12
Septiembre de 1909
-Newtie...- dice Thomas con cuidado- son las 11, Newt. Deberíamos levantarnos.
Lo mueve un poco de sus brazos pero Newt se aferra a él.
-Newtie, sé que estás despierto- medio sonríe Thomas y empieza a hacerle cosquillas en la barriga a Newt quién ríe con ganas dejándose hacer y provocando que Thomas se ponga encima para que el pequeño siga riendo porque le hace bastante falta.
Al final, Newt sonriendo para a Thomas cogiéndolo de las manos y Thomas le devuelve la sonrisa con ganas hasta que Newt gira la cabeza y su sonrisa se va apagando poco a poco. Cuando vuelve la mirada a Thomas tiene los ojos rojos y Thomas lo abraza sin dejarle mucho margen a que siga reaccionando a lo de ayer.
-No quiero levantarme Tommy...- se mete debajo de las sábanas tapando su cabeza.
Thomas cierra los ojos evitando un suspiro.
-Tienes que hacerlo, Newt. No podemos quedarnos todo el día en cama. No sé cómo me han dejado quedarm...- en ese momento la señorita Daisy toca la puerta.
-Hola chicos- dice hablando bajo al entrar- ¿tenéis hambre?
Thomas mete la cabeza para mirar a Newt y este solo niega con la cabeza serio. Al entrar la señorita Daisy, cierra la puerta con el pie lentamente.
-La verdad es que no tenemos mucha hambre- dice Thomas.
La señorita Daisy borra su pequeña sonrisa y asiente.
-Os lo dejo aquí por si os apetece después. Dos tazas de humeante chocolate con un par de croissant para cada uno están en una pequeña bandeja que la señorita Daisy deja en la mesilla del lado e Thomas.
Se siente en la cama en frente a Thomas. Destapa con cuidado a Newt quién vuelve a estar llorando.
-¿Quieres venir, cielo?- la pregunta la señorita Daisy sonriendo un poco y abriendo sus brazos. Newt la mira medio horrorizado y se pega a Thomas mientras que este enrojece.
-Newt... tenía que haberte dicho antes... Hay algunas personas que pueden llevarse a más chicos y chicos como se llevaron a Erica. Esto es un orfanato y nunca te lo he explicado, pero...- coge aire- aquí normalmente los niños no se quedan más de tres años pero al ser un pueblo pequeño, son muy pocas las ocasiones en las que alguien viene aquí para adoptar a alguien. Sabía que tenía que contártelo, pero no quería que ya desde más pequeño tuvieses el miedo que pasara lo de ayer... Sé que duele cariño, duele mucho. Pero prefiero que te duela ahora a que hubieses vivido con el miedo de si se llevaría a alguno hoy o mañana. Incluso si se podrían haber llevado a Thomas.
El niño la miro sorprendido.
-Nunca se van a llevar a Tommy, señorita Daisy. Me lo ha prometido- dice serio pero con notando orgullo. Thomas baja la cabeza reprimiendo una sonrisa.
-Me escaparía para verte todos los días, Newt- dice abrazándolo más fuerte por lo hombros.
-Eso no lo podríais evitar, chicos. No se puede evitar. No podríamos haber evitado lo de Erica.
-Quiero seguir durmiendo, señorita Daisy- dice Newt con dureza soltándose de Thomas dándole la espalda a los dos. Se sorbe la nariz y la señorita Daisy suspira y se levanta de la cama. Thomas está por levantarse, pero Newt se gira rápidamente agarrándole de la mano e impidiendo que se levante.
-Newtie...- empieza Thomas.
-Señorita Daisy, Tommy se va a quedar aquí conmigo- dice serio dejando tan sorprendida a la señorita Daisy y a Thomas que los dos se paralizan.
-Después vendré a explicaros más cosas chicos, es hora de que sea un poco más sincera con vosotros.
La señorita Daisy sale de la habitación cerrando la puerta detrás de ella.
-¿Sincera?- pregunta Thomas confundido nada más irse- ¿sabes a que se refería, Newt?
El rubio se encoge de hombros haciéndole un sitio a Thomas. Este se mete dentro con el pequeño hasta que lo mira y se levanta hacia el armario.
-Tommy... quiero dormir, ¿puedes venir a la cama?- protesta con un puchero.
-Voy, es que no puedes dormir con ropa de la calle, Newt.
Newt lo mira divertido.
-Tú lo hiciste también.
-No es mi cama.
-Cómo si lo fuera- protesta Newt levantádose junto a él.
Va hacia el armario y saca dos pijama calentitos.
-Si me lo pongo yo, te lo pones tú- repone Newt.
Thomas lo mira estupefacto sin coger el pijama, frunce el ceño y se cruza de brazos.
-Tommy... de verdad que no quiero discutir- da un pequeño suspiro- por favor, Tommy. No quiero salir de la cama y no quiero que te vayas, necesito que estés conmigo- se le rompe la voz al final y en cuanto le empieza a temblar el labio Thomas le quita el pijama y Newt se da la vuelta rápidamente para ponerse en la cama.
Los dos se ponen el pijama sin ni siquiera mirarse. La verdad es que Thomas tiene que admitir que está mucho más calentito ahora con el pijama del niño. Coge una de las tazas alcanzándosela a Newt.
-Tommy, no quiero nada.
-Vas a bebértela, Newt. O te la hago beber- dice simplemente el niño.
Newt resopla medio enfadado.
-Yo solo quería que me abrazases y me dieses besos.
Thomas enrojece al ver el desparpajo de Newt.
-Bueno, eso después.
