rostro al de Thomas.
-Pero solo dos minutos más- lo mira para juntar suavemente sus narices.
-Solo dos minutos- susurra Newt casi con anhelo.
Thomas sonríe escuchando el tono de Newt antes de volver a besarse. Están más de dos minutos besándose hasta que escuchan unas pisadas y los dos se separan rápidamente.
Se quedan en silencio para escuchar.
-¿Crees que sean los chicos? ¿Nos estarán gastando una broma por tardar?- pregunta Newt nervioso después de un rato en silencio.
Thomas se calla para ver si escuchan más pasos. Al cabo de unos minutos Newt se acerca a él en busca de protección y vuelven a escuchar pasos en la nieve. Son muy leves, la persona debe estar justo encima de una montaña de hojas que la nieve no llegó a cubrir.
La nieve también hace ruido, pero solo si estás cerca. Ellos con el bosque en un pequeño claro que hay desde la casa hasta el bosque y verían a alguien si estuviese lo suficientemente cerca cómo para escuchar las pisadas directas sobre la nieve.
Vuelve ese mismo sonido y Thomas se levanta rápidamente. Newt se levanta también y Thomas lo coloca detrás de él.
-Tommy, tengo miedo. Por favor, vayamos con los demás- Newt tira de la manga de Thomas.
-Shh, ya está, Newtie. Conmigo no te va a pasar nada- lo abraza apoyando su barbilla en la cabeza de Newt gracias a la altura que los separa. Newt pone su cara en su cuello protegido con la bufanda.
Se escuchan más pasos y ahora ve una sombra detrás de unos árboles no muy lejanos.
Newt se aferra más a la cintura de Thomas y niega con la cabeza en su cuello.
-No quiero, Tommy. No quiero- dice Newt.
Thomas le da otro beso en la frente y en los labios separándolo muy a su pesar.
-Ve adentro y avisa al señor Vernon, yo iré a ver quién es- Newt lo mira con horror.
-Ni sueñes que te voy a dejar solo, Tommy- pone un puchero y al escuchar más pisada se vuelve a pegar a él.
-Corre adentro, Newt- le dice sin más sin dejar de mirar la sombra que se mueve por el bosque. Malditos días nublados, si hiciese sol seguro que lo vería.
Entonces escucha a Newt llorar y Thomas separa por primera vez la vista del hombre fijándola en los ojos chocolate de Newt aguados y rojos.
-¡Tommy, no! ¡Vámonos Tommy! ¡Quiero irme! ¡Tengo miedo!- dice llorando y aferrándose a su amigo- ¡vámonos, vámonos, vámonos!
-Hey, hey, hey, ya está, Newtie. Me voy contigo ¿vale? Shh...- lo tranquiliza Thomas dándole muchos besos en los labios y las mejillas llevándose algunas lágrimas de por medio. Se las seca con los guantes y lo abraza por unos segundos para tranquilizarlo. Al ver que ya está algo más calmado y que la sombra no se ha vuelto a mover escuchando el llanto de Newt lo lleva adentro de la casa por la puerta de servicio- ya está, Newtie. Ya estamos bien, ¿vale? No me iba a ir y no iba a dejar que ese señor te hiciera nada.
-Tampoco te puede pasar nada a ti, Tommy- niega con la cabeza todavía llorando.
-Tampoco me va a pasar anda a mí, yo solo... SEÑORITA DAISY, VENGA AQUÍ- grita Thomas- yo solo quería ver quién era. Te juro que es Scott y lo... lo... le pegamos por hacerte llorar, ¿vale?- besa sus mejillas y Newt asiente lentamente. Se quedan abrazados hasta que Thomas vuelve a gritar- ¡SEÑOR VERNON! ¡SEÑORITA DAISY!
Segundos después aparecen los dos por la puerta de la cocina.
-¡Newt!- exclama la señorita Daisy corriendo hacia él y lo coge en su colo mientras que Newt la abraza secando sus lágrimas con su manga- ¿qué te ha pasado, mi amor? ¿Estás bien? ¿Te has hecho daño?
Thomas sin darse cuenta también está temblando de miedo. El señor Vernon se acerca a él abrazándolo.
-Thomas, ¿que pasó? ¿Estás bien? ¿Que le pasó a Newt?
-Vimos... vimos una sombra, estábamos detrás de la casa y oímos pisadas y nos separamos... seguimos escuchando en silencio hasta que en el bosque apareció una sombra- dice Thomas deprisa- era un hombre estoy seguro, pero no lo vi bien, solo era la sombra de un hombre. No nos pasó nada, pero Newt se asustó y yo algo también y...
Para un momento al ver a la señorita Daisy dejar a Newt en le suelo y este correr hacia Thomas en busca de protección.
-Ya está, Newtie. Estamos con el señor Vernon.
Escuchan las gritos de la señorita Daisy llamando a las niñas y los niños. Suerte que hoy solo vino el grupo de Thomas y un par de niños mayores que están cortejando a las mayores del orfanato.
