Capítulo 7
Sigo a Desdentao hasta que llegamos a la cala. Me oculto tras unos matorrales al ver el brillo del furia diurna. Espero que no me vea. No quiero que salga huyendo como la otra vez.
Desdentao se para al lado de los árboles. Está nervioso y no sabe que hacer.
Intento llamarle para que me escuche.
—Psst, Desdentao.
Él me mira y agacha la cabeza para verme mejor.
—¿Por qué no te presentas?
Desdentao levanta la cabeza de nuevo y parece emocionado. Pone rígida la espalda e intenta caminar lentamente. Empieza bien, hasta que se tropieza y cae rodando por la arena hasta llamar la atención de la furia diurna.
Me llevo la mano a la cara y me la tapo. No tiene remedio.
La furia diurna se acerca a él recelosa. Empieza a olerlo. Desdentao se levanta y se sacude.
Vuelvo a llamar la atención de Desdentao haciéndole señales y empiezo a hacer gestos con los brazos para que me imite. Podría servir un baile de apareamiento. Muchos dragones lo tienen. No sé si los furias nocturnas y diurnas lo tienen también.
Desdentao empieza a hacer gestos y movimientos con su cuerpo y sus alas. Creo que no va a funcionar.
La furia diurna está poniendo caras raras a lo que Desdentao pretende hacer. De pronto, ella se alza y golpea a Desdentao en el hocico con la pata. Si que tiene carácter.
Desdentao retrocede y baja la cabeza. Ella también lo hace. Se acercan lentamente y se huelen.
Parece que por fin ha llamado su atención. De la emoción me levanto y sin querer hago rodar una roca hacia abajo. Mierda.
La furia diurna se separa rápidamente, se pone alerta y antes de irse, me dirige lo que creo que es una amenaza. Despega el vuelo y desaparece en las oscuras nubes. Desdentao intenta volar tras ella pero al alzarse un poco del suelo cae en medio del lago y se termina empapado.
Salgo de mi escondite y me dirijo hacia hacia el lago.
—Eh, campeón, ¿estás bien?
Desdentao mira al cielo triste, agacha la cabeza y sale del lago hacia mí. Parece muy triste. Desdentao empieza a dar vueltas en el sitio mordiendo su cola postiza con indignación.
Me empiezo a preocupar de verdad. Intento pararlo para que deje de tocársela. Podría rompérsela.
—Desdentao para. Te vas a hacer daño.
Para de dar vueltas y suelta un gruñido triste. Le acaricio la cabeza.
—¿Qué te ocurre Desdentao? ¿Quieres ir a volar con ella?
Desdentao se acerca más a mi mano en respuesta. Sigo mirando a Desdentao y luego miro por dónde se ha ido la furia diurna. Él quiere ir con ella libremente, pero no puede porque la única forma que tiene de volar es conmigo. Una vez le hice una cola para fuera a volar solo cuando quisiera, pero no funcionó. Quería volar conmigo.
Pero ahora... podría funcionar. A lo mejor ya ha cambiado de opinión tras a la furia diurna. Tengo que volver enseguida.
Llego a casa y mi madre está abajo en el salón leyendo unos papeles. Levanta la mirada cuando me ve entrar con Desdentao.
—Hijo, ¿dónde estabas? As...
No le dejo terminar la frase porque la emoción me puede.
—Mamá, acabamos de volver a ver a la furia diurna y es increíble. Desdentao y ella casi han conectado.
Mi madre se levanta del asiento emocionada y viene hacia mí.
—¿En serio? Es raro que haya aparecido dos días seguidos. Lo más probable es que estuviera buscando a Desdentao.
—Puede ser. Fui un idiota y salió volando cuando hice ruido.
—Um, es normal. Ten en cuenta que es un dragón salvaje y no está acostumbrado a las personas.
—Lo sé. Pero debemos averiguar de dónde viene.
Mi madre se lleva la mano a la cara y pone gesto pensativo.
—Creo que es mejor que esperemos a que ella misma se muestre. Si la seguimos no se sabe que podría pasar.
—Tienes razón.
Vuelvo a recordar la idea que tengo en mente y decido dirigirme a mi habitación.
—Mamá voy a dormir ya. Ha sido un día duro. Desdentao, porque no vuelves a comer algo, antes de dormir.
—Está bien. Descansa.
Desdentao gruñe extrañado pero decide comer. Mi madre le da algunos peces que les ha sobrado de alimentar a AsaltaNubes. Empiezo a subir por las escaleras y escucho a mi madre decir algo. Pero lo ignoro. No creo que sea importante.
Abro la puerta de mi habitación y me paralizo cuando veo a Astrid sentada en mi cama. Me mira fijamente y se levanta.
—Perdona Hipo. Tu madre me ha dicho que podría esperarte aquí.
Así que eso es lo que me quería decir mi madre.
Ver a Astrid sentada en mi cama, en mi habitación, me hace pensar cosas que no debería todavía. Me ruborizo. Por los dioses. ¿En qué demonios estoy pensando?
—Hipo, quería disculparme por mi comportamiento de antes. He sido una borde.
Reacciono y me acerco a ella.
—No tienes que disculparte. Yo he sido el idiota que no sabía lo que decía.
Ella se envuelve a sí misma con los brazos. La veo algo decaída.
—Sé que lo decías en serio. Y también sé que es la verdad. Por eso, no tengo por qué desmentir lo que es real.
Me acerco aún más a ella y tomo su cara entre mis manos. Ella levanta la mirada y me mira a los ojos.
