cinco.


—¿Y bien?

El tiempo parecía haberse detenido: Josh y yo seguíamos tomados de la mano, observando a Lucas quien nos miraba confundido y ahora, alzando ambas cejas.

—Llegaste, Huckleberry.

Sip, es todo lo que pude decir, sin mover mi mano ocasionando que Lucas cruzara ahora sus brazos.

—Así que, ¿interrumpo algo? —cielos, en verdad no iba a parar con esa pregunta.

—Qué tal, Lucas —intervino Josh con una sonrisa finalmente soltando mi mano—. Hace mucho no nos veíamos.

—Sí, bastante... ¿y por qué te estoy viendo ahora?

Tanto Josh como yo fruncimos el ceño ante la manera en que aquella pregunta salió de su boca. Podía estar alucinando pero estaba casi segura por su tono que Lucas estaba... ¿enfadado?

—Solo estábamos charlando.

—Ah, ¿sólo eso? —soltó de forma burlona confundiéndome aun más.

—Tengo el presentimiento de que tenían algo pendiente así que... —contestó Josh poniéndose de pie.

Sip, ahora confirmaba que no podía estar más confundida. Es decir, Lucas y Josh nunca fueron lo que se podría decir "amigos", pero nunca supe que hubiera algún problema o algo entre ellos que hacía que Lucas estuviera hablándole de esa manera.

—Sí... creo que mejor me voy ahora —sonrió extrañado Josh—. Solo... solo quería que lo supieras. Es en serio, Maya.

Habló hacia mí dándome una última mirada antes de salir del lugar dejándome por primera vez a solas con Lucas.

—¿Qué fue todo eso, Huckleberry? —cuestioné dura.

—No lo sé. Esperaba que tú me contestaras la misma pregunta —respondió en el mismo tono que yo.

—¿Qué ocurre? ¿Tu caballo murió o algo? ¿Qué te...?

—Los vi —me interrumpió solo logrando confundirme más—. Los vi tomados de las manos.

Sentí la necesidad de callarme ante sus palabras. Es verdad que me preocupó el que Lucas nos viera tomados de la mano al hallarlo frente a nosotros, pero luego de la manera en que le había hablado a Josh y la manera en que me estaba hablando ahora, aquella preocupación se esfumó y se vio reemplazada por confusión, suficiente para hacerme soltar una risa burlona.

—¿Y?

—Y no sé que clase de juego estés jugando, Maya, pero yo fui honesto contigo el otro día.

—¿Honesto con qué? ¡¿De qué demonios estás hablando, Lucas?!

—Te dije lo que sentí después del casi beso. Me dijiste que sentías lo mismo y que estabas sola, pero ahora...

—¿Ahora qué? —fui yo quien lo interrumpió esta vez—. ¿Me ves tomada de la mano de un chico e inmediatamente piensas que te mentí?

—No es cualquier chico, Maya, es Josh...

—¡Exacto! —alcé mi voz—. Lo conoces, sabes que me ha gustado por tres años.

—Tal vez ese sea el problema... te gusta otro chico y eso siempre estará en el medio de los dos.

—¿De los dos? —repetí—. Lucas, no estamos juntos así que no entiendo de dónde está viniendo esta escena de celos.

Dije sin pensarlo, pero la furia se apoderó de mí al no saber porque Lucas estaba actuando de esa manera.

Pensé que todo estaba bien entre los dos, que exploraríamos nuestros sentimientos y veríamos a dónde nos llevaba eso, pero estaba comenzando a pensar que Lucas creyó que ya éramos algo, de otro modo no me podía explicar, ¿por qué le molestaba tanto que Josh y yo nos hubiéramos tomado de las manos?

Él conocía Josh. Sabía que antes de tener sentimientos por él los tuve por Josh. Sabía que toda esa basura del juego a largo tiempo era el único motivo por el cual no estábamos juntos ahora.

—Tienes razón —suspiró—. Tal vez tenías razón, sólo nos haríamos pedazos.

—Yo no dije eso, Huckleberry —negué—. Pero no quiere decir que no sea verdad.

Riley fue quién lo hizo, y hasta ahora me rehusaba a creer que pudiera ser cierto. Pero ya no más. Solo nos bastó entender que estábamos en la misma página para comenzar con esta pelea sin sentido.

—Entonces lo qué pasó tal vez sí fue un error después de todo.