Nada más acabar el desayuno están en cama mirándose tranquilamente. Thomas se lleva fijando desde ayer que la mano de Newt pocas veces deja de acariciar su propio pecho.
Thomas en un momento lleva su mano al pecho de Newt interrumpiéndole los movimientos al rubio.
-¿Por qué haces eso Newt? Llevas des ayer por la noche haciéndolo- lo acaricia él lentamente por encima de la camiseta ignorando como la piel de Newt se pone de gallina.
-Porque duele, Tommy- responde simplemente encogiéndose de hombros y acercándose un poco a él.
-A mí también me duele- asiente Thomas. Siente un vacío dentro que le molesta y está seguro que es por la marcha de Erica.
-¿Te duele tanto como a mí?- pregunta Newt susurrando.
-No lo creo- sonríe levemente- cuando estoy aquí estamos todos juntos. Los niños, tú y yo o tú y yo solos.
Newt asiente entendiéndolo. No es lo mismo.
-¿Pero te quema? ¿No te parece que no te deja en paz?
-No, es más bien... Que me falta algo- dice triste.
-A mí también me pasa, pero me quema la garganta como cuando Tiana calienta demasiado el cola-cao- responde Newt.
-Erica es muy buena, Newt. Y te quiere, nunca te va a olvidar. Y estoy seguro que vaya a donde vaya intentará volver o intentará enviarte cartas- le dice Thomas mientras sigue acariciándole el pecho.
Los ojos de Newt se vuelven a humedecer.
-Ella... ella sabía todo Tommy, sabía todo de mí. Sabe más cosas de mí que yo, era mi hermana mayor, era...
-Es- interrumpe Thomas.
-Ya no está...- le responde Newt dejando caer las lágrimas por sus ojos.
-Pero está bien y algún día te encontrará de nuevo. Erica es demasiado buena en todo para no hacerlo- lo anima Thomas. Con su otra mano libre seca sus lágrimas.
-No va a volver, Tommy. Me ha dejado como lo hicieron papá y mamá y no va a volver- se rompe de nuevo.
-Quién te abandona como tus padres no sabe lo que hace, Newt. Eres... eres... el niño más bueno que he visto. Superas a todos los niños del mundo porque no hay nadie ni más bonito, ni más bueno que tú.
Newt sonríe triste a lo que dice Thomas y se junta a él para abrazarlo mientras se vuelve a dejar envolver por la tristeza y las lágrimas. ¿Cómo un niño de solo nueve años puede sentir tanto dolor?
La señorita Daisy no aparece para hablar con ello lo que debería haber hablado y tampoco sube a la habitación más de lo necesario viendo que Newt se niega a tocarla siquiera. Sabe que la odia y que el rencor lo va a tener guardado para siempre.
La semana pasa entre lloros y algún que otro llanto fuerte del niño que no se separa de los brazos de Thomas.
(...)
-¿Estás seguro de que me puedo ir?- pregunta Thomas indeciso vistiéndose. Realmente lleva 7 días en cama de Newt cambiándose el pijama de vez en cuando y ya se ha acostumbrado a dormir con su rubio y a tranquilizar sus lloros y rabietas.
-Sí, Tommy. De todas formas... no puedes quedarte aquí para siempre aunque te necesite- dice Newt encogiéndose de hombros.
-En nada es el cumpleaños de Scotty y seguro que eso te anima- se acerca a sus labios y le da un pequeño beso y se separa para acabar de ponerse la camisa.
-Seguro- sonríe Newt para tranquilizarlo. Pero en el fondo sabe que dentro de él algo se ha roto y no volverá nunca más ha ser arreglado.
-Si necesitas que me quede algún fin de semana hablaré con el señor Vernon y si veo que vuelves a estar demasiado mal hablaré yo mismo con la señorita Daisy- le comenta poniéndose el abrigo, el gorro y los guantes.
Siendo domingo de nuevo ya le toca volver con los chicos que le están esperando abajo.
-Vale- asiente Newt sabiendo que no lo hará realmente. No cree que le importe a nadie lo suficiente para eso.
-Esto...- Thomas se rasca la cabeza sonrojado- te voy a echar de menos, Newtie... Más de lo normal.
A Newt se le revuelve algo en el pecho dejando a un lado por un momento el dolor por Erica.
-Yo también Tommy- sonríe sincero y se acerca a él. Cuando se están a punto de besar Minho tira piedras a la ventana de Newt.
Los dos ruedan los ojos y se acercan a abrirlo.
-OH, ROMEO, ROMEO. DEJA A TU HERMOSA CAPULETO Y BAJA CON TUS NOBLES AMIGOS- todos se ríen viendo la actuación el chino.
-VETE A BUSCARTE UNA JULIETA, MINHO Y DÉJANOS A NEWT Y A MÍ EN PAZ- resoplo Thomas cerrando la ventana. Newt suelta una pequeña risita y aleja a Thomas de la ventana- ¿te ha hecho gracia?- alza una ceja mirándolo.
Newt solo se encoge de hombros asintiendo.
-Muy bien. Adiós, Romeo- dice de broma.
-Nos vemos el viernes- dice Thomas simplemente sonriendo. Se acercan y se dan un beso lento.
Al final tienen que separarse porque Minho empieza a volver a recitar versos de Romeo y Julieta.
Thomas baja corriendo y Scott lo abraza seguro diciéndole que lo ha echado de menos. Se van por el camino de siempre mientras Thomas intentando darle collejas a Minho que sigue con sus movimientos raros imitando a Shakespeare y con un Newt mirándolos desde la ventana para después meterse en la cama a dormir de nuevo sintiendo esta vez dos ausencias que le duelen.
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