—Da igual lo que hicimos o lo que no. Sólo sé que te quiero más que a nada. Y que pronto estaremos unidos de verdad, hasta que llegue el Valhalla.
Astrid sonríe y derrama una lágrima de felicidad. Levanta sus brazos y acuna mi cara con sus manos también.
—Creo que si vamos al Valhalla. Seguiremos estando juntos. No permitiré que te vayas de mi lado. Nunca.
No sé por qué hemos llegado a decir nuestros votos con antelación, y tampoco sé cuando he derramado una lágrima también.
—Jamás. —consigo decir.
Sin soportarlo más, acerco mi rostro al suyo y beso sus labios con ganas y emoción. Ella me corresponde de la misma manera, llevando sus manos de mi cara a mi pelo. No puedo dejar de besarla y no sé por qué. Necesito hacerlo. Astrid parece que se siente igual, porque cada vez tira más de mi pelo. Sin esperarlo, abro más la boca y meto mi lengua en su boca. Ella se sorprende pero acoge perfectamente a la mía. Ya no recuerdo ni lo que iba a hacer. Con Astrid me pasa muy a menudo. Pego a Astrid más a mí y dejo mi mano en su espalda baja. Me estoy quedando sin aire. Astrid tira aún más fuerte de mi pelo, y esta vez de una de mis trencitas, que me hace soltar un gruñido placentero. Nunca he hecho algo así.
Me separo unos centímetros de su boca para respirar y porque tengo miedo a dónde podemos llegar. Astrid me mira y parece estar en una especie de trance, mientras coge aire como yo.
Vuelve a tirarme de una de mis trenzas y mi cuerpo parece que arde más de lo que ya está.
—Creo que deberíamos ir despacio. —digo yo, no muy convencido. Ya nos hemos tomado despacio demasiadas cosas.
—Llevamos bastante tiempo juntos Hipo.
—Lo sé, pero me refiero a ya sabes...
Ella esconde el rostro en mi pelo. Y yo en el suyo. Me encanta su pelo así. Y huele tan bien.
—Lo sé. No hasta que nos casemos.
—Hmm...
Estoy atontando por su olor y su calor.
—Esto es serio Hipo.
—Lo sé.
—Parece que no te importa tanto como a mí.
Separa su cara de la mía y me mira ruborizada y molesta.
—Claro que me importa Astrid. Si te dijera todo lo que me he resistido a ti y a tus encantos.
Astrid ríe y me da un puñetazo en el hombro.
—No seas descarado.
Sonrío y le beso por todo el rostro, haciéndole reír. Termino dándole otro beso largo en la boca y nos aferramos más, si eso es posible.
—Perdonad chicos. No quería interrumpir.
Nos separamos haciendo un sonido con los labios bastante vergonzoso. Pero no me alejo de Astrid. Mantengo mi mano en su cintura y ella en la mía. Maldita sea. ¿Por qué he dejado la puerta abierta?
—N- —tengo que aclararme la garganta porque mi voz sale ronca—. No te preocupes mamá. Ya estábamos acabando.
Digo esto sin intentar sonrojarme pero es imposible porque ya lo estoy y Astrid también. Mi madre parece algo arrepentida de haber interrumpido, aunque parece algo incómoda con la situación.
—Oh. No os preocupéis por mí. Sólo quería decirle a Astrid que su padre la está buscando para algo importante.
Astrid me mira y yo asiento. Le doy un beso en la frente y ella me lo da en la mejilla.
—Hasta mañana cariño.
—Hasta mañana milady.
Abandona la habitación y la casa, haciendo ruido al cerrar la puerta de entrada, dejándome a solas con mi madre y Desdentao que acaba de subir.
—¿Le has pedido oficialmente que os caséis?
Me sonrojo mucho más. Desdentao se acerca a mí cama y se tumba en ella.
—No es eso. Solo estábamos aclarando un asunto.
Mi madre intenta aparentar que no está decepcionada.
—Oh. Creía que era por eso que estabais ardiendo literalmente en la habitación.
—¡Mamá!
Mi cara debe parecer una antorcha. Es incómodo hablar de estas cosas con tus padres. Sé que ya soy mayor de edad, pero aún así me incomoda. Menos mal que no tuve esa charla con papá. Aunque casi lo hace.
Ella se ríe llevándose la mano al estómago.
—No tienes por qué avergonzarte hijo. Es natural con vuestra edad. Aunque si lo pienso, tu padre y yo no fuimos tan apasionados y no nos agarrábamos de esa forma.
—Mamá para, en serio.
Ella se vuelve a reír y se acerca a mí.
—¿Cuándo se lo pedirás?
—Pronto. Muy pronto. Y lo haré delante de toda la aldea.
—Oh hijo. Eso es fantástico. Nadie estará tan emocionada como yo.
Me da un abrazo rápido. Y yo le correspondo.
—Me voy a dormir ya. Buenas noches hijo.
—Buenas noches.
Sale de la habitación y baja por las escaleras. Cierro la puerta. Demasiadas emociones en un solo día. Sobretodo en una noche.
Recuerdo de nuevo en lo que iba a hacer cuando llegué. Cojo un lápiz de carbón y un papel.
—Desdentao, necesito tomarte unas medidas.
~~~
¡Feliz Navidad y felices fiestas! He vuelto con un nuevo capítulo por Navidad 😊 He puesto alguna escena subidilla de tono (tampoco es para tanto) pero me gusta calentar el ambiente entre estos dos jajaja no sé si soy la única loca 😂
Bueno, espero que paséis unas buenas vacaciones y que disfrutéis del capítulo ❤️ nos vemos pronto con una nueva parte. Nos leemos x
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