Soltó siendo yo ahora la que suspiró. ¿Así que esto era todo? Sabía que algo qué pasó tan rápido no podía ser real. Fue por eso que me fue difícil creer que Lucas sintiera lo mismo que yo de nuestro casi beso. Todo tenía más sentido ahora.

—Estoy de acuerdo.

Asintió y mirándome una última vez, se fue de la misma manera que Josh lo hizo minutos atrás. Y ahora estaba sola de nuevo y más confundida que nunca.

De nuevo, quería sentirme feliz por lo que había pasado con Josh antes que Lucas llegara hecho un loco y diera inicio a nuestra pequeña pelea. Pero no podía, no después de lo que había pasado con Lucas.

Es decir, estaba de acuerdo con él, habíamos discutido por algo tan estúpido sin siquiera ser pareja, ¿qué podíamos esperar si realmente fuéramos una? No lo sabía y ahora quizá nunca lo haría.

•••

Un largo bostezo salió de mi boca realmente enfureciéndome esta vez. Estaba comenzando a hartarme de mis emociones que me estaban impidiendo dormir desde esta última semana.

Vaya, es el segundo en menos de un minuto. ¿Estuviste viendo de nuevo Los Diarios del Planeta Rojo?

Una pequeña risa se escapó de mi boca al escuchar a Riley a través de la pantalla de mi computadora donde nuestra videollamada estaba sucediendo.

—Ojalá —suspiré—. Tengo mucho en mi cabeza ahora, Riles.

—¿Qué ocurre? ¿Pasó algo, Maya?

Preguntó Riley con una mirada preocupada haciéndome arrepentir al instante de haber hablado sin pensar en mis palabras. ¿Cómo podía decirle que parte de lo que me pasaba tenía que ver conmigo casi besando a su ex novio... de nuevo?

—Eh...

Tal vez no esté ahí pero sabes que cuentas conmigo, preciosa.

Suspiré bajando mi mirada un tanto avergonzada de mí. Sabía que Riley lo entendería, es decir, era Riley. Pero aun así, no podía, porque no solo habían pasado cosas entre Lucas y yo —que ahora parecían haber terminado— pero también con su tío, Josh.

—Lo sé, Riles, en serio lo hago, es solo que... no sé cómo decírtelo —confesé un tanto avergonzada.

Maya, sea lo que sea, yo...

—Pasó algo, Riles —finalmente me armé de valor para decirlo—. Entre Josh y yo.

Sí, sabía que eso no era todo pero realmente no podía hablarle sobre Lucas, quizá no aun. Riley alzó ambas cejas sorprendida y esperando que terminara mi oración.

—Vino la otra noche a mi ventana, estaba borracho y lo dejé entrar. Charlamos y... como que pasamos la noche juntos...

¿Pasaron la noche? —preguntó sin perder un segundo—. ¿De... de esa man...?

—¿Qué? ¡No! No, de ninguna forma.

Exclamé incrédula logrando que ella suelte un suspiro de alivio. ¿Qué mier...? Luego de la pequeña lección de salud de Smackle el año pasado, Riley prometió que nunca pero nunca siquiera pensaría en... eso, ¿y ahora?

¿Entonces por qué dices eso? —alzó su voz.

—Porque lo hicimos y no me refiero a eso, ¡¿por qué pensaste en eso?! —alcé mi voz también.

Porque es un universitario, Maya, tú sabes lo que los universitarios hacen.

Por más que quisiera discutir eso, no podía. Sabía que era cierto, fui yo quien le dijo que sabía que no era la primera chica con la cual pasaba la noche, sin saber en ese momento que realmente lo era... no de esa manera al menos.

—Bueno, no lo hicimos, así que, ¿puedes no volver a hablar de eso jamás?

Aguarda, ¿entonces qué significaba que pasaron la noche juntos?

Suspiré—. Ya te dije, estaba borracho así que lo hice quedarse en mi habitación porque no me sentí cómoda dejándolo ir por las calles en ese estado. Comenzamos a hablar y lo siguiente que recuerdo es despertar a su lado.

Inconscientemente, una sonrisa se dibujó en mi rostro mientras que recuerdos de esa noche se hicieron presentes en mi mente. Riley obviamente notó esto porque no pasó mucho antes que ella dibujara en su rostro esa misma sonrisa.

¿Sonreímos? —inquirió pícara—. Te gustó, ¿no es así?

