Me levanté temprano para terminar o intentar terminar mi dibujo, pero no pude porque me levanté tarde por perezosa. Odiaba madrugar, y más si me fui a dormir el día anterior tarde.

El despertado era mi mayor enemigo y la cama mi mejor amigo. Mala combinación pero, ¿quién no ama a su cama?

Al dibujo sólo pude hacerles unos tontos retoques, odiaba no poder dibujar cuando más quería.

Cogí mi descapotable y puse rumbo hacia el instituto. Cogí los seis libros para las seis clases de mi casillero y me dirigí junto con mis tres (vomitivas) amigas hacia las clases.

Odiaba cuando todo el mundo te miraba con deseo ya que eras una mujer perfecta y no podían tenerte, tampoco es que me acueste con cualquiera.

- Avril, mi hermana me ha dicho que va a llegar un chico nuevo-. Comunicó Ariel con su voz pija y chillona.

- ¿Sí? Tendré que darle mi visto bueno-. Dije mientras me reía.

- Pues adelante-. Me dijeron las dos al unísono señalando al chico que acababa de entrar por la puerta.

Era guapísimo, toda mi vida han estado diciéndome que la perfección no existía pero sí existía y se encontraba parado al lado del profesor que también acababa de entrar.

- Chicos, chicas, os presento al chico nuevo en este curso. Ha entrado con el curso bien avanzado pero como una vez me dijeron: "nunca es tarde si la dicha es buena"-. Rió cuando dijo aquella frase.

El chico saludó a todos levantando su mano derecha. Me quedé fascinada al admirarlo con detenimiento hasta que nuestras miradas se encontraron y los desvié. Pude notar cómo sonreía y cómo me miraba, pero no me importaba.

- Su nombre es Josh Castellar-, lo presentó el profesor-, espero que lo tratéis bien.

Ariel se fue de su asiento hacia el asiento de su novio dejando su asiento libre. En ese momento juré que la mataría.

Estaba planeando mi venganza hasta que una presencia se colocó a mi lado sacándome de mis pensamientos.

- ¿Está ocupado?- Preguntó señalando a la mesa.

- Em...no, te puedes sentar si quieres-. Le respondí intentando no mostrar mi nerviosismo y mostrándome pasiva a la situación.

Él, por su parte, me sonrió y sin más se sentó.