Thomas separa a Newt para darle un beso, pero recuerda que está delante del señor Vernon y solo posa sus labios en su frente. Newt se queda quieto con los ojos cerrados. El señor Vernon se agacha y coge a Newt en el colo.
-¿Estás bien, pequeño?- le pregunta con cariño.
Newt solo asiente secándose las lágrimas. Lo baja y se abraza al brazo de Thomas. Este disimula acariciándole el pelo. La señorita Daisy entra alterada.
-Cierre la puerta, Vernon. La de la entrada está cerrada también. Hemos metido a sus muchachos con las niñas en el salón, están contándolos y preguntando si vieron algo raro Tiana, Susan y Rosa- mira a Thomas y a Newt sonriendo tranquilizadoramente- todo está bien, niños. Ya pasó.
Los dos se quedan donde están. El señor Vernon los mira fijamente.
-¿Qué hacíais en la parte de atrás niños?- pregunta serio.
Ellos se miran petrificados.
-Estábamos...- empieza Newt sin encontrar un excusa- estábamos...
-Nos estábamos besando, señor Vernon- dice Thomas para no hacerle pasar el mal trago al rubio- solo fueron unos pocos, íbamos a volver enseguida. Solo... nos apartamos cinco minutos.
Baja la cabeza avergonzado, Thomas sabe que les es permitido a los chicos estar juntos, pero con unas condiciones muy duras fuera del orfanato. Los dos adultos suspiran.
-Id arriba, niños- dice la señorita Daisy amable- en la habitación de Newt están vuestros amigos Thomas, decidles que hoy nos quedaremos todos aquí y que no interroguen mucho a Newt.
Thomas asiente va hasta la puerta. La señorita Daisy le hace un gesto a Newt para que se acerque. Este se acerca con la cabeza baja.
-Newtie, lleva un par de libros de la biblioteca y tus juguetes de la sala de juegos arriba, a tu habitación. Juntáis las camas y os echáis a jugar, ¿vale? En seguida Rosa os subirá en una bandejita un chocolate caliente a todos.
Newt asiente todavía con la cabeza gacha. La señorita Daisy sube su cabeza agarrándolo por la barbilla y le da un beso en la frente. Los niños echan a correr de la mano hasta arriba.
-¿Os ha pasado esto antes?- pregunta el señor Vernon acercándole una silla a la señorita Daisy.
-No. Nunca hemos tenido intrusos. Ni en el bosque, ni en la casa. Tiana controla muy bien nuestra seguridad y yo me encargo de que no quede nada abierto. Ni una sola ventana.
-Hoy ten más precaución, Daisy, por favor. A ver si Newt se tranquiliza para cuando nos vayamos...
-Quedaros a cenar e id por el camino iluminado todos juntos, así estarán más tiempo juntos y no os pasará nada- asiente acariciándole la mano por unos segundos. Se separan al ver a Susan y a Rosa entrar junto Tiana.
-Estamos todos, señores- dice Tiana- ¿quieren que vaya a mirar que fue lo que asustó a los niños?
-Sí. Gracias, Tiana- dice la señorita Daisy.
-Espera, Tiana- dice el señor Vernon- llamaré por teléfono a Luis y a Jorge para que vengan a ayudarte. Cuantos más ojos mejor.
Tiana asiente yendo a ponerse ropa de abrigo.
-Dejaré a Roberto a cargo de la casa junto el cocinero- menciona el señor Vernon sin hablarle a nadie en concreto pero la señorita Daisy asiente y este abandona la cocina.
-Rosa, hazles un chocolate caliente a los niños, por favor. Sobretodo lo necesitan Newt y Thomas. Susan, vuelve con todos los niños y diles que se queden juntos en el salón, no me fío de que los muchachos no aprovechen el caos con las chicas. Leales un cuento o hablen un poco, distráigalos.
Las dos chicas asiente y la señorita Daisy sube a ver a los niños. Justo cuando entran todos se están abrazando.
-¿Estáis mejor, niños?- pregunta sentándose en la cama con todos.
-Sí señorita Daisy, gracias- dice Newt sonriendo. Thomas a su lado la mira interrogante.
-¿Van a mirar quién estaba fuera?- pregunta el castaño.
La señorita Daisy asiente.
-Vendrán Luis y Jorge. Por ahora acomodaros. Quitaros la ropa de abrigo, os traeré mantas y cuando Rosa os suba el chocolate me encargaré de venir a contaros yo mismo un par de cuentos de los libros que ha subido Newt.
Thomas asiente lentamente y los niños gritan contentos por tener chocolate, cuentos y juguetes. Todos se preparan para una tarde tranquila mientras la señorita Daisy le sigue dando vueltas a quién podría estar fuera espiando a los niños.
Solo esperaba que no quisiese hacerles daño a ninguno.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top