—No es como si nunca antes lo hubiera imaginado pero... —mordí mi labio—. Fue mucho mejor de lo que hubiera creído. No sólo haber pasado la noche juntos.

¿A qué te refieres?

—Ayer fue a Hunter's y charlamos... me dijo que había pasado la mejor noche de su vida conmigo y que no creía que los tres años importaran más.

Maya, eso es increíble, deberías estar feliz.

Habló entusiasmada y por mucho que sabía aquello, y que quería que así fuera, aun estaba esa pequeña gran cosa que me impedía ser la persona más feliz de la tierra en ese momento, y esa cosa tenía nombre y apellido: estúpido Huckleberry McBoingBoing.

—Lo sé, es solo que... ¿estarías de acuerdo con eso? —pregunté tímidamente.

Maya, lo único que quiero en la vida es que seas feliz.

Una sonrisa sincera se dibujó en mi rostro. Obviamente sabía que Riley era mi todo y ahora sabía que ella aun se preocupaba por mí, incluso a kilómetros de distancia de aquí.

Hola, Riles.

Una voz inglesa se escuchó entre el silencio que brevemente se había formado y sin dudarlo, Riley giró sonriendo más grande que nunca a quien sea que fuera aquel chico.

¡Leo! —gritó levantando su mano y bajándola al instante—. ¡Leo! —gritó de nuevo—. Leo, hola.

No pude evitar reír a carcajadas ante las reacciones de Riley. Ahora sabía que sin estar ahí, ella realmente pensaba en mí y en todas las veces que le había dicho: mano y voz de adulta, suficientes para que lo hiciera ahora por su cuenta.

Ah, no... no me di cuenta que estabas hablando con alguien —se disculpó Leo.

No, está bien... es mi mejor amiga, Maya. Ven a saludarla.

Sonrió y el tal Leo apareció en mi pantalla saludándome con su mano. Vaya, sin duda era lindo, era una especie de Huckleberry inglés con ojos verdes y una sonrisa igual de grande que la de Riley.

Hola, así que tú eres la famosa Maya.

No estoy segura de lo de famosa pero...

Riley no deja de hablar de todos ustedes. ¿Realmente existe un Farkle?

Reí—. Solo en mi vida entera. ¿Habla de nosotros?

Todos los días. Es casi como si todos los conociéramos ahora y todo lo que hicieron juntos. Nos contó sobre cómo ayudaron a esa chica Smackle. Cuando Zay llegó. Y obviamente que tan importante eres para ella. Parece ser que eres la mejor amiga que alguien pudiera tener.

Mi sonrisa no podía ser más grande. Así que Riley pensaba en mí todos los días, en mí y en Farkle, Smackle, Zay, pero, ¿y Lucas?

Pero estoy seguro que tienen mucho de que charlar así que mejor me voy. Te iba a invitar al cine... aun te debo tus caramelos rojos de la última vez.

Vaya, así que esto de Leo en verdad estaba pasando, lo suficiente para que él conociera a Riley tan bien. Riley me miró y miró de vuelta a Leo e inmediatamente entendí que estaba teniendo una lucha interna sobre si ir con él o quedarse conmigo. Pero la conocía, y sabía que por más que quisiera ir, se quedaría conmigo, porque ella era la mejor amiga que alguien pudiera tener, así que era mi turno de serlo.

—En realidad se me hace tarde para clases, Riles, así que...

¡Sí! —soltó emocionada—. Te amo, preciosa.

Reí—. También yo, linda. Diviértete en el cine.

Yo me aseguraré de eso. Fue un placer conocerte —intervino Leo.

—Sí, igualmente.

Adiós, preciosa.

Dijo Riley antes de cortar la videollamada que por primera vez en meses, me hizo dibujar una sonrisa en mi rostro.

Quizá se debiera al hecho de que no era más miserable que realmente me sentía agradecida que Riley estuviera así de feliz. Estaba acostumbrada a ser quien sufriera, pero Riley no, y si las cosas no estuvieran siendo tan increíbles para ella en Londres, probablamente no podría soportarlo. Necesitaba que fuera feliz. Así como ella, lo único que quería es que fuera feliz.

Y este chico Leo parecía hacerla realmente feliz, lo suficientemente feliz como para aparentemente olvidar a Lucas. Eso hubiera sido bueno saberlo antes, cuando estaba explorando mis sentimientos por Lucas, pero ahora aparentemente eso estaba terminado, así que quizá debía hacerle caso a Riley y estar feliz por Josh.

Solo deseaba que él aun sintiera lo mismo que me dijo que sentía ayer o de otro modo, está confesión con Riley fue para nada.

•••

—¿Y qué tal tu pequeña cita de estudio con Lucas?

Cuestionó Zay al momento en que cerré mi casillero obligándome a mirarlo frente a frente. ¿Luego de que Lucas y yo discutiéramos sobre Josh después de que me confesara sus sentimientos por mí? La mejor cita de estudio de la vida.

—No como yo esperaba —confesé cansada de inventar mentiras.

—¿Pasó algo?

—Nada de lo que debas preocuparte, Zay.

Sabía que era lo peor que podía decirle porque eso solo lo haría preocuparse aun más.

—Si Lucas hace algo o dice algo, Maya, me lo puedes decir.

—¿No era él tu mejor amigo? —cuestioné aun confundida de su repentina molestia con él.

—Tú lo dijiste... era —remarcó—. Lo conozco lo suficiente como para saber que algo le pasa y no quiero que te lastime de ninguna manera posible porque me importas, Maya.

No pude mantener mi mirada sobre la suya y desvié esta. Zay era el chico más bueno del mundo, probablemente más bueno que Lucas, al menos él se preocupaba por mí y mis sentimientos desde el inicio que realmente me sentía mal de ocultarle la verdad.

—Yo lo sé, Zay, y realmente lo aprecio.

—Eso quiere decir que no me vas a rechazar esta vez... —añadió dibujando una sonrisa en su rostro—. Cuando te invite al cine esta tarde.

—¿No tienes entrenamiento? —fruncí mi ceño.

—Sí, pero me siento mal de haberte abandonado ayer y sé que no tienes cabeza para nada ahora pero, escúchame antes de decir que no —suspiró—. Dejaré de intentarlo contigo porque claramente no estamos en la misma sintonía y lo entiendo, lo intentamos y no funcionó. Pero eso no significa que no quiera pasar tiempo contigo o que no me preocupe por ti porque lo hago... porque eres mi mejor amiga y espero que tú también sientas lo mismo.

Un suspiro de alivio salió de mis labios. Honestamente, con todo lo que había pasado últimamente, Zay había sido lo último en mi cabeza, no porque no me importara, lo hacía, demasiado que sabía que pasara algo con Lucas o con Josh, de cualquier forma terminaría rompiéndole el corazón.

Es por eso que escucharlo decir aquello se sintió como lo mejor del mundo. Lo último que quería hacer era herir a la única persona que verdaderamente se preocupó por mí todos estos meses, él también era el mejor amigo que alguien pudiera tener.

—También eres mi mejor amigo, Zay —ambos sonreímos.

—¿Eso es un sí al cine?

Reí—. Me encantaría.

—Hola chicos.

Sin previo aviso, la voz de Farkle obligó a Zay a girar, permitiéndonos observarlo aproximarse a nosotros junto a Smackle y el estúpido de Huckleberry. Sabía que aun estaba furiosa con él porque apenas mis ojos lo vieron, mi sonrisa inmediatamente se esfumó.

—¿Qué tal? —soltó Zay aun sonriendo.

—Smackle y yo hablamos en el camino. Nos sentimos mal por haberlos abandonado ayer y pensamos que podríamos ir más tarde a Hunter's.

—Terminamos nuestra pieza para el concurso ayer para que así podamos pasar más tiempo juntos —agregó Smackle.

—Eso es grandioso chicos, pero... Maya y yo acabamos de hacer planes para ir al cine esta tarde —dijo entusiasmado.

—Ah, ¿lo hicieron?

Lucas finalmente habló en un tono burlón que solamente me enfureció más. ¿Realmente seguía molesto?

—Sí, lo hicimos, Huckleberry, ¿tienes un problema con eso? Porque si mal no recuerdo... aun sigo sola.

—Eso está bastante claro para ahora —continuó—. Y no, no tengo problema, es decir, nada ha pasado, ¿cierto?

—Solo un grave error que créeme... no pasará otra vez.

Sonreí hacia el creando un silencio bajo las confundidas miradas del resto y la furiosa de Lucas.

—Así que... —intervino Zay rompiendo con aquel silencio—. ¿Nos vamos a clases?

—Es una idea brillante —repliqué—. Vamos, Zay.

Dije para sin dudarlo, tomar la mano de Zay fulminando a Lucas con la mirada. Se portó tan infantil ayer haciendo un drama tan grande por unas estúpidas manos tomadas, como si estuviera buscando cualquier excusa para terminar lo que sea que ni siquiera había empezado entre nosotros.

No lo necesitaba. Tenía a Zay, a Riley aun le importaba, Farkle y Smackle siempre estaban si los necesitaba, así que no necesitaba al estúpido de Huckleberry McBoingBoing.

•••

Ir al cine con Zay fue lo mejor que pude haber hecho: pasé una tarde increíble y por primera vez pude olvidar al estúpido... ni siquiera valía la pena mencionar su nombre. El punto es que todo estaba increíble, todo era increíble y no lo necesitaba en lo absoluto.

Toc, toc.

Un golpe en mi ventana me obligó a girar y no tardé en dibujar una sonrisa en mi rostro una vez que mis ojos lo vieron. Sin dudarlo, me paré de mi cama y caminé hacia mi ventana para abrirla.

—¿Qué es lo que hago aquí? Te lo diré ahora mismo.

Dijo antes que yo pudiera decir una sola palabra haciéndome reír, y una vez más, lo ayudé a entrar a mi habitación.

—¿Estás borracho de nuevo? —crucé mis brazos una vez que estaba dentro.

—No, ni tampoco con el corazón roto —cruzó también sus brazos.

—Entonces, ¿qué haces aquí Josh?

Pregunté en un tono más bajo. Luego de nuestra charla ayer y la manera en que terminó, esperaba que él llamara o se apareciera, pero no lo hizo, solo haciendo pensar que quizá se había arrepentido de lo que había dicho, al menos eso creí hasta ahora.

—Definitivamente no quería que nuestra conversación terminara de la manera en que lo hizo... ni siquiera estoy seguro de qué fue lo qué pasó.

Yo sí lo sabía. Lucas perdió la cabeza por unas simples manos tomadas y ahora lo que sea que había pasado entre nosotros se había terminado.

—El punto es que, yo fui el único que habló y si no me aparecí hasta ahora fue porque estaba esperando una respuesta de tu parte —¿en serio? ¿Él también?

—¿Una respuesta de qué, Josh? Sabes que me has gustado siempre, te lo he dicho.

—Lo sé —asintió—. Apenas entendí que no necesitas decir más, ya dijiste todo lo que tenías que decir. Soy yo quien no ha terminado y por eso estoy aquí.

Suspiró y acortó distancia conmigo, lo suficientemente cerca como para hacerme sentir un escalofrío recorrerme. Definitivamente no era la primera vez que estábamos así de cerca pero por algún extraño motivo, los nervios se apoderaron de mí.

—Maya, todo lo que te dije ayer es cierto, en definitiva no eres más una niña pequeña y no quiero que sigamos perdiendo el tiempo por una estúpida regla que creé porque tenía miedo de aceptar mis sentimientos por ti, cuando podríamos estar disfrutando el presente que es lo único que tenemos.

¿Así que en serio estaba pasando? ¿Realmente estaba pasando? Lo estaba haciendo. Realmente estaba pasando. Uno de mis sueños más grandes se estaba haciendo realidad frente a mis ojos.

—Estaba equivocado y por eso estoy aquí, invitándote a salir... ¿saldrías conmigo?

Mis ojos brillaron como seguramente no lo habían hecho hasta ahora y una sonrisa que solo se hacía más y más grande a medida que los segundos pasaban se dibujó en mi rostro. Definitivamente estaba pasando.

—¿Entonces qué dices? —preguntó de nuevo ya que no pude responderle antes.

—Solo si entras por la puerta esta vez.

Ambos reímos—. Hecho.

Reímos de nuevo mientras que nuestros ojos se mantuvieron fijos en los del otro.

Como dije antes: todo estaba increíble, ahora más increíble que antes: Zay no tenía más sentimientos por mí, Riley aun me amaba, Farkle y Smackle seguían en mi vida y ahora, el chico que me había gustado los últimos tres años acababa de invitarme a salir. ¿Cómo se suponía que no debía estar feliz? Y... ¿cómo se suponía que necesitaba a Huckleberry?

Sip, así era, no lo necesitaba, no lo necesitaba en lo absoluto.

••••

Nuevo jueves, nuevo capítulo. Joshaya parece estar ganando.
-valeequi.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top